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lunes, mayo 14, 2012

Salón del cómic de Barcelona 2012. Grandes polémicas en Slumberland.

Resulta difícil llevar a cabo una crónica de lo vivido en el Salón del Cómic de Barcelona 2012 sin valorar la polvareda que se ha levantado (no sólo en la web) debido a este post que ha publicado Santiago García en su Mandorla. En "Otro salón", el crítico y guionista expone su desafección hacia un modelo de salón del cómic basado en la promoción de grandes eventos audiovisuales, la explotación masiva del merchandising y una entrega mainstream absoluta a las grandes empresas del ocio que trabajan en nuestro país y a sus producciones. La victima más evidente de este modelo de negocio cultural sería el mismo motivo de su celebración, el cómic, en concreto, el cómic independiente (un concepto que en el caso de España englobaría a buena parte de las editoriales nacionales).
La respuesta ante el envite no se ha hecho esperar. La tesis de Santiago ha encontrado aliados en numerosos autores, editores y lectores de novelas gráficas. En la trinchera enfrentada de este debate, civilizado y constructivo, entendemos, se han posicionado de inmediato los lectores más evasivos, los amantes del rol, el disfraz y la parafernalia cosplay, el fan impertérrito y los representantes del salón, con Carles Santamaría a la cabeza. Como en casi toda disputa, razones son amores y, en este caso, las hay a ambos lados de la mesa. No queremos ser oportunistas, ni repetir argumentos ajenos. Nos gustaría hablar del Salón, de nuestra última visita, pero nos tememos que algo de lo que teníamos pensado contar en nuestra secuencia se encuentra también arraigado en el corazón de esta polémica.
Es cierto que el Salón ha crecido tanto que su cobertura y oferta se ha extendido hacia ámbitos sólo muy tangencialmente conectados con el mundo de las viñetas, aunque en el inconsciente colectivo unos y otros parezcan hermanados. Que alguien ajeno al mundo de los tebeos interprete que cómic, rol y videojuego son una misma cosa (o muy parecida), le hace un flaco favor a la pretensión del cómic por situarse en una posición de privilegio dentro del universo de la cultura contemporánea; a cuyas altas esferas el cómic ha llegado, no lo olvidemos, sólo en fechas muy recientes y por méritos propios: gracias a autores como Ware, Clowes o Gipi, que se sitúan en la vanguardia de la creación contemporánea. El cómic tampoco es, únicamente, manga o comic-book superheroico y quedan lejos los tiempos en que categorías geográficas y genéricas como éstas fagocitaban el mercado, por eso, tampoco se entiende bien que un Salón de ínfulas internacionales priorice de forma tan obvia un tipo de cómic que parece haber caído en una hipertrofia imparable y que, en realidad, no acaba de reflejar el crecimiento del cómic como vehículo cultural asentado de las últimas décadas.
En este sentido, el runrún que menciona Santiago García estaba ahí. También nosotros mantuvimos más de una conversación con autores y editores acerca de la sobreexplotación del espíritu carnavelesco del evento, de la abundancia de chucherías y colgajos, y de la relativa marginalización de algunas exposiciones (sí, las de Moebius y Winsor McCay, por ejemplo) que deberían haber contado con tanto bombo y artificio como las dedicadas a robots, Guerras de las Galaxias y Mazingerzetas (del que nos declaramos fans absolutos, que conste en acta). Por momentos parecía que el cómic era lo de menos. Hace un tiempo escribimos un post en esa misma línea, dedicado en aquel caso a Expocómic. No es lo mismo, la organización, el espacio, la oferta y el respeto por la historia del cómic y sus autores que muestra el Salón Barcelona, lo sitúan muchas leguas por delante de aquel. Sin embargo, es cierto que algunos tics incómodos se repiten en ambos.
Por otro lado, hay que reconocer que el Salón es un negocio privado y que se plantea como un modelo de empresa basado en el espectáculo. Asistimos año tras año y, cada vez, lo vivimos como una fiesta alrededor de la cual orbitan otros pequeños y grandes eventos. Vamos al salón con la excusa de que José Antonio Serrano nos cuente como va el proyecto de la Asociación de Críticos; vamos a compartir alegrías con nuestro amigo y socio Gaspar Naranjo, con la idea de cerrar proyectos con gente tan saludable como José y Olalla de Isla Flotante; a saludar a Gonzalo y a sus secuaces editoriales y a leer el último número de La Cruda; nos divertimos con el humor dadaísta de la última edición de los Golden Globos, ideados y gestionados por Ed Carosia y compañía. Nos dolería que un factor de catalización de tantos y tantos encuentros y eventos perdiera su capacidad de convocatoria o que su función dinamizadora se atomizara en mil puntos de fuga dispersos. Nos fastidiaría no contar con la oportunidad de ver en un mismo espacio expositivo originales tan caros de reunir como los de El Príncipe Valiente y Little Nemo in Slumberland y de comprobar cómo el talento desbordante de McCay lo sitúa en el grupo selecto de los dibujantes e ilustradores más grandes de la historia (Doré, Goya o Cruikshank). Perderíamos la ocasión de observar en vivo y en directo a una nómina de dibujantes y guionistas tan impresionante como la que han presentado el Salón y sus editores este año, con autores como Max, Liberatore, Shelton, Joost Swarte, Solano López, Enrique Breccia, Bernet, Pellejero, Font, Lloyd, Baru, Rubín, Jorge González, Díaz Canales, Thompson, etc.
McCay, genio

La mesa: Liberatore, Shelton, Max y Sebas

Martín Romera y Jorge González. Jóvenes y talentosos

José Domingo, triunfador

Canales, Baru y Rubén Pellejero. Clásicos del cómic clásico

Enrique Breccia, tras la estela
Si la única forma de mantener el volumen de negocio y la magnitud del encuentro es perpetuar el modelo de feria del espectáculo, la organización debería intentar, al menos, no darle la espalda a muchos de los aspectos señalados por Santiago García en su post; que, como se ha podido ver estos días, compendian también muchas de las preocupaciones del sector. Nosotros añadimos un último apunte en esa línea, que nos parece tan serio como aquellos: no es de recibo que del cartel de asistencia a un Salón tan consolidado como el de Barcelona se sigan cayendo año tras año pequeñas editoriales independientes, a causa de los precios desorbitados de unos stands que, en bastantes casos, se amortizan únicamente a costa de la ganancia total: aquello de lo ganado por lo servido resulta una justificación pobre en estos tiempos de crisis. El cómic, sus autores y sus editores no pueden ser la excusa. No es de recibo que un stand en Angoulême sea más accesible que uno en Barcelona, ni que algunas casas cuyo nombre está muy presente en la cabeza de los lectores por publicar año tras año algunos de los mejores títulos del mercado no puedan permitirse ni tan siquiera acceder al Salón con un stand propio, bajo pena de exilio en el último rincón de un pasillo lateral atestado de zombis y soldados de la Fuerza que amenazan la integridad de sus tebeos.
Crítica iluminando

sábado, febrero 04, 2012

Carmona en viñetas, promoviendo el cómic por amor al arte.

Vamos a hacer por un día de tablón de anuncios, la causa es buena. Nos llega este anuncio desde la asociación Carmona en Viñetas, en la que llevan varios años intentando promover el asunto de los tebeos:
La Asociación Juvenil Carmona en Viñetas se complace en invitaros a la III Jornada de Encuentros con Autores “Autores en Viñetas”.
Un evento en el que el amor al comic es el principal motor en su organización.

Huir de comercialidad, frivolidad y tópicos típicos sobre el comic es lo que pretendemos. Dar seriedad y dignificar la historieta como elemento cultural es nuestro principal objetivo. Y para ello hemos preparado un elenco de autores/as digno de cualquier salón nacional. Un cartel como pocos salones o encuentros pueden presumir de tener y todo gracias a unos autores que nos han apoyado desde el primer momento, unos artistas que han decidido unirse a este proyecto.
Os invitamos a esta travesía. A un viaje único por un mar de tinta y papel.
Desde aquí, desde estas palabras os invito a participar activamente en este nuestro proyecto. Señalad en el calendario en rojo las fechas del 23, 24, 25 y 26 de febrero del 2012. Azpiri, Carlos Pacheco, Roger y Raule, Rafa Sandoval, Jordi Tarragona, Laura Kjoge, Studio Kawaii, David Rubín, Teresa Valero, Montserrat Martín, Maz, Alberto Belmonte, Francisco Porcel, Mikel Janin, Mateo Guerrero, Sergio Bleda, El Torres, Gabor, Roger Bonet, Kenny Ruiz, Oscar Jiménez Vargas, Jesús Merino, Studio Kôsen … Gracias y para manteneros informados visitad las webs de la organización.

lunes, abril 25, 2011

Reuniones, juergas y déjà vues en el Salón.

Volvemos después de un doble periplo. Su primera etapa fue la del Salón del Cómic de Barcelona. Un clásico. Tanto, que este año hemos tenido cierta sensación de déjà vu. Algunos de los pasos que venimos repitiendo año tras año en nuestras visitas al Salón van camino de convertirse en agradables ritos personales: otra vez, nos hemos reencontrado con antiguos amigos, hemos saludado a editores, autores y críticos, hemos paseado por exposiciones, asistido a sesudas reuniones matutinas y dormido bien poco, como bien merece la noche barcelonesa. 
En el Salón, disfrutamos de las enormes planchas del Tarzán de Harold Foster y Burne Hogarth, de los luminosos originales de Pellejero (¡qué belleza la que se encierra en esos ejercicios de estilo que son sus El silencio de Malka, El vals del gulag y En carne viva), de los originales de El arte de volar y de la revisión comiquera del universo zombi. De zombis, casi reales algunos de ellos, estaban inundados los pasillos del evento: maquilladores “haciendo” zombis como churros, visitantes compitiendo por la más verosímil zombificación, monólogos zombis, los mencionados originales zombis… La victoriosa sombra de Kirkman (con asombroso premio del Salón incluido, en el año en que Sacco hizo sus Notas al pie de Gaza) es alargada y va dejando rastros de celebración por el camino. Estuvo entretenida la puesta en escena: Walking Dead versus Star Wars, y a ver quién es más friqui.
Mamá, este zombi está muy vivo
Pellejero y viva la composición
Nosotros, a lo nuestro, estuvimos dando vueltas entre casetas, junto a nuestro buen amigo Gaspar Naranjo, dando abrazos y saludando a personalidades del mundillo: Ed, dotado artista-editor, nos enseñó los nuevos preciosos proyectos de Mamut para esta temporada (atención a sus fichajes italo-franceses); Gonzalo Rueda, como siempre, nos recibió con los ventanales de su stand abiertos de par en par, y pudimos disfrutar de los hallazgos que presenta el nuevo número de La Cruda (que incluye en sus páginas a la bellísima y talentosa Femke Hiemstra); estuvimos con Tony Mascaró, que nos habló de una de nuestras editoriales favoritas, Apa-Apa, y de sus planes de futuro; saludamos a Paco Camarasa, abrazamos a Altarriba, aún en plena gira triunfal con Kim post-Arte de volar y tuvimos nuestra mini-reunión de pasillo con primeras espadas de la crítica comicográfica como don Álvaro Pons (que nos reveló buenas nuevas con acento francés), los Entrecomiqueros o Santiago García (antes de erigirse en vencedor de uno de los premios del Salón, también). 
Entre los artistas "neofirmantes", destacó la expectación creada por la reaparición de Mariscal, la presencia de un peso pesado del cómic italiano como Igort o la predicación con la que aguantaron la cola los fans de Garth Ennis y Steve Dillon. Además, de postre, otro de nuestros favoritos, Edmond Baudoin, nos firmó y dedicó, con dibujito incluido, un ejemplar de Ensalada de Niza. Por lo demás, había escenas que parecían grabadas en vídeo del año anterior y proyectadas en bucle: ahí seguían Paco Roca y Miguel Gallardo, ganando premios y firmando ejemplares. Pareja al año anterior fue también la afluencia de visitantes: poca cosa el jueves (nos dijeron) y el viernes, y hordas de padres con hijos, hijos con novia, novias con amigas y familias al completo el sábado. De frenopático estadístico.
Tres eran tres, Gallardo, Roca y un francés, Baudoin
Ennis y Dillon, predicando que es gerundio
Mariscal, un Garriri más
Emociones fuertes. Doloroso, más que fuerte, fue el alzamiento matutino del sábado para asistir a una nueva reunión de la Critica con vistas a la definitiva formación gremial de la Asociación de la Crítica de Cómics. Gracias al trabajo ímprobo de José Antonio Serrano, parece ser que esta vez va a ser que sí. Votamos por ello, será un placer pertenecer a tan selecto grupo. Además, con la excusa, tuvimos la ocasión de conocer personalmente a gente del universo critiquero como Elisa McCausland, Lucía González o Roberto Bartual; nos quedamos con las ganas de saludar a Segio García (a quien tanto recurrimos para las páginas de nuestra Arquitectura...), pero al final no cuadró la cosa entre tantas idas y venidas.
Pasándolo en grande: Aja, Naranjo y Olivares
Tampoco andábamos muy frescos de reflejos, eso es verdad, después del ajetreo nocturno. Uno de los alicientes del Salón es lo bien que te lo pasas en el post-Salón. La noche del viernes pudimos constatarlo con otro de esos reencuentros que nos hacen felices: estuvimos cerveceando con nuestro amigo López Cruces y con el señor Olivares, conocimos a ese marvelita talentoso que es David Aja y cruzamos palabras con uno de los malditos sagrados del cómic patrio, el señor Santiago Sequeiros, nada menos. El sábado, finalmente, no pudimos asistir a la entrega de esos divertidos premios paralelos que han nacido este año, Los Golden Globos (con galardones al "mejor principio", al "mejor papel", al "mejor vestuario" o a las "mejores guardas"); estábamos en la fiesta de La Cruda. Lastima de ubicuidad. Eso sí, por la noche nos desquitamos con unos bailes junto a los chicos de Entrecómics, en la Sidecar, que ni Tony Manero, oigan. 
Ya ven, hay hábitos que devienen en vorágine. La segunda etapa, la del otro periplo que mencionábamos al comienzo, se la contamos en la siguiente entrada.

jueves, mayo 13, 2010

El Salón 2010: Páginas célebres, celebraciones y celebridades.

Vaya por delante: ¡qué bien nos lo hemos pasado este año en el Salón! Eximidos de las tensiones promocionales del curso pasado, este salón nos hemos dedicado al paseo atento (como los viejos flâneurs), al conchabeo entre celebridades y a la dilapidación de nuestra (escasísima) fortuna salarial, así, sin disimulo.
Max y Liberatore. Clásicos
El templo
Sólo pudimos asistir el sábado, lo que nos ha quitado el mal sabor de boca que, al parecer, ha dejado la pobre asistencia que hubo el jueves y el viernes. El sábado no cabía ni una alfiler y las caras de los mercaderes se aparecían felices entre las montañas de tebeos. Los organizadores aseguran que la asistencia ha sido similar, pese a los tiempos críticos, a la de otras ocasiones. Les creemos.
Planeamos el viaje con nuestro buen amigo Gaspar y con él nos plantamos a primera hora del sábado en la convocatoria de críticos y comentaristas comiqueros (por asuntos corporativos y viñeteros varios); estaba allí la creme de la creme del mundo de la reseña viñetera. Lo mejor de todo es que pudimos conocer (ponerles cara al menos) a algunos de los nombres que más se aparecen en nuestras pantallas computerizadas: conocimos a Antoni Guiral, por fin pudimos charlar con el infatigable Manuel Barrero y sus mil proyectos de investigación, recibimos con sonrisa agradecida las preciosas postales que nos ofreció J. A. Serrano, agradecimos antiguas reseñas a Quim Pérez, conocimos, al fin, a Santiago García (que nos debe un parlado), descubrimos la identidad secreta de Yexus, de Moliné... Además, saludamos a otros viejos conocidos, como Pepo, Jesús Jiménez Varea, los premiadísimos chicos de Entrecómics o el maestro Antonio Martín. Sólo nos faltó el Carcelero, que se había escapado para luchar contra chupetes y pañales.
Luego, ya en la nave del Salón, nos fuimos como flechas a por ellos, a por los reyes, monarcas, majestades, y sacrosantos triunfadores de esta jornada: a por Antonio Altarriba y Kim, los pergeñadores de esa obra de referencia que es y será a partir de ahora El arte de volar. Estaban felices, casi tanto como Paco Camarasa, el patrón de abordo. Fue un alegrón saber que esta historia honesta, cruel y entrañable de un perdedor se había llevado los tres premios grandes de la edición (dibujo, guión y mejor obra española), fue un alegrón felicitar y constatar la alegría de un tipo tan simpático y sabio como Antonio Altarriba; y fue un alegrón conocer a Kim, claro. Una de las mejores cosas del Salón de Barcelona 2010 es que todos los premios nos han sentado de maravilla: ha habido un poco de todo, una pizca de justicia poética para con Dos Veces Breve (entrañable fue la charla que tuvimos con Vicente, el jefe de la nave, ese mismo día por la tarde), una buena dosis de realidad necesaria con el mencionado El arte de volar, un gesto de amor al talento con el premio a Pellejero, un reconocimiento al trabajo para Entrecómics, etc. Nada que objetar.
Kim y Altarriba. The Men
Después de saludos y parabienes, superado el sofoco de los encuentros, los planes y las charlas de un minuto, nos fuimos a reponer fuerzas y a llenar estómagos, que todavía quedaban emociones mil para la jornada vespertina.
Comenzó la tarde con paseos y mandíbulas colgantes. No habíamos visto nunca tantos originales de calidad y tan juntos como este año en el Salón. Las numerosas exposiciones le daban luz a los pasillos cada pocos metros: la de Ana Miralles (a quien conocimos fugazmente a última hora de la tarde) y sus bellas mujeres; los originales de Las serpientes ciegas (de Hernández Cava y Seguí), la de Hugo Pratt (quizás la más decepcionante de todas ellas por la poca enjundia de las planchas presentes), la del cruce de autores Holanda-España,  las bonitas páginas de La revolución de los pinceles (de Busquet y Mejan), las de Gallardo, Tardí y Fontdevilla o la impresionante retrospectiva de Vázquez, con ejemplos de toda su producción, desde Angelito a Anacleto, pasando por Las hermanas Gilda o La familia Cebolleta. Pero, para originales con pasado y con enjundia, para exposición enjoyada, la de "Los ritmos del cómic": un juego narrativo-musical que le sirvió de excusa al crítico Miquel Jurado para reunir páginas originales de, agárrense, Herriman, Caniff, Eisner, McManus, Capp, Crumb, Shelton, Max y Foster, entre muchos otros. Claro que de Foster y de su Príncipe Valiente había todo un stand llenito de originales sólo unos pocos metros más allá. Siempre nos quedamos embobados ante las gigantescas páginas de Harold Foster, no sólo por su tamaño, obviamente, sino porque cada una de sus viñetas es una obra maestra del dibujo y porque cuando observamos detenidamente a sus personajes nos da la sensación de que la leyenda de su estatismo se deshace en una danza interna de batallas, confabulaciones y heroicidades. Lo que les decíamos, a veces sufrimos alucinaciones con este señor.
La mesa de Vázquez
Ritmo
Teníamos luego el firme propósito de asistir a la conferencia de Moebius. No lo hicimos, pero vimos a su mujer. Se apareció ante nosotros cuando estábamos en plena cháchara con los chicos de La Cruda. Todo sucedió, en realidad, cuando este colectivo de artistas, aventureros y buscadores de tesoros, nos estaban relatando las aventuras surrealistas de su último número y cómo consiguieron fichar para el mismo al mismo Moebius (¿ven? nada es azaroso, en el fondo), a Max, a Martí (en plena forma, nos contaron) y al resto de clásicos y jóvenes talentos que surcan su último número. Buena gente, estos tipos de La Cruda, van a tener suerte. Nos invitaron a unas cervezas que cobijaban en su frigorífico mágico, además. No vimos a Moebius, pero vimos y hablamos sobre sus dibujos que, después de todo, es de lo que se trata. Dicho lo cual, no se crean que hemos comprado demasiadas lecturas en este viaje. No había, como en otras ocasiones, novedades refulgentes, aunque sí nos hemos traído el Cerebus debajo del brazo, para que negarlo.
Se nos iban agotando las fuerzas, por fuerza, pero aún nos quedó aliento para rematar la noche con más ritmo y cómics. Apuramos la luna rocanroleando al ritmo de los Hives en garitos oscuros, en compañía de buenos amigos como Inés, Gaspar, don López Cruces (ese último gran romántico) y un nuevo invitado al club a quien nos encantó conocer, don Javier Olivares. Y que no pare la fiesta.
Reporteros de noche
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Oigan, qué divertida la crónica filmada que se ha trabajado don Santiago: "Hervir un salón de cómic"

miércoles, diciembre 16, 2009

Exposauna 2009: ramen et circensis.

Incluso con un año de barbecho entre medias, repetimos sensaciones en este Expocómic 2009: seguimos pensando que su ubicación en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo es del todo inadecuada (por su insuficiente capacidad, por la incomodidad de sus espacios, por su falta de medios...) y no nos creemos que en la capital del reino no exista otro recinto más preparado para un evento que, en algunos momentos, ha convertido el interior del pabellón en una suerte de Loisiana preparándose para el Katrina.

La masa
Para arreglar un poco las cosas, el sábado (día de nuestra visita), el recinto, transformado en salón crematorio, decidió luchar contra la evidencia invernal y demostrar a los visitantes que, hasta en los días más gélidos, las glándulas sudoríparas están ahí haciendo su trabajo. Si esa tarde de diciembre en el interior del salón no estábamos a treintaymuchos grados centígrados, tenemos el termómetro recalentado. El espectáculo bien valía la visita: impagable la imagen de Barry Kitson intentando que las gotas de sudor no salpicaran sus originales; o esas hordas de falsos zombies con unas llagas más realistas y supurantes que nunca, por obra y gracias de la sudoración abundante que garantizan unos cuantos quilos de maquillaje; tampoco era un asunto baladí observar los esfuerzos de los comensales de ramen para que sus grandes vasos no sirvieran de recipiente a fluidos ajenos (por aquello del rebose). Una friqui-selva tropical en medio de Madrid.
Otra de las sensaciones que no nos abandona (y ahora ya no hablamos de axilas) es la de que, en el fondo, en los Expocómics el cómic es lo de menos: podría llamarse Exporramen o Expopachinko y prácticamente no cambiaría nada; si me apuran, ni siquiera los asistentes. Al Expocómic los visitantes (menores de edad en su mayoría) no van a comprar cómics o a enterarse de las novedades, ni siquiera a pedirle un dibujito a su autor favorito, no, a Expocómic uno va a hacerse fotos con los ninjas, songokus, narutos y demás colegialas hentai convenientemente disfrazadas; se va a echarse unas risas con las luchas escenificadas, a comprar chuches y a comer ramen (again) y si quedan unos euros, a algún stand donde vendan figuritas o espadas, a ver si se puede completar el atrezzo. ¿Cómics? Estar, están, por ahí, en los stand, enmarcando lo verdaderamente importante.
Sí, ya sabemos que la parafernalia de los fans disfrazados es inherente a cualquier salón de cómics que se precie. Hablamos únicamente de grados y presencia, no se crean. En realidad había cómics, cómo iba a ser de otra manera. Que se lo digan a los chicos de Ponent Mon, que dieron una de las campanadas del evento al ofrecer de saldo casi todas las obras que publicaron en 2007: elegías rojas a 3 euritos, voluptuosidades a 4, trondheims y de crecys variados a 4 y 5, etc. Una bicoca si no te los habías comprado ya a los precios correspondientes. ¿Cuánto tendrá que ver este asunto con aquel otro?
Los imPonentes impotentes saldos
Dicho lo cual, la nómina de autores de Expocómic era lustrosa y entre ellos había "imprescindibles" como el mismo Trondheim, don Carlos Giménez, Jordi Bernet, Daniel Torres, Adolfo Usero o Rubén Pellejero; aparecieron por allí, además, muchas de las nuevas estrellas del cómic (superheroico o no) actual: David Aja, Tim Sale, José Luis Ágreda, Pasqual Ferry, Carlos Vermut, Mark Buckingham... No era fácil hacerse con una rúbrica, debido a la gigantesca demanda con cita previa, pero siempre es enternecedor ver a artistas a los que admiras fogueándose con el fan.
Daniel Torres, un modernista con futuro
Carlos Giménez, pionero y elegante
También tenemos que destacar, como hicimos en su día, el interesante sistema de venta de originales, localizados todos en el punto central de esa planta superior que circundaba la sala y, en algunos casos, con unos precios la mar de golosos: no pudimos evitar hacernos con una estupenda página de Barry Kitson de Invasión Secreta: los 4 Fantásticos. El norteamericano, jovial y charlador, "regalaba" algunas de sus espectaculares planchas por poco más de 30 euritos. Justo al lado, en los muros colindantes, tuvimos que detenernos hipnotizados ante los impresionantes originales de Crisse y su Atalanta, barrocos, exuberantes y llenos de talento; sólo superados, quizás, por los impresionantes lápices de Rubén Pellejero, uno de los dibujantes que mejor ojo tiene a la hora de agenciarse guionistas y con más capacidad para dotar de poesía visual (magnífico colorista) sus historias.
Kitson, simpático y solícito
Ya ven, con todo lo que sudamos, mereció la pena la visita y, pese a todas las buenas intenciones (en los términos actuales de crisis económica) volvimos otra vez con un saco de lecturas que amenazan con derrumbar la torre que se erige en nuestra mesilla. Salones, para que os quiero.
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Hablando de eventos, si no tienen ustedes otra cosa mejor que hacer y andan cerca de Valencia, el viernes por la mañana les veo en este otro (si las autoridades lo permiten y la nieve no lo impide).

jueves, diciembre 10, 2009

Nos vemos en Expocómic.

A ver, que se acaba la semana y al final se nos va a pasar la cosa de la promoción y el encuentro comiquero. Nos confirman en la editorial que este sábado 12 de diciembre, a eso de las 18:00, habremos de permanecer un ratito sentados en el stand bizantino de Expocómic 2009, saludando, charlando y dedicando Arquitecturas de las viñetas a aquellos de ustedes que tengan a bien hacernos una visita.
Además, lo haremos junto a buenos amigos, que las esperas si son en buena compañía siempre son más gratas. El cuadrante de firmas que nos han enviado se ve así:
Compartiendo stand con Aleta Ediciones, el horario de firmas de Viaje a Bizancio Ediciones para Expocómic 2009 es el siguiente:
- Jordi Bayarri estará firmando todos los días del evento por la mañana y por la tarde y presentamos su nueva novedad de Entre Tinieblas Nº 06: Mi Esposa, Mi Vampiro.
- Gaspar Naranjo firmará a las 18:00 horas del sábado día 12 de diciembre su cómic De cómo te conocí, te amé y te odié. No te pierdas sus acuarelas descacharrantes, dulces y delicadas.
- Rubén Varillas firmará a las 18:00 horas del sábado día 12 de diciembre su libro sobre la narratividad y teoría del cómic La Arquitectura de las Viñetas. Si quieres una dedicatoria y un dibujo de Gaspar Naranjo (la portada del libro es suya), y charlar un poco con él de temas humanos y suprahumanos, allí estará él.
Lo dicho, si ustedes quieren, nos vemos por los madriles. Llevaremos un clavel en la solapa para hacernos reconocibles entre tanta estrella de las viñetas. Prometemos fotos e impresiones a la vuelta.

sábado, junio 13, 2009

Satisfacciones feriales.

Una de las pocas cosas que hemos sacado en claro de la reciente feria-rastrillo del libro madrileña es que el mercado de la página impresa se está homogeneizando a pasos agigantados: best-sellers y más best-sellers llenos de vampiros, conspiraciones cardenalicias y amuletos mágicos (con algún invitado sueco colado de soslayo). Por supuesto, siempre hay alguna caseta con oferta estética sorprendente y especializaciones temáticas al margen de la uniformidad imperante; algo de agradecer.
Pero, lo que más nos ha gustado de la visita ha sido constatar que, a mayor gloria de la inteligencia, gente como Eduardo Mendoza, Ana María Matute o ese que les retratamos ahí abajo, tenían una cola de perseguidores autógrafos más larga y entregada que la de los peritos del titadine y secuaces. Quizás fue la hora, el día o el momento, pero esa pequeña y fugaz ilusión (y la fe en el prójimo lector) no nos la quita nadie, por ahora.
Tiene poco que ver con el tema, pero como de relatar alegrías va este post, también nos ha encantado leer a a un tipo tan interesante como éste decir algo tan interesante como esto:
Para mí no existe diferencia entre cine, literatura y cómics. La escuela de cine a la que asistí en México era de escritura de guión. Y no veo ningún sacrilegio en disfrutar como consumidor de la cultura de cualquiera de sus expresiones. Me gusta tanto Carlos Giménez como Velázquez y eso no significa que un artista, que una forma artística, sea superior a la otra. Carlos Giménez es una institución narrativa visual en el arte español como lo son Velázquez o Goya.

lunes, junio 08, 2009

El Salón 2009.

Además de los buenos recuerdos, mejores contactos y experiencias memorables ya señalados, el 27º Salón del Cómic de Barcelona nos ha regalado muchas otras cosas. Creemos recordar que lo insinuaba Álvaro Pons en su largo y detallado artículo sobre las novedades del Salón para El País, cuando se entra en esa gran nave de Plaza España que cobija la celebración comiquera por antonomasia de nuestro país, se le acelera a uno la presión sanguínea y se le dilatan las aletillas de la nariz (suponemos que como rastro y reflejo del animal que somos), al mismo tiempo que se adopta una sudorosa actitud de ataque. Nos pasaba algo igual cuando, hace ahora muchos años, paseábamos inconscientes por las calles londinenses, hasta toparnos con alguno de los grandes almacenes musicales de Oxford Street (Virgin, HMV): aquellas filas infinitas de cajones ordenados alfabéticamente ejercían sobre nosotros el mismo efecto que las espinacas en el marino, nos invadía la sobre-excitación previa al combate y allí que nos lanzábamos a la rebusca de chollos de la psicodelia y gangas indy-poperas. Algún instinto así de bajo se nos despierta en el Salón, año tras año.
Y es que uno no da a basto: ¿por dónde se empieza? ¿Nos decidimos a comprar esos cómics que llevamos tiempo anhelando (alguno de los cuales difícilmente llega a provincias) o comenzamos la fase de relaciones públicas y nos dedicamos a saludar a los amigos barceloneses, blogueros, saloneros o gratamente circunstanciales? La tira de dudas, páginas de dudas, dudas en viñetas. ¿Hacemos cola para conseguir la rúbrica y el gesto gráfico del maestro invitado o nos deleitamos con la maestría del arte colgado en forma de originales?
Mucho que hacer para apenas un puñado de horas, que nunca son suficientes para el salonero empedernido. Se sabe y hace sufrir. Lamentaremos no haber tenido tiempo de que Paco Alcázar nos dedicara su Silvio José o, mejor dicho, de no habernos percatado de que Mondadori también existe y que la de El Jueves no es la única morada de sus autores. Aceptaremos resignados la, no por sabida menos dolorosa, evidencia de que nos íbamos a ir sin las firmas de Gipi o David B.; trasmutados en constelaciones saloneras rodeadas de meteoritos de fans dispuestos a esperar años luz para hacerse con una de esas acuarelas, por ejemplo, que alumbran la más blanca de las páginas. Nos prepararemos mentalmente, en un ejercicio de automortifcación, para infortunios hijos del despiste: no nos extrañaría, por ejemplo, que no llegaramos a tiempo a la charla de McCloud por culpa de un quítame allá esas páginas o que, después de llevar un tiempo maquinándolo, nos volvieramos a casa sin ver a Jeff Brown, pese a tener el cómic en la mano. Son todas ellas cosas que podrían suceder en un Salón como el de Barcelona, tan lleno de estímulos y citas.
Da lo mismo, nadie se va con las manos vacías. Seguro que, pese a todo, sacaremos algún minuto para "deleitarnossinpestañear" ante la tan mentada exposición de originales de Alex Raymond, que no todos lo días se acuesta uno con un Flash Gordon en el buche; o, como consuelo no menor, siempre nos quedarán las planchas de S, perdón, de Gipi, perdón de S de Gipi, que también dibujan su arte y no obligan a colas; o las de Jazz Maynard. Hablando de colas, no estamos seguros pero estábamos por asegurar que la de Victoria Francés nos iba a dejar estupefactos y con cara de góticos traspuestos (¿será Victoria la heredera ilegítima de Ibáñez en cuestión de colas? Duda legítima).
¿Y este colón?
Muchas deudas cronológicas, se nos acaba el tiempo. No podremos perdernos la charla sobre el cómic y la crítica o la crítica de cómics (tanto encabalga, encabalga tanto) con Altuna al frente, Pons, Guiral y Azpitarte a los flancos y un público, seguro, con Pepo a la cabeza y hambre polemizador. Sábado, tarde-noche.
Repasemos: nos tiene que haber dado tiempo a firmar un ratito, a pasar por el stand de Bizancio a saludar a editor y autores, a tomar algún refrigerio cereal (cebada) bien acompañados de blogueros (de eso ya hemos hablado), a hacer mini-colas para conseguir los dibujazos de algún maxi-dibujante, como los muy tímidos Jasón y Anders Nilsen, a pasarnos por el stand italiano de Edizioni Di, que tiene cómics de Pazienzia y Jacovitti (creo que nos haremos con Pompeo, el clásico maldito de aquel) y tiene que darnos tiempo a... a hacer algunas fotos:
El croupier: Paco Roca, todas las cartas sobre la mesa.
As de diamantes: Mc Cloud, para entender el cómic y tal.
Trío de reyes: Gaspar Naranjo haciendo de fan, Jason y Rubín, repartiendo.
Póquer de ases: Pons, Altuna, Guiral y Koldo, barajando.
De regalo lector, para amenizar las semanas venideras y superar la morriña de estos próximos 364 días, compraremos cositas de Brown, Gipi (omnipresente), Possy Simonds y alguno de esos fanzines y revistas que en Barcelona se encuentran como en su casa, de tan bien tratados y representados como están. Se lo vamos contando.

martes, junio 02, 2009

Arquitectura de un stand cumpleañero.


No podíamos esperar mejor regalo de cumpleaños (el último día de mayo este blog cumplía tres añitos). Así se veía el stand de Viaje a Bizancio Ediciones en su rinconcito compartido (junto a Ariadna Editorial) del Salón; y así se veía La arquitectura de las viñetas lucir junto a Vuelos rasantes, Memorias invisibles, Alteregos y De cómo te conocí, te amé y te odié.

El orgulloso y sonriente editor de la criatura

Ha sido una experiencia intensa. No ya por el hecho de ponerse al otro lado del mostrador durante unos minutos (a una intempestiva pero suculenta hora gastronómica -y no, no somos ninguno de los que aparecen en la foto-), sino por los muchos amigos a los que hemos tenido el placer de saludar y conocer. Entre idas y venidas, visitas y hallazgos, deleites y colas varias, hemos podido decir hola, por fin, a muchos de los visitantes de esta bitacorita y a tantos otros de aquellos blogueros por cuyas "casas" nos hemos paseado asiduamente durante los últimos años. Ha sido un placer toparnos, al fin, con el carcelero o con Pepo, volver a saludar a los Malavideros, a Ed, conocer a Maxi o a Koldo, chocar manos, si bien fugazmente esta vez, con los Gallardo, Vázquez y Roca, tomarnos unos refrigerios noctambulistas con nuestros viejos amigos Pejac y Gaspar y, por supuesto, agradecer su confianza a los numerosos amigos que se pasaron por el stand a comprar el mentado libro de las pastas amarillas. Nos quedaron muchos encuentros irrealizados, pero no descartamos nuevas intentonas futuras.
Una cosa más. Prometemos dejar de dar la tabarra con el libro de marras, pero ante la pregunta recurrente con que algunos amigos (deudas de afecto, suponemos) nos han festejado estos días acerca de la ubicación y disponibilidad en librerías de La arquitectura de las viñetas , remitimos a todos los interesados a grandes superficies como la Fnac o La casa del libro, a librerías especializadas (vulgarmente llamadas tiendas de cómics) o a la página de la editorial que, nos aseguran, enviará al pagador cuantas copias hagan falta sin cobrar gastos de envío (O € ).
Y ya está. A partir del siguiente post, salvo causa mayor, les contaremos lo que realmente tuvo de interesante esta nueva edición del Salón del Cómic, que fue mucho. Saludos

jueves, mayo 28, 2009

Nos vemos en Barna.

Llega el día. Se acerca el Salón Internacional del Cómic de Barcelona y, como en los últimos años, pretendemos estar allí, deambulando entre casetas con los ojos desorbitados y la cartera gimiendo ante la imposibilidad de comprar todas las novedades que desearíamos, buscando horarios de firmas y haciendo colas (como buen fan) para ver de cerca a los autores que admiramos y que hemos leído durante el curso, saludando a unos y otros, que después de varias sesiones uno termina por conocer a la parroquia, y, esta vez, sentados durante una ratito detrás del mostrador de Viaje a Bizancio Ediciones, para presumir de criatura. Si les apetece, allí nos vemos el sábado de 13 a 15 horas y por el recinto el resto del tiempo.

miércoles, octubre 29, 2008

Eventos.

Por cierto, páginas originales de Stratos había en ¡Viaje con nosotros!, la fantástica exposición de originales que ha estado en La Casa Encendida entre el 24 de septiembre y el 26 de octubre. Se pueden imaginar que, para alguién que juega ocasionalmente a coleccionista, estar rodeado de planchas originales de algunos de los cómics y autores más importantes de las últimas décadas, puede llegar a producir sofocos.
Así, como una pulga en un matadero, anduvimos semi-descabezados de un expositor a otro: ahora un Alter Rollo de Mauro Entrialgo, más allá páginas originales del mítico Peter Punk, acullá las increíbles láminas expresionistas de Keko, el modernismo surreal de Micharmunt, testimonios impagables de la evolución alucinante desde el underground al testimonio de Gallardo y, como colofón, nada menos que páginas de Trazo de Tiza. Para volverse mico, que decía alguno. Además, nos hicimos con el catálogo de la exposición (editado a medias entre la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior y Ediciones Sins Entido) que junto a brillantes artículos y retrospectivas sobre los autores participantes, nos regala algunas historietas inéditas de los mismos (clausurada la exposición, lo hemos visto en el espacio Sins Entido encuadernado y coleando). Se lo desglosan los chicos de Entrecómics ¡Hagan juego señores!
Como el cuerpo nos pedía más, después de los cómics nos lanzamos al cartelismo. Sumaba el factor emocional: la Casa de Asia organiza un viaje por el sudeste asiático y su historia a través de una exposición de cartelismo y propaganda vietnamita (The rebirth of a nation: gráfica de propaganda en Vietnam desde los años 60 hasta finales del siglo XX). Como la cosa nos pilla cerca y con el olor del pho aún en las pituitarias, no podemos sino recomendar la visita fervientemente. Un valor añadido: la visita a la Casa de Asia en el centro de la capital de España, entre tumultos de turistas, coches pegados a un claxon y mercadeos permanentes, se nos antoja verdaderamente asiática (por no decir taoísta): un palacio en medio de la Carretera de San Jerónimo, convertido en un templo silencioso, apacible y atmosféricamente sombrío. Paz barroca con olor a gingko biloba.
La exposición en sí participa de ese tono místico que rodea al arte asiático: coloridos dibujos planos con cierto aire lírico que, sorprendentemente, casa muy bien con la agresividad de unos mensajes de agitación social ciertamente trasnochados. De ahi su encanto. ¿Se les ocurren proclamas más surrealistas y divertidas que "A producir más lenteja acuática para tener más abono orgánico" o gritos más apocalípticamente desfigurados que "Os veréis en añicos enseguida"? No nos lo inventamos, real como la Conchinchina misma. Tienen hasta el 11 de enero del año que viene.
Para acabar y cambiar de tercio, un evento venidero para mañana mismo. Nos anuncia el ilustrador Carlos Díaz que "Alberto Santos estará el viernes 31 de Octubre en C10 Formación Creativa (su academia de cómic en Madrid) de 19:00 a 21:00 horas dando una conferencia sobre el mundo editorial en España. Nos contará sus experiencias como editor, hará un análisis del mercado, y sobre todo, de cara a los alumnos de la escuela e invitados, enseñará las formas y caminos que deben recorrer los futuros artistas para llegar a los editores." Los intestinos de la industria y todos sus órganos secretos a su disposición.
Surtiditos estos días.

jueves, abril 24, 2008

Saló 2008 y subiendo.

Pues sí, ni pudimos, ni quisimos evitar la ya crónica visita a la Ciudad Condal con motivo del Salón del cómic (y algunos otros menesteres). Es un placer llegar a Barcelona, respirar sus aires marinos y disfrutar de sus noches impredecibles y algo canallas; sobre todo cuando el tiempo y las compañías acompañan. En nuestro caso fue así, de principio a fin. A fin de cuentas, compartimos espacios y cervezas con viejos amigo (alguno de ellos nuevo dibujante).
Con don Gaspar Naranjo (y alguna dama encantadora) visitamos templos nocturnos de la perversión popera y tugurios de mala vida. Así estábamos al día siguiente cuando, ya en Salón (a horas nada recatadas), nos acercamos al stand de otros amigos, los de Malavida, tan simpáticos y salados como siempre. Más tiempo le dedicamos aún a Mr. Yorkshire y su recién estrenado proyecto editorial, no sólo por la simpatía inherente y el entusiasmo contagioso de los dos editores bizantinos, sino porque fue allí (en el stand que generosamente les invitó a compartir Dibbuks) donde pudimos saludar y recibir firmitas de alguno de nuestros ídolos de la viñeta: léanse Max o Javier Olivares. Después, las laberínticas andanzas entre casetas, saludando a amigos-artistas, como Ed o Jorge García, conociendo a otros la mar de simpáticos, como Sonia Pulido o Juan Berrio, y mirando, apabullados, desde lejos, a las deidades y sus quilométricamente fatigosas colas (sí, hablamos de Manara y Moebius, y de Ibáñez, como siempre, claro). No nos olvidamos tampoco de la amable charla con el jefe de Bang Ediciones, que, insensato, se reconoció lector ocasional de este blog; saludos desde aquí.
Señoras y señores, el gran Olivares.

Él, Manara

La cola de Manara.

Virtuosos a la vista: Tripp e Yslaire.
Aún y así, nos quedamos con las ganas de conocer y saludar al carcelero y a otros muchos colegas bitacóricos que se nos aparecen por entre los comments con mayor o menor frecuencia (a los chicos de Entrecómics sólo los vimos de refilón y de lejos, tan apalominados estábamos tras la ingesta de alpiste). Habrá más citas y salones para encuentros variados. También nos dejó el nervio alterado llegar tarde a las dedicatorias de don Santiago Valenzuela (nuestro torrezno favorito), perdernos la contemplación de los Quino y Liniers en acción o no poder hacer las horas de cola que hubieran hecho falta para alabar con megáfono a ese grande que es Giardino (firmaba por la matina, pardiez).

A falta de Giardinos, buenos son sus originales.

Mucho mejor nos fue con las exposiciones organizadas para el evento, que, como no se movían, nos permitieron admirar originales de los mismos Moebius, Manara y Giardino, o los preciosos y coloridos "frescos" de Miguelanxo Prado para De Profundis. Por las mismas, nos paseamos deleitados por entre los stands monográficos dedicados al Bardín de Max y a la Tetería de Rubín; nos sorprendió el pequeño tamaño de sus planchas, que parece incrementar el mérito de su capacidad talentosa para el detalle y la expresión. También había alguna cosita de Max (y de Pere Joan, de Fito, de Guillem March o de Seguí) en el pabellón montado por el Institut d'Estudis Baleàrics bajo el título de Illes Balears. Sorprendente el montaje con los robots, attrezzos y cositas especiales varias utilizadas en El laberinto del Fauno, aunque las colas aconsejaban verlo desde fuera. Lástima que la zona dedicada a la mayoría de las exposiciones, en la nave al fondo del pabellón, tenga ese aire frío y desangelado, muy distinto al del resto del salón.
Pecata minuta, porque lo cierto es que, año tras año, la organización del Saló mejora y son más los argumentos para certificar su primacía entre los eventos comiqueros patrios. Da gusto observar que, con cada edición, el Saló aumenta sus objetivos y sus campos de influencia: muy adecuada el área dedicada a contactos profesionales entre editores y artistas; interesantes también las exposiciones retrospectivas como la dedicada al cómic y la censura o las cada vez más prominentes actividades complementarias y actos paralelos: fueron divertidos, por ejemplo, los duelos de dibujantes con las pantallas digitales.
También las editoriales y librerías son conscientes del escaparate inmejorable que supone el salón (que además garantiza una cifra creciente de ventas), por eso sorprende a medias encontar macro-stands como el de Norma o el pedazo de supercado que se montaron los de Planeta. Tampoco nos ha de extrañar la cada vez más abundante presencia de tiendas directamente dedicadas al merchandising, con mención especial para los muñequitos, maquetas y artilugios varios nacidos alrededor del universo Star Wars. Mercado y más mercado.
El día se cerró de forma similar al anterior: pillerías nocturnas con grupo numeroso de amigos, del que formaron parte alguna ilustre ilustradora y varios miembros del equipo de El Jueves; gente tan simpática y divertida como Darío Adanti y señora. En fin, ya lo ven, una fiesta llena de bocadillos y personajes de cómic. A ver si la edición de 2009 no tarda mucho.

miércoles, marzo 05, 2008

Paseos granadinos entre cómics y naranjos.

De vuelta de tierras "granaínas" nos traemos en el morral un buen puñado de tebeos, muchos buenos momentos y bastantes abrazos. Siempre es un placer cruzar España para visitar una de sus ciudades más fragantes, si además la excusa es visitar uno de los salones comiqueros más pujantes del panorama peninsular (en su decimotercera edición), mejor que mejor. Aunque sólo pudimos asistir durante la jornada del sábado, no queremos olvidar lo que allí vimos y vivimos:
Vimos unas instalaciones amplias luminosas y muy bien preparadas para lo que en ellas se celebraba. Pasillos amplios poblados de visitantes que podían avanzar entre stands sin esas apreturas tan habituales en otros eventos similares. Como nos confesaban los organizadores del salón en petit comité este hecho hacía que la asistencia pareciera más reducida de lo que en realidad demostraba el abultado número de visitantes, dispersos entre los diferentes salones que componían el recinto o entretenidos en el soleado exterior en carnavalesco espectáculo a medio camino entre la fiesta de disfraces y el homenaje manga.
En uno de esos recintos se llevaban a cabo conferencias tan interesantes como la que reunió a miembros de la recién creada Asociación de Editores de Cómic de Andalucía, para discutir en su puesta de largo acerca de la situación y dificultades actuales del cómic andaluz y de sus artistas. Allí escuchamos a las cabezas visibles de Viaje a Bizancio Ediciones, de Mangaline, de Dreamers, de Saturno Ediciones... y allí tuvimos la ocasión de presentar en público a Gaspar Naranjo y su De como te conocí, te amé y te odié, del que tanto hemos hablado ya por aquí.

La asociación de los jefes.

Después, de paseo entre los stands disfrutamos de charlas y encuentros con blogueros amigos, nos divertimos con las peleas carniceras (con ticket de por medio) entre los fans de Brian Bolland, con las fotografías góticas de Paul Naschy junto a sus seguidores, con nuestro amigo Gaspar parapetado detrás de sus gafitas y sus acuarelas líquidas, firmando ejemplares como un amanuense descosido. Entre paseo y paseo nos enteramos además de los contactos auspiciados por el salón entre dibujantes jóvenes y editores extranjeros, o de algunos muy interesantes planes editoriales de editoriales aún jóvenes. Tuvimos tiempo de ver la fantástica exposición de originales de la Enciclopedia Universal Clismón del fantástico Miguel Brieva.

Brian Bolland afanoso en su entrega al fan.


Gaspar Naranjo presumiendo de acuarelas

Paul Naschy y sus anónimos admiradores.


Y sobre todo, entre los sudores de las editoriales y los editores, los disfraces de Jack Skellington, Narutos o caballeros Jedai, percibimos los esfuerzos de la organización por hacer bien las cosas y seguir creciendo como festival. Será un placer volver a ver Granada y volver a visitar a los buenos amigos que allí dejamos.

Ah, además nos hicimos con ese afamado Emigrantes que no hace mucho triunfó en otro lejano salón.