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martes, noviembre 08, 2016

Henning M. Lederer. Nostalgia, minimalismo digital y gifs animados

En esta bitácora hablamos con frecuencia de cine de animación y anime, pero pocas veces nos hemos acercado a ese territorio borroso que algunos denominan arte digital. Puede ser que esa sea la mejor etiqueta para definir a un autor como Henning M. Lederer, en cuya obra tienen cabida gifs hipnóticos, trabajos de diseño gráfico, arte visual y obras de animación más convencionales.
Su vídeo para el tema "Anatomic", del compositor de música ambient Max Cooper, es una buena piedra de toque para entender su trabajo: en él, Lederer recurre a un diseño minimalista infográfico dibujado a mano para crear un efecto de zoom narrativo que se convierte en un viaje desde el cuerpo del ser humano hasta su estructura celular, transformando nuestro organismo en los engranajes de una máquina perfecta.

Sus gifs son aún más elementales, pero nos tienen deslumbrados. No podemos apartar los ojos de la pantalla cada vez que saltan las animaciones de su serie Covers, en la que Lederer anima las portadas geométricas de antiguos libros en un ejercicio de una (sólo aparente) sencillez desarmante. El resultado acerca el trabajo del artista alemán a una revisión postmoderna y digital del op-art más clásico. Similar en intenciones es su trabajo Geometry, en el que trabaja directamente sobre la base de motivos geométricos, que anima sobre el fondo de una melodía electrónica.


Tienen casi todas las animaciones del aleman un aire antiguo, apuestan por la nostalgia de los collages animados, los autómatas mecánicos y los engranajes de relojero (véanse The Sea of Time o Metropol). En otras ocasiones, el autor trabaja directamente sobre trabajos ajenos, como en Bicycle (sobre una ilustración de Mel Furukawa), Watch (versión animada de una pintura de Gerald Murphy) o Gears in Motion (que adapta un dibujo de Eric Drooker). Hasta en sus trabajos más tradicionales, se percibe en Lederer esa mirada nostálgica que comentamos, en ocasiones rememorando la animación surgida en los países del este durante el periodo comunista: obras como Little Fable o Moloch beben del collage, del sentido expresionista de la luz y de una sugerente atmósfera kafkiana.
En su blog machinatorium, el propio Lederer se acerca al panorama contemporáneo del arte digital y nos descubre las propuestas y trabajos de otros creadores coetáneos igualmente valiosos; una ventana abierta a un panorama artístico que no necesita de muros y museos para crear presente y abrir nuevas vías de expresión.
No se queden aquí, busquen y rebusquen entre los trabajos de Lederer, que nunca es tarde para la inocua lisergia visual.

sábado, octubre 08, 2016

De grafitis por East London

Acabamos de regresar de una escapada inglesa post-Brexit que nos ha llenado de energía. Queríamos conocer un Londres diferente a los que ya conocíamos, así que nos pusimos en modo maleta y dejamos que unos buenos amigos nos llevaran de un lado a otro con la boca abierta. Prueba conseguida.
Nos adentramos sin prejuicios en el Londres más indie y hipster, el que recorre el área de Shoreditch y alrededores: Brick Lane, Bethnal, Dalston... Mucho diseño y modernidad, buena música tras cualquier puerta y arte urbano desatado. Pasear por East London es un recreo constante para la vista: no hay muro sin intervención. En Brick Lane, en los alrededores de Spitafields Market y en el Box Park de Bethnal Green Road nos topamos con obras emblemáticas de Stik, Roa, Dale Grimshaw, Ben Slow, Invader y, por supuesto, Banksy (cuyas obras sobreviven convenientemente protegidas en vitrinas o detrás de pantallas de metacrilato). Adivinamos tendencias tridimensionales en el arte urbano contemporáneo: sellos en relieve en esquinas, coloridas esculturas y cada vez más y más intervenciones e instalaciones; algunas de ellas monumentales y tan impresionantes como el increíble Bow and Arrows en pleno corazón de Shoreditch.

jueves, septiembre 15, 2016

Las distopías bárbaras de Ignacio García Sánchez

Entre junio y agosto de este año, hemos podido ver la exposición  “The Barbarians Among Us”, de Ignacio García Sánchez, en la galería santanderina Espacio Alexandra.
La obra del madrileño está recorrida por una serie de motivos temáticos que conforman una visión postapocalíptica desesperanzada: paisajes con ruinas, fallidas proyecciones arquitectónicas futuristas, el tiempo de la revolución, el fracaso de las élites tecnológicas y financieras, etc... Son elementos que encontramos a lo largo de una producción tan ecléctica, que da cabida a dibujos tradicionales, construcciones figurativas sobre fondos abstractos, pósters, modelos urbanísticos, maquetas habitacionales, falsos murales, relatos ilustrados, esculturas e incluso viñetas y cómics.
A partir de sus sociedades distópicas y la mitología de armadas totalitarias, mendigos, rebeldes, bárbaros y cyborgs que las habitan, García Sánchez desarrolla una elaborada narrativa alimentada por cada una de las obras artísticas que se insertan en su producción para conformar la idea global de una ficción: la del fracaso y declive del capitalismo como modelo de construcción social. Las piezas futuristas del artista funcionan así como un pastiche contemporáneo de temas y etapas de la ciencia ficción convertidos ya en lugares comunes de la cultura popular: la catástrofe ecológica, la irrupción del totalitarismo y el control del pensamiento, la sublevación de la máquina, el paraíso adánico aislado de la civilización, la regresión a estados de precivilización, el nacimiento de la resistencia, etc.

En esta mirada hacia el pasado (artístico e histórico) para construir un futuro decadente, la estética de García Sánchez se alimenta de la escenografía futurista, convertida ya en icono, de maestros del cómic y la ilustración como Moebius, Jean-Claude Mézières o Juan Jiménez; aunque el fino trazo de su dibujo nos recuerda a otro joven autor familiarizado con los paisajes de la desolación, de quien estamos hablando mucho últimamente, Anders Nilsen.
En "The Barbarians Among Us", la obra expuesta en Espacio Alexandra, el artista retoma casi todos los elementos aquí señalados para insinuar, a partir de viñetas o estampas aisladas, la historia de una revuelta contra una élite dirigente, tecnológica y aséptica. Los "bárbaros" constituyen el ejército de desposeídos que asalta palacios y cúpulas de cristal en busca de su propia supervivencia. Los dibujos de García Sánchez utilizan como soporte papeles con los bordes quemados para ahondar en la idea de civilización arrasada y obligar al espectador a aferrarse a los restos de una realidad a la que un día incluso él pudo o podrá pertenecer.
Detrás de la catástrofe, no obstante, en la obra de Ignacio García Sánchez encontramos un resquicio para la esperanza, un lugar (¿la reflexión inteligente?) desde el que quizás será posible reconstruir la historia para construir un futuro habitable.

miércoles, agosto 10, 2016

Las grandes mujeres de Ana Villamuza

Nos gusta hablar de amigos en el blog, sobre todo cuando atesoran tanto talento como Ana Villamuza. Dibujante muy técnica, la palentina está realizando una serie de dibujos a lápiz dedicados a mujeres silenciadas o no suficientemente reivindicadas en la historia del arte y el pensamiento. Entre ellos, encontramos nombres conocidos como Marjan Satrapi o Mona Hatoum, junto a otros mucho menos visible, como Sophie Calle o Hannah Höch....
Nunca es tarde para el feminismo necesario y para el conocimiento de la historia no oficial. "Mujeres" es una buena oportunidad para descubrir nombres de mujeres creativas y ponerles rostro. El de Ana Villamuza es uno de los que deberíamos añadir a la lista.
Marjan Satrapi
Sophie Calle
Hannah Höch
Mona Hatoum
Sophie Taueberg
Carrie Mae Weems

miércoles, agosto 03, 2016

Desvelarte, grafitis cantabros

Hemos regresado a Santander, como muchos otros veranos, y hemos dedicado una parte de nuestro ocio a ver, rastrear y disfrutar de exposiciones.
Una de la que más nos ha gustado no se busca, se encuentra; y es tan constante como perecedera, tan efímera como memorable. Desde hace un tiempo, Santander se ha llenado de arte urbano, de muralismo y de grafitis. No hace tanto, un amigo (de quien hablaremos en breve en esta bitácora) y artista en rumbo al estrellato nos contaba al respecto una anécdota muy significativa: en la puerta tapiada de una casita venida abajo, toda ruina ella, dibujó una de sus siluetas negras, paradójica y poética. Al día siguiente, los servicios de limpieza de Santander habían limpiado su metáfora visual con agua a presión, pero habían dejado las vacuas pintadas de alrededor, las firmas engreídas sin más personalidad que el rayón escupido.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces, parece. Ahora las autoridades alientan y apoyan el arte urbano, que ha dejado de ser ofensa para convertirse en vanguardia digerida por el mainstream. Ahora se promociona a quienes antes se silenciaba o ignoraba, y se persiguen iniciativas como las que promueven los chicos de ACAI (Asociación Cultural de Artistas Independientes), que han organizado el Desvelarte de este curso. Gracias a ellos, en Santander podemos ahora disfrutar de obras de artistas reconocidos a nivel nacional e internacional, gente como Judas Arrieta, Boamistura, José Luis Serzo, Okuda, Dulk, y tantos otros.

jueves, junio 09, 2016

Teatrorum, de José Luis Serzo. Lo irreal maravilloso


Desde el 19 de febrero y hasta el 19 de junio, el Domus Artium de Salamanca (DA2) presenta en sus salas un amplio recorrido por la obra de José Luis Serzo, bajo el título Teatrorum Descubrimo al autor y a su alter ego Blinky Rotred, el Hombre Cometa, en un Arte Santander hace ya varios años. Desde entonces, hemos seguido su obra con el interés y la maravillada curiosidad del niño al que le cuentan un cuento en el que no se atisba el final.
En la obra del artista albaceteño hay mucho de cuento fantastico/mítico/romántico... y trágico. Sin embargo, paradójicamente, en ella también hay un fuerte componente real filtrado por la visión alegórica del autor. Los cuadros, esculturas e instalaciones de Serzo reciben al espectador como una puerta abierta a un universo de fantasía, cargado de detalles y absolutamente coherente en su mitología alucinada. Nos recuerda en alguna instancia a los mundos en miniatura de Santiago Valenzuela y esa enorme saga histórico-filosófico-ficcional que se plasma en Las aventuras del Capitán Torrezno.
Como aquel, Serzo construye un mundo a imagen y semejanza de sus obsesiones, sueños y referencias personales y artísticas; una escenografía en la que da rienda suelta a episodios independientes, pero complementarios, protagonizados por un personajillo pelirrojo con espíritu de inventor aventurero y vocación áerea, llamado Blinky Rotred, sosías, alter ego y metáfora del propio Serzo. En cada una de sus aventuras (convertidas en series pictóricas o escultóricas), aquel se ve rodeado de personajes tan fantásticos como él, que no son en realidad sino los amigos, familiares y algunos de los personajes históricos y artistas que forman parte del panteón de referencias de su autor.
Cada sala o espacio de la exposición recoge una de estas "series" y funciona como relato independiente dentro de ese marco más amplio de las aventuras de Blinky Rotred. Los mismos títulos de cada trabajo, descriptivos y cargados de intenciones narrativas, explican de algún modo las intenciones fabulísticas que presiden todo la producción de José Luis Serzo: Todas y cada una de las historias de vuelo (2009), La historia más bella jamás contada (2010), Familia Gómez de los Señores del Bosque (2011), Visiones de Blinky para un Teatrorum Marino (2011) o Ensayos para una gran obra II. Dos declaraciones de amor para un entreacto (2014).

Nos remiten los encabezamientos a la literatura renacentista y barroca o a los grandes ciclos épicos (el Artúrico, el de los Nibelungos...). Hay bastante de tradición mítico-literaria y de cuentística en la obra de Serzo (Alicia en el País de las Maravillas, El Mago de Oz), pero también referentes pictóricos y artísticos muy obvios: desde Gustav Courbet, que protagoniza una de las colecciones y varias de las piezas presentes en la exposición (Un sueño hecho realidad, 2016), hasta el Bosco, Brueghel, Goya o Dalí; no falta el componente surrealista y las referencias freudianas de este último, filtradas, eso sí, por los nuevos códigos interpretativos que plantea el lenguaje de Serzo. Son constantes, por ejemplo, los motivos recurrentes y los leit motifs (el telón, la corona, el tractor, la balsa, los insectos, el escenario, los andamios...) que funcionan como hilo cohesivo entre las diferentes piezas y épocas del artista.
La impronta hiperrealista de cuadros y esculturas filtra el elemento mágico de cada uno de ellos, hasta redirigirlo hacia una interpretación teatralizada de la realidad: el espectador es consciente de que los gnomos, las hadas, los gigantes y los fenómenos de circo que habitan en el mundo de Blinky son, en ralidad y una vez despejados de la metáfora, seres reales que viven al otro lado del espejo, en la dimensión paralela de José Luis Serzo. La misma lectura nos permitiría descifrar sus escenografías de naufragios, bosques, circos y teatros de guiñoles. No es extraño que la exposición tome su nombre de Teatrorum (2016), una instalación creada para esta muestra y una pieza de síntesis en la que convergen todas las demás: un teatro abovedado que nos proyecta hacia la irrealidad de los sueños, la fantasía y la imaginación; y que da sentido al juego de identidades, disfraces y representaciones que fundamentan esta exposición.
En todo caso, que la realidad no nos impida descubrir la ficción maravillosa que encierra esta exposición. Si tuvieramos que jugar a los compartimentos estancos, podríamos decir que (junto a Gonzalo Rueda, Sergio Mora o Víctor Castillo) estamos ante uno de los grandes representantes en nuestro país de esa corriente que se ha dado en llamar Surrealismo Pop. Sin embargo, la riqueza conceptual, narrativa y técnica de la obra de Serzo, nos invita más bien a pensar que estamos ante un creador de historias, un fabulador ecléctico envuelto en ropajes de artista multidisciplinar.
No se pierdan Tetrorum. Maravilla.

miércoles, abril 27, 2016

Sandra Chevrier. Rostros y superhéroes tatuados

El número 32 de la revista VNA (Very Nearly Almost) le dedica un artículo a la artista canadiense Sandra Chevrier. Su título, "Superheroism", no es casual; su ubicación en una revista dedicada sobre todo al arte urbano, el grafiti y las intervenciones en espacios arquitectónicos, tampoco.
Aunque la obra de Chevrier se enmarca dentro de los esquemas del arte tradicional (básicamente trabajos sobre papel y lienzo realizados con técnicas clásicas: óleo, acuarela, tinta china...), sus cuadros y dibujos presentan un espíritu profundamente contemporáneo por lo que respecta a sus intenciones y realización. 
Lo observamos, por ejemplo, en Studies on Paper, en los que la artista recurre al collage y al apropiacionismo pop para recrear rostros de bellas mujeres (con reminiscencias a conocidas modelos y actrices) invadidos por imágenes prestadas de la cultura pop y, sobre todo, de los cómics de superhéroes clásicos. Nos encontramos así con las efigies esbeltas de  hipotéticas Audrey Hepburns, Merilyn Monroes o Brigitte Bardots, con sus rostros invadidos por Supermanes compungidos o por onomatopeyas y batiseñales. El resultado es profundamente estético y desprende una sutil inocencia pop.
En las diferentes series que encuadra bajo el título Super Hero Canvas, la autora lleva el proceso un paso más allá por lo que respecta a la "nobleza" de los materiales empleados (óleo sobre lienzo), sin que la base de su propuesta varíe sustancialmente: de nuevo, recrea los rostros estilizados y graciosos de mujeres, cuya perfecta armonía se ve truncada por el "tatuaje" conveniente de escenas superheroicas descontextualizadas sobre sus caras. En Hand Painted Cages, el proceso se repite con acrílico sobre madera tallada.


La idea del rostro convertido en muro, pantalla o viñeta (como se prefiera), junto a la obvia referencia al collage (que en algunos casos no es tal, ya que las imágenes están directamente pintadas sobre el rostro) y las técnicas de sobreexposición y sobreimpresión combinadas, son los factores que convierten los cuadros de Chevrier en "textos" modernos y los emparentan con muchas vertientes contemporáneas del arte urbano, el post-pop y el neodadaísmo. Aunque sus trabajos tienen cierta impronta decorativa y se mueven en ocasiones en un territorio cercano a la ilustración, su uso del fotorrealismo, junto al empleo de técnicas mixtas y materiales normalmente emparentados con las bellas artes, están granjeándole al interesante ejercicio de apropiacionismo pop de Chevrier una popularidad creciente entre aficionados, galeristas y medios de comunicación. El pop está de moda, otra vez.