jueves, junio 25, 2015

Otro minicómic: Gasoline Eye Drops, de Chris Gooch


Chris Gooch sólo tiene 20 años, pero aunque en sus cómics se vislumbran inquietudes y la sensibilidad propia de esa edad, su madurez como narrador resulta ciertamente notable. Gasoline Eye Drops es un buen ejemplo de lo que decimos. Llegamos a este tebeíto gracias a las siempre aprovechables recomendaciones de Paul Gravett y sus ojeadores alrededor del globo.
Gooch escribió y dibujó este trabajo dentro de un proyecto becado de promoción artística de la RMIT University Link en Australia. El cómic se presentó también como exposición artística con murales gigantes que reproducían las páginas del tebeo. En el prólogo de la obra, Mandy Ord, la editora y tutora del proyecto, enumera algunas de las muchas virtudes del mismo:
I can snap my fingers to the beat of the lives depicted in Gasoline Eye Drops and know that I am connected to everyone else. And that is what a great comic can do. It can pull you in and incite you as a participant, observer and witness simultaneously. But more than that it can help you to realise a revelatory truth about the characters and an ever deeper one about yourself.
Tiene razón Ord cuando insinúa la valía de Gasoline Eye Drops como estudio del comportamiento humano: la capacidad de Gooch para capturar con naturalidad el pulso de la vida y de los conflictos interpersonales, su habilidad a la hora de construir diálogos precisos y verosímiles, hacen que este trabajo supere los valores más obvios anclados a la cotidianidad que se adscriben a la etiqueta "slice of life". El minicómic de Gooch funciona como análisis psicológico y como ejercicio introspectivo en el que se indaga sobre las consecuencias de nuestros miedos, frustraciones, deseos y sueños.
A partir del triángulo amoroso formado por Simon, su nueva novia Sarah e Issac, el exnovio recién abandonado de ésta, Gasoline Eye Drops navega en el infierno de los celos, el rencor y la impotencia que generan algunas rupturas sentimentales. Las visitas al psicólogo de Simon, el personaje principal, constituyen una interesante subtrama dentro del cómic, en la que el autor despliega una serie de elementos oníricos y aspectos del subconsciente que ayudan a enriquecer el relato principal; al mismo tiempo que dotan a la historia de matices y complejidad.
Para subrayar el desasosiego y la impotencia de los personajes, Gooch recurre a una organización reticular de la página (sujeta a variaciones menores) formada por seis viñetas cuadradas idénticas organizadas en dos filas. El reducido tamaño de las viñetas y la simetría estructural contribuyen a profundizar en la atmósfera opresiva que domina la historia. La abundancia de planos medios, primeros planos y planos de detalle incide en esta misma cadencia pausada (propia de lo rutinario), pero recorrida por la tensión soterrada que se deriva de los comportamientos compulsivos y de las frustraciones de los protagonistas.
¡Qué más podemos decir de un autor que apenas ha cumplido la mayoría de edad! Después de minicómics tan interesantes como Hidden y, sobre todo, este Gasoline Eye Drops, sólo nos resta esperar con mucha atención futuros trabajos de un creador que aún no ha alcanzado su madurez. Sólo podemos esperar buenas noticias de Chris Gooch.

jueves, junio 18, 2015

Un minicómic: Greys, de Olivier Schrauwen

Aficionados como somos a los minicómics, y firmes creyentes de su interés como vehículo formal de exploración y puerta de entrada para autores con proyección, vamos a referirnos esta semana a un tebe'ito un tanto escondido dentro de la bibliografía de uno de los últimos prodigios del  tebeo experimental.
Olivier Shrauwen no es ya ningún desconocido. Somos muchos los que esperamos con expectación sus publicaciones, siempre vanguardistas (muchas veces en el sentido literal e histórico de la palabra) y sorprendentes. Shrauwen es un renovador, y lo es hasta en sus obras más "pequeñas" y modestas, como este Greys, publicado en un cuadernillo grapado de papel reciclado; y tonos grisaceos, por supuesto.
Greys arranca con una doble página que, junto al autorretrato del mismo artista, incluye la confesión en primera persona de una experiencia paranormal, o extrasensorial, supuestamenta vivida por el propio Schrauwen: este cómic es la descripción pormenorizada de una abducción alienígena; y la justificación de su propósito no carece de convicción:
Hi my name is O. Shrauwen. I'm a 33 year old man living in Neukölln, Germany. On the following pages I will present to you a report of my encounter with extraterrestrial beings known as 'grey aliens' or 'greys'.
As a professional graphic-novelist I chose to tell this story in a comic-form. I believe that precisely in the gray area, the overlap between what can be said with words and what's best shown with images lies the language that can truly convey the profound mystery of the events I've experienced. 
El humor de Schrauwen es tan fino y sutil en sus cómics que, en muchos casos, se diluye detrás de la extravagancia o la experimentación radical de su propuesta. Hasta sus páginas más dadaístas admiten una lectura profunda y razonada. Partiendo de esta base, Greys se plantea como una crónica detallada y minuciosa de un imposible. Precisamente, ese tomarse en serio a uno mismo, esa documentación ilustrada de la alucinación apoyada en el testimonio exhaustivo, hacen que el lector se deje engañar y se meta de cabeza en la nueva gamberrada de Schrauwen.
La sobriedad de la propuesta formal (páginas de un tamaño de medio folio divididas en dos viñetas idénticas), junto a la sencillez de los dibujos y la baja calidad de impresión (que se manifiesta en el pixelado grueso de líneas y tramas), contribuyen a crear una sensación de urgencia, una impronta visual semejante al panfleto confesional o el folleto evangelizador, que tantas veces nos han ofrecido en la misma puerta de nuestra casa misioneros en campaña de apostolado y demás adeptos a milongas espirituales. Con el mismo escepticismo y divertida perplejidad que nos acercamos a aquellos, leemos este Greys de Schrauwen. Con una ventaja sobre cualquiera de ellos, eso sí, Schrauwen no tiene que hacer nada más para convertirnos o convencernos, nos tiene abducidos desde que le leímos por primera vez.

viernes, junio 12, 2015

Patria, de Nina Bunjevac. Los padres de la guerra

Nos acercamos a Patria sin conocer a su autora y con tres equívocos provocados por una interpretación errónea de su portada: el título "Patria" y la fuente elegida, con reminiscencias a las tipografías cirílicas, nos llevan a pensar de forma un tanto arbitraria que estamos ante una nóvela gráfica ambientada en Rusia. La aparición en portada del retrato de un hombre rubio con cierto parecido a un Vladímir Putin rejuvenecido termina por asentar el dislate.
Sin embargo, tampoco andábamos demasiado desencaminados. Nina Bunjevac es una artista serbia (canadiense con raíces yugoslavas, en realidad), y Patria es la historia de su padre; que de hecho es la Historia de los Balcanes y la antigua Yugoslavia en el último siglo. El padre de Nina es el hombre representado en la portada, se llamaba Peter Bunjevac y vivió en Canadá como exiliado del régimen de Josip Broz Tito. Peter Bunjevac combatió y murió al servicio de las células anticomunistas del grupo terrorista Libertad para la Patria Serbia.
La historia de Nina es la de su niñez en Canadá y su exilio voluntario, junto a su madre y hermana, en la tierra de su familia, la antigua Yugoslavia. Una familia que regresa a su patria escapándose de las bombas, la violencia terrorista y el fanatismo político representado por el padre y patriarca. Oímos y vemos la historia a través de los ojos de una Nina adulta que mira hacia atrás y reflexiona acerca de su pasado y el de su propio pueblo. 
Porque Patria no es sólo una historia familiar, sino la de una región, un país que se atomizó en una miríada de estados enfrentados; y, en última instancia, la historia de la Europa reciente. Desde la perplejidad y la desesperanza, Bunjevac reflexiona acerca del sinsentido y la colección de rencores que convirtieron a gentes afines, a miembros de una misma etnia, en enemigos irreconciliables capaces de ejercer las crueldades más atroces sobre sus antiguos "hermanos" eslavos:
He investigado a conciencia la historia de esta región para llegar al fondo del conflicto entre los serbios y los croatas, pero cuanto más profundizo, menos conflictos documentados encuentro entre estos dos grupos casi idénticos; antes del siglo XX son poquísimos. Parece que tanto los unos como los otros llegaron a la Península Balcánica en la misma época, en el año 500. / En esencia, serbios y croatas pertenecen al grupo étnico de los eslavos meridionales. Las fuentes históricas los describen como numerosos, desorganizados y sufridos, y muy reacios a dejarse conquistar o esclavizar. / Durante los siglos que siguieron a su llegada a la Península Balcánica, ambos grupos formaron estados soberanos que coexistieron pacíficamente; hablaban el mismo idioma, tenían costumbres similares. / Y ambos grupos adoptaron el cristianismo como religión oficial hacia el año 900, muy probablemente para estrechar lazos políticos con los gigantes que tenían por vecinos: Croacia se volvió hacia Roma, y Serbia hacia Constantinopla. A medida que la brecha entre la religión católica y la ortodoxa aumentaba, también aumentaron las diferencias entre serbios y croatas. 
El minucioso puntillismo del dibujo de Nina Bunjevac ayuda a dotar de profundidad y dramatismo a una trama ya de por sí áspera y descarnada. La ilustración de Patria es un trabajo de amanuense, un ejercicio asombroso de paciencia y virtuosismo. Su uso de las tramas, los puntos y el rayado nos recuerda a los estilos de Joe Sacco, Robert Crumb o Howard Cruse, aunque el dibujo de Bunjevac huye radicalmente de la caricatura, del mismo modo que su historia se ciñe al relato frío, a la exposición, ora biográfica ora histórica, de los acontecimientos vividos. Es cierto que, por esa misma pulcritud y concreción a los hechos y la Historia, este cómic adolece en ocasiones de cierta emoción y peca de frialdad expositiva (sobre todo en sus capítulos más puramente historiográficos, como "Infancia"). No obstante, Nina Bunjevac consigue hacer suyo el relato en todo momento gracias al empleo de la voz narrativa en primera persona, que ilustra y acompaña sus explicaciones y reflexiones de naturaleza más íntima.
Patria es, en definitiva, la historia de los Balcanes, una crónica trágica de odios, venganzas y masacres sin fin. Una lectura que intenta arrojar luz sobre un laberinto repleto de callejones sin salida y falsos desvíos. No era fácil en su día entender lo que estaba sucediendo en Yugoslavia; como tampoco lo fue comprender la reacción de Europa y el resto de países occidentales. Todavía, de vez en cuando, pensamos en Matija y Lydia. Fueron dos amigos de verano; no eran serbios, bosnios o croatas, en aquella época eran simplemente yugoslavos. Hablábamos de fútbol, de cine y de música, teníamos gustos similares y estoy seguro de que los tres pensábamos en cuánto nos parecíamos pese a la distancia. Tres o cuatro años más tarde se desencadenó el infierno en los Balcanes y nunca más volvimos a saber de Matija ni de Lydia. Sólo mucho después nos dimos cuenta de que en realidad el hecho de que fueran serbios, croatas o bosnios no era en absoluto irrelevante.
Obras como Patria o Gorazde, de Joe Sacco, forman parte de ese "nuevo" cómic que bajo la etiqueta de "Novela gráfica" está llevando al lenguaje de las viñetas a unas cotas desconocidas y a unas profundidades conceptuales de las que el cine, el ensayo o la novela ya disfrutaban mucho antes. Gracias a gente como Nina Bunjevac o Joe Sacco conseguimos entender un poco mejor nuestra historia reciente, tratamos de encontrar las coordenadas de lo inexplicable.

jueves, junio 04, 2015

Esenciales de 2014 (segundo semestre), de ACDCómic

Con algo de retraso debido a problemas técnicos, ACDCómic (la Asociación de Críticos y Divulgadores de España) ha publicado la lista de "esenciales" de la segunda mitad de 2014. Si unimos esta selección generosa con la pieza del puzle del semestre anterior, nos sale una lista de lecturas fecunda y llena de alicientes para todos aquellos que quieran regalar cómics o ponerse al día con lo publicado el curso pasado. Notarán, además, la abundancia de cómics nacionales: han brillado por su calidad los tebeos y novelas graficas publicados en nuestro país, aunque el nivel general de los cómics seleccionados es muy alta en cualquier caso (sobre algunos de ellos hablábamos en nuestra recopilación con lo mejor de 2014).
 Estos son los trabajos seleccionados:

ESENCIALES JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Aama 4, de Frederik Peeters (Astiberri)
  • Alabaster, de Osamu Tezuka (Astiberri)
  • Andanzas de un hombre en pijama, de Paco Roca (Astiberri)
  • Aquel verano, de Jillian Tamaki y Mariko Tamaki (La Cúpula)
  • Bella Muerte, de Kelly Sue DeConnick y Emma Ríos (Astiberri)
  • Caballero Luna. De entre los muertos, de Warren Ellis y Declan Shalvey (Panini)
  • Cowboy Henk, de Herr Seele y Kamagurka (Autsaider)
  • Fútbol. La novela gráfica, de Santiago García y Pablo Ríos (Astiberri)
  • Historias del barrio 2. Caminos, de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí (Astiberri)
  • Hulka. Ley y desorden, de Charles Soule y Javier Pulido (Panini)
  • Ikea Dream Makers, de Christian Robles (DeHavilland)
  • Kiosco, de Juan Berrio (Dibbuks)
  • La enciclopedia de la tierra temprana, de Isabel Greenberg (Impedimenta)
  • Las meninas, de Santiago García y Javier Olivares (Astiberri)
  • Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado, de Alison Bechdel (Reservoir Books)
  • Lo primero que me viene a la mente, de Juaco Vizuete (Astiberri)
  • Murderabilia, de Álvaro Ortiz (Astiberri)
  • Nosotros llegamos primero, de Furillo (Autsaider)
  • Solanin, de Inio Asano (Norma)
  • Subterfuge Comix, de varios autores (Autsaider)
  • Tungsteno, de Marcello Quintanilha (La Cúpula)
  • Versus, de Luis Bustos (Entrecomics)
  • Viñetas de vida, de varios autores (Astiberri)
  • Yo, asesino, de Antonio Altarriba y Keko (Norma)
ESENCIALES CLÁSICOS JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Alpha Flight, de John Byrne (Panini) 
  • La Cosa del Pantano, de Alan Moore, John Totleben, Rick Veitch y otros (ECC)
  • Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay (Kraken)
  • Miracleman 1. El sueño de volar, de Alan Moore, Garry Leach, Alan Davis y otros (Panini)Torpedo 1936, de Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet (Panini)
ESENCIALES INFANTILES Y JUVENILES JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Ana y Froga. ¿Qué hacemos ahora?, de Anouk Ricard (Blackie Books)
  • Dos Espadas nº4, de Kenny Ruiz (Norma)
  • El momento de Aurora West, de Paul Pope, J.T. Petty y David Rubín (DeBolsillo)
  • Johan y Pirluit Vol. 6, de Yvan Delporte, Thierry Culliford y Alain Maury (Dolmen)
  • Natacha. Pánico a bordo, de Walthery (Dolmen) 
ESENCIALES DIGITALES 2014

La propia ACDCómic recopila también numerosas reseñas y textos, publicados por sus miembros, acerca de las obras seleccionadas. Pasen y vean (encontrarán incluso alguna reseñita aparecida en este blog).

sábado, mayo 30, 2015

Canosa y los detestables humanos, de Jim Pluk. Muñequitos cabreados.

No hace mucho nos acercábamos al efervescente cómic que se está haciendo en Colombia, con motivo del trabajo de Truchafrita y el slice of life reflexivo y cotidiano que despliega en sus Cuadernos Gran Jefe.
Regresamos ahora al país cafetero para comentar la publicación reciente de Canosa y los detestables humanos de Jim Pluk, por parte de Dehavilland Ediciones. Canosa es una cría pegada a una coleta, pizpireta, deslenguada y ácida, que ve pasar el mundo ante sus ojos con un espíritu romántico y desesperanzado; la niña-vieja romántica que oscila entre la ingenuidad infantil y la claudicacion final ante la realidad absurda que le rodea. ¿Les suena? Quino se nos viene a la cabeza inmediatamente, junto a Mafalda y su tribu de niños-sabios, metáfora digerible del mundo adulto.
El trabajo de Pluk es, sin embargo, mucho menos amable: la ironía se sustituye por la rabia y el bofetón. En consonancia, su dibujo es también mucho menos pulcro, perfeccionista y redondo. Canosa y los detestables son apenas esbozos, atisbos de personajes filtrados por el feísmo de esa escuela lowbrow de Robert Williams y Gary Panter que se ha consolidado en el cómic actual; y que tan bien encaja con los mensajes airados y el descontento que el nuevo underground intenta transmitir.
El lector y los "detestables" amigos de Canosa (personas, pero también objetos y animales humanizados), son los interlocutores ante los que la niña deja escapar el enojo sarcástico de sus reflexiones o sus ingenuas soflamas esperanzadas sobre un futuro mejor. Porque el trabajo de Pluk no es sólo protesta, incluye una dosis de lirismo infantil (que, como todos sabemos, no es otra cosa que candor e inconsciencia). En estas ocasiones en las que el mensaje de sus viñetas se torna más idealizado, las tiras y páginas de Canosa... nos recuerdan a aquellas otras tiras fantasiosas y edenistas que habitaban el onírico universo poético de Kioskerman (más pulcro y amable), que también visitamos en su día desde esta bitácora.
Libertad estilística y formal (Canosa y los detestables humanos combina tiras, viñetas únicas, bocetos y páginas con un número variable de viñetas) al servicio de la crítica y el sano cuestionamiento de lo establecido. Así debería ser.

martes, mayo 12, 2015

Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta. Entrevista

Nos hemos dirigido a Judas Arrieta, un viejo amigo de esta bitácora, para hablar de su última propuesta artística: Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta. Se trata de un proyecto que ya está dando mucho de que hablar, y que ha nacido y evolucionado con una vocación colaborativa, muy conectada con el espíritu exhibicionista y lúdico de las redes social; a través de las cuales se ha divulgado y se está distribuyendo. 

Little Nemo's Kat: Hola Judas. Hace unas cuantas semanas, varios críticos, coleccionistas, amigos y seguidores de tu obra, recibimos en Facebook un mensaje directo en el que nos informabas acerca de un nuevo proyecto tuyo que pensabas denominar Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta. ¿Podrías explicar a nuestros lectores qué se esconde detrás del título y qué persigues con esta iniciativa? 

Judas: Los 100 superhéroes de Judas Arrieta es un proyecto artístico que he lanzado a través de Facebook. El proyecto se podría describir de 100 maneras diferentes, una por cada dibujo que me han encargado.
Después de 20 años en este mundillo y realizar muchas exposiciones por todo el mundo, te das cuenta de que hay muchas cosas que se me escapan. Una de ellas era que no sabia el paradero de muchas de las obras vendidas,... normalmente las galerías no comparten estos datos con los artistas, casi siempre por miedo a que les hagas la cama, pero en muchas ocasiones la culpa también ha sido mía, por no insistir y preguntar sobre estas cosas. Hoy, tengo claro que me gustaría saber donde están esas obras y quienes son los que han apostado por mi, se han enamorado y tienen en la pared de su casa colgado alguno de mis trabajos.
Este trabajo reflexiona sobre esto y muchas cosas mas que espero contarte en esta entrevista. 
Los 100 Superheroes de Judas Arrieta es un proyecto que busca unir a 100 fans de mi arte. Es el club de los 100 enamorados de los garabatos.

Little Nemo’s Kat: ¿Puedes desarrollar de forma más pormenorizada en qué consiste exactamente tu idea? ¿En qué se diferencia de tus últimas iniciativas y exposiciones? 

Judas: El proyecto consiste en una serie de 100 dibujos de superhéroes, con mensajes y detalles sorprendentes. Los dibujos se venden por separado, uno por cada superhéroe, por un precio simbólico de 100 € cada uno (habitualmente mis dibujos en tamaño A4 se venden a 500 € (+ IVA). La idea es que cada comprador o fan decida cuál es su superhéroe favorito y encargue uno. Y se plantea como una oferta especial que se lanza exclusivamente a través de mi página de Facebook. El cliente contacta directamente conmigo y me hace el encargo, hablamos sobre la posibilidades del dibujo y se convierte en una pieza en la que las dos partes aportan ideas.
Son dibujos realizados en técnica mixta sobre papel hecho a mano. La medida es de 30x21cm, A4. Y todas la piezas estarán numerada en el anverso, firmadas y fechadas en el reverso. Como final de proyecto se editará un catálogo que recogerá Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta. Todos los fans que se hayan hecho con uno de los 100 Superhéroes recibirán un catálogo firmado y dedicado. 
La oferta es sólo desde el 20 de marzo hasta el 20 de mayo del 2015. Ya se han reservado 90 dibujos, así que si para el 20 de mayo no está cerrado el creo que ampliaré el plazo hasta finales del mes de mayo. Espero que esta entrevista ayude a completar todos los encargos de el proyecto. Si no es así, ya tengo plan B.
COLECCIONISMO 

Little Nemo’s Kat: Veo que, en cierto modo, planteas tu iniciativa como una suerte de homenaje retroactivo a los amantes del arte y tus fans y seguidores en particular. ¿Explica ese hecho que hayas decidido establecer un contacto directo con ellos a través de las redes sociales y que hayas establecido un precio simbólico respecto a la cotización habitual de tu obra? 

Judas: Sí, siempre he pensado que el arte es devolver lo que a uno le dan, así que los primeros invitados a tomar parte en este proyecto han sido todos los coleccionistas que en algún momento de mi carrera han comprado una pieza mía, luego la propuesta se ha lanzado a través de Facebook donde he contactado con todos mis fans y seguidores. También he animado a las personas que ya han encargado alguna pieza a que inviten a sus amigos. Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta es un proyecto que con la excusa del encargo/compra de un dibujo, quiere crear un grupo de fans al que pueda mantener informado los próximos 30 o 40 años que aún me quedan en este mundillo.
Cuando estoy en el estudio trabajando me gusta pensar cuál seria la mejor manera de que mi obra llegara a todo tipo de publico. Me gusta exponer mis trabajos en diferentes circuitos, no sólo en galerías especializadas y museos, intento hacer cosas en salas y centros municipales, escuelas, dar conferencias y charlas, llegar a un público variado. Pero a veces es muy frustrante disfrutar tanto trabajando en el estudio y luego ver como esas piezas se quedan almacenadas. Muchas veces cuando una pieza se expone en un museo o galería luego nadie quiere volver a exponerla, la estamos condenando a muerte. Esto es frustrante, sobre todo si sabes que la pieza es buena y potente. Mi trabajo intenta reflejar o representar las experiencias vitales y estéticas de una generación que ha crecido expuesta a importantes cambios sociales, económicos y culturales; y a nuevas formas de disfrutar y padecer el día a día a través de la televisión, el cine, los videojuegos… También pinto para sobrevivir personal y económicamente, así que quiero que mi obra tenga una salida y se venda.
Little Nemo’s Kat: Vamos a hablar de ese tema. ¿Cómo ha cambiado el mundo del coleccionismo y de los aficionados al arte con la crisis? ¿Sigue existiendo un mercado que permita vivir a los artistas de su trabajo? No sé si has notado algún cambio entre tu “público” en los últimos tiempos… 

Judas: Lo mas interesante de esta serie no son las formas, el modo o el dinero que se consigue si todas las piezas se venden. Lo interesante es el movimiento que se genera en torno al proyecto. A mí, desde hace ya varios años, me interesa ver lo que surge alrededor de un acto expositivo o artístico. Centrándonos en este proyecto, no creo que sea una formula nueva, tiene mucha relación con la idea de crowfunding. Me interesa sobre todo el contacto humano, interés y seguimiento o trabajo en equipo que se crea entre el creador y el cliente. Creo que la obra resultante o encargo realizado adquiere un plus o valor añadido que no vamos a olvidar, haciendo así una obra única con un valor sentimental importante. Creo que esta experiencia vital puede hacer que la chispa del coleccionismo y el amor por el arte se enciendan en varios de estos primeros compradores.
Hasta ahora cuando he tenido un encargo no he disfrutado demasiado, así que este proyecto a nivel personal también ha sido un reto. Para mí ha sido importante marcar unas pautas, sobre todo el tema de los dibujos a realizar y dar  a los clientes una libertad total a la hora de elegir los personajes que querían ver reflejados en sus encargos.
Este trabajo me ha hecho sentirme como un superhéroe ya que a través de mi quehacer como artista estoy intentando crear una piezas con las que hacer felices a unos fans no sólo de mi trabajo, sino de un mundo con el que me siento identificado, el de los superhéroes. Por otro lado, aunque aún no lo saben (y aquí desvelo lo bonito de este proyecto), el cliente también se convierte en un superhéroe al formar parte de este iniciativa, ya que a través de sus encargos yo podré sobrevivir dignamente, pensando sólo en pintar durante una temporada. Todo esto lo explicaré y se veré reflejado en el catálogo que editare para concluir el proyecto. Será una edición limitada que solo llegará a los que han tomado parte del proyecto y estará dedicado y firmado. 

LA EXPERIENCIA 

Little Nemo’s Kat: ¿Cuál ha sido la respuesta a tu propuesta hasta el momento? Tengo la sensación de que cuando un creador se embarca en un proyecto tan poco ortodoxo como éste, en su fuero interno se plantea diversos objetivos en planos también diferentes. ¿Qué buscas a nivel personal respecto a Los 100 superhéroes de Judas Arrieta y hasta qué punto crees que se satisfarán las expectativas creadas? 

Judas: La respuesta ha sido increíble, estoy muy contento y  atareado (risas). Mientras escribo estas líneas, sólo pienso en terminar cuanto antes la entrevista para ponerme a garabatear. A falta de 10 días para terminar la convocatoria (que seguramente alargaré hasta finales de mes), ya son 90 los encargos recibidos. Lo mas bonito es la diversidad de clientes y propuestas. Es verdad que uno piensa que hay personajes que se repiten y que le gustaría que apareciesen otros (ya estoy pensando en hacer cosas con esos otros que no han aparecido). Está siendo un reto precioso.
Mientras trabajo en el proyecto tengo que tener 2 puntos de vista claros: uno es el global, todos los dibujos se recogerán en un catálogo, así que las 100 piezas tienen que tener cosas en común, pero no repetirse en exceso. Esto es un reto, ya que tengo que desplegar todos los recursos que he utilizado durante estos años y plantearme nuevos.  
Por otro lado, está el tema de la individualidad, cada pieza tiene que responder a las exigencias del cliente, sean cuales sean, sin dejar de ser un Judas Arrieta. Casi nada... 

Little Nemo’s Kat: Contacto directo entre el artista y el cliente, sin intermediarios… 

Judas: No es un proyecto en el que no quiera intermediarios, las dos galerías con las que trabajo en este momento en España conocen el proyecto, hablé con ellas antes de lanzarlo y tienen carta blanca para buscarme clientes llevándose la correspondiente comisión. No quiero hacer la cama a nadie ni saltarme intermediarios. Solo quiero plantear nuevas formas de venta, promoción y, sobre todo, formas de hacer llegar obra a todo tipo de publico.
Por otro lado, como ya he señalado antes, este proyecto en su conjunto busca crear experiencias o generar un contexto de disfrute del arte por vías diferentes a las habituales. Creo que el artista tiene que ser alguien cercano al coleccionista, cliente o fan. Por lo menos en mi caso.
Quiero que los aficionados vivan con intensidad y expectación como van saliendo los dibujos y propuestas vía redes sociales en Internet. Sé que algunos no quieren ver el proceso y pasos que doy con cada dibujo, que sólo quieren ver el resultado final, pero se que la mayoría está esperando a ver cual es el resultado. 

Little Nemo’s Kat: Has mencionado en varias ocasiones que con este proyecto te planteas un reto personal y que lo has adoptado desde una perspectiva de superación. Si analizamos tus últimos trabajos, observamos que últimamente apuestas por cierto eclecticismo formal y por la búsqueda de diferentes soportes y medios expresivos. Estamos pensando en Pintar o morir, tu última y muy reciente exposición para el Amaia Kultur Zentroa de Irún: en ella encontrábamos desde réplicas de tus muñecos Judas Z, a lienzos tradicionales y murales, pasando incluso por tablas de skateboard decoradas con tus diseños. ¿Qué lugar ocuparían Los 100 superhéroes de Judas Arrieta dentro de esa trayectoria? 

Judas: Me gusta probar de todo, soy salsero por naturaleza, unto pan en todas las salsas. Y también creo que mi trabajo es muy híbrido y funciona a todos los niveles y soportes, básicamente porque lo importante en mi trabajo es la actitud y forma en la que me enfrento a los retos. Para mí son importantes todos los pasos y puntos de cada proyecto, desde la obra que voy a exponer, a los soportes, el lugar donde uno expone, el público… Todo esto influye en los temas a tratar, en el montaje, en las visitas guiadas que planteo, el catalogo... La muestra que he hecho en Irún ha reunido una serie de trabajos de gran formato realizados en China en los últimos 8 años, en los que he estado viviendo allí. Ha sido una exposición en la que he tenido la posibilidad de jugar en casa y mostrar a mis amigos, familiares y seguidores locales de lo que soy capaz como artista. El espacio era perfecto para mostrar mis obras de gran formato, que he mezclado con dibujos (protocuadros), juguetes y propuestas nuevas (tablas de skate). La unión de todos estos elementos en una exposición me han servido como excusa para poder hablar de mi trayectoria, mi actitud frente a la vida y el arte, y mis proyectos futuros. Lo más interesante de esta muestra han sido las visitas guiadas en las que he podido compartir con fans, vecinos y amigos todo tipo de experiencias y reflexiones a partir de lo que estaba expuesto.

En el caso de Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta, me interesa lo ecléctico que está siendo el proyecto tanto en propuestas, como en clientela. En este caso el arte esta uniendo a gente que nunca coincidirían si no fuera por este tipo de iniciativas. Así, tengo encargos de todo tipo de gente y nacionalidades...
AHORA es el lugar que ocupa este proyecto de Los 100 Superhéroes. AHORA estoy disfrutando como un enano dibujando, garabateando, buscando imágenes, surfeando en Internet… He hecho 20 dibujos en 15 dias, trabajando de 10 de la noche a 4 de la mañana (risas). Las demás horas del día las paso haciendo recados y la comida (me encanta cocinar), cuidando y disfrutando de mi hija (todas las tardes son para ella). Desde que empecé con esta idea me siento feliz, lleno de energía... Y mira como son las cosas (la mítica “Ley de Murphy”), me han salido otros trabajos que hago con sumo gusto (hay que guardar para cuando no haya)... AHORA soy feliz... Como he dicho antes, este proyecto me hace sentirme como un auténtico Superhéroe.


ICONOS POP Y CÓMICS 

Little Nemo’s Kat: A lo largo de tu carrera encontramos referencias constantes al universo pop, a mundos como el anime, la televisión o el cómic, sobre todo al manga. Suponemos que veremos gran parte de esos leitmotivs en esta nueva iniciativa, aunque estamos seguros de que también habrá habido un buen número de peticiones inesperadas. ¿Hasta que punto te han sorprendido tus seguidores? ¿Qué tipo de superhéroes habitarán en ese futuro catálogo? 

Judas: Estaba preparado para todo tipo de propuestas (risas), sabia que seria difícil que fueran tan frikis como yo (risas), así que no ha sido muy traumático. Mi peor enemigo a la hora de proponer temas soy yo mismo (risas). 
La verdad es que todos los encargos se han hecho a través de Facebook, así que ha sido algo muy natural: el fan proponía y consultaba conmigo. Como para la mayoría era difícil decidirse por un solo personaje, yo enseguida les proponía algún tipo de crossover (algo muy típico en los cómics de superhéroes) y solucionábamos el tema del encargo en un momento. Lo más bonito es mandar al coleccionista su dibujo terminado antes de colgarlo en las redes sociales y leer su feedback... Como os he dicho trabajo hasta tarde, así que es al levantarse el fan, por la mañana, cuando ve su pieza terminada, antes que el desayuno... Creo que he hecho feliz el día a mas de uno durante estos días y eso me alegra un montón. Me hace sentirme ARTISTA, satisfecho. Si queréis saber el tipo de superhéroes que formaran parte de este proyecto lo mejor es que os paséis por mi perfil de Facebook.

Little Nemo’s Kat: Basándonos, de nuevo, en los dibujos de la serie que ya hemos visto, encontramos que, junto a los “superhéroes” que mencionas, aparecen también varios de los protagonistas de tu peculiar universo comicográfico. Aunque recientemente hemos visto algunos de tus trabajos en publicaciones como el estupendo monográfico de la revista digital Don dedicado al cómic (“Viñetas a go gó”), junto al de autores como Miguel Ángel Martín, Paco Alcázar o Mauro Entrialgo, quizás una de tus facetas menos conocidas por el público sea la de dibujante de cómics. ¿Qué lugar ocupan las viñetas en tu vida, tanto desde el punto de vista creativo como desde el de simple aficionado? 

Judas: Desde pequeño recuerdo que había cómics en mi casa, eso si estaban guardados a buen recaudo, eran el tesoro que siempre buscaba por casa, mi aita (padre) los guardaba como oro en paño. Recuerdo que él mismo los encuadernaba, dibujaba las portadas de las tapas, eran libritos finos rectangulares que formaban una especie de tomos que me pasaba horas y horas mirando y requetemirando. Recuerdo el olor del papel y los títulos, los Hazañas bélicas creadas por Boixcar, el Tarzán de Harold Foster o algunos Apache de Pedro Quesada como guionista con Bermejo o Tinoco como dibujantes... Recuerdo también El Príncipe Valiente... El caso es que desde pequeño los cómics eran parte de mi dieta. Me encantaban Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape y sobre todo el Mazinger Z rojo, de Amorós y Sanchís. Recuerdo que entonces pensaba que era una gozada ponerse enfermo, porque eso significaba que tendría cómics nuevos. También me cuerdo de las tiendas donde podíamos cambiar y comprar cómics por poco dinero… 
Los cómics me llevaron a sentirme atraído y disfrutar también de los dibujos animados y programas de televisión para niños. Recuerdo con mucho cariño y admiración a José Ramón Sánchez, dibujante e ilustrador que aparecía en programas de televisión como El Kiosko o Dabadabadá,  sus apariciones eran momentos hipnóticos y mágicos, auténticos viajes iniciáticos a lugares y experiencias desconocidas.


Luego llegaron Tin Tin, Astérix, Spirou, todos los superhéroes americanos de Marvel y DC . A mediados de los 80, a través de mi tío Ricardo, conocí las publicaciones relacionadas con la estética  punk y cyberpunk, leí Metal Hurlant, El Víbora, El Jueves, el Conan de Buscema, a Jodorowsky y Moebius, el RanXerox de Liberatore...

 Little Nemo’s Kat: En tu trabajo el manga y las referencias al arte asiático son omnipresentes. 

Judas: En los 90 llegó el manga, por un lado Toriyama y por el otro Otomo. Fueron los primeros, luego llegaron muchos mas hasta ahora. Soy un fan incondicional de Tezuka, Taiyo Matsumoto, Go Nagai, Kazuo Koike/Goseki Kojima y muchos otros.
Pero no sólo el cómic ha sido importante en mi vida o carrera como artista, también lo ha sido el cine, primero el comercial, luego el cine clásico americano, después las películas de terror de la Universal y la Hammer; y finalmente el cine Asiático: el Japonés, el Hongkonés, Chino y el Coreano, básicamente (clásico y contemporáneo). También me ha interesado la literatura y la cuentística, todo lo que llega a mis manos casi siempre recomendado por amigos.
Por ultimo y para terminar de responder a tu pregunta, te diré que me siento un dibujante de cómics frustrado que se ha reinventado. Mis cuadros, a los que llamo cómics abstractos, son la medicina a esa frustración. Siempre intenté hacer cómics, pero por un lado no era capaz de crear historias que me pusieran cachondo, y durante el proceso de trabajo o elaboración del cómic terminaba aburriéndome y nunca terminaba una historieta. En esa época, estaba estudiando en el instituto, a nadie le interesaba hacer cómics o fanzines, y aunque tenia un profesor que me animaba a seguir trabajando decidí unirme a mi amigos y darme a la vida loca (risas). Hasta llegar a la universidad disfruté del cómic como un aficionado mas. 

Little Nemo’s Kat: ¿Cómo cambiaron las cosas posteriormente? 

Judas: En la universidad volví a intentar hacer cosas pero me topé de frente con el arte contemporáneo y fue el camino que decidí tomar, sin olvidarme nunca del cómic y del manga con los que tanto había disfrutado. Desde el año 2009 hago semanalmente una tira de cómic para un periódico local en el País Vasco. La tira tiene como protagonista a Judas Z, mi alter ego, y éste reflexiona sobre cosas que pasan en la zona donde se publica el periódico. Nunca me he considerado un profesional del medio, me tomo este trabajo como un deporte que me hace mantener la mano caliente y me permite estar informado de lo que sucede a mi alrededor.
Tengo en mente un proyecto para hacer en cómic, pero aún no he encontrado el momento para ponerme a ello. 

SOBRE EL CATÁLOGO 

Little Nemo’s Kat: Quizás sería una buena idea poner punto y final a la entrevista con un apunte sobre ese catálogo que, a su vez, cerrará el círculo de Los 100 Superhéroes de Judas Arrieta. ¿Qué nos puedes contar sobre él? 

Judas: El formato del catálogo será pequeño, parecido a los cómics de Marvel que se editaron por Vértice en los 70. Recuerdo que un amigo tenía cómics de éstos a patadas y era un formato muy chulo. Entraban en bolsillo del pantalón. La idea es hacer un catálogo que se pueda llevar a todas partes y se pueda leer como un cómic o como un manga (de atrás para adelante). Quiero que el catálogo sea una especie de cómic abstracto, una especie de colección de postales o portadas, un libro que invite a experimentar juegos sensoriales, que plantee viajes y que puedas prestar a un amigo como si fuera un tebeo alucinante.

martes, mayo 05, 2015

Más sobre el 33 Salón del Cómic, en SER Soria

Completamos la crónica salonera del otro día con el podcast radiofónico de nuestro programita comiquero en SER Soria con Chema Díez; un repaso fugaz y ligero, ideal para rezagados, trabajadores apurados y amantes de la onda radiofónica.

jueves, abril 30, 2015

Repaso al 33 Salón del Cómic de Barcelona: ninjas, androides, gokus, soldados imperiales.... y cómics

Después de un año en barbecho, regresamos a la Ciudad Condal para disfrutar del 33 Salón del Cómic de Barcelona, visitas y actos a contrarreloj, reencuentros tan intensos como fugaces. Toda una ceremonia efímera de periodicidad anual.
Respecto a nuestra última visita, el Salón había cambiado su emplazamiento: desde su antigua ubicación en el  palacio 8 de Fira Barcelona Montjuïc, a la actual en las plantas baja y superior del palacio 2 y en la plaza Univers. En el cambio, la organización ha ganado cientos de metros de recorrido, y los visitantes una holgura y un desahogo en la visita que nos ha hecho olvidar sofocos precedentes. No es casual que, según los datos ofrecidos, el Salón haya batido este año todos sus records de asistencia. Las colas a la entrada del recinto daban espanto y, estamos seguros, disuadieron a más de algún incauto a la hora de engrosar las cifras de esos 113.000 asistentes. Se presiente que, para algunos, los rigores de la crisis se van relajando poco a poco.
Entre los peros a la nueva ubicación y distribución del Salón (siempre hay una cruz), parece obvio que las exposiciones y muestras han perdido presencia y prestancia en la vastedad del escenario; hasta la organización parece haberlo entendido así: daba un poco de pena ver las impresionantes planchas originales de The Spirit desparramadas en una desangelada nave lateral de la planta baja. Hubieran merecido más atención y cariño. Un tanto sucedía con el resto de las exposiciones que se se hallaban alejadas de los lugares centrales de la muestra: desapercibidas pasaban la de las "Autoras de cómic femenino en el Franquismo 1940/1970", e incluso la de "Anacleto Agente Secreto" (aunque en este caso la parafernalia cinematográfica dotaba de más presencia a los paneles expositores). Algo mejor trato recibieron la interesantísima exposición sobre Gallardo (pese a su disposición esquinada), la de Perich o la de los estupendos trabajos de "Cifré & Cifré", padre e hijo. Gotas de agua en un oceano de stands, bares, cafeterías, tenderetes, estructuras publicitarias, photocalls y puestos de chuches, en todo caso.
En la planta superior, entre R2D2s, Estrellas de la Muerte y Juegos de Tronos, se mostraba "Cómics fantásticos", la exposición estrella de un Salón dedicado a la fantasía. Un muestrario impresionante, y un tanto disperso, de originales de primer nivel (organizados en cuatro o cinco categorías genéricas); entre ellos, encontramos páginas que habíamos leído y releído cien veces de Raymond, Moebius, Chaykin, Corben, Serpieri, Bilal, Peeters y cualquiera que tengan ustedes a bien pensar. Más músculo y exhibición ferial que sistema. Impresionantes, por cierto, los grandes óleos de Corominas para las portadas de libros e ilustraciones de la edición española de Juego de Tronos.
Entre nuestras actividades favoritas del Salón está, sin duda, la de poner cara a autores que admiramos y saludar a otros con los que ya nos hemos cruzado en alguna ocasión anterior. A algunos de ellos (polifacéticos y pluriempleados), como Pepo Pérez, nos los encontramos en la reunión matinal de la ACDCómic (Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España), que José Antonio Serrano, nuestro presidente, había organizado con tanto mimo y dedicación como siempre para la mañana del sábado. A otros tuvimos ocasión de saludarlos durante el Salón. Tuvimos ocasión de cruzar unas palabras y pedir dedicatoria, por ejemplo, a nuestro admirado Igor, o a Bryan Talbot, que asistió a la jornada de firmas junto a su mujer Mary Talbot. Observamos solidarios la ola de fervor que está engordando Frederik Peeters con cada nueva obra que publica; y con la inercia hipnótica de ese Aama suyo que va camino de convertirse en el gran cómic de ciencia-ficción de la década; y pudimos constatar que, un año más, las grandes colas del salón homenajean a tipos esenciales de nuestra historia viñetera, como son Jan o Ibañez. Importante, por cierto, la legión de admiradores que arrastraron Ana Oncina y su Croqueta y Empanadilla (Premio Popular a la Mejor Obra).
Super Jan y Efepé. Vuelve el héroe
Frederic Peeters y Jason. Jóvenes clásicos
Igor, reportero con causa, viñetas comprometidas
Ana Oncina. Croquetas para todos
Miguelanxo Prado, uno de los nuestros
El 33 Salón del Cómic de Barcelona será recordado porque fue el año en el que Fabricar Historias, de Chris Ware, la obra clave de los últimos tiempos, no recibió premio; siendo su lugar ocupado por la correcta Saga, de Brian K. Vaughn y Fiona Staples. Alfred Hitchcock nunca ganó un Oscar, algo que para nada habla mal de Hitchcock. Afortunadamente, el resto de premiados le puso una tirita a la brecha (catarata) del desagravio. Merecidísimo fue, por ejemplo, el Premio a Mejor obra de autor español publicada en España en 2015, otorgada a Las Meninas, de Santiago García y Javier Olivares; un cómic fabuloso, inteligente, erudito y muy divertido. Se les veía a los dos aurores lucir radiantes y presumir orgullosos como padres de la barroca criatura. Nos comentaba luego el señor Olivares que al principio no las tenía todas consigo, ante la nómina rutilante de nominados con la que competían este año: no olvidemos que entre los elegidos había cómics fantásticos, como el Yo, asesino, de Altarriba y Keko; Las guerras silenciosas de Jaime Martín; Las oscuras manos del olvido, de Hernández Cava y Bartolomé Seguí; quien repetía junto a Gabi Beltrán en Historias del barrio; o el emocionante He visto ballenas, de Javier de Isusi; y no nos olvidamos de Álvaro Ortiz, Luis Bustos, Antonio Hitos, Zidrou y Lafebre o Furillo ¿Se habían alguna vez juntado tantas y tan buenas nominaciones?
Olivares y García, winners
A justicia divina suena también que el Gran Premio del Salón recayera en un grande como Abulí, guionista para más señas, autor de muchas páginas esenciales del cómic español (amén de traductor de clásicos entre clásicos).
Pero, no nos engañemos, quizás lo mejor de estos macroeventos resida en su capacidad aglutinadora, su condición de excusa perfecta para visitar una ciudad estupenda como Barcelona, reencontrarse con viejos amigos como Pejac o López Cruces, hablar y discutir de cómics, y conocer a tipos tan majetes como Javier de Isusi, al tiempo que te desvelan los secretos de sus cómics a la sombra de una cervecita (o más).