miércoles, marzo 25, 2020

¿Dónde está mi cuerpo?, de Jérémy Clapin. Un pulso contra el destino

Hasta los grandes dibujantes suelen confesar que hay pocas cosas más difíciles de dibujar que las manos. En un documental del que hemos hablado recientemente, el dibujante argentino Roberto Fontanarrosa confesaba que, mucho antes de adquirir su propio estilo, se pasó parte de su aprendizaje plástico intentando imitar esas manos inigualables de dedos separados que dibujaba Hugo Pratt (porque las manos, decía el humorista argentino, "son dos caritas más"). 
La cinta de animación ¿Dónde está mi cuerpo?, del director Jérémy Clapin, está protagonizada por una mano separada de su cuerpo (¿influencia, quizás, de Zil Zelub, el cómic de Buzzelli?). Surrealismo daliniano como premisa inicial. Una mano amputada con vida y voluntad propias. Una mano que funciona como metáfora de resistencia contra el destino marcado, contra ese fracaso irremisible que espera a los perdedores a la vuelta de cada día, de cada entorno desestructurado, de cada tropezón laboral. La película, adaptación libre de un relato de Guillaume Laurant (coguionista también del film), está protagonizada por el joven Naoufel, uno de tantos franco-magrebís de segunda generación de los que habitan en los suburbios parisinos. Un accidente laboral secciona su mano en la primera escena del filme. A partir de ese momento, la historia se bifurcará en dos líneas de relato paralelas: por un lado, la de la biografía del propio Naoufel, esbozada a partir de una yuxtaposición anacrónica de recuerdos (en blanco y negro) entremezclados con las vivencias presentes del protagonista después del accidente; y, por otro, la que dibuja esa mano amputada con vida propia, que elige sus propias aventuras por los barrios parisinos.
El diseño hiperrealista de los escenarios urbanos (la película combina técnicas 2D sobre bases de animación tridimensional) imprime verosimilitud a una fantasía surreal cargada de intenciones simbólicas. El impulso irracional, contranatura, del miembro seccionado (más animalización que personificación) ayuda a construir un relato de aventuras cargado de suspense y tensión (con episodios tan desasosegantes como el del enfrentamiento entre la mano y las ratas en el andén del metro). Por contra, los episodios biográficos de Naoufel deberán interpretarse, más bien, dentro de cierto costumbrismo melodramático: el fracaso de su vida familiar, el instante traumático intuido, su historia de amor imposible con Grabielle, etc. 
Así, se va fraguando una alternancia narrativa entre las dos subtramas y se construye el argumento de la película a partir de un juego de contrastes genéricos y temáticos. Los sucesivos episodios de acción de la mano, y su arriesgado deambular por la ciudad, contrastan con el destino predecible del protagonista principal: las expectativas dictadas por su condición de ciudadano de segunda clase. No es hasta que los dos itinerarios argumentales confluyen en un mismo presente narrativo cuando el espectador descubrirá hacia que lado (¿determinismo o libre albedrío?) se va a inclinar la balanza existencial de su trama. 
Por esa misma naturaleza dual, ¿Dónde está mi cuerpo? alterna los momentos de acción y suspense, con instantes contemplativos cargados de emoción; una emoción presente también en las historias, apenas esbozadas, de los personajes secundarios del filme (el padre roto por la pena y el rencor, el tío enfermo de Gabrielle que cree ver una luz en su aprendiz, etc.). El realismo estilizado de Jérémy Clapin (un trazo que nos recuerda al de otros dibujantes franceses, como Pascal Rabaté o Cyril Pedrosa) ayuda a construir unas personalidades convincentes dentro de ese teatro de sueños posibles y provocaciones simbólicas que da luz a esta película de dibujos animados. Los numerosos premios (el premio del Jurado del Festival de Cannes y el César a mejor film de animación, entre ellos) y las muchas nominaciones (mejor película de animación en los Oscar de 2019) recibidos desde su estreno testimonian dicha valía.

Dónde está mi cuerpo se puede ver Netflix.

viernes, marzo 20, 2020

A propósito de El Eternauta

El lunes por la mañana la pequeña ciudad en la que vivo amaneció nevada y con las calles desoladas a causa del estado de alarma ante el coronavirus. Fue imposible no pensar en el cómic de Oesterheld y Solano López; no acordarse de sus protagonistas (dos hombres, una mujer y dos niños), encerrados en una casa de Buenos Aires mientras una nevada mortal extraterrestre pone a la población mundial al borde de la extinción. Afortunadamente, en este caso la ficción supera a la realidad en la devastación de la distopía proyectada. Sin embargo, como los cruces entre fantasía y ficción están cruzados por caprichosos hilos invisibles, no queremos explicarles a qué nos recordaron los peligrosos copos de nieve que cubrían las primeras páginas de El Eternauta de muerte y devastación.
Nos preguntamos a qué puede deberse el éxito atemporal de El Eternauta. Estamos de acuerdo con Carlos Trillo cuando, en el prólogo a la Edición 50 aniversario de la Editorial Norma, destacaba la universalidad de los temas que subyacen a esta historia. Es cierto que, en su proyección de la desolación humana y nuestro desvalimiento ante las amenazas externas, la historia de El Eternauta permite todo tipo de reinterpretaciones simbólicas. Años después de su publicación, sus páginas se han releído como un ejercicio de solidaridad con el ciudadano común, expuesto a los abusos de los poderosos, impotente ante las fuerzas invasoras, sometido a las dictaduras militares (como la que azotó a Argentina en los años 70-80 y acabó con la desaparición y el asesinato de Oesterheld y sus hijas).
Otro de los grandes méritos de El Eternauta, creemos, reside en la calidad literaria de su guion y en la inteligencia narrativa de su puesta en escena secuencial. Pese a su publicación episódica en la revista Hora Cero Semanal (1957-1959), la historia no cae nunca en las reiteraciones ni en los subrayados argumentales tan habituales en las publicaciones episódicas. Al contrario, su escritor consigue mantener una tensión constante y progresiva sin ralentizar el ritmo de la narración. El texto pocas veces resulta redundante; Oesterheld escribe con agilidad y sus diálogos son lúcidos y contenidamente trágicos. El Eternauta está muy bien escrito. 
Parece ser que, dentro de poco, veremos también a su protagonista Juan Salvo y al resto de sus acompañantes en nuestras televisiones.
Al margen de ese trasvase sospechoso de Litle Nemo in Slumberland (que suena a algo entre Rapa Nui y La liga de los hombre extraordinarios), con el que Netflix ha sobresaltado al fandom más clasicista, hay pocas exclusivas transmediales recientes que hayan levantado más polvareda que la anunciada adaptación de El Eternauta, por parte de la misma cadena. Parece difícil pifiarla con tal materia prima. Netflix anuncia una “versión contemporánea inspirada en la novela gráfica” para 2021-2022. Parece que la tosca realidad se ha empeñado en echarle una mano a los guionistas adelantándose a sus planes.
En un interesante artículo, Carlos A. Escolari hacía recientemente un repaso a las adaptaciones transmediales surgidas a partir del cómic ("El Eternauta en Netflix: de la historieta a la narrativa transmedia"). Escolari critica, además, a aquellos que hablan de El Eternauta en términos de novela gráfica. El análisis de su autoría, origen editorial y el público lector a quien iba dirigida la obra refutarían tal consideración. Se entiende, sin embargo, que su consistencia narrativa, su universalidad, así como la calidad literaria que hemos mencionado más arriba, inviten a ubicar el trabajo de Oesterheld junto a obras como Maus o Persépolis. Sin embargo, puntualiza Escolari, este cómic es de una naturaleza muy diferente a aquellas otras:
En breve, si hoy algunos consideran a El Eternauta una novela gráfica se debe a que: 1) Un proceso interpretativo ha reposicionado la obra dentro del canon historietístico; 2) Se ha publicado con tapa dura y en edición “remasterizada”; y 3) Se vende en un cierto circuito comercial junto a libros-objeto y obras “de diseño”. Digamos que se trata de un efecto de sentido que se encuentra, como diría Eliseo Verón, “del lado del reconocimiento” y no del “lado de la producción”. En este contexto, me parece forzada la inclusión de El Eternauta dentro de la (a menudo abusada) categoría de las graphic novels.
Para reforzar su tesis, este profesor y experto en Lenguajes de la Comunicación cita a académicos como Umberto Eco o a escritores-guionistas como Juan Sasturain. Lo mencionamos porque precisamente Sasturain es uno de los participantes en Imaginadores (2008), un documental que también hemos tenido oportunidad de ver estos días, dedicado a la historia del cómic argentino. Su directora Daniela Fiore destina una buena parte del metraje a comentar la importancia de El Eternauta dentro de la cultura argentina. La película interpela a dibujantes, guionistas, críticos y personajes de la cultura acerca de su relación personal con el cómic de Oesterheld y Solano López.
De Oesterheld, dice el dibujante Horacio Altuna, por ejemplo, que "hizo adulta a la historieta en todo el mundo", antes de Crepax y los demás autores europeos del "cómic adulto". Fue pionero en un empleo maduro del monólogo interior, añade el crítico Óscar Steimberg. En otro momento, Juan Sasturain se pregunta, "¿Qué era para Oesterheld la aventura?", justo antes de responderse él mismo: "Para Oesterheld la aventura era la situación límite. Cómo obra un hombre cuando se encuentra ante una situación límite. (...) Subirse a la aventura es ser capaz de preguntarte por el sentido de tu vida. Si tu vida vale la pena de ser vivida o te vas a quedar toda la vida en el molde. Vivir una aventura es estar a la altura de los sueños. Eso es Oesterheld." 
Sería imprudente e injusto interpretar esta crisis sanitaria como una aventura, pero creemos que es una circunstancia (difícil, indiscriminada en los daños causados) de la que seguramente se extraerán conclusiones y enseñanzas para el futuro; un momento crítico que, cuando la perspectiva cronológica lo permita, nos dejará obtener algunas lecturas positivas acerca de la condición humana, la idea del trabajo colectivo y la defensa de los servicios públicos.
Mientras tanto, les recomendamos fervientemente la lectura y la relectura de El Eternauta. Sáquenlo de sus estanterías o léanlo en formato eBook. Hay lecturas que invitan a pensar. Y pensar, reflexionar con pausa, es importante estos días. Tenemos tiempo por delante para ello.

miércoles, marzo 18, 2020

Posts para una cuarentena

Se acercan tiempos difíciles, que diría Ambus Dumbledore. Este coronavirus dichoso nos ha pillado a todos con el pie cambiado.
Aunque el peso de la pandemia está recayendo en nuestros sanitarios y sus efectos en la gente mayor, muchos ciudadanos estamos enclaustrados en nuestras casas en una necesaria cuarentena preventiva.
Con esa idea en mente, hemos decidido dedicar nuestros posts de las próximas semanas a temas y posibilidades relacionados con esa seclusión. Centraremos nuestras reseñas en películas de animación disponibles en las plataformas audiovisuales y reflexionaremos acerca de algunas lecturas relacionadas con la situación que nos está tocando vivir
Ánimo a todos, paciencia y tranquilidad. Y un agradecimiento sin fin a todos los miembros de la Sanidad Pública española. Si pretendemos extraer alguna lectura positiva de esta crisis, ésta debería estar orientada a una reivindicación de los servicios de salud pública.

lunes, marzo 09, 2020

Dos autores ligeros de equipaje en Soria

El miércoles 4 de marzo, tuvo lugar en el solemne Salón Rojo del Instituto Antonio Machado de Soria la presentación del cómic Ligero de equipaje; a unos metros tan sólo del aula en la que su protagonista, el poeta Antonio Machado, dio clases de francés entre 1907 y 1910. De esa estancia y de su posterior regreso a Soria (tras un breve periodo en París) para acompañar durante su convalecencia a su esposa Leonor, surgieron algunos de los versos más emocionantes y admirados de la poesía española.
A Soria regresaron también los autores del cómic, el dibujante Quique Palomo y el célebre historiador e hispanista Ian Gibson, autor de la biografía (Ligero de equipaje) que adaptan las viñetas de Palomo. Ambos habían colaborado ya en el trasvase al cómic de otra biografía escrita por Gibson: Vida y muerte de Federico García Lorca.
En una sala abarrotada (entre cuya heterogénea audiencia se adivinaban adeptos machadianos, admiradores de Gibson, lectores de cómic y un buen número de historiadores y estudiosos), se recorrieron a vuela pluma diferentes etapas de la biografía del poeta sevillano y se iluminó su recuerdo con la lectura de algunos de sus versos más conocidos, apoyándose en las imágenes del cómic.
Se habló largamente del Machado regeneracionista y rebelde. De su formación juvenil en la Institución Libre de Enseñanza fundada por Giner de los Ríos; ese modelo educativo visionario que intentó plantar una semilla de libertad y modernidad en un pueblo iletrado y lleno de prejuicios. Fue allí donde Machado se convencería de la importancia del diálogo y donde aprendió a escuchar desde el respeto y la tolerancia; unos valores pacifistas que acompañarían al autor a lo largo de toda su vida.
De esas raíces nacen su reivindicación de Europa y la modernidad de su propia literatura. En sus viajes al París finisecular, Machado descubre a los poetas simbolistas (Verlaine, Valerie, Rimbaud...) y modela su lista de lecturas, la biblioteca personal que nos ayudará a entender su primera poesía; profundamente simbolista, pero también revolucionaria en tanto en cuanto aspiraba a cambiar un país: la idea misma de España que él quiere reformular desde unas nuevas coordenadas europeas, cosmopolitas y progresistas. Luego llegaría su peregrinar por la geografía española (Madrid, Soria, Baeza, Segovia...), su amor platónico por Guiomar, los años de compromiso republicano, las decepciones y la tristeza, la guerra y la derrota, el exilio y la muerte. Señalaba Gibson que del mismo modo que Lorca personifica la imagen simbólica por excelencia de los desaparecidos, Machado representa a todos los exiliados del mundo.
De todo ello hablaron los autores de Ligero de equipaje. Y se habló también de Soria. La ciudad en la que el poeta vivió uno de los periodos más agridulces de su existencia, donde conoció a Leonor y donde la perdió. Donde escribió algunos de sus mejores versos, los de Campos de Castilla (que escribió durante la convalecencia y el posterior fallecimiento de su esposa). “A orillas del Duero”, el poema que escribe tras su primera visita soriana (el primero de su poemario en el que aparece la palabra "España"), muestra un cambio en Machado y da fe de su magisterio unamuniano: el que le lleva a combinar el amor a la tierra con el deseo de regeneración. Durante el acto se leyó el poema y se mostró la página que éste ocupa en el cómic de Quique Palomo. Como en la biografía del poeta, "A orillas del Duero" es también un punto de inflexión en las páginas de Ligero de equipaje, el preludio a la aventura soriana de Machado.
En sus intervenciones, Palomo reivindicó la capacidad del cómic como vehículo transmisor de contenidos e ideas, su capacidad evocativa para dotar de matices significativos a la poesía machadiana y añadir nuevas connotaciones a su carga simbolista. Su línea clara realista, el sincretismo simbólico de su planificación secuencial y el empleo de un bitono ocre para ilustrar la obra confluyen a veces en páginas casi desnudas, minimalistas, en las que el paisaje castellano y sus personajes se funden en un relato no por bien conocido menos emocionante.
Después de la muerte de Leonor, Machado no volvió a regresar a Soria hasta que fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad, veinte años después. Cualquiera que haya estado en esta pequeña capital de provincias castellana, sin embargo, descubrirá huellas machadianas en cada uno de sus rincones: las riberas del Duero, inmutables en su belleza serena; el olmo viejo, hendido por el rayo y más muerto que nunca, junto a la Iglesia de Nuestra Señora del Espino; el cementerio con la tumba de Leonor, sólo unos pasos más arriba de aquella; su aula en el Instituto Antonio Machado, casi idéntica a como lucía en los tiempos en que dio clase en ella; las siluetas de Leonor y el poeta en el cerro de El Mirón; el Casino de la Amistad, donde Machado se reunía con los pocos hombres de letras que encontró en su "exilio soriano"... Con su presencia en Soria, Ian Gibson y Quique Palomo honraron al poeta sevillano, pero también a aquella pequeña ciudad que durante un tiempo lo acogió, aunque no siempre supiera entenderlo.

viernes, febrero 21, 2020

10 cómics de 2019, para ABC Color

Como ya hemos hecho en alguna otra ocasión, hace unas semanas enviamos a la redacción de ABC Color una selección depurada de nuestra lista con los mejores cómics de 2019. La idea era que las dos listas se publicaran simultáneamente en prensa escrita y en formato online. Para llevar a cabo esta selección dentro de la selección decidimos guiarnos por criterios de variedad y por el posible interés que los cómics pudieran general entre los lectores paraguayos, más que por el gusto personal o por la calidad intrínseca de las obras seleccionadas (ambos, factores inherentes al proceso de recopilación inicial):

https://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/2020/01/05/10-comics-del-2019/

Si no tuvieron ocasión de leer nuestros favoritos de 2019 en el blog, les invitamos ahora a acercarse a ésta nueva lista que facturamos para el suplemento cultural impreso de ABC Color: "10 Cómics del 2019".

jueves, febrero 13, 2020

Esenciales ACDC 2019 (segundo semestre)

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) vuelve a publicar las recomendaciones semestrales de la crítica con los cómics del segundo semestre de 2019. Les invitamos a completar y comparar esta lista de lecturas con nuestra selección de cómics de 2019. 
Aquí abajo, la Segunda selección de Esenciales de 2019 junto a la nota de prensa de la Asociación:
La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España presenta su selección de “cómics esenciales” relativa al segundo semestre del año 2019 

La lista de títulos se compone de treinta novedades y de cinco reediciones, elegidas de entre todos los cómics publicados en España en la segunda mitad del pasado año.

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta la segunda ronda de sus ‘Esenciales 2019’, la selección semestral de cómics con la que esta organización busca llamar la atención sobre algunos de los títulos más relevantes de entre todo lo editado en nuestro mercado. Con estas treinta novedades y cinco reediciones publicadas entre julio y diciembre del pasado año se conforma una 'guía de lectura' que puede servir de referencia a lectores habituales y a aficionados al medio, pero también a librerías, bibliotecas y profesionales de la gestión cultural.
La selección de novedades de la ACDCómic contiene una variada muestra de lo publicado, en la que destaca la presencia de jóvenes historietistas españoles, tanto de los que han optado por formatos habituales (Roberta Vázquez con ‘¡Socorro!’ o Anabel Colazo con ‘No mires atrás’), quienes se han decantado por medios digitales (Javi de Castro con 'The Eyes' o Dani Xove con 'Piratas del Multiverso') y quienes han optado por la autoedición ('Us' de Sara Soler). Pero también resulta reveladora la cantidad  de colaboraciones de dibujantes nacionales consolidados realizadas para mercados extranjeros: 'El Buscón en las Indias', de
Alain Ayroles y Juanjo Guarnido, 'Dinastía de X', de Jonathan Hickman y Pepe Larraz, 'Barrera' de Brian K. Vaughan, Marcos Martín y Muntsa Vicente e 'Historia del Universo Marvel' de Mark Waid, Javier Rodríguez y Álvaro López.
En lo referente al cómic internacional, se observa un equilibrio entre el manga ('Helter Skelter' de Kyoko Okazaki, 'Nuestra salvaje juventud' de Mari Okada y Nao Enomoto o 'El marido de mi hermano' de Gengoroh Tagame), la novela gráfica americana ('Rusty Brown' de Chris Ware, '¿Es así como me ves?' de Jaime Hernandez o 'Tú, una bici y la carretera' de Eleanor Davis) y europea ('Bezimena', de Nina Bunjevac, 'Diario de Italia' de David B. y el cuarto número de 'El árabe del futuro' de Riad Sattouf) y las revisiones de personajes clásicos ('El último faraón' de François Schuiten y a 'La esperanza pese a todo', una nueva entrega de la versión de Spirou realizada por Émile Bravo).
 
El resto de obras elegidas cubren igualmente una enorme diversidad que va desde el cómic infantil ( 'Imbatible' de Pascal Jousselin o 'Los espeluznantes casos de Margo Maloo' de Drew Weing), a la biografía ilustrada ('Annemarie' de María Castrejón y Susanna Martín), pasando por el terror ('La noche que llegué al castillo' de Emily Carroll) o por el género histórico ('La balada del norte 3' de Alfonso Zapico).
La lista completa de ‘Esenciales’ para el segundo semestre de 2019, en orden alfabético, es la siguiente:

Novedades
  • ¡Socorro! de Roberta Vázquez (Apa Apa)
  • ¿Es así como me ves? de Jaime Hernandez (La Cúpula)
  • Annemarie de María Castrejón y Susanna Martín (Norma)
  • Barrera de Brian K. Vaughan, Marcos Martín y Muntsa Vicente (Gigamesh)
  • Betty Boob, de Véro Cazot y Julie Rocheleau (Planeta Cómic)
  • Bezimena, de Nina Bunjevac (Reservoir Books)
  • Diario de Italia de David B. (Impedimenta)
  • Dinastía de X de Jonathan Hickman y Pepe Larraz (Panini)
  • El árabe del futuro 4 de Riad Sattouf (Salamandra Graphic)
  • El beso número 8, de Collen AF Venable y Ellen T. Crenshaw (La Cúpula)
  • El Buscón en las Indias, de Alain Ayroles y Juanjo Guarnido (Norma)
  • El marido de mi hermano de Gengoroh Tagame (Panini)
  • El ultimo faraón: una aventura de Blake y Mortimer de François Schuiten (Norma)
  • Enotro lugar, un poco más tarde de David Sánchez (Astiberri)
  • Green Lantern de Grant Morrison y Liam Sharp (ECC)
  • Helter Skelter de Kyoko Okazaki (Ponent Mon)
  • Historia del Universo Marvel de Mark Waid, Javier Rodríguez y Álvaro López (Panini)
  • Imbatible: Justicia y verduras frescas de Pascal Jousselin (Base)
  • La balada del norte 3 de Alfonso Zapico (Astiberri)
  • La noche que llegué al castillo de Emily Carroll (Sapristi)
  • Las edades de la rata de Martín López Lam (Salamandra Graphic)
  • Los espeluznantes casos de Margo Maloo de Drew Weing (Maeva)
  • No mires atrás de Anabel Colazo (La Cúpula)
  • Nuestra salvaje juventud de Mari Okada y Nao Enomoto (Milky Way)
  • Piratas del Multiverso de Dani Xove (cómic digital)
  • Rusty Brown de Chris Ware (Reservoir Books)
  • The Eyes de Javi de Castro (cómic digital)
  • Tú, una bici y la carretera de Eleanor Davis (Astiberri)
  • Una aventura de Spirou: La esperanza pese a todo 1 de Émile Bravo (Dibbuks)
  • Us de Sara Soler (autoedición)
 Reediciones
  • Akira de Katsuhiro Otomo (Norma)
  • Dragon Head de Minetaro Mochizuki (Planeta Cómic)
  • El Vecino: Origen de Santiago García y Pepo Pérez (Astiberri)
  • La Mazmorra. Integral 1 de Joann Safar, Lewis Trondheim y otros (Norma)
  • Los mitos de Cthulhu de Alberto Breccia (Astiberri)

ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. La asociación se constituyó en 2012 con la voluntad de colaborar en la difusión del trabajo que ya desarrollan sus miembros de forma individual, emprender iniciativas conjuntas que no se podrían afrontar de forma separada y servir de interlocutor ante otros colectivos o instituciones.
En la selección de los Esenciales del segundo semestre de 2019 han participado cuarenta y seis de ACDCómic: Anna Abella, Jorge Iván Argiz, Agus López “Bamf!”, Mikel Bao, Manuel Barreiro, Octavio Beares, Pablo Begué, Josep Maria Berengueras, Marc Bernabé, José Martínez “Bouman”, David Brieva, Jordi Canyissà, Marc Charles, Isabel Cortés, Oriol Estrada, Ángel L. Fernández, David Fernández de Arriba, Iván Galiano, Manuel González, Julio Andrés Gracia Lana, Óscar Gual, Cristina Hombrados, Kike Infame, Raúl Izquierdo, Jesús Jiménez, Joan S. Luna, Jota Lynnot, Javier Marquina, Elena Masarah, Diego Matos, Elisa McCausland, Joel Mercé, Pedro Monje, Javier Mora Brodel, Francisco Naranjo, Josep Oliver, Juan Royo, Francisco Sáez de Adana, José Andrés Santiago, Óscar Senar, Xavi Serra, Jose A. Serrano, Jon Spinaro, Henrique Torreiro, Raúl Tudela, Rubén Varillas, Jaume Vilarrubí y Gerardo Vilches.

jueves, enero 30, 2020

Gardens of Glass, de Lando. Después del apocalipsis

A comienzos del siglo XXI, dos amigos decidieron fundar el sello Decadence Comics para autoeditar sus propios cómics de ciencia ficción. Stathis Tsemberlidis y Lando se conocieron mientras cursaban estudios de animación en Londres. Los dos compartían una misma mirada cyberpunk apocalíptica sobre el futuro de la humanidad, así como una misma  apuesta estética (por un trazo finísimo y una línea clara que nos recuerda al Moebius de El Garage Hermético), así que, después de graduarse, decidieron comenzar un proyecto para autopublicar sus minicómics y poder distribuirlos desde su propia página web. La calidad de sus trabajos y la originalidad de su mirada les han granjeado un buen número de seguidores y una atención cada vez mayor por parte de la crítica especializada.
Con los años, Tsemberlidis y Lando han reunido un buen número de relatos cortos, que uno y otro han terminado recopilando en sendos volúmenes unipersonales: Picnoleptic Inertia (2016) y Gardens of Glass (2017). Ambos comparten la ya mencionada afinidad temática y una misma línea gráfica; aunque mientras que Lando apuesta por un trazo finísimo y delicadas tramas digitales, los sombreados y los densos rayados y punteados manuales de Tsemberlidis nos retrotraen hacia la segunda etapa del underground de 70 y su inclinación temática hacia la ciencia ficción.
Gardens of Glass incluye seis historias cortas ("Olympic Games", "Last Drink", "H.A.A.R.P.", "Pyramid Scheme", "Flood Tablet" y "The Marble Man") que Lando había publicado previamente en forma de minicómic o como parte de alguna de las antologías que, bajo el título de Decadence, la pareja publica esporádicamente junto a contribuciones de otros artistas. Todos los relatos comparten ese mismo aire postapocalíptico que señalábamos más arriba; un tono de resonancias ballardianas, que nos trae a la memoria relatos como Playa terminalLa sequía o El mundo sumergido. Aunque estas recopilaciones están editadas en formato rústica, Decadence Comics normalmente publica sus relatos cortos en fanzines bitono de papel reciclado, presentados bajo la apariencia de folletos técnicos o manuales de supervivencia. Un anticipo irónico de lo que se encierra en su interior. 
Las historias de Lando se desarrollan en los escenarios devastados de una geografía indefinida, de ésta o cualquier otra galaxia. Son desiertos, templos en ruinas y parajes inundados; espacios inhóspitos que invitan a la rapiña y la depredación: el decorado de un combate animalizado regido por la ley del más fuerte. Sus protagonistas son hombres y mujeres enjutos, sombras huesudas con los rasgos desfigurados; fantasmas en vía de extinción que se guían por los instintos primarios de la supervivencia y por las reglas desquiciadas de esa nueva cadena trófica postapocalíptica que malhabitan. 
Casi todos los relatos cortos de Gardens of Glass comienzan in medias res, cuando la lucha ya se ha desencadenado o los personajes parecen agotados por su deambular errante. Es como si el lector retomara una partida de ordenador previamente guardada de la que no recordara nada. La narrativa de Lando remite con insistencia al universo de los videojuegos y se apropia de algunas de sus herramientas para construir su lenguaje comicográfico. Historias como "Olympic Games" o "Last Drink", por ejemplo, desarrollan su trama a partir del itinerario de uno de sus personajes, como si se tratara de una partida de arcade (¿se acuerdan de aquel Duke Nukem?) en la que el lector se dejara guiar por el punto de vista subjetivo de un personaje que avanza pantallas enfrentándose a la aparición de nuevos peligros y enemigos; en otros relatos, como "Pyramid Scheme" o "The Marble Man", los personajes se desplazan de un lugar a otro sobre plataformas flotantes o ascienden y descienden por escenarios de niveles verticales que nos recuerdan a los juegos de plataformas clásicos como Donkey Kong o Ghost and Goblins; encontramos también escenas e historias ("Pyramid Scheme", "H. A. A. R. P".) en las que los objetos y los personajes, literalmente, se descomponen en fragmentos de apariencia vectorial (como sucedía con las naves enemigas de aquel Spacewar! pionero) hasta mudar en nuevas formas y entidades cósmicas. 
De hecho, pareciera que la única salvación posible que les resta a los personajes de Gardens of Glass fuera esa: la de trascender hacia un nivel de espiritualidad superior, desintegrarse en el cosmos y adquirir la condición etérea e intangible de una proyección vectorial en 3D, los restos geométricos de una realidad que, paulatinamente, desaparece en el tiempo y en el espacio. Así, hasta confundirse con las historias míticas y los dioses clásicos que, tan frecuentemente, aparecen en las páginas de sus historias como implacables deus ex machina dispuestos a dictar el fin de los días.
El estilo gráfico de Lando, con un trazo finísimo y quebradizo, contribuye decisivamente a potenciar esa sensación de fragilidad e incertidumbre y a construir las atmósferas desesperanzadas que presiden sus relatos. Su línea clara realista, la precisión casi arquitectural de sus diseños y edificios, conecta su estilo con otros virtuosos del dibujo comicográfico; autores como Anders Nilsen, Francesco Cattanio o el propio Gipi, profetas todos ellos de la fragilidad humana y la desesperanza.