miércoles, febrero 15, 2017

Esenciales ACDC 2016 (segundo semestre)

A finales de la semana pasada, ACDCómic (la Asociación de Críticos de Cómic) publicó su lista de esenciales de la segunda mitad del 2016. Mucho bueno durante este semestre, incluidas algunas obras que también incluimos en nuestra lista de favoritos del 2016.
Qué fácil lo ponen desde ACDC para leer buenos cómics. Un orgullo formar parte de ella.

ESENCIALES ENERO-JULIO 2016



  •  Basura, de Derf Backderf (Astiberri) 
  • Beverly, de Nick Drnaso (Fulgencio Pimentel) 
  • Dororo, de Osamu Tezuka (DeBolsillo) 
  • El Boxeador, de Manolo Carot y Rubén del Rincón (La Cúpula)
  • El sheriff de Babilonia, de Tom King y Mitch Gerads (ECC)
  • Enter the Kann, de Víctor Puchalski (Autsaider)
  • Gran Hotel Abismo, de Marcos Prior y David Rubín (Astiberri)
  • Impresiones de la isla, de C. Portela y F. Iglesias (Retranca)
  • Intemperie, de Javi Rey (Planeta)
  • Jamás tendré 20 años, de Jaime Martín (Norma)
  • Jane, el zorro & yo, de Isabelle Arsenault y Fanny Britt (Salamandra)
  • Juliette: Los fantasmas regresan en primavera, de Camille Jourdy (La Cúpula)
  • La chica de los cigarrillos, de Masahiko Matsumoto (Gallo Nero)
  • La grieta, de Carlos Spottorno y Guillermo Abril (Astiberri)
  • La vida: Una historia de Carles Casagemas y Pablo Picasso, de Tyto Alba (Astiberri)
  • Lamia, de Rayco Pulido (Astiberri)
  • Las amapolas de Irak, de Brigitte Findakly y Lewis Trondheim (Astiberri)
  • Leñadoras, de Stevenson, Ellis, Watters, Allen y Laiho (Astiberri)
  • Materia, de Antonio Hitos (Astiberri)
  • Moon Girl y Dinosaurio Diabólico, de Reeder, Montclare, Bustos y Bonvillain (Panini)
  • Parasyte, de Hitoshi Iwaaki (Planeta)
  • Philémon Integral, de Fred (ECC)
  • ¿Quién es el 11º pasajero?, de Moto Hagio (Tomodomo)
  • Spiderwoman: Cambio de marcha, de Hopeless, Rodríguez, López y Rosenberg (Panini)
  • Spirou, de Y. Chaland (Dibbuks)


jueves, febrero 09, 2017

El piano oriental, de Zeina Abirached, en SER Soria

Nos hemos acercado a la SER para charlar un rato con nuestros amigos Chema Díez y el filósofo Borja Lucena de El piano oriental, el último cómic publicado en nuestro país de la francolibanesa Zeina Abirached
A partir de la biografía de su bisabuelo músico, la autora establece paralelismos con su propia condición de expatriada para reflexionar acerca del lenguaje, la tolerancia y la capacidad de adaptación a una nueva vida. El piano oriental es un cómic que, más allá de sus similitudes con Marjan Satrapi y Persépolis, funciona como una bonita fábula sobre el pasado, sobre una época en la que la convivencia entre Oriente y Occidente parecía posible.
 

viernes, febrero 03, 2017

Laid Waste, de Julia Gfrörer. Santificados sean los vivos

Una rata le muerde en el cuello a otra; dos perros famélicos se disputan un brazo humano arrancado de cuajo; Agnès, la joven protagonista del relato, amasa el pan de cada día con sus propias lágrimas... Son escenas que marcan el tono de Laid Waste, el insólito cómic de Julia Gfrörer. Una autora que no deja de recibir críticas elogiosas con cada nuevo cómic que publica: Flesh and Bone (2010), Too Dark (2011), Black Is the Color (2013) o este Laid Waste (2016) que nos ocupa.
La norteamericana pertenece a una generación de jóvenes autores (Anders Nilsen, Sammy Arkham, Francesco Cattani) que han optado por una sutil línea clara, frágil, suelta y quebradiza, deliberadamente imperfecta, para abordar la endeble naturaleza humana y sus pasiones íntimas. Un psicologismo que indaga en el presente, en ocasiones mirando al pasado, como sucede con Laid Waste.
Nos remite el estilo de Gfrörer a las viejas ilustraciones del siglo XIX de la muerte y lo demoniaco. Su trazo y su irregular rayado nos hacen pensar en un Edward Gorey que hubiera perdido el sentido del humor. El elemento gótico (e incluso satánico) se repite en casi todos sus trabajos, en los que la fantasía, los místico y lo sobrenatural se mezclan con sorprendente naturalidad y un paso lento que conecta lo irracional con la vida sencilla de las gentes.
La apuesta por la crudeza en la exposición del sexo, la muerte y la miseria responde a una necesidad poética condicionada tanto por la materia narrativa como por su apuesta estética. En Laid Waste la autora elige los tiempos terribles de la peste negra en la Europa medieval para contar su historia. Sus páginas nos muestran un tiempo sometido por el fanatismo religioso, la carestía y un miedo supersticioso a lo desconocido. En nuestro viaje de pesadilla por la decadencia del poblado emponzoñado, seremos testigos de las ceremonias de la enfermedad y la muerte más mísera, del correteo repulsivo de las ratas carroñeras y pasearemos entre las tenebrosas hogueras prendidas sobre cadáveres apilados. 
En este contexto, sitúa Gfrörer a su protagonistá Agnès: una joven superviviente rodeada de miseria y angustia que observa desconcertada como el mundo se desmorona a su alrededor, mientras ella parece indemne a la muerte y a la degradación que le rodea. En ese punto, Laid Waste introduce el elemento metafísico para jugar con una idea de santidad y espiritualidad. Recurre para ello a secuencias que aportan valores simbólicos (las ratas comiéndose el pan, los perros peleando entre sí, los hombres enterrando y quemando a sus muertos...) a una trama principal fragmentaria y discontinua, que se asienta en el recurso a la elipsis. La narración de Gfrörer se estructura como un collage en el que se alternan las escenas costumbristas del poblado diezmado por la peste, junto a los episodios que siguen el recorrido de la protagonista.
Pese a su reducida extensión, Laid Waste no es un tebeo sencillo, ni afable. Invita a la relectura y a la reflexión; y, en algunos momentos, deja bastante mal cuerpo. Con tanto relato histórico barnizado y maquillado como encontramos últimamente a nuestro alrededor, se agradece que Julia Gfrörer nos ahorre los eufemismos.