



 Aquí es donde entran Julian Cope y Echo & the Bunnymen; Jim Garrison, el Fiscal del Distrito de Nueva Orleans que investigó el asesinato de Kennedy; Thimothy Leary; Greg Hill y Kerry Thornley, fundadores del Discordianismo; los redactores de la sección de cartas de Playboy, Robert Anton Wilson y Bob Shea, que escribieron el best-seller Illuminatus! Trilogy, discordianos confesos; los dramaturgos Ken Campbell y Chris Langham; el "All You Need Is Love" de The Beatles; Gary Glitter y Jonathan King (celebridades británicas y pedófilos condenados, ambos); el Doctor Who y sus múltiples encarnaciones; Carl Jung; y, como no podía ser de otro modo en este maremagnum imposible de personalidades inconexas unidas por el azar literario-biográfico... Alan Moore.
Aquí es donde entran Julian Cope y Echo & the Bunnymen; Jim Garrison, el Fiscal del Distrito de Nueva Orleans que investigó el asesinato de Kennedy; Thimothy Leary; Greg Hill y Kerry Thornley, fundadores del Discordianismo; los redactores de la sección de cartas de Playboy, Robert Anton Wilson y Bob Shea, que escribieron el best-seller Illuminatus! Trilogy, discordianos confesos; los dramaturgos Ken Campbell y Chris Langham; el "All You Need Is Love" de The Beatles; Gary Glitter y Jonathan King (celebridades británicas y pedófilos condenados, ambos); el Doctor Who y sus múltiples encarnaciones; Carl Jung; y, como no podía ser de otro modo en este maremagnum imposible de personalidades inconexas unidas por el azar literario-biográfico... Alan Moore. Alan Moore es guionista de cómics. Le han apodado "el mejor guionista de la historia" tantas veces que lo más probable es que sea cierto. Alcanzó la fama en 1980 con obras como V de Vendetta y Watchmen, y sigue siendo un prolífico escritor en su ciudad natal. Drummons tiene su misma edad, asistió dos años en Northampton a la escuela de arte y después trabajó seis meses en un psiquiátrico de la ciudad. Allí, Drummond y Moore frecuentaron muchos de los mismos clubes, pubs y conciertos entre 1970 y 1972, pero no se conocieron hasta los años noventa. Will Sergeant, de Echo the Bunnymen, le descubrió la obra de Moore en los ochenta, con V de Vendetta y La cosa del pantano.
Alan Moore es guionista de cómics. Le han apodado "el mejor guionista de la historia" tantas veces que lo más probable es que sea cierto. Alcanzó la fama en 1980 con obras como V de Vendetta y Watchmen, y sigue siendo un prolífico escritor en su ciudad natal. Drummons tiene su misma edad, asistió dos años en Northampton a la escuela de arte y después trabajó seis meses en un psiquiátrico de la ciudad. Allí, Drummond y Moore frecuentaron muchos de los mismos clubes, pubs y conciertos entre 1970 y 1972, pero no se conocieron hasta los años noventa. Will Sergeant, de Echo the Bunnymen, le descubrió la obra de Moore en los ochenta, con V de Vendetta y La cosa del pantano. De Alan Moore hablamos en aquel añorado
suplemento cultural del Tribuna de Salamanca llamado Culturas,
antes incluso de que naciera este blog; luego, recuperamos el artículo en un post. En aquella ocasión le dedicamos un texto largo al guionista de Northampton, ofreciendo una visión retrospectiva de
sus principales trabajos y de su influencia sobre el cómic
contemporáneo.
De Alan Moore hablamos en aquel añorado
suplemento cultural del Tribuna de Salamanca llamado Culturas,
antes incluso de que naciera este blog; luego, recuperamos el artículo en un post. En aquella ocasión le dedicamos un texto largo al guionista de Northampton, ofreciendo una visión retrospectiva de
sus principales trabajos y de su influencia sobre el cómic
contemporáneo.
 Cuando está hablando de V de
Vendetta o de The Watchmen, se muestran escenas
representadas de episodios de las obras; el Hollywood grandilocuente
y digital aún no había llegado a su obra, son escenas recreadas con
medios humildes, pero con convicción y cierta pausa contemplativa:
nos creemos a V y Rorschach mientras recitan, con la profundidad
dramática que también inspira Moore en sus parlamentos, algunas de
sus líneas más célebres. Pero cuando el cómic o la labor
artística de Moore va perdiendo protagonismo para ceder importancia
a su pensamiento, también las imágenes del documental se deforman
hacia asociaciones abstractas, representaciones simbólicas y dibujos
psicodélicos. En ese momento, la película se convierte en
manifiesto espiritual, en la doctrina metafísica de un creador más
interesado en la construcción ontológica de su propio universo que
en las obras que concibió.
Cuando está hablando de V de
Vendetta o de The Watchmen, se muestran escenas
representadas de episodios de las obras; el Hollywood grandilocuente
y digital aún no había llegado a su obra, son escenas recreadas con
medios humildes, pero con convicción y cierta pausa contemplativa:
nos creemos a V y Rorschach mientras recitan, con la profundidad
dramática que también inspira Moore en sus parlamentos, algunas de
sus líneas más célebres. Pero cuando el cómic o la labor
artística de Moore va perdiendo protagonismo para ceder importancia
a su pensamiento, también las imágenes del documental se deforman
hacia asociaciones abstractas, representaciones simbólicas y dibujos
psicodélicos. En ese momento, la película se convierte en
manifiesto espiritual, en la doctrina metafísica de un creador más
interesado en la construcción ontológica de su propio universo que
en las obras que concibió. Pues no, no vamos a hablar de Watchmen (al menos únicamente). Confesamos que la películanos ha gustado bastante: por adulta en sus planteamientos y soluciones, porque Snyder aborda en serio y con respeto el cómic de Alan Moore, porque evita caer en los cliches de género (superheroico) que se han instalado en las adaptaciones cinematográficas de cómics y porque la película mantiene el más esencial de los rasgos constituyentes de la obra que adapta: su espíritu posmoderno y rupturista (en un momento, éste, en el que la posmodernidad empieza a parecer una virtud pretérita, todo sea dicho). Pero no, no vamos a hablar de Watchmen, la película, porque una vez más (y van..) Jordi Costa dijo de ella casi todo lo que había que decir hace dos semanas en su brillante reseña para El País, "El abismo bajo la máscara".
Pues no, no vamos a hablar de Watchmen (al menos únicamente). Confesamos que la películanos ha gustado bastante: por adulta en sus planteamientos y soluciones, porque Snyder aborda en serio y con respeto el cómic de Alan Moore, porque evita caer en los cliches de género (superheroico) que se han instalado en las adaptaciones cinematográficas de cómics y porque la película mantiene el más esencial de los rasgos constituyentes de la obra que adapta: su espíritu posmoderno y rupturista (en un momento, éste, en el que la posmodernidad empieza a parecer una virtud pretérita, todo sea dicho). Pero no, no vamos a hablar de Watchmen, la película, porque una vez más (y van..) Jordi Costa dijo de ella casi todo lo que había que decir hace dos semanas en su brillante reseña para El País, "El abismo bajo la máscara".
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.jpg) Sin embargo, mucho antes de dar lustre a La cosa del Pantano, reinventar a Batman (La broma asesina) y escribir Watchmen, From Hell, Un pequeño asesinato o The League of Extraordinary Gentlemen, Moore ya se había hecho un hueco a empujones entre los “autores a seguir” del noveno arte, gracias a la obra que ha impulsado estas páginas perezosas: V de Vendetta. Se trata de un trabajo mayor creado al alimón por Alan Moore y el dibujante David Lloyd en 1982. Entre ambos, conciben una “fábula política” que planteaba una hipótesis histórica de profundo calado: estamos en la Inglaterra de 1881; después de una derrota electoral no aceptada por los conservadores, estalla un conflicto nuclear que lleva a Inglaterra hacia un periodo de fascismo. En este contexto, surge la figura de V, un luchador-justiciero para unos, un terrorista para otros, que siguiendo una inspiración política claramente anclada en las teorías anarquistas, pretende cambiar el orden político a base de acciones armadas. La obra está salpicada de referencia literarias (desde Shakespeare a Ray Bradbury), intenciones ideológicas (el desprecio del tándem artístico por la política conservadora de Margaret Thatcher) y condicionantes sociopolíticos del momento en que se gestó la obra (afianzamento de la carrera de armamento nuclear, bipolarización mundial, etc.), pero en el fondo, V de Vendetta debe ser analizada como una gran tragedia socio-política de ficción, que elevó al cómic hacia esferas de reflexión artística y temática, prácticamente desconocidas.
Sin embargo, mucho antes de dar lustre a La cosa del Pantano, reinventar a Batman (La broma asesina) y escribir Watchmen, From Hell, Un pequeño asesinato o The League of Extraordinary Gentlemen, Moore ya se había hecho un hueco a empujones entre los “autores a seguir” del noveno arte, gracias a la obra que ha impulsado estas páginas perezosas: V de Vendetta. Se trata de un trabajo mayor creado al alimón por Alan Moore y el dibujante David Lloyd en 1982. Entre ambos, conciben una “fábula política” que planteaba una hipótesis histórica de profundo calado: estamos en la Inglaterra de 1881; después de una derrota electoral no aceptada por los conservadores, estalla un conflicto nuclear que lleva a Inglaterra hacia un periodo de fascismo. En este contexto, surge la figura de V, un luchador-justiciero para unos, un terrorista para otros, que siguiendo una inspiración política claramente anclada en las teorías anarquistas, pretende cambiar el orden político a base de acciones armadas. La obra está salpicada de referencia literarias (desde Shakespeare a Ray Bradbury), intenciones ideológicas (el desprecio del tándem artístico por la política conservadora de Margaret Thatcher) y condicionantes sociopolíticos del momento en que se gestó la obra (afianzamento de la carrera de armamento nuclear, bipolarización mundial, etc.), pero en el fondo, V de Vendetta debe ser analizada como una gran tragedia socio-política de ficción, que elevó al cómic hacia esferas de reflexión artística y temática, prácticamente desconocidas. LOS AUTORES
Alan MooreAlan Moore nació en Northampton, Inglaterra, en 1953. Entró en el mundo del cómic a finales de los setenta, como guionista y dibujante de de tiras como Maxwell the Magic Cat, que se publicó semanalmente hasta 1986. Dejó a un lado su faceta de dibujante y se concentró en escribir guiones. Pasó a trabajar para diversas editoriales, como Marvel UK (Doctor Who Magazine, Captain Britain), Fleetway / 2000 AD (DR & Quinch, The Ballad of Halo Jones), o Warrior (Marvelman o la exitosa V de Vendetta). Empezó a escribir para DC Comics en 1983, cuando se hizo cargo de la serie La Cosa del Pantano (en la que apareció por primera vez el personaje de John Constantine, y que actualmente Planeta DeAgostini cada mes). Publicada entre 1986 y 1987, Watchmen dio un gran impulso a su carrera, por su narrativa innovadora y por su temática, enfocada a un público más adulto. Desde finales de los 80, Moore ha alternado obras para un público adulto (From Hell, Un pequeño asesinato) con otras más comerciales como Superman: Whatever Happened to the Man of Tomorrow, Batman: The Killing Joke, o sus colaboraciones en diversos títulos de la editorial Image. En 1999 creó su propia línea de cómics (America’s Best Comics) para la que creó títulos como La liga de los hombres extraordinarios, Top 10, Promethea o Tom Strong. Además de guionista es mago (algunas de sus representaciones han sido adaptadas al cómic, como El amnios natal o Serpientes y escaleras) y novelista (La voz del fuego, publicada recientemente también por Planeta DeAgostini).
Dave Gibbons
David Gibbons comenzó su carrera como dibujante trabajando para las editoriales inglesas DC Thomson e IPC, donde fue nombrado director artístico de la prestigiosa revista 2000 AD en su fundación. Trabajó también en la revista Doctor Who Weekly. En 1982 empezó a trabajar para DC Comics, dibujando la serie Green Lantern. Watchmen, realizada en 1986, es uno de los trabajos más notables de su carrera. Ha sido también el dibujante de personajes como Superman, Batman o Flash en diversas ocasiones. En 1990, junto a Frank Miller, creó al personaje de Martha Washington, protagonista de la miniserie Give me Liberty, que tendría varias secuelas a lo largo de los años 90: Martha Washington goes to War, Happy Birthday Martha Washington, Martha Washington Stranded in Space y Martha Washington Saves the World. En 2004 publicó su novela gráfica acerca del movimiento mod The Originals en la línea Vertigo de DC. En los últimos años ha sido guionista y dibujante de diversas series para DC: Legión de superhéroes, La guerra Rann / Thanagar, Green Lanterns Corps: Recharge o su continuación, la serie regular Green Lanterns Corps. También es el autor de varias portadas de discos, como la de Too old to Rock’n’Roll, Too young to die!, de Jethro Tull; K, de Kula Shaker; o el recopilatorio Greenpeace Rainbow Warriors.
RECORTES DE PRENSA
“Watchmen supone para los superhéroes lo que El halcón maltés supuso para las novelas detectivescas o Raíces profundas para los westerns”
NOTAS:
La edición absolute de Watchmen de Planeta DeAgostini es una réplica de la publicada en Estados Unidos en el pasado año, a tamaño 212 x 
Los extras consisten en textos exclusivos de Alan Moore y Dave Gibbons, un especial que nos detalla todo el proceso creativo de los autores y que ahonda en las características de cada personaje. Contiene también bocetos, guiones de Alan Moore, cubiertas originales e ilustraciones inéditas.
La adaptación al cine de Watchmen es un misterio practicamente desde la publicación de la novela. Actualmente hay indicios de que Zack Snyder, director de “
Watchmen fue noticia nuevamente en 2005 al ser elegida por la revista Time entre las 100 mejores novelas de todos los tiempos. Fue el único cómic seleccionado.