lunes, noviembre 04, 2013
De lo barroco, lo grotesco y el underground (II).
lunes, octubre 14, 2013
De lo barroco, lo grotesco y el underground (I).
 En 2005, el Domus Artium (DA2) de Salamanca tuvo a bien programar una de sus muestras más destacadas, Barrocos y neobarrocos. El infierno de lo bello. Javier Panera, el comisario de aquella exposición, ya señalaba que  su intención era abordar el Barroco "no tanto como un momento histórico, sino como una categoría estética que aparece en diversos momentos de la historia" y que para tal fin había seleccionado un conjunto de obras contemporáneas que "sobresalen por su carácter teatral, por su carácter perturbador de los sentidos". La filosofía, como hemos tenido ocasión de constatar en Bilbao, no era entonces muy diferente de la que ha guiado los pasos de la comisaria Bice Curiger en su selección de obras para el Guggenheim (con la salvedad señalada del ejercicio comparativo entre el presente y pasado que hemos señalado más arriba).
En 2005, el Domus Artium (DA2) de Salamanca tuvo a bien programar una de sus muestras más destacadas, Barrocos y neobarrocos. El infierno de lo bello. Javier Panera, el comisario de aquella exposición, ya señalaba que  su intención era abordar el Barroco "no tanto como un momento histórico, sino como una categoría estética que aparece en diversos momentos de la historia" y que para tal fin había seleccionado un conjunto de obras contemporáneas que "sobresalen por su carácter teatral, por su carácter perturbador de los sentidos". La filosofía, como hemos tenido ocasión de constatar en Bilbao, no era entonces muy diferente de la que ha guiado los pasos de la comisaria Bice Curiger en su selección de obras para el Guggenheim (con la salvedad señalada del ejercicio comparativo entre el presente y pasado que hemos señalado más arriba). En su exigente y muy interesante ensayo La comedia de lo sublime, el profesor de estética, teoría del arte y filósofo Domingo Henández alude a la teatralidad y a la exageración (a "la realidad escenificada y sobresaturada"), junto a otros rasgos, como los de la sobreexposición de las imágenes, la mirada teledirigida, la ilusión ficticia de extrañeza o la nostalgia de lo siniestro, para concretar algunos rasgos de la postmodernidad artística contemporánea. En su trabajo, el autor reivindica la actualización de la vieja dialéctica entre lo sublime y lo cómico, y lo hace partiendo de tres ámbitos muy definidos: lo pintoresco, lo siniestro y el cuerpo. Para ello, Domingo Hernández analiza algunos de los males que aquejan a la mirada artística actual: "la enfermedad de la imaginación, la conversión de los ojos en cámaras dirigidas o lo anodino de las miradas telegrafiadas", alude también a la tan frecuente tergiversación de "lo real bajo la máscara de la sangre, la carne y el cadaver":
En su exigente y muy interesante ensayo La comedia de lo sublime, el profesor de estética, teoría del arte y filósofo Domingo Henández alude a la teatralidad y a la exageración (a "la realidad escenificada y sobresaturada"), junto a otros rasgos, como los de la sobreexposición de las imágenes, la mirada teledirigida, la ilusión ficticia de extrañeza o la nostalgia de lo siniestro, para concretar algunos rasgos de la postmodernidad artística contemporánea. En su trabajo, el autor reivindica la actualización de la vieja dialéctica entre lo sublime y lo cómico, y lo hace partiendo de tres ámbitos muy definidos: lo pintoresco, lo siniestro y el cuerpo. Para ello, Domingo Hernández analiza algunos de los males que aquejan a la mirada artística actual: "la enfermedad de la imaginación, la conversión de los ojos en cámaras dirigidas o lo anodino de las miradas telegrafiadas", alude también a la tan frecuente tergiversación de "lo real bajo la máscara de la sangre, la carne y el cadaver":.jpg) En esas estábamos cuando, detrás de una cortina, suponemos, destinada a controlar impudores y sofocos malpensantes, nos encontramos con dos decena de páginas de Crumb y constatamos que no eramos los únicos en dejarnos llevar por asociaciones, sólo en apariencia, tan sinuosas. No nos sorprendió encontrar la obra de Crumb en las paredes de un museo (ya habíamos tenido la ocasión de disfrutar de exposiciones suyas con anterioridad en circunstancias semejantes), pero nos divirtió ver sus dibujos rodeados de obras tan "ajenas" al mundo del cómic; aunque en casos como los de las esculturas de Urs Fischer (Cama blanda), el vínculo asociativo surja de forma espontánea casi inmediatamente. Allí había caricaturas y planchas de dos o tres historietas típicamente crumbianas, no faltaban ejemplos de su vena misógina (Cómo pasarlo bien con una mujerona), ni del peculiar revisionismo histórico a que nos tiene acostumbrados (Una historia clásica).
En esas estábamos cuando, detrás de una cortina, suponemos, destinada a controlar impudores y sofocos malpensantes, nos encontramos con dos decena de páginas de Crumb y constatamos que no eramos los únicos en dejarnos llevar por asociaciones, sólo en apariencia, tan sinuosas. No nos sorprendió encontrar la obra de Crumb en las paredes de un museo (ya habíamos tenido la ocasión de disfrutar de exposiciones suyas con anterioridad en circunstancias semejantes), pero nos divirtió ver sus dibujos rodeados de obras tan "ajenas" al mundo del cómic; aunque en casos como los de las esculturas de Urs Fischer (Cama blanda), el vínculo asociativo surja de forma espontánea casi inmediatamente. Allí había caricaturas y planchas de dos o tres historietas típicamente crumbianas, no faltaban ejemplos de su vena misógina (Cómo pasarlo bien con una mujerona), ni del peculiar revisionismo histórico a que nos tiene acostumbrados (Una historia clásica).lunes, noviembre 19, 2012
Where Hats Go, de Kurt Wolfgang. Sombreros underground.
 Nos ha dado en los últimos tiempos por volver al mundo de los minicómics y de las emociones autoeditadas en pequeño formato. Lo hemos hecho recuperando viejas deudas lectoras, como aquella recomendación que don Kioskerman nos hizo hace varios años a propósito de una charla bloguera sobre Mat Brinkman y nuestros siempre admirados Fort Thunders. Nos habló en aquella ocasión de Kurt Wolfgang y su Where Hats Go, pero no ha sido hasta ahora cuando ha caído en nuestras manos.
Nos ha dado en los últimos tiempos por volver al mundo de los minicómics y de las emociones autoeditadas en pequeño formato. Lo hemos hecho recuperando viejas deudas lectoras, como aquella recomendación que don Kioskerman nos hizo hace varios años a propósito de una charla bloguera sobre Mat Brinkman y nuestros siempre admirados Fort Thunders. Nos habló en aquella ocasión de Kurt Wolfgang y su Where Hats Go, pero no ha sido hasta ahora cuando ha caído en nuestras manos.lunes, marzo 19, 2012
Comix "endrogados" para una era hippy: Dope Fiend Funnies.
 Casi siempre pensamos en la era hippy como en los años dorados del pacifismo buenrollista, el amor libre, la psicodelia y el consumo desmedido de ácidos, marihuana y demás pócimas lisérgicas. Gran parte de ese imaginario responde a un estereotipo que apenas se extendió durante más de 3 ó 4 años y que a lugares como nuestro país no llegó más que como un espejismo lejano idealizado.
Casi siempre pensamos en la era hippy como en los años dorados del pacifismo buenrollista, el amor libre, la psicodelia y el consumo desmedido de ácidos, marihuana y demás pócimas lisérgicas. Gran parte de ese imaginario responde a un estereotipo que apenas se extendió durante más de 3 ó 4 años y que a lugares como nuestro país no llegó más que como un espejismo lejano idealizado. Ahora, nos estamos refiriendo más bien a publicaciones como Dope Fiend Funnies ("Historietas para drogatas"), Weird Trips ("Viajes raros"), Dope Comix ("Comix de droga") o Cocaine Comix. Comic-books en los que todas sus historias orbitaban alrededor del universo narcótico. En ellos, encontramos docenas de historias realizadas por autores underground casi desconocidos.
Ahora, nos estamos refiriendo más bien a publicaciones como Dope Fiend Funnies ("Historietas para drogatas"), Weird Trips ("Viajes raros"), Dope Comix ("Comix de droga") o Cocaine Comix. Comic-books en los que todas sus historias orbitaban alrededor del universo narcótico. En ellos, encontramos docenas de historias realizadas por autores underground casi desconocidos. Echemos un vistazo a uno de ellos: el número uno (y único) de Dope Fiend Funnies, un comix de 1974 completado integramente por autores británicos, pocos de los cuales han pasado a la historia del cómic (gente como William Rankin, Chris Welch o Malcolm Livingstone). Entre sus doce historias, la más mentada y conocida es sin duda "How To Spot A Dope Fiend", de Edward Barker; un mini-inventario paródico de adictos a partir de los efectos que diferentes drogas provocan en sus consumidores. Todo ello con un estilo gráfico tosco y grotesco, muy underground.
Echemos un vistazo a uno de ellos: el número uno (y único) de Dope Fiend Funnies, un comix de 1974 completado integramente por autores británicos, pocos de los cuales han pasado a la historia del cómic (gente como William Rankin, Chris Welch o Malcolm Livingstone). Entre sus doce historias, la más mentada y conocida es sin duda "How To Spot A Dope Fiend", de Edward Barker; un mini-inventario paródico de adictos a partir de los efectos que diferentes drogas provocan en sus consumidores. Todo ello con un estilo gráfico tosco y grotesco, muy underground.lunes, agosto 01, 2011
From the Shadow of the Northern Lights (vol. 1). La luz underground del norte.
 A la vuelta de uno de nuestros últimos viajes, les comentábamos que nos habíamos traído material nórdico y que les daríamos cuenta del mismo a su debido tiempo.
A la vuelta de uno de nuestros últimos viajes, les comentábamos que nos habíamos traído material nórdico y que les daríamos cuenta del mismo a su debido tiempo.En una pequeña tienda de Estocolmo descubrimos la existencia de From the Shadow of the Northern Lights (Top Shelf, 2008), una antología de cómic sueco con los autores más representativos de las últimas décadas, surgidos casi siempre alrededor de Galago, la revista underground que nació a finales de los años setenta. El descubrimiento de una colección de cómics traducida al inglés nos ayudó a sacarnos la espinita que se le clava a uno cada vez que llega a un país cuya lengua desconoce; especialmente, cuando en ese país existe una industria interesante de cómics (tampoco se piensen que andamos con las viñetas en la cabeza día y noche).
En el prólogo From the Shadow of the Northern Lights, el editor de Galago, Johannes Klenell, introduce el volumen: 
"Oscuros" es una palabra que la crítica emplea frecuentemente para describir los trabajos de Galago. Evidentemente, esto es cierto en el caso de la recopilación que tiene usted entre manos, aunque también el humor ha tenido siempre un papel importante en nuestras publicaciones. Siguiendo la inspiración de los cómics contraculturales de Crumb, Galago nació a finales de los años 70 como revista de sátira política. En las últimas tres décadas, este extraño superviviente en un clima cultural adverso, ha crecido hasta convertirse en el buque insignia de la escena de cómics alternativos suecos. Se convirtió en la plataforma crítica contra los yuppies de los 80, un reducto de sinceridad durante los superficiales años 90, y permanece como uno de los pocos espacios de cultura alternativa que han resistido en el nuevo milenio. Los suecos somos una antigua raza, somos de un país tan septentrional que el sol apenas brilla durante los helados, glaciales y húmedos meses del año. Quizás este hecho ayude a la mezcla de melancolía y sarcasmo que brilla en esta colección. Esperamos que la disfrute, nuestro primer intento de sacar a los mejores artistas suecos fuera del Círculo Polar Ártico.
Lo hemos hecho, disfrutar de la antología. Se esconde talento en sus páginas. De hecho nos hemos quedado con ganas de saber más de algunos de sus componentes. En los siguientes párrafos les mencionaremos los nombres de aquellos de los que nos gustaría seguir oyendo hablar en el futuro; quién sabe, a lo mejor algún día llegan a nuestro país o se les sigue traduciendo desde editoriales como Top Shelf.
Se menciona en los breves perfiles biográficos del índice que Joakim Pirinen es una leyenda viva del cómic escandinavo. Su estilo underground es una extraña mezcla entre el trazo sucio de Vuillemin y el underground más ortodoxo (paradoja al canto) de Crumb. Nos gustó la ironía costumbrista de su "Bear family".
  Hay mucho underground costumbrista en From the Shadow of the Northern Lights, ya saben, slice of life en la línea de Jeff Brown y coetáneos como Liz Prince. "Oktoberfest", la historia de Sofia Olsson se parece a las de Brown hasta en su vertiente gráfica; un clon sueco de esas historias que entienden la existencia como una rutina salpicada de alegrías mínimas y desconsuelos erosionadores. En la misma liga, juegan Mats Jonsson y Anneli Furmark. El primero, artista y coeditor de Galago, presenta también muchísimas similitudes a Jeffrey Brown y pasa por ser una leyenda viva del cómic autobiográfico sueco, "un icono pop de la escena del cómic sueco", reza su presentación. De "I dated a teenager" no podemos sacar conclusiones tan extremas, aunque resulta interesante como episodio de honestidad autobiográfica amorosa (descubrimos en su blog que Top Shelf acaba de editar en inglés su Hey Princess). El estilo de Anneli Furmark sigue emparentado con el underground (gracias sobre todo a su abigarrado entramado manual y el esquematismo de su propuesta), aunque se acerca a cierta concepción naturalista de los personajes y el escenario: la historia que desarrolla en "A private place" indaga en la autodestructiva naturaleza humana y en las dudas de la angustia creadora. Anneli Furmark ha publicado también con Drawn & Quarterly.
 Hay mucho underground costumbrista en From the Shadow of the Northern Lights, ya saben, slice of life en la línea de Jeff Brown y coetáneos como Liz Prince. "Oktoberfest", la historia de Sofia Olsson se parece a las de Brown hasta en su vertiente gráfica; un clon sueco de esas historias que entienden la existencia como una rutina salpicada de alegrías mínimas y desconsuelos erosionadores. En la misma liga, juegan Mats Jonsson y Anneli Furmark. El primero, artista y coeditor de Galago, presenta también muchísimas similitudes a Jeffrey Brown y pasa por ser una leyenda viva del cómic autobiográfico sueco, "un icono pop de la escena del cómic sueco", reza su presentación. De "I dated a teenager" no podemos sacar conclusiones tan extremas, aunque resulta interesante como episodio de honestidad autobiográfica amorosa (descubrimos en su blog que Top Shelf acaba de editar en inglés su Hey Princess). El estilo de Anneli Furmark sigue emparentado con el underground (gracias sobre todo a su abigarrado entramado manual y el esquematismo de su propuesta), aunque se acerca a cierta concepción naturalista de los personajes y el escenario: la historia que desarrolla en "A private place" indaga en la autodestructiva naturaleza humana y en las dudas de la angustia creadora. Anneli Furmark ha publicado también con Drawn & Quarterly. 
En un estilo igualmente esquemático, con una línea mucho más clara, cercano al de Porcellino, Henrik Bromander nos ofrece "The World-Wager", probablemente la historia más desasosegante y oscura de la recopilación. Detrás del trazo infantil, se esconde un relato familiar con carga de profundidad. El dibujo de Liv Strömquist mantiene los mismos patrones de esquematismo, trazo infantil y línea clara minimalista. Curiosamente, su historia ser aparta radicamente de ese aire naif: en "I was stalin's girlfriend" hace un recorrido crítico, no exento de ironia, por la vida sentimental de Stalin y su relación con las mujeres; el villano universal no lo era menos, en la trastienda del corazón, parece que nos viene a contar Strömquist con un discurso planteado desde un interesante feminismo activista.  En este volumen, nos ha sorprendido mucho el talento visual de Lars Sjunnesson (con una historia cercana al mundo de la ilustración). O la capacidad gráfica de Marcus Ivarsson en su fábula "Nemesis", con un mundo de animales antropomórficos que se enfangan en los peores vicios de la humanidad. Con un estilo que nos recordaría al surrealismo pop animalizado de Woodring, después de un mal viaje psicodélico por los bajos fondos del subconsciente.
En este volumen, nos ha sorprendido mucho el talento visual de Lars Sjunnesson (con una historia cercana al mundo de la ilustración). O la capacidad gráfica de Marcus Ivarsson en su fábula "Nemesis", con un mundo de animales antropomórficos que se enfangan en los peores vicios de la humanidad. Con un estilo que nos recordaría al surrealismo pop animalizado de Woodring, después de un mal viaje psicodélico por los bajos fondos del subconsciente. 
Nos ha impresionado la delicada línea underground de Tom Karlsson, un cruce perfecto de Dave Cooper y Anders Nilsen, que en "Tell me about the mountain" nos sumerge con dramatismo en las profundidades del recuerdo y la pesadilla. También lo ha hecho el académico y elegante naturalismo de Loka Kanarp en "The party", una historia acerca de la soledad y el dolor interior, cuyo dibujo y desarrollo nos ha hecho pensar en los mejores trabajos de Jessica Abel. Nos encantaría volver a tener ocasión de leer obras de estos dos autores en el futuro.
No hemos acabado con el tema, en algún post venidero, les contaremos nuestras impresiones acerca del segundo volumen de From the Shadow of the Northern Lights que publicó Top Shelf dos años después. Hasta entonces, buceen entre los autores de Galago y las muchas páginas que les hemos vinculado en este post. Seguro que descubren algún diamante en bruto.
lunes, febrero 14, 2011
Crumb, la película. El underground verdadero
 A la espera de que se recupere en nuestro país, quizás sea un buen momento para hablar de Crumb, la película de Terry Zwigoff, ahora que The Criterion Collection ha decidido reeditarla en Estados Unidos.
A la espera de que se recupere en nuestro país, quizás sea un buen momento para hablar de Crumb, la película de Terry Zwigoff, ahora que The Criterion Collection ha decidido reeditarla en Estados Unidos. Él  mismo se declara desconcertado ante el efecto, la repercusión y la  idoneidad de su trabajo para según que lectores y, nosotros, como  espectadores, percibimos el punto de demencia que salpica a su obra  desde su pasado familiar. En ese momento, sin embargo, el documental, la  “ficción-realista” (existe una intención narrativa evidente en el modo  en que se organiza el montaje final), consigue, en un nuevo giro de  tuerca, separarnos del infierno para devolvernos al Crumb hipersensible,  al hombre hogareño, amante de la música (obsesionado por los viejos  discos de jazz), al padre volcado en sus hijos, al Crumb que quiere  escaparse de América, al artista que parece querer ser un creador por  encima de un hombre. No es gratuito que el maravilloso trabajo de  Zwigoff termine con la ya comentada mudanza de los Crumb a tierras  francesas (a una casa conseguida a cambio de un baúl lleno de esbozos y  cuadernos “garabateados”) ¿Quién no se mudaría de un pasado así?
Él  mismo se declara desconcertado ante el efecto, la repercusión y la  idoneidad de su trabajo para según que lectores y, nosotros, como  espectadores, percibimos el punto de demencia que salpica a su obra  desde su pasado familiar. En ese momento, sin embargo, el documental, la  “ficción-realista” (existe una intención narrativa evidente en el modo  en que se organiza el montaje final), consigue, en un nuevo giro de  tuerca, separarnos del infierno para devolvernos al Crumb hipersensible,  al hombre hogareño, amante de la música (obsesionado por los viejos  discos de jazz), al padre volcado en sus hijos, al Crumb que quiere  escaparse de América, al artista que parece querer ser un creador por  encima de un hombre. No es gratuito que el maravilloso trabajo de  Zwigoff termine con la ya comentada mudanza de los Crumb a tierras  francesas (a una casa conseguida a cambio de un baúl lleno de esbozos y  cuadernos “garabateados”) ¿Quién no se mudaría de un pasado así? miércoles, julio 22, 2009
Food Comics. Underground gastronómico.
 Una de las características más sorprendentes del comix underground, sobre todo en su última etapa, es su tendencia a la especialización temática, con monográficos y series en torno a los ámbitos temáticos más variopintos. Con esta premisa en mente, podríamos afrontar, por supuesto, los muchos tebeos de capa y espada o fantasía heroica que surgieron a finales de los 70, que venían firmados por autores consolidados en el primer underground, pero también por jóvenes valores, como un tal Richard Corben (recuérdennos que les hablemos de su etapa underground en algún futuro post). Pero a lo que nos referimos cuando hablamos de “comix especializados” no nos referimos a los tebeos de género o parodia (fueron habituales los cómics underground que parodiaban o simplemente imitaban a los estigmatizados tebeos de la E.C.), sino a comix dedicados a temas tan bizarros como la comida.
Una de las características más sorprendentes del comix underground, sobre todo en su última etapa, es su tendencia a la especialización temática, con monográficos y series en torno a los ámbitos temáticos más variopintos. Con esta premisa en mente, podríamos afrontar, por supuesto, los muchos tebeos de capa y espada o fantasía heroica que surgieron a finales de los 70, que venían firmados por autores consolidados en el primer underground, pero también por jóvenes valores, como un tal Richard Corben (recuérdennos que les hablemos de su etapa underground en algún futuro post). Pero a lo que nos referimos cuando hablamos de “comix especializados” no nos referimos a los tebeos de género o parodia (fueron habituales los cómics underground que parodiaban o simplemente imitaban a los estigmatizados tebeos de la E.C.), sino a comix dedicados a temas tan bizarros como la comida. El segundo es el de apoyar métodos de producción menos destructivos y una mejor alimentación.
Mi tercer propósito es el de ofrecer entretenimiento. La mitad del cómic-book llamada Food Comics va dirigida a un público sobre todo infantil y está destinada a ofrecerles diversión.
domingo, agosto 17, 2008
Mondo Snarfo. Surrealismo underground.
.jpg) Hemos hablado en esta casa en numerosas ocasiones de las diferentes direcciones que siguió el movimiento underground y de sus subsiguientes derivas heroicas, paródicas y homenajeadoras en los años en que empezó su decadencia (a partir de 1975 sobre todo).
Hemos hablado en esta casa en numerosas ocasiones de las diferentes direcciones que siguió el movimiento underground y de sus subsiguientes derivas heroicas, paródicas y homenajeadoras en los años en que empezó su decadencia (a partir de 1975 sobre todo).
jueves, mayo 22, 2008
Gory Stories Quarterly, underground paródico.
 Seguimos alternando algún comix underground entre lectura y lectura. Uno de los últimos ha sido este Gory Stories Quarterly, número 2 ½. La broma numérica tiene que ver, en realidad, con la peculiaridad editorial del tebeito: se trata de una reedición de 1972 de Gory Stories #2, que apareció inicialmente como fanzine; el responsable del artefacto, Kenneth J. Krueger.
Seguimos alternando algún comix underground entre lectura y lectura. Uno de los últimos ha sido este Gory Stories Quarterly, número 2 ½. La broma numérica tiene que ver, en realidad, con la peculiaridad editorial del tebeito: se trata de una reedición de 1972 de Gory Stories #2, que apareció inicialmente como fanzine; el responsable del artefacto, Kenneth J. Krueger..jpg) 
 
En MAD abundaban las parodias, la revista se basaba en ellas en muchos sentidos. Son conocidísimas las imitaciones bufas que Wally Wood llevaba a cabo de Eisner (más tarde, llegó incluso a hacerse cargo oficialmente de su personaje The Spirit) o del Pogo de Walter Kelly (sic. imagen superior). Este espíritu socarrón es el que heredaron y del que se retroalimentaron muchos de aquellos primeros comix underground, como por ejemplo Gory Stories Quarterly: supuestamente un cómic de terror, en la práctica una burla al descubierto de los cómics de terror de los 50 y, sobre todo, de aquellas otras historias que el mismo Gaines había engendrado en la EC con sus relatos de criptas, mazmorras y tanatorios.
Aunque en Gory Stories Quarterly también encontramos alguna parodia de otros géneros (siempre con lo macabro de fondo), como los cartoons de animales sabios al estilo Disney. Así, los animalitos que aparecen en "A funny-bunny story. Ronald's Surprise Birthday" (a cargo de Dave Clark y John Pound), nos recuerdan sospechosamente a los habitantes del Okefenokee de Walter Kelly. Eso sí, con un final acorde al género parodiado: mala baba a raudales, como para desguazarle a uno la infancia. Aquí se los dejamos...
sábado, diciembre 22, 2007
Dr. Wirtham's Comix and Stories: post-underground de miedo.
.jpg) Uno de esos lotes underground, que nos trajinamos con el ebay por cuatro duros, incluía una curiosidad. Se trata del número doble 5-6 de Dr. Wirtham's Comix and Stories (la contraportada del 5 es la portada del 6 y viceversa, de modo que cuando uno llega a la página central, se acaba el volumen 5 y hay que darle la vuelta al tebeo -literalmente- y empezar a leer desde la última página, primera del número 6). Huelga decir que no sabíamos nada del tebeo cuando comenzamos la subasta, tampoco sorprenderemos a nadie si decimos que fue el título lo que nos empujó al jugueteo pujador.
Uno de esos lotes underground, que nos trajinamos con el ebay por cuatro duros, incluía una curiosidad. Se trata del número doble 5-6 de Dr. Wirtham's Comix and Stories (la contraportada del 5 es la portada del 6 y viceversa, de modo que cuando uno llega a la página central, se acaba el volumen 5 y hay que darle la vuelta al tebeo -literalmente- y empezar a leer desde la última página, primera del número 6). Huelga decir que no sabíamos nada del tebeo cuando comenzamos la subasta, tampoco sorprenderemos a nadie si decimos que fue el título lo que nos empujó al jugueteo pujador. 















 
 








