Mostrando entradas con la etiqueta webcómic. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta webcómic. Mostrar todas las entradas

sábado, marzo 20, 2021

Beti Berdín Taberna, de Gastón. Empatía en tiempos del coronavirus

Se cumple un año de esta dichosa pandemia que nos ha cambiado las coordenadas a todos. Después de olas de angustia y parálisis social, parece que al fin (¡ojalá!) empezamos a ver la luz. Las experiencias intensas tienen la cualidad de congelar el tiempo. En este caso, además, el miedo a la enfermedad y a sus consecuencias económicas han contribuido a estirar nuestra percepción de lo vivido. Parece que lleváramos años instalados en la "Era Covid"; años de aquel primer confinamiento, de los aplausos en el balcón, de las incursiones semiclandestinas a supermercados y de las precauciones quirúrgicas antes y después de las mismas. Aquellos días de fiebre digital y de angustia licuada por la mala uva de las redes sociales, por los terribles contadores de muertos de la televisión, por las noticias cada vez peores, por la inercia zombi del teletrabajo...

Nuestra fórmula para sobrevivir a aquellos momentos tenebrosos fue la compañía y la certeza de que esperábamos buenas noticias personales. También el cine, el cómic, la literatura y la música fueron buenos aliados. De las Redes Sociales tenemos pocos recuerdos gratos más allá de aquellos amigos digitales que se empeñaron en hacernos la vida más fácil y en afrontar la pandemia desde una mirada constructiva. Leímos algunas crónicas interesantes que nos ayudaron a entender la situación y entramos en blogs sanadores. Y también nos reconfortamos con artistas como Gastón (Asier Iturralde), que cada poco tiempo nos invitaba en Twitter a tomar unos zuritos con él y sus personajes en la taberna Beti Berdin, lugar de encuentro en el que todos teníamos un taburete reservado. Con viñetas llenas de humor y sensibilidad, los personajes de Beti Berdin se conviertieron en excelentes cronistas de el día a día de la pandemia.

Ahora, tenemos la oportunidad de recuperar aquellas pequeñas dosis de humor de una página gracias a la publicación en formato comic-book de algunas de las historias que el autor publicó en sus redes sociales. El formato, que mantiene el bitono amarillo-anaranjado original, le sienta bien a la línea clara elegante y expresiva de Gastón. Sus personajes desarrollan arquetipos reconocibles (la hater, el sibarita incólume, el optimista, el alter ego ciclotímico...), tipos en los que, en un momento u otro, todos podemos proyectar nuestras propias reacciones durante la pandemia, así como el humor cambiante con el que muchos sobrellevamos la crisis. La taberna de Gastón nos regala buenas dosis de empatía y un humor amable basado en una mirada irónica que invita a la media sonrisa del "yo he estado ahí".

Menos mal que Beti Berdin estaba abierto, porque ¡mira que hemos echado de menos los bares durante buena parte de este castigo global! Gracias, Asier, por ayudarnos a sobrellevarlo.

domingo, octubre 27, 2019

The Eyes, de Javi de Castro. Cómics animados

No podemos decir que no estuviéramos avisados.
Durante las jornadas sobre cómic y animación que organizó José Manuel Trabado para la Universidad de León este verano, tuvimos la suerte de asistir a la charla que impartió el joven dibujante leonés Javi de Castro. Además de comentar su obra, De Castro tuvo tiempo de ilustrar a la audiencia sobre su método de trabajo y las diferentes fases de su proceso creativo. Justificó su apuesta cada vez más convencida por las herramientas digitales, sin que ello implique el abandono total de los medios plásticos tradicionales.
https://www.javidecastro.com/theeyes
Después de revisionar algunos de sus primeros cómics digitales y explicar su original uso de la animación gif, Javi de Castro dejó caer la primicia: en septiembre estrenaría su nueva página web, The Eyes, dedicada en exclusiva al webcomic y a la experimentación con la narración digital. El anuncio ha fructificado y ya podemos disfrutar de los primeros episodios publicados en su web. El resultado es sorprendente y satisfactorio.
Las cuatro historietas colgadas en su página hasta el momento (Blindness, Mirage, The Evil Eye y Visions) vuelven a recurrir a un uso sutil e inteligente de la animación gif, combinada con una secuenciación a partir del scroll vertical. La línea clara de Javi De Castro, cada vez más expresiva y rica en detalles, se beneficia de un espléndido uso del color que funciona con eficiencia en la creación de pausas narrativas y momentos de suspense. Es cierto que, por su extensión reducida, algunas historias discurren de forma un tanto apresurada y que le dejan a uno con ganas de más, pero el ritmo de publicación del autor promete nuevas lecturas y muchos más momentos de diversión. Un aplauso por The Eyes y deseemos que la buena nueva tenga una vida muy larga.
https://www.javidecastro.com/theeyes-blindness
https://www.javidecastro.com/theeyes-mirage
https://www.javidecastro.com/theeyes-theevileye
https://www.javidecastro.com/theeyes-visions

sábado, julio 07, 2018

Ian Nose. Webcómics, autoedición y bienales

Hace unos meses, un joven autor vasco, Ian Nose, nos invitó a visitar su web y a ojear sus propuestas comiqueras. Descubrimos que, como en el caso de algún minicómic autobiográfico que hemos leído recientemente, Nose pasó de aspirante a arquitecto (no sabemos en qué grado anda ahora) a aventurero del cómic online y a la esforzada autoedición. Sus cómics se pueden leer y descargar en varios idiomas desde su página. 
Su primera tira onlineEdFramed, estaba basada, por ejemplo, en el muy postmoderno concepto de la imagen autoconsciente: la tira (publicada en dos periodos, 2011-2012 y 2015) repite la estructura de cuatro viñetas devenidas en rostro pensante y autorreflexivo; una personificación del marco de la viñeta que, como tentativa comicográfica, nos recuerda a aquella obra maestra del cómic español que fue Simple, de Federico del Barrio (alias Silvestre). Como en aquel caso, EdFramed establece el habitual monólogo de la viñeta-personaje que cuestiona su naturaleza ficcional e interpela al autor, hasta terminar por desbordar, en su última etapa, todas las convenciones narrativas por lo que respecta al lenguaje del cómic (líneas de viñeta, espacio de la página, etc.) y al marco narrativo (autor, lector, personaje).
Otro de sus tebeos, La carrera democrática (dividido en dos partes), plantea en forma de parodia política inconclusa la campaña electoral de 2015 y sus consecuencias posteriores. En sus páginas, se concibe el asalto a la Moncloa como una carrera de campo a través que, en sus desvaríos crítico-paródicos y mala uva, nos recuerda a una adaptación castiza y rupestre de aquellos celebrados Autos Locos. Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera compiten con todos sus tics y artimañas posibles (fango y pantallas de plasma incluidos) por vencer en una competición a la que todos estamos invitados.
De Ian Nose nos llega ahora la noticia de que EdFramedAntxintxiketan: La carrera democrática han sido seleccionados en su edición en euskera, junto a otros 400 trabajos de estudiantes de arquitectura, para formar parte del proyecto "becoming", dentro  del Pabellón Español de la Biennale Architettura 2018 de la Bienal de Venecia. La buena nueva nos parece estupenda por varias razones: por un lado, porque incluye al cómic dentro de un proyecto interdisciplinar, constatando su asentamiento como lenguaje artístico y cultural; pero también porque incide en una obviedad que muchos tienden a esquivar: esa idea de que tan español es el castellano, como lo son el euskera, el gallego o el catalán, y de que un país nace de la unión de todas sus partes. Enhorabuena a Ian Nose por lo que le toca y por lo que él aporta a ambas cuestiones.
Cerramos con la nota de prensa del propio Nose sobre la Bienal:
El cómic Antxintxiketan: La carrera democrática del dibujante guipuzcoano Ian Nose (Oñati, 1984) está siendo exhibido en el pabellón español de la Bienal de arquitectura en Venecia que se celebra desde el pasado 25 de mayo hasta el 25 de noviembre del 2018. Es la primera vez en la historia de la bienal en que el pabellón Español, comisionado en esta ocasión por la arquitecta Atxu Amann, muestra un cómic escrito en euskara. Los 25 paneles expuestos han sido impresos en gran formato y forman parte del espacio dedicado a la narrativa en el conjunto de la exhibición. 
Antxintxiketan, es un cómic de carácter político-humorístico publicado de forma serializada por Ahabi Comics en formato papel y en digital, en diversos medios. En la historieta, los candidatos a la presidencia del gobierno español de las elecciones del 2015, son parodiados como corredores de maratón, en una carrera a vida o muerte en la que los unos se ponen zancadillas a los otros. 
Ian Nose lleva publicando cómics desde el año 2011. Su último trabajo: También llueve en Puerto Rico, narra las vivencias de dos señoras mayores en el huracán María, que sacudió Puerto Rico y que el autor vivió en primera persona cuando residía en el país caribeño.

viernes, octubre 13, 2017

Protanopia de Andre Bergs. Un webcómic diferente

En un artículo reciente que escribimos para Cómic digital hoy (ACDCómic, 2017), hablábamos de webcomics y de cómo, pensamos nosotros, las expectativas creadas en torno a los cómics online no se habían visto del todo satisfechas, ni por lo que respecta a la evolución del formato, la autonomía de las historias, la consolidación de sus autores fuera de la página de papel o incluso las técnicas narrativas facilitadas por el medio digital.

Hablábamos también de iniciativas como Electricomics, la plataforma para tablets ("A self-publishing ecosystem", se definen) auspicada, entre otros, por gente Alan Moore y Daniel Merlin Goodbrey. Decíamos:

Quizás se trate sólo de una cuestión de plazos y los cómics digitales del futuro terminen por abandonar el mimetismo formal de los ejemplos pretéritos. A lo mejor, McCloud sólo erró en las fechas y, como podría demostrar la irrupción de plataformas como Electricomics, exista un territorio prometedor para el webcómic dentro del hipervínculo, el lienzo infinito y la animación, pero la realidad actual nos dicta que, más allá de soluciones tecnológicas, el gran cambio del cómic contemporáneo ha tenido que ver con nociones tan antiguas como la libertad artística y la madurez creativa: el éxito editorial y social de la «novela gráfica» es el mejor ejemplo de ello. 

Después de su irrupción con cómics online tan asombrosos como Nemo o Sway, de un tiempo a esta parte Electricomics parece estar bastante paradita. Sin embargo, muchos de sus hallazgos han reaparecido por sorpresa en un webcómic gratuito para tablets, tan breve como sorprendente, que responde al nombre de Protanopia. Su autor, Andre Bergs, lo presenta en los siguientes términos:

A revolutionary digital comic for Iphone and Ipad.
Protanopia is a digital comic for Ipad and Iphone. Created as an experiment into the possibilities of digital comics. Using elements from 3D and 2D animation in a realtime game engine, it creates an unique visual style, whilst still having a familiar feeling.

Protanopia aúna en una sola aplicación (gratuita, insistimos) varios recursos técnicos de los que encontrábamos en los trabajos de Electricomics (el barrido lateral para pasar página, el empleo del click para generar efectos, etc.); sin embargo, lo que realmente llama la atención en el cómic de Berg es su conseguido efecto tridimensional y la rotación de cámara para conseguir cambios ligeros en el ángulo de visión. La impresión inicial garantiza bocas abiertas en los lectores.

En la lista de peros del experimento que es Protanopia debemos destacar el irregular funcionamiento de la interface que posibilita todos estos recursos (al menos en nuestra tablet): la interacción con la pantalla no siempre funciona efectivamente y las páginas y las viñetas no se desplazan con fluidez.

A pesar de estos incovenientes técnicos, la historia Protanopia tampoco deja indiferente. En sus seis páginas, Berg desarrolla una historia antibelicista que recurre a una parodia bufa del Desembarco de Normandía para denunciar el absurdo de la guerra. En estos días aciagos de banderas, gritos abducidos y masas zombies, mensajes como el de Protanopia no dejan de agradecerse. Lo de las tres dimensiones, además, ayuda a darle más relieve al asunto.

sábado, julio 31, 2010

Sin título, de Cameron Stewart. Ciffhangismo de raíz.

Hace años (y esta vez en un sentido casi literal) que no hablamos de cómics online, ni actualizamos la lista de los mismos en nuestra barra lateral. Para remediar el abandono, nos hemos puesto al día con Sin título, la historieta de Cameron Stewart ganadora de los últimos premios Eisner en la categoría de mejor cómic digital. Comenzó el 17 de junio de 2007 y se encuentra actualmente en su entrega 101. Sin duda, Sin título (cuya españolidad empieza y acaba en el mismo) es hija y signo de estos tiempos. 

Comentábamos en una charla reciente que de aquellas doce revoluciones que anunciara Scott McCloud hace diez años, las que menos parecen haber cuajado son las relativas a internet y la revolución digital. Es cierto que la oferta de webcomics es cada vez mayor; lo es también que internet ha permitido establecer vínculos casi personales entre lectores, autores, críticos y blogueros (haciendo incluso coincidir varias de estas figuras en una misma persona); también admitimos que la adquisición y lectura de cómics cambiará sustancialmente gracias a los nuevos soportes de lectura digital y las nuevas tiendas online; pero, desde el punto de vista formal, desde el aspecto puramente narrativo, los webcomics no han revolucionado el lenguaje ni las posibilidades expresivas del medio, nos parece. Trabajos de experimentación radical, como los de Daniel Merlin o los del propio Scott McCloud, tienen un seguimiento minoritario y su repercusión en los medios (incluso en el medio comicográfico) es relativamente escasa. 

Sin embargo, después de leernos Sin título, casi de un tirón, tenemos que replantearnos algunos puntos, quizás no tanto por la naturaleza concreta de este trabajo, sino porque hasta ahora no nos habíamos percatado de uno de los hallazgos formales que aportan los cómics digitales a la evolución del medio.

Uno de los factores esenciales que determinaban la estructura discursiva de las tiras periodísticas era el de la continuidad, con mayúsculas: se trataba de que el lector pudiera seguir las andanzas de su héroe favorito o los chistes del "animal sabio" de turno sin perder el hilo conductor de la serie, aunque efectivamente se hubiera perdido alguna de las entregas precedentes. Este sistema de serialización creaba continuas redundancias y requería de mecanismos de repetición (basicamente carteles de resumen y didascalias explicativas constantes), que tenían su razón de ser en los plazos de entrega (diarios, semanales, etc.) de las series. Hoy en día, cuando la lectura de las tiras se lleva a cabo de forma continuada gracias a libros-recopilatorios, constatamos con facilidad cuánto entorpece el ritmo de narrativo tanta explicación y resumen. Ésta es la principal razón de que el acercamiento a las tiras de Caniff o Gould resulte, en muchos casos, fatigoso; cosa diferente es, por razones obvias, el caso de las tiras humorísticas (cuya finalidad última, humorística, se satisfacía en cada entrega). Hablando en plata: muchas de las series clásicas periodísticas (con todo su caudal de innovaciones técnicas, virtuosismo visual y valía sociocultural) han envejecido fatal, en términos puramente narrativos.

Ahí es donde el webcomic aporta la solución definitiva al cómic seriado y la publicación regular por entregas. En las tiras de prensa, cuando un lector dejaba de leer una entrega (porque no compraba el periódico de ese día, por ejemplo), perdía la posibilidad de revisión de lo narrado: no había forma de moverse hacia atrás en el relato, de refrescar contenidos (un periódico es un objeto desechable). La web (el hipertexto multidireccional) elimina definitivamente la necesidad de resúmenes y redundancias narrativas: no hace falta repetir mil veces lo ya dicho o aportar indicios que guíen al lector; éste puede, simplemente, pinchar en la pestaña con la flecha o fecha correspondiente y moverse libremente por el relato. De este modo, el mismo fluye de forma mucho más natural y con muchas menos restricciones.

Sin título es un cómic excelente para ejemplificar lo aquí expuesto. Cameron Stewart es un autor que trabaja sobre todo para las grandes compañías estadounidenses de comic-books, encargándose de series regulares como Batman & Robin. Sin embargo, él mismo declara que donde se siente más cómodo y libre de restricciones es en trabajos como Sin título.

Su webcomic se plantea en entregas regulares (no en el tiempo, lamentablemente) de ocho viñetas divididas en dos tiras. Cada una de sus páginas funciona como unidad narrativa relativamente autónoma (dentro de la historia principal), en el sentido en que todas pretenden acabar en un momento de acción climática que enganche al espectador (como las antiguas tiras periodísticas, pero con un formato más amplio que permite una mayor ambición narrativa). En inglés a este recurso se le denomina cliffhanger, porque deja al espectador/lector al borde del abismo, del precipicio, anclado en el momento de máxima tensión. El propio Stewart revela sus influencias en uno de los breves comentarios con los que acompaña cada una de sus entregas (la de la página 39, en concreto):

One of my favorite pieces of serial fiction, and one of the indirect influences on Sin Titulo, is the tv series Lost. One of the things that Lost does exceptionally well, and which I am trying to emulate, is to advance the story while continually opening new narrative avenues, and to end each episode with a really exciting cliffhanger that hopefully keeps the audience hooked. One of the other things I enjoy about Lost is reading all the various theories that have been proposed about What’s Really Going On. Some of them make sense, some of them are really unlikely, and I’m sure that very few of them are what the writers actually have in store for us. So to that end I’d encourage readers of Sin Titulo to post their theories here – what do you think is happening? Where is the beach? Who is the woman in black? What happened in Room #3?

El autor remite a Perdidos y sus mil puertas abiertas y misterios no revelados, como influencia directa. Muchos de los comentarios de sus lectores mencionan a David Lynch. Hablamos de lo mismo, en realidad. Lo comentábamos aquí hace nada: la narración dislocada y el extrañamiento como factores de construcción narrativa parecen ya definitivamente anclados en la experiencia del lector/espectador contemporáneo. David Lynch, Daniel Clowes y Tarantino ya han plantado su semilla. Nadie se sorprende de la sorpresa hecha leitmotiv. Sin Título se nutre de ello, con una trama en la que se abre un interrogante tras otro sin dar respiro. Tensión en constante crescendo, una vuelta de tuerca tras otra, a lo Urasawa. Nos queda esperar y ver si las interrogantes son señales de humo o construcciones cerradas, constatar si al final del camino hay algo más que aire (ese es el riesgo de este tipo de relato); esperamos que no sean el sueño, la pesadilla o la amnesia, las decepcionantes respuestas, una vez más.

Hasta entonces, seguiremos disfrutando de Sin título, un tebeo de suspense, tremendamente hábil, adictivo como pocos y muy muy bien dibujado; con una línea claramente emparentada con el estilo de David Mazzucchelli y su minimalismo superdotado. Stewart usa el color (un expresivo bitono ocre) con maestría y sus dotes para la composición de escenas crean cuadros muy bellos visualmente que, como hemos señalado, funcionan con perfección dentro de su esquema narrativo. Y además, por la módica cantidad de una conexión a internet. No se queden sin este título.