Nachito muestra el mismo grado de desacato ante la autoridad (paterna) que Calvin. Nachito razona con el cerebelo retorcido y habla con el diente afilado, como una Mafalda caprichosa. Nachito es egoísta, ególatra, egocéntrico y encantadoramente fascista, como tantos niños de su edad. Nachito es una creación comiquera de Nofu y sus andanzas (que el autor ha ido publicando regularmente en su blog) aparecen ahora recopiladas en su fanzine-minicómic Buen dolor (Uno: Nachito el erudito).
Lo decíamos hace poco, es un gustazo constatar como los autores jóvenes de este país le van perdiendo progresivamente el miedo a la autoedición. Los formatos pequeños y las tiradas cortas son una buena solución para dar a conocer una obra que, de otro modo, difícilmente llegaría a las tiendas. El placer es doble cuando, como en este caso, nos encontramos con ediciones tan cuidadas y bonitas como la de Buen dolor: un minicómic cuadrado con grapas, páginas interiores en papel sepia y unas preciosas cubiertas en rústica, diseñadas como un juego de naipes (con la ayuda de Esteban Hernández).
Nofu desarrolla las andanzas de Nachito en gags de una página dividida en cuatro viñetas regulares, con un personal estilo que nos recuerda a ese amateurismo feísta y provocador de los primeros cómics underground (que, nos parece, funcionaría aún mejor con un rayado y entramado más mecánico y regular, sin que ello tuviera por qué ir en detrimento del estilo de su autor). Además si hay algo por lo que destaca este pequeño cómic es, precisamente, por su humor inteligente y por sus ademanes trasgresores, como sucedía en aquellos comix de los 60 a los que acabamos de remitir: las andanzas de Nachito revelan en buena medida las rozaduras generacionales que, en la sociedad actual, sufren muchos padres, incapaces de entender-domesticar-educar a sus hijos pequeños. Ahí reside el encanto de este Buen dolor, en su capacidad para poner el dedo en la llaga y generar escozor desde el humor ácido. Odiamos a Nachito, ese niño caprichoso, chantajista y ladino, pero es nuestro hijo y tenemos que vivir con él; como la vida misma (sic. cualquier Colegio de Primaria o IES de esta España nuestra).
Descubrimos a Nofu en el último Usted de Esteban Hernández y nos gustó mucho su breve colaboración. Ahora, sólo esperamos seguir teniendo noticias suyas y que este Buen dolor (tres euritos nomás) tenga continuidad. De postre, el minicómic incluye además colaboraciones de una página de artistas tan nombrados en los últimos tiempos como Paco Alcázar, Sergio Córdoba, Brais Rodríguez o el mismo Esteban Hernández (además de Marc Llorens o Manuela Torres), que, con sus diferentes identidades estilísticas, ayudan a afianzar las cualidades del personaje. A por él.
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