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Reconocemos que la reseña nos llama la atención y nos motiva a la lectura de Muy pronto seré invencible, aunque sólo sea por la serie de ejemplos a los que recurre Fresán en el elogio comparativo. Resulta que, desde hace ya bastante tiempo, a nosotros lo que más nos interesa del universo superheroico es seguramente lo mismo que a él: esa intrahistoria de normalidades que se esconde detrás del hito heroico. Hablando en plata, la trastienda del superhéroe, sus visicitudes vitales cuando se enfrenta a la normalidad no heroica, sus dudas existenciales, sus momentos de flaqueza más humana y la extraña naturaleza de las relaciones personales que le enfrentan a sus enemigos más allá de los simples deseos de orden o venganza. En el fondo, estamos hablamos de la revisión genérica que felizmente vio la luz cuando a los Alan Moore, Frank Miller o David Mazzucchelli les dio por revisitar y revisar en clave crepuscular las caducas coartadas de un género de superhéroes que daba señales de agotamiento. Por más que suene a tópico, Watchmen, El regreso del Señor de la Noche o Batman: Año Uno, son obras maestras como la copa de un pino, impepinables, y son responsables de que (quizás por vez primera dentro del género) unos cómics profundamente anclados en limitaciones de género pudieran competir de tú a tú con novelas y películas del mismo pelaje.
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Volvamos a la reseña de Muy pronto seré invencible y a las palabra de Fresan, a ver si, así de rebote interdiscursivo, alguno se anima con la lectura y nos la cuenta (que nosotros tardaremos aún en reducir la pila de lecturas atrasadas). Interesante lo que comenta en otro fragmente de su artículo “El superpoder y la gloria”, cuando señala que:
Está claro que Grossman sabe -y disfruta y hace disfrutar- de lo que escribe. Muy pronto seré invencible abunda en guiños cómplices, contraseñas subliminales y risas invulnerables para los conocedores de la DC Comics o de la Marvel Comics. Pero sería un grave error y una injusticia relegar esta novela a la cómoda y automática fortaleza más o menos solitaria de lo friki/nerd. Porque Muy pronto seré invencible es también –y por encima de todo- una profunda e inteligente investigación sobre la naturaleza del saberse diferente y, de ahí, otra vez, ese raro y encendido amor que une a malhechores universales con benefactores de la humanidad. Unos saben que no pueden vivir sin los otros y el verdadero misterio es por qué estos eligen hacer el Bien y aquellos deshacerlo en nombre del Mal.