Poco después, volvió a sucederme lo mismo con Derek Kirk Kim y su historia La misma diferencia, que quizás eliminó para no hacer competencia a su edición impresa (y que no ha vuelto a reponer). Además, como observará algún lector habitual del blog, la cacareada continuación de los comics online de Daniel Merlin, nunca tuvo tal continuidad en un segundo post (esto se debe única y exclusivamente a mi vaguería y prometo remediarlo en breve).
Por todo esto y como desagravio al primero de los protagonistas citados, me ha apetecido recuperar y recomendarles un cómic (esta vez en papel) de Drew Weing: Bugbear. Lo malo de Weing es que por estas tierras está aún inédito, lo bueno es que su preciosa página web y el servicio de venta por correo directo y personal que ofrece, va como un tiro. Así es como me hice, entre otros minicómics (y alguna baratita tira original) con Bugbear. Ya saben que soy un adicto a los minicómics, por su precio, su espontaneidad y lo que tienen de experimento artístico y barómetro de tendencias. Además, su edición casi artesanal te depara sorpresas como este Bugbear. Un delicioso cómic creado al alimón por Weing y su esposa Eleanor Davis, con historias de muy buen nivel por parte de ambos y con una portada litografiada a cuatro colores que es una maravilla (sic. foto).
Entre las historias, "Leaflet Drop", extraña y original, me deja, no obstante, un poco frío; al igual que ese experimento de una página que es "Farther Away". La cosa se calienta con el cuentecito campestre, "Camping Trip with my Dad and Sister", que a modo de diario de campo presenta Eleanor, y coge definitivamente impulso con la anécdota onírica de Weing sobre su padre, "Soy-Based". "Her Smell", de Eleanor es una breve (una página) e interesante reflexión sobre el destino de las personas. Sin embargo, son las dos últimas historias de cómic las que valen por sí solas la inversión de los $6 (¿4 euros y medio?):
"The Machinery Inside" es una de las historias breves mejor dibujadas y más emocionantes que ha leído un servidor en mucho tiempo. Una breve y lúcida reflexión sobre el ser humano, su papel en el universo y el respeto a la naturaleza. Una pequeña gema que reluce con fuerza y se convierte en metáfora perfecta del talento que atesora Drew Weing.
"The Mistake", de Eleanor Davis, está de nuevo llena de emoción y sinceridad: nos habla de las reacciones incomprensibles ante la muerte, de la imposible asunción de la inxistencia de los seres queridos; el cuento de un milagro soñado. En fin, ya lo ven, me rindo ante Weing y señora, y es que me tiene ganado el dicho aquel de que las buenas esencias vienen en frasco pequeño. Compruébenlo con Pup y si no pueden dejar de oler, ya saben.