No sé si lo han notado, pero últimamente estamos más contentos que unas pascuas. Gracias a nuestro buen amigo Vita, a este blog se le han levantado los vínculos en el Mozilla y además ahora le vemos los bajos al título hasta en las versiones pestañeras del Explorer. Tan contentos estamos que, hoy, día de elecciones, vamos a elegir candidatos para engordar nuestros "vínculos de autor".
Nuestro amigo Yorkshire nos echaba una pequeña bronca no hace mucho por obviar al señor Jorge Parras entre nuestras menciones a páginas de elaboración manual y artesana. No le faltaban razones, no sólo por esa originalidad manuscrita de su página Pure Basure (que la convierte en presa visual inmediata), sino porque esta bitácora de Parras es una de los más hilarantes, gamberras y estilosas de las que conforman nuestra blogosfera autorial. No se pueden decir sino bondades de esta casa, habitada por "monstruos" tan divertidamente asquerosos como sanamente ofensivos. No nos extraña que el bueno de Parras haya sido nominado para el Saló del Cómic de Barcelona en las categorías de autor revelación y mejor revista; y es que lo de ARGH! es cosa aparte. Parras forma parte del colectivo de ARGH!, probablemente la revista más trasgresora del panorama comiquero español actual. De hecho, se nos ocurren pocos ejemplos patrios que encajen tan bien en el siempre reivindicable concepto de revista underground. Ah, y no se pierdan sus fondos de escritorio, una buena razón para encender la pantallita cada día.
Y de postre, un clásico maldito, uno de los autores más personales de las últimas décadas del cómic español, uno de esos dibujantes que hurgan en las tripas del vicio, un creador que supo arrastrarse entre las llamas del pecado, regocijándose en cada una de las faltas humanas y divinas, un pregonero de rencores, iras y miradas vehementes con cuchillo afilado en la boca; seguramente el único autor capaz de editar un tebeo tamaño-mesa (40x30 cms), sin que se le caigan los anillos, se le derrame el orujo o menee un pelo, y lo que es mejor, sin perder una gota de arte y perversa extrañeza. Señoras y señores, con todos ustedes nuestro admirado: Santiago Sequeiros.