martes, diciembre 23, 2014

Unahistoria, de Gipi, en Culturamas.

Le hemos dedicado nuestro último artículo en Culturamas (ya lo saben, esa revista cultural online que hay que visitar) a Gipi y a su Unahistoria. En su nueva novela gráfica, el italiano vuelve a demostrar que es un autor en permanente estado de gracia.
La complejidad de la mente, la recuperación de la memoria, las obsesiones y la disección de los procesos interiores que conducen a la locura, son los temas que cohabitan en las páginas de Unahistoria. Como en Mi vida mal dibujada, Gipi recurre a su talento gráfico y al eclecticismo estilístico para construir un relato que se articula en diferentes capas y niveles narrativos que, por alquimia comicográfica, terminan convergiendo en la mente dislocada del protagonista. 
Malabarismo narrativo y talento artístico al servicio de una de esas historias espléndidas a las que Gipi ya nos ha acostumbrado. Aquí.

martes, diciembre 16, 2014

Arte urbano en el Barrio del Oeste de Salamanca. Algo está cambiando.

Salamanca es una ciudad a la que le tenemos especial cariño. En ella estudiamos primero, trabajamos después y, en suma, vivimos muchos años. Nunca se aburre uno de pasear por sus calles renacentistas, recorrer la zona histórica y dejarse llevar por su intensa vida, nocturna y diurna. Gastronomía, diversión y cultura garantizadas en un mismo lote, en una de las tres o cuatro ciudades más bonitas de España.
No obstante, siempre nos dio la impresión de que, en términos puramente artísticos, Salamanca era una ciudad demasiado conservadora y poco abierta a la realidad cultural contemporánea. Aunque las instituciones programaran exposiciones coyunturales de arte moderno, teníamos la sensación de que tanto la ciudad comos sus gentes vivían de espaldas a la vanguardia artística; y eso a pesar de contar con una facultad de Bellas Artes, un museo de arte contemporáneo tan estimable como el DA2, algunas interesantes galerías de arte y con una masa social de estudiantes muy jóvenes, a quienes se les supone hambre, iniciativa y energía creativa. Y, con todo, pensábamos en Salamanca y lo primero que se nos venía a la cabeza eran cuadros y esculturas costumbristas y paisajes de dehesas taurinas.
En nuestra última visita, nos ha dado la impresión de que, quizás, algunas cosas puedan estar cambiando en la ciudad charra. Paseando por la Plaza del Oeste, una zona céntrica, humilde y trabajadora, repleta de pequeños negocios de barrio y viviendas, hemos descubierto la iniciativa Arte Urbano en el Barrio del Oeste. Se nos ha dislocado la mandíbula. Por un momento, hemos creído descubrir la versión modesta y castellana de las intervenciones urbanas que abundan en ciudades como Barcelona o Berlín.
Nos ha parecido un soplo de aire fresco que una ciudad tan poco dada a veleidades vanguardistas como Salamanca, haya decidido adentrarse en el últimamente efervescente y exitoso campo del arte urbano; una de las puntas de lanza (junto al videoarte, el cómic de mano de la novela gráfica, los vídeojuegos o las series televisivas) de la vanguardia cultural contemporánea. Entre la producción pictórica, fotográfica, escultórica y grafitera que inunda muros, garajes y edificios de la Plaza del Oeste, hemos encontrado trabajos mejores que otros, pero el conjunto funciona a la perfección como concepto homogéneo y revitalizante. Es más, presentimos que alrededor de la iniciativa surgirán otras propuestas estéticas de ocio y negocio, igualmente atrevidas (lo es La salchichería, un local nacido en el epicentro mismo del barrio, que, con mucho respeto, ha transformado un antiguo colmado de ultramarinos en un divertido, fresco y muy estético bar de tapas y espacio artístico, con dos pequeñas salas de exposiciones).
Parece que la iniciativa ha llegado para quedarse y que en ella se han implicado muy activamente vecinos, instituciones como la Facultad de Bellas Artes, asociaciones culturales y pequeños comerciantes. Estamos deseando volver y volver a pasear por nuestro antiguo barrio, de veras.

martes, diciembre 09, 2014

Degenerado, de Chloé Cruchaudet. Trasvestismo y supervivencia.

La de Degenerado es una historia de supervivencia, encanallamiento y perversiones. La vida misma.
Chloé Cruchaudet nos relata la muy agitada existencia de Paul Grappe y su mujer Louise Landy, una pareja de enamorados que ve truncada su relación debido al estallido de la primera Gran Guerra, y que vive un reencuentro en la clandestinidad, después de la deserción y reaparición inesperada de aquel. Para esquivar consejos de guerra y miradas sospechosas, el joven marido se entregará a un ejercicio de travestismo y fingimiento (parcial), que conducirá a la pareja hacia una existencia descontrolada y turbulenta de insospechadas consecuencias. Así arranca Degenerado.
A medida avanza la trama, el lector desprevenido podría encontrar objeciones a la verosimilitud de un relato que a cada página se va tornando más extraño, tortuoso y truculento; una historia que parece desconectarse progresivamente de esa otra realidad histórica, tan tozuda y concreta, que marcó el sangriento conflicto bélico mundial. Al lector, en este caso, podría faltarle una información esencial a la hora de juzgar el cómic de Cruchaudet: la de Paul Grappe y Louise Lande fue una historia real, con todos su recovecos y giros "imposibles". La autora, de hecho, basó su trabajo en el ensayo La garçonne et l'assasin, de los historiadores franceses Fabrice Virgili y Danièle Voldman.
El aire de irrealidad de ciertos pasajes de Degenerado (los más sexuales y folletinescos) se ven subrayados por el estilo expresionista y modulado del dibujo de Cruchaudet. Inevitablemente, su dibujo emparenta con la línea suelta, abierta y espontánea, pero no carente de gusto por el detalle, que preconizan los Sfar, Blutch, De Crecy y Blain, y que tanta gloria le ha traído al cómic francés en los últimos años. Casi todos estos nuevos maestros de la línea clara expresionista incluyen además entre sus virtudes un manejo notable de la ironía y un gusto exquisito por la experimentación y la transgresión genérica. El trabajo de Chruchaudet no desentona con los de aquellos, ni se desmarca de esos mismos rasgos. Muy al contrario, la tragedia de Degenerado encierra algunos momentos realmente ácidos y desborda en su recorrido cualquier etiqueta genérica.
Contrasta en este trabajo, además, el lirismo un tanto evanescente que aporta la elección visual y estilística, con la crudeza de los sucesos relatados: empezando por las sangrientas escenas iniciales de la batalla, o las más o menos explícitas y desenfadadas escenas sexuales. De esa fricción nacen algunas escenas y episodios notables cuyo discurrir se sitúa en un punto cercano a la alucinación, a veces onírica, otras ensoñada o etílica.
Sin duda, la de Degenerado es una historia única. Nos complace que su travase al cómic haya resultado también en un trabajo singular, original y atractivo.

martes, diciembre 02, 2014

Carmen Cantabella, “TNT. En el país de las geishas”. La profanación del icono.

Cuando hacíamos un repaso a los trabajos más comiqueros e "ilustrados" del último Arte Santander, mencionábamos el trabajo de de Nacho Zubelzu, en la galería cántabra Estela Docal. Retornamos ahora al mismo espacio con motivo de otra exposición, no menos interesante, y mucho más viñetera.
Hablamos de TNT. En el país de las geishas, de Carmen Cantabella (que ya se había presentado anteriormente en la Galería Bisel de Cartagena). La artista murciana tiene ya un largo recorrido en el que abundan intervenciones del espacio público (en vallas y marquesinas publicitarias, sobre todo), apropiacionismo pop para la creación de falsos productos de consumo (en etiquetas y latas de conservas) y esculturas que se mueven entre el concepto lúdico del juguete y la delicada maqueta steam-punk.
Pero si hay un rasgo que se repite incesantemente en la obra de Cantabella, ese es el apropiacionismo pop y el cuestionamento del icono visual. Y en este punto tienen especial importancia la manipulación y la reinvención de obras y personajes clásicos de la historia del arte, la literatura, la animación y el cómic; que, aislados de su contexto y reubicados en un nuevo escenario, adquieren significados inesperados y lecturas irreverentes.
Desde luego, irreverente, gamberra y políticamente incorrecta es la revisión de Tintín que aplica la artista murciana en TNT. En el país de las geishas. En esta ocasión, Cantabella dispara sus dardos artísticos envenados contra uno de los personajes de ficción más limpios y moralmente intachables del universo comicográfico: el Tintín de Hergé y Moulinsard. En la colección de acrílicos que componen la muestra, se nos presenta al personaje icónico de la línea clara francobelga en diversas posiciones amatorias, dentro de ilustraciones eróticas japonesas:
La colección TNT parodia y denuncia los relatos de héroes y la construcción de falsa realidad a través de la auto-ficción. Propongo una narración épica donde TNT desmonta su mitología y su empresa narrativa adquiere una renovada grandeza por el heroísmo de la sinceridad, de la confesión desnuda. Llevo años hablando del conflicto entre lo privado y lo público utilizando el desnudo como argumento de reflexión. TNT pierde el tabú y muestra el sentido sagrado que tienen del sexo las culturas orientales.
El ejercicio de manipulación y reubicación tiene, además de lo aquí señalado por la propia artista, bastante guasa y varias lecturas de interés. Por un lado, las obras cuestionan abiertamente la naturaleza asexuada y casta de un personaje al que nunca se le conocieron escarceos amoroso y mucho menos episodios carnales, a pesar de su naturaleza viajera, curiosa y de la agitación hormonal que se podría esperar de un joven vivaz y dinámico como él (y no es Cantabella la primera en indagar en la vida sexual tintinesca). Al mostrarnos de forma pública lo íntimo escamoteado, los cuadros sobre Tintín llevan a cabo una lectura crítica acerca de la inexistencia del punto de vista privado en cierto tipo de cómic, su falta de "realidad".
La segunda lectura tiene sentido desde un punto de vista puramente estilístico. Como acabamos de señalar, el personaje de Hergé se ha convertido en el exponente primero de un estilo: la línea clara francoblega. Sorprende, de alguna manera, la armonía de una propuesta que imbrica dos culturas y dos visiones contrapuestas del arte, que, sin embargo, comparten su gusto por la claridad visual y cierto minimalismo gráfico. Así, pese a la obvia diferencia estilística y el primer impacto visual, el espectador tiene que reconocer que la línea clara belga, no acaba de desentonar (dejando de lado el mensaje visual) con las formas planas y las líneas sinuosas de las ilustraciones japonesas. La perversión de la pureza.
En última instancia, sobre los cuadros de Cantabella planea el factor cultural y el elemento paratextual. La "profanación" de un personaje celosamente protegido y defendido legalmente hasta la náusea (todos hemos oído hablar de las numerosas demandas y denuncias que Moulinsard ha llevado a cabo a lo largo años en defensa de los derechos de imagen de la obra de Hergé), tiene una gran parte de desafío contra la ortodoxia cultural (comicográfica, en este caso concreto), que editoriales, museos, organismos oficiales y academias se empeñan en perpetuar.
¿Juego pop, provocación, transgresión? Decidan ustedes. Si viven o se pasan por Santander, tendrán la oportunidad de disfrutar de Tintín como nunca le habían visto antes. Sólo hasta el 13 de diciembre.