Surfeando por la red, que dicen los modernos, regresamos a la casa de un viejo conocido. Les referimos a Ron English con motivo de aquella gran cinta grafitera que es Exit Through the Gift Door, de un tal Banksy. Hacía mucho también que no retomábamos el tema del arte urbano y sus derivados.
En realidad, Ron English no merece presentaciones dentro del colectivo de artistas urbanos, dentro de ese grupo selecto de creadores al margen del sistema que tan bien (y poco disimuladamente) ha sabido asimilar ese mismo sistema. No es nuevo: si el producto es resultón, el mercado fagocita hasta a los virus que lo atacan. Decíamos, Ron English, como el propio (o los propios) Banksy, Mr. Brainwash, Shepherd Fairey, etc. son ya toda una élite del arte contemporáneo. El surrealismo-pop, el collage icónico y el apropiacionismo serial no tienen secretos para el nuevo arte urbano: la mezcla del objeto de consumo y la alta cultura (una puesta de largo del arte pop de toda la vida) es una constante en la obra de, por ejemplo, Ron English. Mucho icono comiquero de por medio.
Algunos de sus últimos trabajos tienen bastante gracia: su "Homohulk" nos ha hecho sonreír, no se lo negamos; el Mickey Mouse (vía Maus, que ya es icono de la casa, también resulta resultón y saleroso (con ese aire de pesadilla disneyana) tanto en su versión bidimensional como en sus apariciones. Divertida e inquietante es también su ingeniosa manipulación del smiley, con trasfondo calavérico (un nuevo motivo recurrente en la obra del artista); tanto en su versión Charlie Brown, como en las que sólo manejan la referencia del sonriente logo amarillo.
Otros trabajos nos parecen más banales y efectistas, como sus habituales patchworks a base de viñetas y recortes comiqueros con los que estampa a G. Washington o a un Ronald McDonald alopécico. Nos quieren recordar lejanamente a la obra de aquel verdadero agitador del arte que fue Basquiat (otro creador que encontró en el cómic una fuente habitual de inspiración), pero se quedan en un jugueteo de diseño manufacturado, nos parece a nosotros. Échenle un vistazo a su página Popaganda, una visita amena y chispeante.
Precisamente porque hacía mucho que no hablábamos de grafiteros y arte urbano en el blog, no queremos acabar esta entrada sin mencionar un libro recién publicado, que tiene un aire estupendo: Los nombres esenciales del arte urbano y del graffiti español, del crítico y periodista Mario Suarez. Un recorrido por la producción nacional reciente de artistas callejeros y pintadores de muros: mucha obra de arte digna de verse y recuperarse, cuya exposición fue en muchos casos, ya se encargaron de ello los ayuntamientos, más que efímera. Además, entre mucho nombre ilustre, sale nuestro amigo Pejac. Pinta muy bien.