Seguimos hablando de indagaciones formales. Uno de los últimos tebeos que nos hemos agenciado vía internáutica ha sido el segundo número de Burning Building Comix, una ocurrencia de Jeff Zwirek; autor que en el mundo de la red comiquera no es un desconocido perfecto. Es un poco más grande (en dimensiones) que un minicómic habitual, pero comparte filosofía, intención autorial (Zwirek utiliza dicha etiqueta para definirlo) y espíritu experimental. Porque lo importante de la serie Burning Building Comix (que constará de cuatro números) no es lo que cuenta sino cómo lo cuenta, concretamente su formato.
La historia se resume en pocas palabras: un edificio comienza a quemarse desde su planta baja y, mientras el fuego "trepa" piso a piso, sus ocupantes intentan abandonar sus hogares respectivos. Una historia básica, dibujada con estilo cricaturesco muy esquemático, que nos conduce de un inquilino a otro del edificio mostrándonos sus reacciones ante la situación recreada; el humor y la solución ingeniosa, de fondo.
La curiosidad del tebeíto reside en la organización de sus materiales. El autor lo explica gráficamente en las "Instrucciones de lectura", en su segunda página: "For full effect, start on bottom story and read all the way across to the end. Start back on upper story and read across once again", y añade "future issues will buid up creating stories to complete the building".
Vamos, que Zwirek se propone crear todo un edificio formado por minicómics, cuya lectura se guiaría por la dirección de subida del fuego (de abajo a arriba) y por la ruta de escape de los inquilinos, piso a piso, de izquierda a derecha; nos leemos un piso y subimos al siguiente (a razón de dos pisos por número).
No sabemos si les suena esta propuesta, pero a nosotros nos ha recordado inmediatamente al "modelo de bandas" que proponía Sergio García en ese interesantísimo libro de análisis teórico comicográfico que es Sinfonía gráfica. Variaciones en las unidades estructurales y narrativas del cómic y que él mismo ha llevado a la práctica en su reinterpretación del cuento de Caperucita Roja o en Los tres caminos, su trabajo a dos manos con Lewis Trondheim.
El planteamiento es sencillo y Burning Building Comix lo ilustra a la perfección: se nos ofrece una historia montada en dos o más bandas paralelas que se leen independientemente, hasta que en un momento dado se interseccionan o sus acciones de cruzan. En el caso del cómic de Zwirek, la intersección entre bandas no se constata técnicamente: el elemento de unión entre ellas es el fuego que asciende de un piso a otro y sirve como nexo entre todas ellas. Es interesante observar como la aparición de las llamas, obviamente, se va retrasando con cada minicómic a medida vamos subiendo los pisos. Inteligente. Nos encantan los experimentos comiqueros hasta con fuego, aunque luego corramos el riesgo de mearnos en la cama (de gusto, como decía la Julia Roberts, supongo).