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miércoles, mayo 09, 2007

Vínculos de autor imperdibles.

Interrumpo, momentáneamente, mi fascinante serie en dos capítulos entitulada "Encuentros afortunados", para poner al día, de una vez por todas, las deudas "linkeadoras" que tengo conmigo mismo. Me cuesta un fragmento y medio de vesícula biliar cada vez que tengo que meterme a hurgar en los intestinos del blog, en eso que algunos llaman "template" y que a los profanos del internet tanto nos destempla, en realidad.
Bueno, el hecho es que, como los links que les voy a regalar hoy son de esos que bien valen una y dos misas, compongo el ánimo y me meto en capilla:
Comienzo con un guionista en la cresta de la ola, el señor Juan Díaz Canales, que no hace mucho comenzó su proyecto bloguero Todos reyes, todos poetas. Un rincón la mar de ameno, un mar sereno, donde junto a la realeza de la palabra, uno puede disfrutar de la poesía de las imágenes del señor Canales. Y es que, algunos parecen dotados del don del talento multiplicado: ¿Sabían ustedes que Juan Díaz Canales dibuja tan bien como escribe? Pasen y vean.

La segunda propuesta cambia de género y estilo, pero mantiene el interés. El blog de historietas y dibujos de Elmyra Duff juega con la expresividad de la ilustración infantil clásica, para reformular algunas de sus propuestas tradicionales. La cándidez esconde gestos torcidos, la inocencia se reboza de extraña ironía y la sonrisa del niño se torna en muesca macabra, ¿qué esperaban de alguien con tan misterioso apodo? ¿Quién es Elmyra, la niña o la bruja?

Las cosas están más claras con Miguel Porto y su blog, y lo están, entre otras cosas, porque el estilo del autor y su universo creativo encajan como un guante en la marea de la nueva línea clara y sus jóvenes autores; esos que últimamente se empeñan en llenar de imaginación y belleza nuestros días lectores. Tras regalos como los que encontramos en algunos de sus posts, lo único que le podemos echar en cara a don Stereotopffer es que nos haga esperar tanto entre una actualización y la siguiente.

Acabamos de hablar de él, pero aún no habíamos entrado en su casa. La cueva de David Rubín tiene un cartel a la entrada que reza De tripas corazón, y está llena de apariciones, sombras y seres atormentados, pero también de bellas muchachas con un punto de nostalgia en sus miradas perdidas y de amables caballeros andantes que nos dan la bienvenida. Cosas de la magia: se abre la chistera y a veces salta la liebre, pero otras un dragón te escupe fuego a la cara. Hagan juego, señores.