jueves, junio 25, 2015

Otro minicómic: Gasoline Eye Drops, de Chris Gooch


Chris Gooch sólo tiene 20 años, pero aunque en sus cómics se vislumbran inquietudes y la sensibilidad propia de esa edad, su madurez como narrador resulta ciertamente notable. Gasoline Eye Drops es un buen ejemplo de lo que decimos. Llegamos a este tebeíto gracias a las siempre aprovechables recomendaciones de Paul Gravett y sus ojeadores alrededor del globo.
Gooch escribió y dibujó este trabajo dentro de un proyecto becado de promoción artística de la RMIT University Link en Australia. El cómic se presentó también como exposición artística con murales gigantes que reproducían las páginas del tebeo. En el prólogo de la obra, Mandy Ord, la editora y tutora del proyecto, enumera algunas de las muchas virtudes del mismo:
I can snap my fingers to the beat of the lives depicted in Gasoline Eye Drops and know that I am connected to everyone else. And that is what a great comic can do. It can pull you in and incite you as a participant, observer and witness simultaneously. But more than that it can help you to realise a revelatory truth about the characters and an ever deeper one about yourself.
Tiene razón Ord cuando insinúa la valía de Gasoline Eye Drops como estudio del comportamiento humano: la capacidad de Gooch para capturar con naturalidad el pulso de la vida y de los conflictos interpersonales, su habilidad a la hora de construir diálogos precisos y verosímiles, hacen que este trabajo supere los valores más obvios anclados a la cotidianidad que se adscriben a la etiqueta "slice of life". El minicómic de Gooch funciona como análisis psicológico y como ejercicio introspectivo en el que se indaga sobre las consecuencias de nuestros miedos, frustraciones, deseos y sueños.
A partir del triángulo amoroso formado por Simon, su nueva novia Sarah e Issac, el exnovio recién abandonado de ésta, Gasoline Eye Drops navega en el infierno de los celos, el rencor y la impotencia que generan algunas rupturas sentimentales. Las visitas al psicólogo de Simon, el personaje principal, constituyen una interesante subtrama dentro del cómic, en la que el autor despliega una serie de elementos oníricos y aspectos del subconsciente que ayudan a enriquecer el relato principal; al mismo tiempo que dotan a la historia de matices y complejidad.
Para subrayar el desasosiego y la impotencia de los personajes, Gooch recurre a una organización reticular de la página (sujeta a variaciones menores) formada por seis viñetas cuadradas idénticas organizadas en dos filas. El reducido tamaño de las viñetas y la simetría estructural contribuyen a profundizar en la atmósfera opresiva que domina la historia. La abundancia de planos medios, primeros planos y planos de detalle incide en esta misma cadencia pausada (propia de lo rutinario), pero recorrida por la tensión soterrada que se deriva de los comportamientos compulsivos y de las frustraciones de los protagonistas.
¡Qué más podemos decir de un autor que apenas ha cumplido la mayoría de edad! Después de minicómics tan interesantes como Hidden y, sobre todo, este Gasoline Eye Drops, sólo nos resta esperar con mucha atención futuros trabajos de un creador que aún no ha alcanzado su madurez. Sólo podemos esperar buenas noticias de Chris Gooch.

jueves, junio 18, 2015

Un minicómic: Greys, de Olivier Schrauwen

Aficionados como somos a los minicómics, y firmes creyentes de su interés como vehículo formal de exploración y puerta de entrada para autores con proyección, vamos a referirnos esta semana a un tebe'ito un tanto escondido dentro de la bibliografía de uno de los últimos prodigios del  tebeo experimental.
Olivier Shrauwen no es ya ningún desconocido. Somos muchos los que esperamos con expectación sus publicaciones, siempre vanguardistas (muchas veces en el sentido literal e histórico de la palabra) y sorprendentes. Shrauwen es un renovador, y lo es hasta en sus obras más "pequeñas" y modestas, como este Greys, publicado en un cuadernillo grapado de papel reciclado; y tonos grisaceos, por supuesto.
Greys arranca con una doble página que, junto al autorretrato del mismo artista, incluye la confesión en primera persona de una experiencia paranormal, o extrasensorial, supuestamenta vivida por el propio Schrauwen: este cómic es la descripción pormenorizada de una abducción alienígena; y la justificación de su propósito no carece de convicción:
Hi my name is O. Shrauwen. I'm a 33 year old man living in Neukölln, Germany. On the following pages I will present to you a report of my encounter with extraterrestrial beings known as 'grey aliens' or 'greys'.
As a professional graphic-novelist I chose to tell this story in a comic-form. I believe that precisely in the gray area, the overlap between what can be said with words and what's best shown with images lies the language that can truly convey the profound mystery of the events I've experienced. 
El humor de Schrauwen es tan fino y sutil en sus cómics que, en muchos casos, se diluye detrás de la extravagancia o la experimentación radical de su propuesta. Hasta sus páginas más dadaístas admiten una lectura profunda y razonada. Partiendo de esta base, Greys se plantea como una crónica detallada y minuciosa de un imposible. Precisamente, ese tomarse en serio a uno mismo, esa documentación ilustrada de la alucinación apoyada en el testimonio exhaustivo, hacen que el lector se deje engañar y se meta de cabeza en la nueva gamberrada de Schrauwen.
La sobriedad de la propuesta formal (páginas de un tamaño de medio folio divididas en dos viñetas idénticas), junto a la sencillez de los dibujos y la baja calidad de impresión (que se manifiesta en el pixelado grueso de líneas y tramas), contribuyen a crear una sensación de urgencia, una impronta visual semejante al panfleto confesional o el folleto evangelizador, que tantas veces nos han ofrecido en la misma puerta de nuestra casa misioneros en campaña de apostolado y demás adeptos a milongas espirituales. Con el mismo escepticismo y divertida perplejidad que nos acercamos a aquellos, leemos este Greys de Schrauwen. Con una ventaja sobre cualquiera de ellos, eso sí, Schrauwen no tiene que hacer nada más para convertirnos o convencernos, nos tiene abducidos desde que le leímos por primera vez.

viernes, junio 12, 2015

Patria, de Nina Bunjevac. Los padres de la guerra

Nos acercamos a Patria sin conocer a su autora y con tres equívocos provocados por una interpretación errónea de su portada: el título "Patria" y la fuente elegida, con reminiscencias a las tipografías cirílicas, nos llevan a pensar de forma un tanto arbitraria que estamos ante una nóvela gráfica ambientada en Rusia. La aparición en portada del retrato de un hombre rubio con cierto parecido a un Vladímir Putin rejuvenecido termina por asentar el dislate.
Sin embargo, tampoco andábamos demasiado desencaminados. Nina Bunjevac es una artista serbia (canadiense con raíces yugoslavas, en realidad), y Patria es la historia de su padre; que de hecho es la Historia de los Balcanes y la antigua Yugoslavia en el último siglo. El padre de Nina es el hombre representado en la portada, se llamaba Peter Bunjevac y vivió en Canadá como exiliado del régimen de Josip Broz Tito. Peter Bunjevac combatió y murió al servicio de las células anticomunistas del grupo terrorista Libertad para la Patria Serbia.
La historia de Nina es la de su niñez en Canadá y su exilio voluntario, junto a su madre y hermana, en la tierra de su familia, la antigua Yugoslavia. Una familia que regresa a su patria escapándose de las bombas, la violencia terrorista y el fanatismo político representado por el padre y patriarca. Oímos y vemos la historia a través de los ojos de una Nina adulta que mira hacia atrás y reflexiona acerca de su pasado y el de su propio pueblo. 
Porque Patria no es sólo una historia familiar, sino la de una región, un país que se atomizó en una miríada de estados enfrentados; y, en última instancia, la historia de la Europa reciente. Desde la perplejidad y la desesperanza, Bunjevac reflexiona acerca del sinsentido y la colección de rencores que convirtieron a gentes afines, a miembros de una misma etnia, en enemigos irreconciliables capaces de ejercer las crueldades más atroces sobre sus antiguos "hermanos" eslavos:
He investigado a conciencia la historia de esta región para llegar al fondo del conflicto entre los serbios y los croatas, pero cuanto más profundizo, menos conflictos documentados encuentro entre estos dos grupos casi idénticos; antes del siglo XX son poquísimos. Parece que tanto los unos como los otros llegaron a la Península Balcánica en la misma época, en el año 500. / En esencia, serbios y croatas pertenecen al grupo étnico de los eslavos meridionales. Las fuentes históricas los describen como numerosos, desorganizados y sufridos, y muy reacios a dejarse conquistar o esclavizar. / Durante los siglos que siguieron a su llegada a la Península Balcánica, ambos grupos formaron estados soberanos que coexistieron pacíficamente; hablaban el mismo idioma, tenían costumbres similares. / Y ambos grupos adoptaron el cristianismo como religión oficial hacia el año 900, muy probablemente para estrechar lazos políticos con los gigantes que tenían por vecinos: Croacia se volvió hacia Roma, y Serbia hacia Constantinopla. A medida que la brecha entre la religión católica y la ortodoxa aumentaba, también aumentaron las diferencias entre serbios y croatas. 
El minucioso puntillismo del dibujo de Nina Bunjevac ayuda a dotar de profundidad y dramatismo a una trama ya de por sí áspera y descarnada. La ilustración de Patria es un trabajo de amanuense, un ejercicio asombroso de paciencia y virtuosismo. Su uso de las tramas, los puntos y el rayado nos recuerda a los estilos de Joe Sacco, Robert Crumb o Howard Cruse, aunque el dibujo de Bunjevac huye radicalmente de la caricatura, del mismo modo que su historia se ciñe al relato frío, a la exposición, ora biográfica ora histórica, de los acontecimientos vividos. Es cierto que, por esa misma pulcritud y concreción a los hechos y la Historia, este cómic adolece en ocasiones de cierta emoción y peca de frialdad expositiva (sobre todo en sus capítulos más puramente historiográficos, como "Infancia"). No obstante, Nina Bunjevac consigue hacer suyo el relato en todo momento gracias al empleo de la voz narrativa en primera persona, que ilustra y acompaña sus explicaciones y reflexiones de naturaleza más íntima.
Patria es, en definitiva, la historia de los Balcanes, una crónica trágica de odios, venganzas y masacres sin fin. Una lectura que intenta arrojar luz sobre un laberinto repleto de callejones sin salida y falsos desvíos. No era fácil en su día entender lo que estaba sucediendo en Yugoslavia; como tampoco lo fue comprender la reacción de Europa y el resto de países occidentales. Todavía, de vez en cuando, pensamos en Matija y Lydia. Fueron dos amigos de verano; no eran serbios, bosnios o croatas, en aquella época eran simplemente yugoslavos. Hablábamos de fútbol, de cine y de música, teníamos gustos similares y estoy seguro de que los tres pensábamos en cuánto nos parecíamos pese a la distancia. Tres o cuatro años más tarde se desencadenó el infierno en los Balcanes y nunca más volvimos a saber de Matija ni de Lydia. Sólo mucho después nos dimos cuenta de que en realidad el hecho de que fueran serbios, croatas o bosnios no era en absoluto irrelevante.
Obras como Patria o Gorazde, de Joe Sacco, forman parte de ese "nuevo" cómic que bajo la etiqueta de "Novela gráfica" está llevando al lenguaje de las viñetas a unas cotas desconocidas y a unas profundidades conceptuales de las que el cine, el ensayo o la novela ya disfrutaban mucho antes. Gracias a gente como Nina Bunjevac o Joe Sacco conseguimos entender un poco mejor nuestra historia reciente, tratamos de encontrar las coordenadas de lo inexplicable.

jueves, junio 04, 2015

Esenciales de 2014 (segundo semestre), de ACDCómic

Con algo de retraso debido a problemas técnicos, ACDCómic (la Asociación de Críticos y Divulgadores de España) ha publicado la lista de "esenciales" de la segunda mitad de 2014. Si unimos esta selección generosa con la pieza del puzle del semestre anterior, nos sale una lista de lecturas fecunda y llena de alicientes para todos aquellos que quieran regalar cómics o ponerse al día con lo publicado el curso pasado. Notarán, además, la abundancia de cómics nacionales: han brillado por su calidad los tebeos y novelas graficas publicados en nuestro país, aunque el nivel general de los cómics seleccionados es muy alta en cualquier caso (sobre algunos de ellos hablábamos en nuestra recopilación con lo mejor de 2014).
 Estos son los trabajos seleccionados:

ESENCIALES JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Aama 4, de Frederik Peeters (Astiberri)
  • Alabaster, de Osamu Tezuka (Astiberri)
  • Andanzas de un hombre en pijama, de Paco Roca (Astiberri)
  • Aquel verano, de Jillian Tamaki y Mariko Tamaki (La Cúpula)
  • Bella Muerte, de Kelly Sue DeConnick y Emma Ríos (Astiberri)
  • Caballero Luna. De entre los muertos, de Warren Ellis y Declan Shalvey (Panini)
  • Cowboy Henk, de Herr Seele y Kamagurka (Autsaider)
  • Fútbol. La novela gráfica, de Santiago García y Pablo Ríos (Astiberri)
  • Historias del barrio 2. Caminos, de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí (Astiberri)
  • Hulka. Ley y desorden, de Charles Soule y Javier Pulido (Panini)
  • Ikea Dream Makers, de Christian Robles (DeHavilland)
  • Kiosco, de Juan Berrio (Dibbuks)
  • La enciclopedia de la tierra temprana, de Isabel Greenberg (Impedimenta)
  • Las meninas, de Santiago García y Javier Olivares (Astiberri)
  • Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado, de Alison Bechdel (Reservoir Books)
  • Lo primero que me viene a la mente, de Juaco Vizuete (Astiberri)
  • Murderabilia, de Álvaro Ortiz (Astiberri)
  • Nosotros llegamos primero, de Furillo (Autsaider)
  • Solanin, de Inio Asano (Norma)
  • Subterfuge Comix, de varios autores (Autsaider)
  • Tungsteno, de Marcello Quintanilha (La Cúpula)
  • Versus, de Luis Bustos (Entrecomics)
  • Viñetas de vida, de varios autores (Astiberri)
  • Yo, asesino, de Antonio Altarriba y Keko (Norma)
ESENCIALES CLÁSICOS JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Alpha Flight, de John Byrne (Panini) 
  • La Cosa del Pantano, de Alan Moore, John Totleben, Rick Veitch y otros (ECC)
  • Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay (Kraken)
  • Miracleman 1. El sueño de volar, de Alan Moore, Garry Leach, Alan Davis y otros (Panini)Torpedo 1936, de Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet (Panini)
ESENCIALES INFANTILES Y JUVENILES JULIO-DICIEMBRE 2014
  • Ana y Froga. ¿Qué hacemos ahora?, de Anouk Ricard (Blackie Books)
  • Dos Espadas nº4, de Kenny Ruiz (Norma)
  • El momento de Aurora West, de Paul Pope, J.T. Petty y David Rubín (DeBolsillo)
  • Johan y Pirluit Vol. 6, de Yvan Delporte, Thierry Culliford y Alain Maury (Dolmen)
  • Natacha. Pánico a bordo, de Walthery (Dolmen) 
ESENCIALES DIGITALES 2014

La propia ACDCómic recopila también numerosas reseñas y textos, publicados por sus miembros, acerca de las obras seleccionadas. Pasen y vean (encontrarán incluso alguna reseñita aparecida en este blog).