lunes, febrero 24, 2014

Con Los surcos del azar de Paco Roca en la SER.

La semana pasada estuvimos en SER Soria con Chema Díez y con nuestra amiga la profesora de historia Eva Lavilla hablando de Los surcos del azar, uno de los grandes cómics del 2013, y uno de los favoritos para recolectar premios en este 2014. El programa nos sirvió además para homenajear modestamente al gran poeta Antonio Machado en el septuagésimo quinto aniversario de su muerte. Soria, Machado y Los surcos del azar, no podía ser de otra manera. 

El podcast:

lunes, febrero 17, 2014

Zombis británicos (en serie).

En su reciente ensayo "La novela gráfica en el laberinto de los formatos del cómic", José Manuel Trabado Cabado señala que una de las posibles interpretaciones de un concepto tan movedizo como el de la novela gráfica es la de "antiformato":
La novela gráfica en cuanto que antiformato diluyó los moldes férreos de la tradición del cómic; amplió la extensión de las historias y descubrió así nuevos ritmos narrativos vedados a las historias de género basadas en la acción y el suspense. 
Tenemos la sensación de que el proceso de desmontaje genérico es un fenómeno que se adentra en el cuestionamiento de las bases narrativas que en las últimas décadas se ha visto asociado a la Postmodernidad artística y a otras marcas asociadas a la misma, como las de la autorreferencia, la interdiscursividad o la autorreflexividad crítica. Desde este punto de vista, el innegable auge presente de las series de TV estaría en gran medidad alimentado por casos similares de ruptura genérica.
Los medios de comunicación y la industria del entretenimiento (el mundo mainstream) tardan entre cinco años y una década en asimilar y digerir cualquier hallazgo que nazca fuera de su órbita pulida de jingles e imágenes publicitarias satinadas. Tarde o temprano, todo lo que parece vanguardia o producto underground, todo lo que en un primer momento sonó a transgresión, termina por incorporarse al flujo del mercado y se convierte en material reciclable y mil veces masticable por la  industria (hasta que el sabor original desaparece). A lo mejor ahora el gran público está entendiendo como propias las ideas que unos cuantos lunáticos de vanguardia, como David Lynch o David Simon, esgrimieron ya hace varios lustros. ¡Quién nos iba a decir hace quince años que Sigur Ros o Mum sonarían ahora como amable banda sonora televisiva!
Un amigo nos comentaba hace poco que el fenómeno televisivo, el apogeo de las series ya ha pasado, que lo que ha de llegar ya estaba hecho o nace del molde prefabricado. A lo mejor tiene razón. Jorge Carrión hablaba en Teleshakespeare de rizos rizados en forma de giros manieristas: Espartaco: sangre y arena lo sería respecto a una serie anterior como Roma, Fringe respecto a Expediente X, Mad Men a Los Soprano y Treme por comparación con The Wire. (Y hemos citado algunas de nuestras series -o películas de más de cincuenta horas- favoritas de hoy y de siempre). Jorge Carrión no pretendía establecer jerarquías o marcar niveles de calidad, simplememte señalaba un hecho que tiene que ver con la acumulación de experiencias artísticas y la influencia acumulativa de precedentes televisivos, en este caso:
El giro manierista no puede establecerse, por supuesto, exclusivamente entre dos ficciones; ni puede ser pensado en clave evolutiva. Pero no hay duda de que la teleficción es creada con una alta conciencia de tradición propia, por guionistas que durante varias décadas de vida profesional han participado o participarán en diversas obras, con la memoria añadida de los canales en que éstas se inscriben, con sus tendencias narrativas, estéticas y comerciales. Breaking Bad es un buen ejemplo de la multiplicidad de antecedentes directos que se pueden rastrear, sin caer en la sobreinterpretación, en una teleserie; y de la operación manierista que, respecto a ellas, lleva a cabo.
Pero, ¿qué sucede cuando la serie hace exactamente lo contrario; es decir, cuando desnuda a la ficción genérica de artificio y la sitúa a ras de suelo? Tenemos la impresión de que esa línea de depuración ficcional es la que están siguiendo últimamente algunas series y miniseries británicas. No nos referimos exactamente al caso de Utopía (que sí podría leerse como un caso de thriller conspiranoico manierista), sino a tres producciones de esta temporada: ¿no serían In the Flesh, Southcliffe y Peaky Blinders depuraciones o "adelgazamientos" ficcionales de, por ejemplo, series como The Walking Dead, Hannibal o Boardwalk Empire, aunque casi todas ellas sean coetáneas? Y en este caso, y atendiendo a su contemporaneidad, ¿no podríamos hablar de una sensibilidad británica que conectaría a sus ficciones televisivas con la realidad más cruda, con el fango, la humedad y la sangre sin pigmentos o maquillaje? Entiendasenos.
Transpolando de nuevo el ejemplo de Trabado Cabado respecto a la novela gráfica, las series británicas estarían provocando un deslizamiento del género hacia lo cotidiano, invitando a una asimilación a pie de calle de lo imposible, preparándonos para la tragedia ficcional en el Telediario de las 3 del mediodía.
Acerquémonos a In the Flesh, por ejemplo. El éxito de la factoría Kirkman y sus muertos vivientes auguraba una ración doble de zombies y muertos vivientes (y lo que te rondaré cadaver); el giro antigenérico de la serie (tres capítulos) de Dominic Mitchell y Jonny Campbell, sin embargo, no era tan predecible como el de la sucesión de películas y narraciones que normalmente se asocian al fenómeno zombi: ¿qué sucedería si la condición zombi fuera parcialmente reversible?, ¿si se tratara de una infección crónica que admitiera cuidados paliativos y permitiera una integración social parcial (una especie de sida postmortem)?, ¿qué efectos tendría entre la gente de a pie, cuánto tardaría en saltar la jauría detrá del predicador? No es la primera vez que la ficción intenta normalizar al muerto viviente y convertirlo en ciudadano reinsertable, pero pocas veces se ha hecho desde un tono de realismo social con un trasfondo de crisis moral (acentuada por la iconografía y el sello visual televisivo creado durante los años del conflicto terrorista irlandés de fondo).
El de In the Flesh es un juego ficcional y visual interesante, al que sólo se le ven (nunca mejor dicho) las costuras cuando cae en subrayados y efectismos innecesarios (casi paródicos) o cuando se deja llevar por el sentimentalismo (también muy británico). Un ejemplo de disolución génerica, el de esta miniserie de muertos vivientes, que da claras señales de la buena salud de que disfrutan las producciones de televisión británicas en los últimos tiempos; y que seguramente nos da pistas acerca de por donde van a venir los tiros proximamente, antes de que el mercado que todo lo devora acabe también por asimilarlos.

lunes, febrero 10, 2014

breverías - amigos

breverías (catálogo de cuentos amagados e ilustrados) es una colección de microrrelatos en la que llevamos trabajando desde hace un tiempo. Cada uno de los textos está ilustrado por un amigo, un artista plástico que hace una interpretación libre en blanco y negro del microrrelato. Forman parte del proyecto dibujantes de cómic, artistas urbanos, ilustradores y pintores. Eclecticismo al poder.
La idea inicial era la de editar la colección en un pequeño libro-catálogo, pero como parece que las posibilidades de publicación se han agostado en los últimos tiempos, nos hemos decidido a publicar los relatos ilustrados poco a poco en esta bitácora nuestra. Les dedicamos la primera brevería a todos los amigos de este blog.

Artista: Gaspar Naranjo


lunes, febrero 03, 2014

Los viajes de Berliac.

Tanto nos gustó y sorprendió el Playground de Berliac (hasta el punto de incluirlo en nuestra lista de favoritos), que decidimos seguir buceando en la obra de este enigmático argentino, autor, crítico y editor, con residencia en Noruega.
Desde su web encargamos tres de sus mini-cómics a la venta, los tres con un aire artesano, plurilingüe y tan vanguardistas e inclasificables como Playground; los tres, nuevas piezas para intentar entender la vocación experimental de un artista que hace cómics y responde al nombre de Berliac.
Voyeur/Rêveur (autoeditado) es una colección de cuarenta y cuatro dibujos del autor, en ese estilo suyo que una vez describimos como cercano al esbozo en una sesión de dibujo del natural a mano alzada. El matiz diferencial, lo notable de este ejercicio de mano, reside en los temas: Berliac elude las naturalezas muertas y el modelo estático tradicional, para "aislar" instantes vivos descontextualizándolos de un marco significativo. De esta manera, hasta cuando dibuja una estatua, una navaja de afeitar o un templo griego abarrotado de turistas, el espectador intuye la naturaleza fragmentaria, fugaz e incompleta de lo dibujado; la ausencia de una referencia interpretativa. Desde este instante, la significación de las imágenes se antoja abierta y, en muchos casos, completamente subjetiva. Hacemos hincapié en este hecho porque esa subjetividad subrayada y críptica (o condicionada por la decodificación del lector, según como lo interpretemos) es una marca que hemos creído percibir en casi todos los trabajos de Berliac a los que nos hemos acercado hasta el momento.
Love was a meteor that disintegrated as soon as it entered my atmosphere (autoeditado) es, desde su mismo título, una mini-colección excéntrica de pequeños relatos y piezas sueltas (de hasta una página) que navega entre reflexiones simbólicas acerca del amor (The Wooden Floor, Fantasmas, Artichoke) o la amistad (The rodent). De nuevo, una recopilación de instantes confidenciales abiertos a interpretaciones y masticados personales. Cada lector leerá a un Beriac diferente, estamos casi seguros.
Textos largos, diagramas y dibujos (secuenciados o no) se cruzan en las historias de Love was a... en una búsqueda cooperativa de escrituras interdiscursivas. La densidad de los relatos de Beliac depende, precisamente, de esa acumulación de capas, o de hojas de alcachofa.
Inverso (mini Kuš!) es una narración más ortodoxa, aun partiendo de un desarrollo igualmente fragmentario y atípico, sólo en el sentido en que podemos resumir su trama en unas pocas líneas (el cómic está escrito en inglés):
In the midst of a marital crisis, an unnamed zoologist is assigned to investigate the possible case of a "negative jaguar". The deeper he delves into the Amazonian jungle, the more he steps into the other side of reality. Is it too late to go back?
Dejando de lado esta excusa argumental, las 28 páginas del cómic vuelven a estar habitadas por silencios y elipsis hasta su mismo final. Una ausencia de claves que exigirá, de nuevo, la participación activa por parte del lector. En Inverso (como sucedía en Playground o en las historias de Love was a meteor...) el autor juega con la imagen y el texto (y los tachones) de una forma sólo en apariencia azarosa: los dibujos no ilustran, ni acompañan a las palabras (o viceversa), sino que unos y otros (imágenes y textos) amplifican su carga significativa, en muchos casos, gracias a un ejercicio de yuxtaposición más que de secuenciación.
Si se han quedado con ganas de más (a ver cuando podemos acceder a esto y a esto otro) o si no les han bastado nuestras palabras para formarse una imagen aproximada del puzle resuelto, pueden acercarse a los web-cómics del autor: trabajos como Celdas contiguas, A dance on fire o Will You Still Love Me pueden ser una buena fuente de iluminación para explicaciones imperfectas; y un inmejorable acercamiento (aunque fragmentario inevitablemente) a todo lo que podemos esperar de Berliac en el futuro.
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Esta entrevista reciente de Pablo Turnes en Entrecomics nos descubre algunas de las claves de la poética de Berliac.