Otra reflexión intrascendente post-transalpina. Uno pensaba que Batman aguantaba las noches en vela a base de mala uva reconcentrada (ideal para insomnes voluntariosos) y dopaminas camufladas en su bat-cinto, pero hete aquí que llegamos a Malpensa y le descubrimos el quid del meollo al murciélago de pacotilla. Bueno, en realidad, nos lo confesaron no una, sino varias de sus amantes heroicas y rondadoras de alborotos nocturnos (de superheroinas hablamos, no dejen volar sus oscuras perversiones de esquina). Pues sí, la verdad revelada del profeta de los tejadillos: BATMAN BEBE CAFÉ.
Entrados en materia, las jóvenes nos contaron que en estos tiempos de gestas de medio pelo y heroicidades limitadas, han subarrendado su poderío a Lavazza, empresa cafetera de renombre, a la que, parece ser, habrían llegado de man0 de un españolito de postín llamado Eugenio Recuenco. Este fotógrafo superheroico, cual Peter Parker sin complejos, es el encargado de la campaña "The Most Incredible Spresso Experience". Una muestra de que se pueden atraer miradas sin ofensas gratuitas y escándalos infructuosos como los que últimamente se estilan por los mismos parajes.
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