lunes, junio 30, 2008

Percy Gloom, de Cathy Malkasian. Alegoría de la modernidad.

Hablábamos el otro día de cómics y metáforas, de la metáfora visual como vía hacia la belleza artística. Sólo una parte de ese discurso nos valdría para definir la comentadísima primera obra de Cathy Malkasian, porque aunque las andanzas de ese pequeño niño-hombre cabezón que es Percy Gloom funcionan también en el plano simbólico, lo hacen desde un plano claramente alegórico, mucho más narrativo que poético:
alegoría (Del latín. allegorĭa, y este del gr. ἀλληγορία).
1. f. Ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente. La venda y las alas de Cupido son una alegoría.
2. f. Obra o composición literaria o artística de sentido alegórico.
3. f. Esc. y Pint. Representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de estas o atributos.
4. f. Ret. Figura que consiste en hacer patentes en el discurso, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figurado, ambos completos, a fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente.
Cualquiera de estas cuatro acepciones define a la perfección la idea artística que fundamenta Percy Gloom, una obra que encierra numerosos secretos y virtudes. Percy Gloom es un personaje con un sueño: conseguir un puesto de trabajo en el centro de estudios preventivos A Salvo Ahora. En búsqueda de ese objetivo se desplaza a la gran ciudad en su coche de patines. Allí, se topará con las dificultades de una sociedad burocratizada hasta la nausea, con una población insolidaria, desmemoriada y alienada, con un sistema público que genera desigualdades y prima la competitividad más agresiva. Percy Gloom se convierte en nuestro y guía y punto de vista básico en un viaje por los suburbios de nuestros peores defectos sociales. Sátira moral, cuento intelectual, narración filosófica, esta obra no se puede leer sin tener presentes las referencias cruzadas y los significados simbólicos que se esconden detrás de cada uno de los personajes, situaciones y escenarios que circundan al protagonista, remedo "caricaturesco" del que es sin duda el chico más influyente (a la par que listo) del mundo... del cómic.
En una entrevista de Kristy Valenti, aparecida en un The Comics Journal del que ya hemos hablado aquí, la propia Malkasian revela buena parte de esos secretos y referencias cruzadas. En ella, nos habla de esos niños traviesos que "representan el potencial destructivo presente en cualquier sociedad", de las constantes menciones a la comida como reflejo de las constricciones mentales y la resistencia hacia el cambio, de la comunicación de masas como herramienta del fanatismo, etc. Todo desde una perspectiva profundamente intelectual que, sin duda, convierte lo que a primera vista parece una sencilla fábula distópica en un ejercicio narrativo bastante denso y críptico, por momentos. Algo a lo que no estamos demasiado acostumbrados en el panorama editorial comicográfico, pero que, sin duda, puede germinar en futuros frutos prometedores.

También la faceta gráfica de Percy Gloom respira de esa intelectualidad que estamos mencionando. Ni el acabado a lápiz, ni los tonos sepias del dibujo, ni la organización de la página en series de 9 viñetas son gratuitas (un estilo muy apartado de las anteriores vivencias profesionales de la Malkasian ilustradora). En Percy Gloom existe una conciencia alegórica indisimulada y cada elección visual intenta subrayar (o, al menos, no obstaculizar) las dobles lecturas simbólicas de su mensaje, escondidas hasta en los detalles más nimios. Para muestra, unas cabras cantoras.
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Otra entrevista a Cathy Malkasian.

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