Recientemente, hemos vuelto a repasar algunos capítulos de la Historia de los comics de Toutain (1983-84), que coordinó Javier Coma, y que es todo un compendio de saber enciclopédico e historiográfico. Estábamos documentándonos para unos artículos que tenemos entre manos, de los que ya les hablaremos más adelante.
El hecho es que nos acercamos a su capítulo 32, el dedicado a la cómic-novela (a Chaykin, Corben y demás), y cuando empezamos a releer el artículo "Rutas de pioneros hacia el Eldorado de la comic-novela" (firmado por el propio Coma), nos llevamos una sorpresa que nos hizo sonreír; reparamos en algo que, como entenderán en un minuto, no nos había llamado la atención cuando leímos el artículo hace muchos años. Comienza así (la negrita tramposa es nuestra):
Desde fines de los años setenta, y con la permanente aceleración en la etapa inmediata, comenzó a institucionalizarse industrialmente una nueva vía en los comics, la del libro, que se adjuntaría así a los tradicionales senderos de las inserciones en la prensa y de las publicaciones en comic-books específicos del medio. Hacía ya mucho tiempo que tal vía era empleada en Europa de forma sistemática, y no hay duda de que la experiencia europea influía en la retrasada iniciativa norteamericana, pero entre una y otra existió una sustancial diferencia de relación causa-efecto. Los editores franco-belgas habían impulsado la fórmula del libro de comics en razón a recomercializar aquellos relatos serializados a través de las revistas de la especialidad. A la inversa, la comic-novela norteamericana respondió a las tentativas de diversos creadores por ampliar sus libertades expresivas. De ahí que los autores europeos se movieran generalmente a remolque de sus editoriales en lo concerniente al planteamiento de sus obras como libros y no como acumulación fenomenológica de sucesivas entregas. De ahí que la industria norteamericana no hiciera casi sino seguir los pasos de guionistas y dibujantes que protagonizaron la etapa experimental de la "graphic novel" o comic-novela.
Hoy día, la industria de la narrativa dibujada en Estados Unidos utiliza la comic-novela con múltiples objetivos. Ensaya la rentabilidad de un producto, el libro, con precio de venta mucho más elevado que el de un cómic-book. Proporciona al lector abundante tiempo de lectura, no sólo por el muy superior número de páginas, sino también por el doble recurso a textos muy extensos y a ilustraciones con gran formato e intenso contenido gráfico. Cubre nuevos sistemas de comercialización, destacando el de la venta directa que la Marvel y la D.C. ya probaban hacia 1973. Se enfrenta a la creciente competencia de las versiones norteamericanas de los libros de comics uropeos. Intenta conquistar al público adulto en virtud de la mayor disposición de éste a la adquisición de un libro que a la de un cómic-book, de manifiesta reputación infantil o, a lo más, juvenil. Elude las imposiciones de la censura sobre los comic-books, siguiendo así el camino abierto por las revistas de comics diferenciadas voluntariamente de aquéllos en su mayor formato, tipo magazine, y en su impresión interior a blanco y negro. Amplía la rentabilidad de personajes y series previa y masivamente promocionados por los propios comic-books o los magazines de comics a blanco y negro (además por sus tránsitos a cine y televisión), dotándoles de un nuevo sector de público... (Historia de los comics, 1983-84: 885-886)
¿Les suena de algo? No queremos ser manipuladores, Javier Coma no está hablando de la actual "novela gráfica", sino de esos trabajos híbridos, a medio camino entre el cómic y la novela (basados en "textos muy extensos [e] ilustraciones con gran formato e intenso contenido gráfico"), que se pusieron de moda a finales de los 80 al rebufo del éxito de revistas como Heavy Metal y Epic Illustrated por un breve lapso de tiempo, aunque nunca llegaran a tener suficiente continuidad: hablamos de obras como Atmósfera Cero o Red Tide (sobre un texto de Raymond Chandler), de Jim Steranko; Tarzan of the Apes, de Burne Hogarth; Empire, de Howard Chaykin o His Name Is Savage, de Gil Kane. Lo curioso, es que entre los primeros representantes de esta comic-novela, el mismo Coma menciona al señor Will Eisner y una tal A Contract with God... pareciera que las palabras de don Javier estuvieran escritas antesdeayer, ¿no les parece?
El caso es, lo han descubierto, darle vueltas a la madeja de la "novela gráfica", de nuevo: ¿mercado, simple formato o movimiento? Que cada uno aguante su vela.
6 comentarios :
Resulta curioso como se olvidan las cosas que uno ha leido y comoadquieren otra dimensión años después. Coma no fue un visionario, pero estuvo ahí con l amente depierta y los datos suficientes. Muy certero.
Pues sí, toda relectura esconde misterios, porque toda lectura es sesgada y nuestra memoria siempre demasiado imperfecta. Javier Coma es un referente de la crítica comicográfica, a muchos nos ayudó a descubrir lecturas y a leer con otros ojos.
Gracias por la visita, don Aurelio.
curioso, ayer he citado más o menos ese mismo capítulo
http://gentedigital.es/comunidad/comics/
por otro lado, jeje, no es por lanzarme flores, pero dicho capítulo lo manejé yo hace años cuando empezaron las discusiones en torno la actual novela gráfica, para referir que No es un invento moderniqui, que la idea lleva años a cocción lenta y tal...
Coma, por supuesto, se refiere a algo muy distinto a la novela gráfica actual, pero que en su raíz incluye algunas de las motivaciones de la actual ng. Los nombres, en fin, rebotan, reverberan y se reutilizan en nuevos contextos... por algo.
Tienes razón, Coma hablaba de otra cosa, pero (también te doy la razón) hay mucho de "aquello" que se ve ahora reflejado en "esto". Y sí, los nombres clave tienden a reaparecer una y otra vez en la blogosfera (y en blogs afines); nunca está de más recordar lo bueno.
Gracias por los apuntes ;)
Coma lo había expuesto de manera mucho más amplia en "El ocaso de los héroes en los cómics de autor", donde establece una cronología de la aparición del cómic de autor y su evolución, que termina precisamente en la aparición de la "cómic-novela" como forma de referente de la libertad creativa del autor...
Gracias por el apunte, siempre constructivo, Álvaro. Sobre la obra que mencionas elaboró una interesante ficha bibliográfica Diego Matos para Zona Negativa:
http://www.zonanegativa.com/?p=11362
Un placer verle por aquí, Carcelero. Abrazos.
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