Más de arte. Entre el 18 y el 22 de julio tuvo lugar la vigésimo primera edición de ArteSantander en la capital cántabra. Con una afluencia de público moderada y pocas ventas, la exposición nos permitió extraer pequeñas conclusiones acerca del estado general del mundo de las galerías y las exposiciones de arte contemporáneo en estos tiempos de crisis.
Frente a ediciones anteriores, observamos, por ejemplo, una apuesta firme por pequeños formatos y el abandono por parte de las galerías del lujo de los grandes nombres y las piezas imposibles. En este sentido, ayudó el formato Solo Projects planteado por la organización. Se ve que es momento de ventas más que de ostentaciones o reafirmaciones. Pese a todo, muy pocos puntos rojos el último día del evento.
Durante los últimos años, hemos tenido la sensación de que el mundo del arte culto había apostado claramente por el dibujo, frente a la pintura, el collage, las instalaciones o la reproducción seriada de otras épocas. Estamos en los años de apogeo del arte urbano y del éxito de los Juan Francisco Casas y compañía. Ha coincidido este periodo con el momento de madurez del cómic y con la celebración cultural de algunos de sus autores, que han alcanzado el grado de estrellas artísticas y han llenado las paredes de prestigiosos museos con su obra. No es casualidad.
Constatamos ahora que en las paredes de muchas galerías se observa una nueva bifurcación plástica interdisciplinar, aunque en este caso, hacia un universo aparentemente mucho más acotado: el de la ilustración infantil. Aparecen más y más ejemplos de autores que manejan el lienzo (o directamente la hoja de papel) como un nuevo jardín de las delicias influido por el manga y la ilustración japonesa, el surrealismo-pop y la ilustración clásica; y, lo que es más notable, parece ser que son estos creadores quienes más éxito están teniendo entre el selecto grupo de coleccionistas adinerados. De algunos de los representantes de este emergente universo artístico ya hemos hablado en estas páginas.
Pero vayamos por partes y acerquémonos con más detalle a las propuestas planteadas en ArteSantander 2012. Estudio Ariza, de Tenerife, presentaba diferentes piezas de La floresta mágica, del cubano Manuel Mendive, una serie de témperas, bastones de madera decorados y cuadros sobre madera troquelada que recrean, dentro de su surrealismo mágico, motivos de bosques encantados muy en la línea de la tradición pictórica vanguardista caribeña; por su uso del color y la temática elegida, a nosotros nos recordó mucho al trabajo de un ilustrador ya mítico, Maurice Sendak. También la madrileña Blanca Berlín se movió en territorios próximos a la ilustración infantil gracias a una colección de dibujos y acuarelas sobre papel con un aire naïve e informal y un punto desasosegante, firmadas por The Children Pox (el español Juan Zamora y la belgo-mexicana Alejandra Freymann). Otro tanto hacía Aranapoveda, al presentar el trabajo My animal dance, de una artista que nos gusta, Rosana Antolí, compuesto por varias piezas de pequeño tamaño, una videoinstalación y un gran dibujo central (habitado por bellas jovencitas en un contexto zoológico), que podrían haber estado firmadas por Howard Cruse en un mano a mano con Shintaro Kago; una mezcla sólo aparentemente imposible, que funcionaba muy bien sobre todo en las piezas más grandes. Los dibujos que ocupaban los muros de la valenciana pazYcomedias no eran de Shaun Tan, que así lo parecían, sino de Sergio Luna, y debían su cualidad hiperrealista al uso virtuoso de la tinta china por parte de su autor. La propuesta de Diego del Pozo Barriuso, en la salmantina Adora Calvo, resultó mucho más mecánica y estilizada, con su juego cruzado de diagramas, letreros y dibujos antropomórficos próximos a la estética de la señalética (muy a lo Julian Opie o Rutu Modan).
También nos gustó redescubrir en Ethall, de Barcelona, la premiada obra de Martín Vitaliti (ha obtenido el premio Museo ABC de Dibujo este mismo año), un amigo reciente de este blog, que basa sus obras inclasificables (¿instalaciones, decoupage, collage, assemblage?) en el apropiacionismo, no sólo de las técnicas del cómic, sino del cómic físico en sí mismo.
Una de las galerías que más atenciones concitó fue la madrileña Liebre, que dedicó su espacio a las instalaciones de luz de Laramascoto (Santiago Lara y Beatriz Coto): sus Grandes avatares, a partir de smartphones, nos recordaron, precisamente, a la obra del arriba mencionado Juan Zamora (que vimos hace dos años en el DA2); realmente interesantes ambos. Más atractiva aún nos pareció El pacto de las luces, de nuevo un juego de videoproyecciones sobre un dibujo mural, cargado de connotaciones lóbregas y referencias a las criaturas nocturnas de la cuentística popular. Fantástica pieza.
En una línea completamente diferente, nos gustaron mucho los fotocollages sobre acetato de Simon Edmonson, en Álvaro Alcázar; las falsas composiciones espaciales tridimensionales de Nicolas Grospierre (en Alarcón Criado); las preciosas y atmosféricas fotografías granuladas de Petra Lindholm, de la berlinesa Collectiva; y la efectista y técnicamente perfecta propuesta de Sicart, con los murales y las cajas de neón de Fernando Navarro Viejo.
Un año más, Santander ha sido un foco de interés artístico dentro del verano español. Esperemos que no sea la última, a la vista del negocio (la ausencia del mismo) surgido a su alrededor, pese a que, esta vez, la entrada al recinto era gratuita. Como suponemos que las instituciones locales y regionales (que están entre los "inversores" más fiables en este tipo de eventos) tampoco han aliviado en demasía la falta de actividad comercial, cada vez nos cuesta más atisbarle un futuro optimista a la miriada de ferias y exposiciones de arte contemporáneo que han florecido en nuestro país durante los años de abundancia y derroche. Tendrán que empezar por abaratar o incluso ofrecer el espacio expositor de forma gratuita a las galerías y, luego, cruzar los dedos para que esos ricos que, nos dicen, lo son cada día más, entre la desgracia colectiva, sigan pensando que el arte es un buen campo de inversión. Sea como fuere, ojalá a ArteSantander le queden muchos años de vida y mejor salud, y que Superman nos pille confesados.
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(Actualización: 23-agosto-2012):
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(Actualización: 23-agosto-2012):
Para profundizar más en el trabajo de Vitaliti, les remitimos a las dos siguientes entradas de Pablo Turnes; analíticas y verdaderamente instructivas:
http://bibliapobre.wordpress.http://bibliapobre.wordpress.
2 comentarios :
Fantástica crítica...y muy real, carbayón
Real como el arte mismo ;)
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