Dos citas en una, comiqueras e insoslayables ambas, para fechas venideras... Las dos en el Museo ABC.
Al fin llega la exposición de uno de los artistas favoritos de esta casa, don Martín Vitaliti, con motivo de su elección como II Premio de Dibujo Museo ABC. En la primera planta del edificio podemos contemplar (hasta el 17 de marzo) una buena selección de su obra más reciente y una buena colección de claves para interpretar el sentido último de su poética artística: las manipulaciones y los apropiacionismos de Vitaliti cuestionan de principio a fin las convicciones discursivas del medio comicográfico, todas y cada una de las convenciones que conforman su lenguaje, y lo hacen desde la inteligencia y la ironía.
Así, Superman deja de ser un héroe de papel para convertirse en el verdadero Atlas tridimensional que, desde fuera del cuadro de la viñeta, soporta sobre su espalda el peso completo de la mitología que el mismo ha ayudado a forjar con sus aventuras; de igual manera, en las instalaciones de Vitaliti, Flash es más rápido incluso que las propias reglas narrativas que determinan la causalidad de la secuenciación espacio-temporal. El tiempo también, pero sobre todo la lógica espacial desaparece en una pirueta imposible de 360º que obliga al espectador a girar sobre sí mismo en búsca de un Corto Maltés tan esquivo como esa "cámara invisible" que "registra" todas las viñetas de todos los cómics del mundo.
El título de la exposición no podía ser más simbólico y acertado: En el fondo, nada ha cambiado... Jorge Bravo, el comisario de la misma, explica su oportuna carga polisémica:
En el fondo, nada ha cambiado... Son varias las
interpretaciones posibles de este título. En clave personal parece
remitir a la propia trayectoria del artista, al cambio que supone tener
oportunidad de mostrar el trabajo en un marco como el que ahora
disfruta, al tránsito del estudio a la sala de exposiciones, de la
contemplación solitaria del propio trabajo a la observación de la
respuesta del público.
Pero, más cerca de su intención, este título debe remitir a la fuente
de la que se nutre su trabajo, el cómic, y por ende a la imposibilidad
misma de la permanencia, de la inmutabilidad. Como en la viñeta que
contiene el título, la reconstrucción es posible pero las cosas nunca
serán ya lo que fueron, y ahí la ironía, el juego que propone el autor.
La obra de Martín Vitaliti se genera en la manipulación de los
distintos elementos que constituyen el lenguaje del cómic. La página, la
sucesión de viñetas, como marco espacio-temporal que alberga una
narración, es el elemento principal que interviene el artista.
Por si fuera poco, hemos tenido la enorme suerte de participar tangencialmente en la exposición, gracias a la amable invitación que nos hizo Vitaliti para prologar el excelente catálogo que ilustra la muestra. Todo un honor y un disfrute.
En un insospechado giro irónico, la segunda buena razón para acercarse al museo del ABC nos demuestra, de nuevo, que nada ha cambiado por lo que respecta al reconocimiento del talento. Gente Menuda (¿lo ubican ya?) satisfará especialmente a los amantes del cómic clásico español, a los arqueólogos de nuestras viñetas y, en general, todos los amantes del dibujo y la ilustración; y es que resulta que la planta baja del museo se ha convertido para la ocasión en un vergel de acuarelas, aguados, tintas chinas y dibujos a plumilla. La ocasión no es otra que la exposición Gente Menuda. Dibujos para un gran suplemento infantil, el suplemento de la revista Blanco y Negro, que durante mucho tiempo, bajo su apariencia infantil, funcionó como vehículo de vanguardia para las viñetas locales (gracias a gente como K-Hito o el mismo Mihura). Tenemos ahora la excusa impepinable para disfrutar de los trabajos originales de algunos de los padres del cómic español: la muestra incluye obras de, nada menos que, Xaudaró, Sancha, Atiza, Cilla, Tono, López Rubio o los mencionados Mihura y K-Hito.
No se pierdan ninguna de las dos. Alimento para el espíritu en tiempos críticos.
2 comentarios :
Fantásticas recomendaciones, como siempre, las que usted nos ofrece. Se tienen en cuenta.
Y pensar que este verano...estuvo usted de copas con alguien que tiene tanto que ver con este artículo, y, ¡ninguno, supo del otro!. Cuantas aficiones en común tienen, y cuanto habrían hablado y disfrutado.
Aunque...seguramente, volverán a coincidir. Haré por ello, no lo dude.
Huy, ¡qué misterio! No seré yo el que diga que no a ese nuevo cruce de caminos :)
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