Este mes hemos tenido el placer de publicar un artículo en una revista que nos encanta: Fuera [de] Margen; que en su edición en español dirige Ana G. Lartitegui. En algunos de sus últimos números, la publicación nos ha sorprendido, por ejemplo, con acercamientos monográficos a temas como "La creación y el medio digital", "La escritura literaria" o "El color". Hace unos meses, sus artífices nos invitaron a participar en un número dedicado a "Las adaptaciones", y a revisar en él un cómic de 2014 que nos sorprendió gratamente por su virtuosismo y originalidad: nos referimos a Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero (Impedimenta), de Martin Rowson; la adaptación comicográfica de la novela clásica de Laurence Sterne, del S.XVIII.
El cómic de Rowson es un ejemplo de adaptación compleja, libre, pero respetuosa; radical como la obra de Sterne, pero enriquecida con las tradiciones clásicas de la literatura y del cómic (desde sus orígenes decimonónicos, al underground); un trabajo moderno (posmoderno, más bien), exigente, lleno de guiños y cargado de talento gráfico y narrativo.
Vida y opiniones de Tristram Shandy de Laurence Sterne es una obra inclasificable dentro de la literatura europea, no sólo de su época. Ya a mediados del siglo XVIII anticipó muchos de los rasgos esenciales de la novela moderna y la sensibilidad posmoderna. Su empleo de la metaficción y la hacen de esta novela un trabajo “moderno”, en el sentido más amplio de la palabra. No es extraño, de hecho, que una gran parte de la crítica literaria rechace la idea de lo posmoderno como movimiento contemporáneo, aludiendo a ejemplos como Tristram Shandy, para señalar la existencia de una tradición cultural de la “metaficción” muy anterior a estos nuevos tiempos. Para críticos como Jean Baudrillard, Frederic Jameson o Jürgen Habermas la Posmodernidad no sería sino una fase última de decadencia para unos, de repetición irónica para otros– de la Modernidad.
Dicho esto, ¿cuáles son los rasgos modernos de Tristram Shandy? ¿Qué es lo que une a Laurence Sterne con escritores como Thomas Pynchon, Michael Chabon o Jonathan Lethem?
La lengua inglesa está marcada por una gramática y una sintaxis relativamente simples que incide en los periodos breves, las oraciones simples y un sistema de puntuación dominado por el punto (full stop, period). La gramática que teje las páginas de Vida y opiniones de Tristram Shandy es, sin embargo, ejemplo de todo lo contrario: en la novela abundan las frases inacabables; las subordinaciones encadenadas; el uso obsesivo de la puntuación. El resultado es un ejercicio continuado de digresión en el que las frases nunca terminan de completar las expectativas; y en el que el material explicativo y la información parentética acaban por convertirse en contenido diegético. Lo curioso es que la sintaxis sinuosa y acumulativa de Tristram Shandy no es en realidad otra cosa que un espejo formal de la propia estructura del libro y de su misma materia narrativa...