jueves, agosto 31, 2006

Del slice of life, Fermín Solís y otras hierbas aromáticas.

Con motivo de la publicación del primer número de Las pelusas de mi ombligo, Fermín Solís nos solicitó a sus lectores opiniones, cartas y comentarios para inagurar una nueva sección ("Pelusas en mi buzón") en su segunda entrega. Se me ocurrió aprovechar la misiva para pedirle al dibujante extremeño su opinión acerca de ese nuevo género (tan viejo, por otro lado), que ahora llaman "slice of life" (es decir, historias cotidianas sobre la vida cotidiana de seres cotidianos).

Leo el segundo número de Las pelusas (Dolmen) y me parece entrever que la carta (guiada por la simple curiosidad, aseguro) parece haber causado cierto malestar en Fermín. Si es así, no entiendo bien las razones pero insisto en la falta de malicia que me motivó a escribirla; en ningún momento pretendí meter ningún dedo en llaga alguna.

Comprendo que a los artistas, en general, no les gusta ser etiquetados o enmarcados en un género o estilo. Se entiende igualmente que la asunción de rasgos comunes pueda llegar a minar la necesaria búsqueda artística de una voz propia, pero, en mi opinión, no hay por qué renegar de la adhesión a una escuela o evitar la aceptación de influencias ajenas. Hay algo evidente, en los últimos años, se ha consolidado una manera de entender el cómic que emparenta a un grupo numeroso de artistas. Podríamos hablar de "slice of life" para describir el campo temático en el que se mueven todos ellos y de "línea clara minimalista" (el término no es mío) para entender su estilo. En este grupo encontraríamos a gente como Seth, Rabagliatti, Andy Watson o Dupuy y Berberian, entre los autores de fuera; y a artistas españoles como Calo, Lorenzo Gómez o el mismo Fermín Solís. Las conexiones y afinidades entre elllos son incuestionables, su calidad también.
Y es que, lo admito, soy un enamorado del slice of life, por eso no acabo de entender la susceptibilidad herida de Fermín Solís. Me cuesta más aún encontrar una lógiga artística a la proliferación de esta línea estilística justo ahora. ¿De dónde surgen estas afinidades? ¿Se debe al aprovechamiento editorial de la brecha que Drawn & Quarterly abrió en los 90? ¿Hay una inflencia primera o común para todos ellos? ¿Son hijos de la línea clara franco-belga? Son interrogantes para los que no tengo respuesta. De ahí mi consulta epistolar. Espero que algún día el señor Pons en su Cárcel o algún otro bloguero experto arroje un poco de luz sobre la cuestión. Hasta ese día seguiremos indagando y disfrutando de ellos.

Cambiando un poco de tema, hay que admitir que Las pelusas de mi ombligo tiene cada vez mejor pinta. Si el primer número era un tanto irregular, en este segundo se advierte un número alto de buenas historias (algunas, como "No seguirás al vecino del segundo" o "Versión original", más que buenas).

Se agradece también la iniciativa de Fermín Solís, que en la línea de algunos autores estadounidenses (Bagge, Clowes, etc), ha decidido dar continuidad a una revista monográfica, personal y ecléctica, con sus virtudes y sus defectos, pero llena de interés. Esperamos que tenga una laaaarga vida.
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Por cierto, aprovecho para incluir el enlace al blog de Fermín Solís en mis "Blogs de autor"; de visita obligada.

11 comentarios :

Fermín Solís dijo...

Hola, he estado releyendo el correo para ver quien eres, es que no veo tu nombre por aquí. ¿Eres Rubén? Supongo que sí por lo del dedo en la llaga.
Bueno, el caso es que no hay ningún malestar en mi opinión, siento haberte dado esa sensación,de verdad. Al contrario, te vuelvo a dar las gracias por haber escrito en su día. Quizá no supe transmitir lo que pensaba al contestar.
Gracias por leer el número dos y hablar de él aquí.

Anónimo dijo...

Vaya, tampoco yo puedo entender cómo alguien puede molestarse por algo así. Ni que fuera algo malo. Con lo aficionada que soy a los tebeos eslaisoflaif... Sin ánimo de ofender, yo también ubicaría a Fermin Solís dentro de ese género. No puedo comentar más: ni he leído el segundo número de las pelusas, ni pensaba comprarlo porque el primero no me gustó. Sin embargo, leí el otro día "De ballenas y pulgas" y me pareció una auténtica preciosidad. Un besico, señor Gato

Fermín Solís dijo...

Me alegro que De Ballenas y Pulgas te gustase, Iru.

Little Nemo's Kat dijo...

Vaya, entonces todo fue una mala interpretación mía. Rectifico lo rectificable y espero que no te haya molestado el post, Fermín. En todo caso ha sido una buena excusa para hablar de buenos cómics (como los que tienes a bien hacer). Gracias a ti por pasarte por aquí.
Iru, dale otra oportunidad a Las pelusas, que bien vale el desembolso ;)

Anónimo dijo...

Menos mal que todo ha sido fruto de un malentendido. Y lo peor, que me ha picado la curiosidad con las pelusas. Seréis... ¡los dos! :)

Fermín Solís dijo...

No, no me ha molestado para nada, además no me puedo quejar de lo que dices del tebeo.
Y siguiendo con la excusa de hablar de buenos cómics, yo creo que sí, que como comentas creo que hay una influencia primera común para todos y ahí se pueden citar nombres como Sasek, Sempé, Chaland o el propio Hergé. Según mi punto de vista.
Ah, Iru, si te ha picado la curiosidad no te quedes con la intriga y dale una oportunidad.

Little Nemo's Kat dijo...

¿Ves?, aquí quería llegar yo; al punto en el que uno de los verdaderos artífices del cotarro (osease, tú) me descubriera a algún autor de esos que voy a empezar a buscar como loco en las tiendas de cómics. Porque ni Sempé ni Sasek me suenan demasiado (especialmente el segundo de ellos) y seguro que me estoy perdiendo algo. Gracias por el descubrimiento. Ya os contaré cuando los lea.

Fermín Solís dijo...

Bueno, no son dibujantes de cómics. Son más bien ilustradores. Sempé es francés y tal vez lo conozcas por sus ilustraciones para El pequeño Nicolás, una colección de libros escritos por Goscinny, aunque su obra es mucho más extensa. Sasek está muy de moda entre numerosos ilustradores. Echa un vistazo a su web. Pero claro solamente estamos hablando de influencias a nivel gráfico, habría que buscar también las influencias a nivel literario.

Anónimo dijo...

El costumbrismo de Sempé como humorista gráfico resulta muy divertido.Tengo un par de tomos humorísticos titulados "Nada es fácil" y "Todo se complica" (Editorial Júcar). Son del año 1973 y su humor no se ha pasado ni un ápice. Como ilustrador (si no lo conocéis) os recomiendo "La historia del señor Sommer", un librito precioso escrito por Patrick Süskind e ilustrado por Sempé. ¡Un saludico a ambos!

Fermín Solís dijo...

Lo leí hace tiempo, me encanta la escena del piano. En esa misma colección que dices también está "El gran pánico" que sigue la misma linea que Todo se complica y Nada es fácil. También están los dos tomos que sacó Norma.

Little Nemo's Kat dijo...

Deslumbrado me hallo ante vuestra sapiencia "Semperera" ;). Rastrearé vuestras indicaciones porque lo que he encontrado en internet tiene más que buena pinta.