martes, diciembre 26, 2006

Un paseo de cómic por el 2006 (III): otra de cal.

Continuamos con el repaso anual y lo hacemos en rima consonante, en "on"; después de la normalización, aplaudimos otra buena nueva muy relacionada con aquella: la difusión. Efectivamente, con la posibilidad de comprar por internet (al fin algo en lo que hemos salido ganando con el euro), no sólo resulta cada vez menos complicado hacerse con esos cómics que sólo conocían los expertos (alabemos a San Amazon y San Ebay), sino que además, cada día es más sencillo acceder a información acerca del medio. Ayudan, y mucho, las editoriales (que como veremos mañana, cada vez funcionan con más diligencia) con sus listas de novedades. Esencial es también el papel de internet, con sus blogs y bitácoras, crecientes en número y en diversidad (¿en calidad? no nos pronunciaremos por lo que nos pueda tocar ;).

Parece que el círculo de amigos del cómic reunidos en torno al calor de las viñetas, se va consolidando positivamente. Quien más quien menos, tiene su listita de páginas favoritas a las que recurrir con un simple click. En este sentido, el papel difusor y englobador (permítaseme el oxímoron) de TEBELOGS! es cada día más loable e importante (desde aquí mi agradecimiento sincero y personal, pero me imagino que compartido por el colectivo de bloguers comiqueros); está por ver cual es la capacidad real que le permite a TEBELOGS! ser un blog de blogs manejable y operativo, y si aguantará el crecimiento exponencial al que se ha visto sometido este año (muy positivo, en principio). Por lo demás, aunque muchos nos hayamos sumado al juego de las bitácoras en este 2006, casi todos seguimos confiando en La cárcel y su carcelero, como bitácora maternal de referencia; al tiempo que nos dejamos caer casi a diario por muchas otras páginas clásicas, divertidas, locas o instructivas.

Como hemos dicho al arrancar el post, el tema de la difusión está emparentado directamente con muchos de los factores de normalización que señalábamos ayer (el apoyo institucional, el aprecio de la crítica y los medios impresos, etc.), y, sin duda, también ha de estarlo con algunos aspectos externos (o no tanto) al propio mercado comicográfico: porque, a ver, ¿quién no se ha tragado este año al menos una película basada en un cómic? Sin ningún ejemplo a mano tan glorioso como la gloriosa American Splendor de Springer y Pulcini, que vimos el año pasado, lo cierto es que cada vez "vemos más tebeos" en el cine (V de Vendetta, Batman Begins, etc.). Algo querrá decir y algo tendrá que ver con la popularidad creciente del discurso (al menos, debe significar que los productores confían más y más en la calidad de los guiones de cómics en detrimento de sus propios escritores).

En fin, no sé si los globos y los bocadillos no me dejan ver más allá de mis líneas cinéticas, pero juraría que cada vez se habla más y mejor de cómics, incluso en círculos que no tienen que ver con (o nunca han querido ver) los personajes enviñetados. Winds of change.

1 comentario :

Anónimo dijo...

Yo también creo que soplan vientos de cambio. A ver esa paletada de arena :)
Un besico, Señor Gato