martes, octubre 20, 2009

Gary Panter y Picture Box, entre colores y notas.

De tanto en cuanto nos paseamos por ese bazar de las sorpresas que es Picture Box, aunque sólo sea para dejarnos deslumbrar por sus joyas. Picture Box es la editorial de Dan Nadel, visionario de la vanguardia. En su "tienda" te puedes encontrar algunos de los productos más delicados y exquisitos del mercado del cómic y la ilustración actuales: posters de Chris Ware, libros de Michel Gondry, cómics experimentales de Mat Brinkman, litografías de Charles Burns, cds únicos de Chippendale y su banda Black Pus, y minicómics, novelas gráficas y fanzines de buena parte del plantel de jóvenes autores de la vanguardia comicográfica estadounidense (Frank Santoro, Dash Shaw, Ron Rege Jr, etc.); delicatessens al servicio del lector-espectador, algunas de ellas incluso al alcance de bolsillos con poca guita. La nómina de autores embarcados en Picture Box apabulla, pero lo hace aún más el catálogo al que éstos colaboran: casi todos los trabajos que encontramos en la editorial se anuncian con la etiqueta de la exclusividad, gracias a tiradas limitadas (numeradas en la mayor parte de las ocasiones).
Una de las estrellas de Picture Box es Gary Panter. Su nombre está indefectiblemente vinculado al mundo del cómic gracias a otros dos visionarios (y ya van tres): Art Spiegelman y su mujer Francoise Mouly, que a principios de los años 80 decidieron, casi unilateralmente, que el cómic podía ser cosa de alta cultura y que algunos de sus artistas no merecían ni un pero artístico: para su revista "de diseño" ficharon a gente como Muñoz y Sampayo, el español Martí, Tsuge, Katchor o a un jovencísimo Chris Ware; la llamaron RAW y vio nacer en sus páginas a hitos del cómic como el Maus, del propio Spiegelman. Sus editores también enviaron invitaciones de colaboración a artistas del mundo del arte pictórico, autores como el congoleño Chéri Samba o el norteamericano Gary Panter. Este último contaba ya con un importante reconocimiento dentro del comix postunderground y el punk-cómic, pero también se cuenta entre los pocos autores del mundo del tebeo que han conseguido una importante atención, reconocimiento y cotización desde el estrado de las bellas artes.
Buena parte de su recorrido como pintor, diseñador, ilustrador o dibujante de cómics puede rastrearse en las obras que se ofrecen en Picture Box: carísimos libros retrospectivos con las cubiertas pintadas a mano junto a otras ediciones más asequibles, psicodélicas serigrafías, platos pintados, novelas gráficas o simples minicómics, como The Asshole. Esta fue nuestra adquisición la última vez que entramos en la página y no pudimos evitar un nuevo ataque de comprador de cómics compulsivo.
The Asshole es un pequeño tebeíto sin más trascendencia que la que otorgan la escasa prolijidad de su autor y la de recoger como una pildora de 25 páginas algunos de los rasgos de su escritura: sobre todo ese estilo underground desenfadado, feísta y deliberadamente simple y agresivo, como un escupitajo de tinta china. El post-underground de Panter le acerca al Art Brut y al Arte Marginal de los 50 y los 60 en la forma y, evidentemente, al underground de los 60 en fondo y forma. The Asshole es un pequeño experimento acerca del odio y la rabia, una metáfora agresiva e irreverente acerca del vandalismo y la intransigencia, acerca de la incapacidad que presentan las estructuras sociales occidentales para redimirse como "herramientas" de convivencia y pacificación.
Lo que no saben muchos acerca de Gary Panter es que, además de todas las virtudes plásticas que le adornan, ha llevado a cabo una interesante labor como músico. También en Picture Box se pueden adquirir algunos de sus títulos en solitario (Pray for Smurph) o a duo con Devin Flynn en Devin and Gary, Go Outside! (que en su edición especial incluye portadas-collage únicas hechas a mano, cds exclusivos). La jam-session que es Go Outside! suena a muchas cosas: a improvisación piscodélica con raíces en los grupos estadounidenses de los 60 (Grateful Dead, sobre todo), suena a folk-rock, a fiesta minimalista cacofónica por momentos... Panter canta y toca la guitarra y Devin se embarca con toda una serie de instrumentos imposibles como la dilruba, la flauta de maíz y otras cuantas rarezas... Lo dicho, si Picture Box es un cajón de doblones, Panter es una caja de sorpresas. Aquí les dejamos un vídeo con una actuación en directo de Devin and Gary para que se hagan una idea.
Otra entrevista a Dan Nadel. Y otra.
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(Actualización: 24 - octubre - 2006, 17:00) El señor Díaz Canales, buen amigo de este blog, enriquece el debate al sugerirnos la lectura de un artículo muy crítico con Panter a cargo de David Apatoff, en Illustration Art. En él, Apatoff se muestra inmisericorde con la obra de Panter, a quien califica de fraude y contra quien descarga (de forma documentada y muy bien razonado, por otro lado) lindezas como la que sigue:
I have read the adulatory reviews of Panter's work, looking for help in finding what I am missing. So far, I cannot shake the conclusion that Panter is primarily an entertainer who tells amusing stories for people of a certain maturity level. Nothing wrong with that. But if that's the case, how do we explain all this attention to his work? My only explanation is that shallow, immature times call for shallow, immature art.

2 comentarios :

JDCanales dijo...

Ay... permítaseme una meadilla fuera del tiesto al más puro estilo Molina Foix.
No sé puede ser post-punk-mega-underground y a la vez una vedette de la serigrafía, el "grand art" y la edición limitada.
Lo siento, pero a mí todo eso me hace como mínimo dudar, y no poco, de los méritos y valores artísticos del sujeto.
Suscribo a este respecto el brillante post de David Appatof, aparecido en su indispensable blog "Illustration Art":
http://illustrationart.blogspot.com/2008/07/panter.html
Saludos!

Little Nemo's Kat dijo...

No conocía este post, muchas gracias, lo voy a añadir al texto. Estoy de acuerdo con usted en una cosa sobre todo: como artista, Panter es un tipo excesivo, como excesivos son algunos de los halagos que se le dedican (¿el artista gráfico más influyente de su generación?). Hay que reconocerle, no obstante, el mérito de ser un buen agitador artístico, capaz de generar polémicas interesantes (como demuestra el propio post de Apatoff). También me parece interesante el hecho de que en su día Panter fuera uno de los artistas que sacó a la luz el debate del cómic como displina artística elevada (gracias a Spiegelman y Mouly, bien es cierto).

Abrazos.