Situación hipotética: imagínense ustedes que en un salón del cómic o similar se cruzan con un tipo que (nos revela nuestro acompañante experto en la farándula comiquera) ha trabajado con Alan Moore, Neil Gaiman, Alex Ross, Mark Buckingham..., sólo por citar a unos cuantos de sus "socios". Como buenos fans histérico-mitómanos seguro que nos lanzábamos hacia el stand más próximo en el que pudieramos conseguir uno de sus tebeos. Cuestiones de rúbrica dedicada, ya me entienden. Nos imaginamos la respuesta del librero, editor o asociado circunstancial: ¿Quién? ¿Todd, qué más? Todd Klein, nos han dicho. Pues oiga, ni idea, ¿y me dice usted que ha trabajado con Moore?
Efectivamente, Todd Klein ha participado en cómics escritos y dibujados por Moore y Gaiman, como ya hemos dicho, Todd Klein es uno de los tipógrafos más famosos de la historia del cómic.
Esta película no hubiera sido posible sin la participación de un gran equipo de profesionales, peluqueros, iluminadores, director y ayudantes de fotografía, técnicos de sonido... Lugar común en cualquier entrega de premios cinematográficos. Así deben de sentirse los tipógrafos, esos esforzados artesanos anónimos de la letra y el letrero. Es cierto que la suya es una labor más técnica que artística, pero no lo es menos que, cuando nos escamotean las redondeces o aristas originales de una buena onomatopeya, algunos montan en cólera.
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A Todd Klein le gusta explicar lo que hace. Lo hace en su web, en la que podemos encontrar en venta curiosísimas litografías firmadas a pachas con Moore, ejemplos de fuentes y explicaciones de lo más didáctico acerca de la importancia del diseño en los cómics o el recorrido histórico de los títulos, así como diversas vivencias personales de su larga carrera. También lo hace, contarnos cosas, en su blog: un variopinto catálogo de anécdotas biográficas en torno a sus gatos, sus lecturas, el poker y (lo que realmente nos interesa) su percepción experta del trabajo tipográfico en algunos casos concretos de cómics de superhéroes; como esa detallada serie de artículos acerca de la evolución del logo en la serie The Atom. En realidad, no porque The Atom nos vaya ni nos venga, sino porque siempre da gusto leer a un especialista haciendo ejercicios didácticos sobre su campo de conocimiento. Sobre todo, cuando el tema de la enseñanza tiene que ver con nuestros focos de interés.
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