lunes, mayo 02, 2011

Estocolmo: islas, museos, vikingos y (algunas) viñetas.

Acabado nuestro Salón, salimos contrarreloj de la Ciudad Condal, vía Gerona, para coger un vuelo a la capital de Suecia. Esta es la segunda etapa del periplo que les contábamos el otro día. Así de viajeros y vertiginosos nos mostramos a veces.
Hay países a los que te acercas con muchos alicientes a estribor, pero con no demasiadas expectativas tebeísticas. Estocolmo podría ser el caso. Claro, que también esperábamos frío y lluvia, y resultó que todas las tormentas se habían venido para España a aguarles la Semana Santa a procesionales y visitantes foráneos. Fue gracioso, llegamos a nuestro hogar sueco provisional y apareció Modesty Blaise casi en la puerta a recibirnos con un glamuroso hola.
Estocolmo es una ciudad preciosa, una de las capitales europeas más esplendorosas, como los son sus hombres y mujeres: ciudadanos civilizados, sonrientes y tan altos como guapos. La ciudad está formada por 14 islas y centenares de islotes, aunque los puntos más importantes de la ciudad se reparten entre cuatro o cinco de esas islas y la parte que ellos llaman tierra firme. Después de unos días de paseo por sus calles, cruzando puentes y recorriendo ínsulas, terminamos por familiarizarnos con nombres como Skeppsholmen (la isla de los museos, incluido el polémico Moderna Museet, diseñado por Moneo, o el National Museeum, que presentaba la también polémica exposición "Lust & Vice") o Djurgarden (una isla llena, también, de museos -como ese homenaje al fracaso náufrago que es el Vasamuseet-, parques y jardines).
Pasea uno por las callejuelas empedradas de Gamla Stan (la isla que encierra la parte antigua de la ciudad) y tiene la impresión de estar recorriéndose una villa medieval, con multitud de placitas bucólicas, cafeterías con encanto y estatuas de bronce; en ella se encuentra también la catedral y el Palacio Real. Nos topamos en Gamla Stan hasta con dos tiendas de cómics, llenas de cajas y expositores con novedades. Bastante tebeo familiar: resulta que en Suecia no son ajenos a las virtudes de los trabajos más recientes de Joe Sacco o Mazzucchelli.
Descubrimos otras dos tiendas de cómics en la isla de Sodermalm; dicen que esta es la isla bohemia de Estocolmo, el lugar a donde ir de compras o a pasear entre la modernidad juvenil de la capital. Es también la zona de marcha, donde se encuentran los locales de moda (con precios tan prohibitivos como en el resto de la ciudad, eso sí).
Constatamos también que hay ciertos cómics que aparecen en casi todos los escaparates de las librerías suecas: omnipresente es la serie humorística Bronto Berglin, de Jan & Maria Berglin, todo un éxito de ventas; el Rocky de Martin Kellerman (también publicado en nuestro país) es toda una celebridad, sus orejillas plegadas y su aire desaliñado son casi un icono de la vida sueca; también muy popular es el perfil heavymetalero-gótico de Nemi, el famoso personaje de la noruega Lise Myhre, que llegamos a encontrar incluso en versión joyera.
Para seguir ahondando en el mundo de las viñetas nórdicas, nos agenciamos los dos volúmenes de la antología de cómics suecos, From the Shadow of the Northern Lights, que publicó Top Shelf en 2008. Nuestras impresions acerca de los mismos, se las contamos en otro post un día de éstos.
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Ah, las gracias por las fotos a Paco y las gracias por el hogar a Dan.

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