Cuando un inglés señala que algo es “hilarious” (que es la monda), normalmente se refiere, en realidad, a una cualidad del humor más cercana al sarcasmo inteligente y a la agudeza ingeniosa que a la carcajada. Formas de ver la vida y de mirar al mundo, sin duda.
Por ejemplo, hilararious es The Accidental Salad, de Joe Decie, otro de los tebeos que nos hemos traído de nuestra reciente visita a las islas. Es un cómic fantástico, añadimos nosotros. Muy en la línea del humor contemporáneo, basado en el absurdo y en la mirada cínica, mucho más que en la parodia gruesa o el astracán grosero que nos mataba de risa en otros tiempos. El tebeo de Decie es una colección de escenas breves (sketches), presuntamente autobiográficas, aparentemente cotidianas, que nos pasean por los recovecos vitales de un treintañero, artista, dibujante de cómics y padre de un hijo. No es un ejemplo más de slice of life independiente, aunque la recomendación de la contraportada esté firmada por Jeffrey Brown; el cómic de Decie es mucho menos autocompasivo, más cínico y ligero que la obra de Brown. La mirada del autor se posa en las pequeñas incongruencias de nuestra existencia, en esos dejà vues colectivos que en Matrix llamaban “fallos del sistema”, en la revisión del detalle que por habitual pasa desapercibido. Todo ello, narrado desde un yo autoparódico y lleno de ingenio, en el que muchos nos vemos reflejados sin demasiada dificultad:
Haraganeando: Todo el mundo sabe que paso demasiado tiempo enredando delante del ordenador, con la mente en blanco, la mirada perdida, dejándome llevar por su brillo. / Por eso, me prescribieron una temporadita en el campo, sin ordenador ni televisión. / Me pasé toda la semana mirando al fuego delante de la chimenea, enredando, con la mente en blanco, la mirada perdida, dejándome llevar por su brillo.
En cuanto abrimos las páginas de la ensalada de anécdotas accidentales que es el volumen de Decie y nos topamos con sus elegantes acuarelas, realistas y esquemáticas a un tiempo, pensamos en Gipi. Para más inri, el formato elegido por la colección “Chalk Marks” (la línea que Blank Slate ha creado para apostar por jóvenes artistas británicos) nos recuerda sobremanera a los cuadernillos de Sins Entido, en cuya edición pudimos leer el Apuntes para una historia de guerra de Gipi.
El estilo de Decie es, no obstante, mucho más directo y narrativo que el del italiano; al prescindir de intenciones evocadoras, su trazo resulta mucho más elemental y esquemático. En ese sentido, parecería mucho más sensato comparar The Accidental Salad con la obra de Ben Katchor o José Carlos Fernandes, con los que Joe Deci comparte, además, el gusto por el absurdo y la parodia social.
Hemos disfrutado sinceramente las ocurrencias vitales de Joe Decie y su habilidad para plasmarlas sobre el papel, jugando con mecanismos comicográficos y experimentando con su narración. Nos hemos quedado con ganas de seguir indagando en sus “Fun Facts” o en los “Parenting Tips” que salpican su producción. Él nos remite a su página de Internet y sus cómics online, nosotros le tomamos la palabra y les invitamos a ustedes a sumarse a la visita.
Una apuesta editorial ganadora la de Chalk Marks, sin duda.
Una apuesta editorial ganadora la de Chalk Marks, sin duda.
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