lunes, noviembre 04, 2013

De lo barroco, lo grotesco y el underground (II).

Hablábamos de neobarrocos y underground, de cómo las marcas de aquellos se pueden rastrear de algún modo en la proposición estética de estos últimos, desde sus orígenes en los años sesenta hasta sus últimas reformulaciones contemporáneas. Hablábamos de la recién clausarada exposición en el Guggenheim bilbaíno y de aquel precedente salmantino y nos referíamos a otro salmantino, investigador ilustre, que nos ayudaba a guiarnos entre los meandros de lo sublime y lo grotesco.
Paseando los pasillos de la pinacoteca bilbaína, dejándonos llevar por las exuberancias barrocas y sus derivaciones postmodernas y neobarrocas, jugamos también a encontrar paralelismos entre la brocha y el lápiz, entre el lienzo y la viñeta. Descubrimos, por ejemplo, la obra de Faustino Bocchi, pintor italiano a caballo entre los siglos XVII y XVIII, que hizo habitar en sus cuadros a enanos, animales antropomórficos y demás fauna alegórica de esa que tanto gustaba en su época. El astracán al servivio de la enseñanza moral y la crítica del vicio, en una línea semejante a la que otros visitantes ocasionales de este blog, como el Bosco o Brueghel, pusieron también en práctica algunos años antes que Bocchi. Con motivo de algún otro post y alguna otra exposición, ya comentamos lo mucho que las deformaciones alegóricas flamencas nos recordaban al aire caricaturesco de los primeros cómics, hijos decimonónicos de la ilustración. Ahora, nos atreveremos a dar un paso asociativo aún más largo, porque, observando cuadros de Bocchi como su Escena burlesca, en la ostentosa animalización de sus humanos y en la antropomorfización grotesca de sus animales, nos ha parecido ver algunos de los rasgos caricaturescos de un dibujante como Jim Woodring, tan dado al simbolismo y a la fabulación irreverente como Bocchi, el Bosco, Brueghel o Cornelis Saftleven (de quien también había obras en la exposición bilbaína); aunque no comparta con ellos intenciones, ni contextos.
Más. Al Columbia es uno de los enfants terribles del cómic estadounidense. Detrás de la amable caricatura disneyana de personajes como Pim & Francie, el trabajo de Columbia esconde toda la incorrección política del mundo. En este caso, el sentido del underground lo lleva el artista estadounidense en las tripas y lo plasma a través del contraste que sus dibujos marcan entre lo estético y lo irreverente, entre la convención y la trasgresión, la apariencia y el fondo. Algo que también encontramos en el trabajo plástico y escultórico de otro "niño terrible" del arte, el estadounidense Paul McCarthy, un creador que ha hecho de la provocación una forma de vida. Lejos ya de las performances imposibles y los atentados al buen gusto, McCarthy se mueve en los últimos años como un pez en el agua dentro de la transgresión de la arcadia capitalista. En Bilbao pudimos disfrutar de su revisión del cuento de Blancanieves, gracias a su colosal escultura Nieve Blanca y mudito (White Snow and Dopey) y a cuadros como sus Enanitos giratorios. Y pensamos, esto podría ser de Al Columbia.
Nos sorprendió por la violencia de su texturalidad visceral la obra de Glenn Brown, cuadros como La negra del mundo, Carnaval o La felicidad en el bolsillo, cuya crudeza visual sitúan al espectador al borde del rechazo o el desgrado. Es una sensación que también aparecía (y aparece) de forma deliberada en buena parte del comix underground: el feísmo como carta de presentación, la viscera expuesta, el despojo y la carne. Nadie como Dave Cooper ha sabido jugar con la naturaleza metamórfica del cuerpo y la piel. En sus cómics, la realidad alucinada convive con la mutación vírica, con el nervio y el tendón a la vista de todos.
Cerramos con el trabajo de Dana Schutz porque sus coloridas composiciones superpuestas, la ambigüedad de sus personajes, sólo parcialmente figurativos, y el trasfondo trágico que se percibe debajo de la superficie de sus lienzos, también nos ha hecho pensar en la poética underground, en la carga explosiva debajo de la pista de baile, el ácido clorhídrico que fluye por las venas de los perdedores a punto de estallar. De ello habla en algunas de sus obras Brecht Evens, uno de los nuevos talentos del cómic europeo, un autor valioso y valiente que detrás de la intelectualidad de su propuesta alberga algunos de los valores que hicieron importantes a los Robert Crumb y Gilbert Shelton, como la ironía inteligente, la falta de prejuicios gráficos (ese aire suyo tan Chagall) y la libertad creativa. De algún modo, el trabajo de Schutz también nos ha acercado a la figura de Evens.
Caprichos de la memoria asociativa, dirán algunos. Simple jugueteo de semejanzas, podrá ser. En el fondo, no pretendíamos otra cosa que acercarnos al arte y al cómic desde una mirada diacrónica, valorar la posibilidad de que, después de tantas décadas divergiendo, por fin las viñetas (algunas viñetas) parecen correr en paralelo a movimientos, tendencias y escuelas asociadas a las bellas artes. La finalidad del cómic es narrativa, es un hecho, su naturaleza, sin embargo, es dual (gráfica y textual), por eso, nos agrada también encontrar a Crumb en un museo, por lo que su obra (su estilo) tiene y ha tenido de referente visual en la conformación de la mirada presente, de la iconografía del S.XXI. Y por eso nos gusta que comisarios como Bice Curiger no se olviden de Crumb cuando se trata de recorrer algunas de las habitaciones del arte contemporáneo.
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De lo barroco, lo grotesco y el underground (I).

8 comentarios :

Anónimo dijo...

Maravilloso capricho el de la memoria asociativa Sr Varillas, si le parece...añado a ese párrafo literatura, concretamente las irónicas astracanadas de Muñoz Seca y así completamos esos animalillos tan humanizados con doble moral. Bárbaro artículo, para no variar.

Little Nemo's Kat dijo...

Aceptamos a Muñoz Seca como animal sabio de compañia interdiscursiva. Gracias por sus palabras y por la visita.

Abrazos

Anónimo dijo...

Hola Rubén. Jejeje.
Acépteme usted más sabios compañeros de la provocación, tan pop y coloristas, cercanos por temática a Paul Mcarthy, como son Mark Ryden, Marion Peck y la increíble Kelly Haigh.

Nos gustaría un buen artículo de estos que leemos con tanto deleite e interés (sin perdérnos su lectura cada semana), acerca del pop surrealista...con tiempo...y por supuesto, si a usted le interesa.
Saludos.

Little Nemo's Kat dijo...

Gracias, de nuevo, por tanta buena sugerencia. Soy muy fan de Ryden y su surrealismo pop disneyburtoniano. A Peck y Haigh me suena haberlas visto, pero no las tenía muy caladas; me ha gustado especialmente la primera de ellas (bendita irreverencia). De todo este "Big Eyed Art" una de las autoras que más me convencen (sobre todo por su decadentismo funerario) es Bethany Marchman; me compré una obrita suya hace unos años.

Me apunto la idea. Alguna vez hemos hablado de Pop Surrealista. Mire:

http://littlenemoskat.blogspot.com.es/2011/09/la-popaganda-de-ron-english-y-alguna.html

Saludos

Anónimo dijo...

Buena adquisición la de Marchman, muy en línea con la reconocidas Kelly Vivanco, Angelina Wrona o nuestros nacionales Sergio Mora, y Sara Sanz con sus óleos y muñeconas a lo murakami y que tuvimos ocasión de contemplar en esta edición 2013 de JUSTMAD.
También Paul Mcarthy, encuentra nuestras analogías hispánicas en una joven artista emergentes y que usted conoce: Sandra Paula Fernandez (SandraPé) a la que dedicó un gran artículo.
Anímese usted, que poco hay escrito de este tema.
Mis intereses por el surrealismo pop parten desde los cromos que coleccionaba de niña de lovely doll y que ahora me recuerdan a la obra de Kukula y a los ojos con los que me fascina ver a tanta gente tatuada y que plasma de manera delicada Sunny Buick.

Anónimo dijo...

Que incomodidad esté angosto y limitado cuadradito para escribir....(sigo). Me remite usted a su artículo de Ron English y Basquiat y a nuestro querido Pejac. Pues a mayor abundamiento...que también nuestro asturiano Edgar Plans le da un guiño a Basquiat y Victor Castillo con sus terribles niños con narices de payasos son muy a lo Ron. Pejac es indiscutiblemente nuestro BANKSY español, con genialidad propia y que por primera vez lleva el arte urbano al óleo, se había visto al revés pero ¿de esta forma?.La contención de lo urbano.
Se me atropellan en mi cabeza muchos nombres del surrealismo pop, Bonnie Red, la técnica de Nix Turner, más astracanadas irónicas de Heather Watts, Helen Huang, Crajes...
Anímese!
Saludos.
Una amiga.

Little Nemo's Kat dijo...

Wow, menuda clase magistral... Si algún día me animo a profundizar en el tema, empezaré por estudiarme los comentarios de esta entrada.

Gracias por la visita y la revisión pop ;)

Anónimo dijo...

¡Uy! Se agradecen sinceramente sus palabras, carbayón. Que me lo diga usted ¡me parece un verdadero lujo!. :)