 Más de arte. Entre el 18 y el 22 de julio tuvo lugar la vigésimo primera edición de ArteSantander en la capital cántabra. Con una afluencia de público moderada y pocas ventas, la exposición nos permitió extraer pequeñas conclusiones acerca del estado general del mundo de las galerías y las exposiciones de arte contemporáneo en estos tiempos de crisis.
Más de arte. Entre el 18 y el 22 de julio tuvo lugar la vigésimo primera edición de ArteSantander en la capital cántabra. Con una afluencia de público moderada y pocas ventas, la exposición nos permitió extraer pequeñas conclusiones acerca del estado general del mundo de las galerías y las exposiciones de arte contemporáneo en estos tiempos de crisis. Pero vayamos por partes y acerquémonos con más detalle a las propuestas planteadas en ArteSantander 2012. Estudio Ariza, de Tenerife, presentaba diferentes piezas de La floresta mágica, del cubano Manuel Mendive, una serie de témperas, bastones de madera decorados y cuadros sobre madera troquelada que recrean, dentro de su surrealismo mágico, motivos de bosques encantados muy en la línea de la tradición pictórica vanguardista caribeña; por su uso del color y la temática elegida, a nosotros nos recordó mucho al trabajo de un ilustrador ya mítico, Maurice Sendak. También la madrileña Blanca Berlín se movió en territorios próximos a la ilustración infantil gracias a una colección de dibujos y acuarelas sobre papel con un aire naïve e informal y un punto desasosegante, firmadas por The Children Pox (el español Juan Zamora y la belgo-mexicana Alejandra Freymann). Otro tanto hacía Aranapoveda, al presentar el trabajo My animal dance, de una artista que nos gusta, Rosana Antolí, compuesto por varias piezas de pequeño tamaño, una videoinstalación y un gran dibujo central (habitado por bellas jovencitas en un contexto zoológico), que podrían haber estado firmadas por Howard Cruse en un mano a mano con Shintaro Kago; una mezcla sólo aparentemente imposible, que funcionaba muy bien sobre todo en las piezas más grandes. Los dibujos que ocupaban los muros de la valenciana pazYcomedias no eran de Shaun Tan, que así lo parecían, sino de Sergio Luna, y debían su cualidad hiperrealista al uso virtuoso de la tinta china por parte de su autor. La propuesta de Diego del Pozo Barriuso, en la salmantina Adora Calvo, resultó mucho más mecánica y estilizada, con su juego cruzado de diagramas, letreros y dibujos antropomórficos próximos a la estética de la señalética (muy a lo Julian Opie o Rutu Modan).
Pero vayamos por partes y acerquémonos con más detalle a las propuestas planteadas en ArteSantander 2012. Estudio Ariza, de Tenerife, presentaba diferentes piezas de La floresta mágica, del cubano Manuel Mendive, una serie de témperas, bastones de madera decorados y cuadros sobre madera troquelada que recrean, dentro de su surrealismo mágico, motivos de bosques encantados muy en la línea de la tradición pictórica vanguardista caribeña; por su uso del color y la temática elegida, a nosotros nos recordó mucho al trabajo de un ilustrador ya mítico, Maurice Sendak. También la madrileña Blanca Berlín se movió en territorios próximos a la ilustración infantil gracias a una colección de dibujos y acuarelas sobre papel con un aire naïve e informal y un punto desasosegante, firmadas por The Children Pox (el español Juan Zamora y la belgo-mexicana Alejandra Freymann). Otro tanto hacía Aranapoveda, al presentar el trabajo My animal dance, de una artista que nos gusta, Rosana Antolí, compuesto por varias piezas de pequeño tamaño, una videoinstalación y un gran dibujo central (habitado por bellas jovencitas en un contexto zoológico), que podrían haber estado firmadas por Howard Cruse en un mano a mano con Shintaro Kago; una mezcla sólo aparentemente imposible, que funcionaba muy bien sobre todo en las piezas más grandes. Los dibujos que ocupaban los muros de la valenciana pazYcomedias no eran de Shaun Tan, que así lo parecían, sino de Sergio Luna, y debían su cualidad hiperrealista al uso virtuoso de la tinta china por parte de su autor. La propuesta de Diego del Pozo Barriuso, en la salmantina Adora Calvo, resultó mucho más mecánica y estilizada, con su juego cruzado de diagramas, letreros y dibujos antropomórficos próximos a la estética de la señalética (muy a lo Julian Opie o Rutu Modan). También nos gustó redescubrir en Ethall, de Barcelona, la premiada obra de Martín Vitaliti (ha obtenido el premio Museo ABC de Dibujo este mismo año), un amigo reciente de este blog, que basa sus obras inclasificables (¿instalaciones, decoupage, collage, assemblage?) en el apropiacionismo, no sólo de las técnicas del cómic, sino del cómic físico en sí mismo.
También nos gustó redescubrir en Ethall, de Barcelona, la premiada obra de Martín Vitaliti (ha obtenido el premio Museo ABC de Dibujo este mismo año), un amigo reciente de este blog, que basa sus obras inclasificables (¿instalaciones, decoupage, collage, assemblage?) en el apropiacionismo, no sólo de las técnicas del cómic, sino del cómic físico en sí mismo. En una línea completamente diferente, nos gustaron mucho los fotocollages sobre acetato de Simon Edmonson, en Álvaro Alcázar; las falsas composiciones espaciales tridimensionales de Nicolas Grospierre (en Alarcón Criado); las preciosas y atmosféricas fotografías granuladas de Petra Lindholm, de la berlinesa Collectiva; y la efectista y técnicamente perfecta propuesta de Sicart, con los murales y las cajas de neón de Fernando Navarro Viejo.
En una línea completamente diferente, nos gustaron mucho los fotocollages sobre acetato de Simon Edmonson, en Álvaro Alcázar; las falsas composiciones espaciales tridimensionales de Nicolas Grospierre (en Alarcón Criado); las preciosas y atmosféricas fotografías granuladas de Petra Lindholm, de la berlinesa Collectiva; y la efectista y técnicamente perfecta propuesta de Sicart, con los murales y las cajas de neón de Fernando Navarro Viejo. Un año más, Santander ha sido un foco de interés artístico dentro del verano español. Esperemos que no sea la última, a la vista del negocio (la ausencia del mismo) surgido a su alrededor, pese a que, esta vez, la entrada al recinto era gratuita.  Como suponemos que las instituciones locales y regionales (que están  entre los "inversores" más fiables en este tipo de eventos) tampoco han  aliviado en demasía la falta de actividad comercial, cada vez nos cuesta más atisbarle un futuro optimista a la miriada de ferias y exposiciones de arte contemporáneo que han florecido en nuestro país durante los años de abundancia y derroche. Tendrán que empezar por abaratar o incluso ofrecer el espacio expositor de forma gratuita a las galerías y, luego, cruzar los dedos para que esos ricos que, nos dicen, lo son cada día más, entre la desgracia colectiva, sigan pensando que el arte es un buen campo de inversión. Sea como fuere, ojalá a ArteSantander le queden muchos años de vida y mejor salud, y que Superman nos pille confesados.
Un año más, Santander ha sido un foco de interés artístico dentro del verano español. Esperemos que no sea la última, a la vista del negocio (la ausencia del mismo) surgido a su alrededor, pese a que, esta vez, la entrada al recinto era gratuita.  Como suponemos que las instituciones locales y regionales (que están  entre los "inversores" más fiables en este tipo de eventos) tampoco han  aliviado en demasía la falta de actividad comercial, cada vez nos cuesta más atisbarle un futuro optimista a la miriada de ferias y exposiciones de arte contemporáneo que han florecido en nuestro país durante los años de abundancia y derroche. Tendrán que empezar por abaratar o incluso ofrecer el espacio expositor de forma gratuita a las galerías y, luego, cruzar los dedos para que esos ricos que, nos dicen, lo son cada día más, entre la desgracia colectiva, sigan pensando que el arte es un buen campo de inversión. Sea como fuere, ojalá a ArteSantander le queden muchos años de vida y mejor salud, y que Superman nos pille confesados.____________________________________________________________
(Actualización: 23-agosto-2012):
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