miércoles, marzo 23, 2022

Un Tatsumi de colección

Parece ser que en España hay coleccionistas de originales que tienen en su poder planchas y planchas de Harold Foster e incluso de Winsor McCay. Llevamos ya muchos años en esto del coleccionismo de cómics originales y, por eso, somos bien conscientes de nuestras limitaciones. Para el pequeño coleccionista, aquel sin muchos posibles ni un patrimonio familiar del que rascar, hay muchos autores y piezas aparentemente inaccesibles, y no nos referimos ya a los llamados "griales" (planchas únicas de referencia o con cierta trascendencia histórica), sino a originales de dibujantes específicos cuyas obras cotizan a muchos miles de euros. Nos gustaría hacernos con un Ware o un Clowes, claro, y aún más con un McCay, un Foster o Raymond, pero, a riesgo de hipotecar una pecunia de la que carecemos, los coleccionistas de pequeña monta tenemos que conformarnos con gastar muy ocasionalmente algunos cientos de euros aquí y allá, a la espera de un golpe afortunado, una "oportunidad de mercado" o alguna cacería de "piezas menores", movidos por el afecto, la admiración lectora o la idolatría personal.

Hay dibujantes a quienes ni el pequeño ni el gran coleccionista tienen acceso, bien porque sus dibujos raramente se ponen a la venta o porque pertenecen a mercados cuyas barreras idiomáticas o mercantiles dificultan transacciones fluidas. Algo de ello pasa, por ejemplo, con  los nombres míticos del manga. No se trata ya de que nosotros no tengamos acceso a originales de Tezuka, Tsuge o Mizuki, sino de la circunstancia de que nunca hemos visto sus obras en el mercado, ni en webs ni en casas de subastas. Por eso, nos sorprendió mucho descubrir hace unos días a un usuario de Ebay (un tal sahkha) que había puesto a la venta varias decenas de páginas originales de uno de esos maestros del manga de los que venimos hablando: el gran Yoshihiro Tatsumi.

Tatsumi pasa por ser el padre del manga gekiga (cómic japonés para adultos caracterizado por su contenido dramático y, en algunos casos, autobiográfico). Él mismo se encargó de contarnos su historia y la del gekiga en ese cómic monumental que es Una vida errante (publicado por Astiberri en nuestro país en dos volúmenes). A autores pioneros como Tatsumi está dedicado también Los locos del gekiga, el cómic de Masahiko Matsumoto que recientemente ha publicado Satori Ediciones.


Los originales de Tatsumi disponibles (nos parece que aún queda alguna de las páginas inicialmente en venta) no eran grandes piezas. Se trataba de obras de juventud, cómics en los que se podía adivinar la bisoñez de un autor llamado a grandes cosas, pero todavía en busca de un estilo y con un trazo inmaduro. Su valor principal reside en que estas páginas de Tatsumi son el testimonio palpable de un avance histórico dentro del cómic japonés, el nacimiento de un género. Nos parece interesante reproducir aquí la descripción que hace el tal sahkha de sus páginas en venta:

This one of a kind piece was originally published in 1962 from Tokyo Top Sha.The Title of this story is オリにかえれ (Go Back to the Cage), written in May, 1962, then had been published as a newly drawn story collection for book-lending shops which was popular in Japan from the late 1950s to early 1960s. At that time, these original drawings were outright purchase by the publisher. Many of the originals were cut and sent to the readers as a direct sales service. I purchased these pages about 30 years ago from the collector who had directly purchased them from the publisher. This is one page of the total 138 pages story. Not a complete set, so I decided to sell them individually.

De entre los muchos originales disponibles, nos decidimos por el que les mostramos aquí abajo. Es una página de situación en la que no aparecen personajes principales ni se muestra al protagonista de la historia. ¿Cómo explicamos esta elección aparentemente "descolorida"? En primer lugar, debido a la bisoñez del joven Tatsumi en el diseño de personajes, nos interesaba poco la presencia de personajes. Tampoco creemos que ese sea el punto fuerte del Tatsumi adulto. Lo que más nos gusta de este maestro del manga es su capacidad para mostrar gráficamente la desolación del ser humano y su bajada a los infiernos, su alienación y su incapacidad para enfrentarse a los nuevos tiempos. Por eso nos inclinamos por esta escena de multitudes en una estación de metro, una localización en la que la individualidad humana parece reducirse a la insignificancia entre la multitud. Un motivo muy tatsumiano, si se nos permite la expresión.

martes, marzo 01, 2022

Esenciales ACDC 2021 (segundo semestre)

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España publica su relación de “cómics esenciales” correspondientes a la segunda mitad de 2021. 

La lista la conforman treinta y cinco obras elegidas entre todos los cómics publicados en España entre junio y diciembre del presente año.

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta la segunda ronda de sus ‘Esenciales 2021’, una selección de cómics con la que esta organización pretende fijar la atención sobre algunas de las obras más destacadas de entre las editadas en nuestro mercado. Está formada por 35 obras publicadas entre julio y diciembre de 2021 elegidas en votación por 42 de los integrantes de la ACDCómic. En lo que respecta a la presente selección, contiene una variada muestra de lo que ha ofrecido el mercado del cómic en nuestro país en lo que va de año. Así, encontramos propuestas nacionales como Doña Concha: La rosa y la espina, de Carla Berrocal, La mentira por delante de Lorenzo Montatore o Hola Siri, de Marta Cartu. En cómic internacional, el listado tiene muestras de lo que nos ha llegado de Europa, Estados Unidos y Asia. Del viejo continente destacan títulos como En la cabeza de Sherlock Holmes, de Cyril Lieron y Benoit Dahan, Vernon Subutex de Luz y Virginie Despentes o Celestia, de Manuele Fior. De entre los llegados del otro lado del Atlántico destacan obras como Rorschach, de Tom King y Jorge Fornés, clásicos como Melvin Monster, de John Stanley y propuestas como El secreto de la fuerza sobrehumana de Alison Bechdel. En cuanto a cómic asiático destacan mangas como Tokyo Revengers de Ken Wakui, Arte de Kei Ohkubo o Rastros de sangre de Shuzo Oshimi. 

Esta selección se presenta como una herramienta para animar a lectores, bibliotecas, libreros y otro tipo de colectivos culturales a descubrir obras destacadas. Los ‘Esenciales’ para el segundo semestre de 2021 son:

Novedades

  • ¿Y a ti que te ha pasado?, de Jenny Jordahl (Liana Editorial)

  • Acabé hecha un trapo huyendo de la realidad, de Kabi Nagata (Fandogamia)

  • Arte, de Kei Ohkubo (Arechi)

  • Blacksad 6: Todo cae, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido (Norma Editorial)

  • Celestia, de Manuele Fior (Salamandra) 

  • Corto Maltés: Océano negro, de Martin Quenehen y Bastien Vivès (Norma Editorial)

  • Doña Concha: La rosa y la espina, de Carla Berrocal (Reservoir Books)

  • El club de los libros prohibidos, de Kim Hyun Sook, Ryan Estrada y Ko Hyung-Ju (Sapristi)

  • El dibujado, de Paco Roca (Astiberri)

  • El fin del gran arte, de Julio César Pérez (Belleza Infinita)

  • El lobo en calzoncillos y el cascaavellanas, de Lupano, Itoïz y Cauuet (Astronave)

  • El secreto de la fuerza sobrehumana, de Alison Bechdel (Reservoir Books)

  • En la cabeza de Sherlock Holmes, de Cyril Lieron y Benoit Dahan (Norma Editorial)

  • Fiuuu y Graac, de Max (La Cúpula) 

  • Haikyu!, de Haruichi Furudate (Planeta Cómic)

  • Hay algo matando niños, de James Tynion IV, Werther Dell’ Edera y Miquel Muerto (Planeta Cómic)

  • Hola Siri, de Marta Cartu (Autoedición)

  • Holms y Piorot. El caso de los cadáveres exquisitos, de Jali (Diábolo Ediciones) 

  • La mentira por delante, de Lorenzo Montatore (Astiberri)

  • La verdadera historia de Futurópolis, de Florence Cestac (Dolmen Editorial) 

  • Melvin Monster, de John Stanley (Diábolo Ediciones)

  • My broken Mariko, de Waka Hirako (Milky Way)

  • Nightwing, de Tom Taylor, Bruno Redondo y Adriano Lucas (ECC Ediciones) 

  • Nimona, de Noelle Stevenson (Astiberri)

  • Parker, de Darwyn Cooke (Astiberri)

  • Piel de hombre, de Hubert y Zanzim (Norma Editorial)

  • Pulp, de Ed Brubaker, Sean y Jacob Phillips (Panini Cómics) 

  • Rastros de sangre, de Shuzo Oshimi (Milky Wat)

  • Rorschach, de Tom King, Jorge Fornés y Dave Stewart (ECC Ediciones)

  • Tokyo Girls, de Akiko Higashimura (Planeta Cómic)  

  • Tokyo Revengers, de Ken Wakui (Norma Editorial)

  • Tótem, de Laura Pérez (Astiberri)

  • Vernon Subutex, de Luz y Virginie Despentes (Salamandra)  

  • Villanueva, de Javi de Castro (Astiberri)

ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. La asociación se constituyó en 2012 con la voluntad de colaborar en la difusión del trabajo que ya desarrollan sus miembros de forma individual, emprender iniciativas conjuntas que no se podrían afrontar de forma separada y servir de interlocutor ante otros colectivos o instituciones.

En la selección de los Esenciales del primer semestre de 2021 han participado 42 miembros de ACDCómic: Anna Abella, Bamf, Manuel Barreiro, Josep M. Berengueras, David Brieva, Jordi Canyissà, Oriol Estrada, David Fernández de Arriba, Nerea Fernández Rodríguez, Iván Galiano, Alberto García Marcos, Diego García Rouco, Manuel González, Julio   Andrés Gracia Lana, Óscar Gual, Cristina Hombrados. Kike Infame, Raúl Izquierdo, Ander Luque, Jota Lynnot, Eduardo Maroño, Javier Marquina, Elena Masarah, Diego Matos, Pedro Monje, Francisco Naranjo, Jordi T. Pardo, Quim Pérez, Carolina Plou, Mónica   Rex, Iria Ros, Juan Royo, Kiko Sáez de Adana, José Andrés Santiago, Óscar Senar, Xavi Serra, Jose A.  Serrano, Jon Spinaro, Raúl Tudela, Jaume Vilarrubi, Gerardo Vilches y Yexus.

 

sábado, febrero 05, 2022

Saqueo, de Fredrik Peeters. Visiones bulímicas para el apocalipsis

El título del cómic más personal y heterodoxo de Frederik Peeters no sólo tiene resonancias ecologistas, sino que, en un sentido holístico y desesperanzado, podría interpretarse como una mirada diacrónica a la historia de la humanidad. Nos marca el camino hacia el fin de los días.

En el prólogo de la obra, el dibujante suizo comenta que Saqueo recoge "la gran destrucción del mundo, el alboroto frenético de los seres humanos, el hundimiento del sueño salvaje, la enorme melancolía occidental, y la tendencia que tengo desde hace años de volver una y otra vez a la novela Stalker. Picnic extraterrestre, de los hermanos Strugatski, por sentir que en ella hay una puerta de entrada para crear paralelismos y dar forma a esas sensaciones". Vayamos por partes.

Saqueo arranca con intenciones distópicas que no resultan novedosas (menos aún en estos días pandémicos): sitúa al lector en un contexto postapocalíptico nuclear y le embarca en un viaje vertiginoso y desordenado por los escenarios de la catástrofe. Nuestro guía en ese periplo será un hombrecillo fosforescente, un viajero mutante y silencioso que por momentos parece deshacerse en hebras de carne sintética para después reconstruirse y retomar el camino. A su lado, como un escudero sin rostro, camina un niño-espejo delicuescente, reflejo inmaterial de su acompañante y remembranza de un tiempo que nunca volverá. 

Parece que estamos cayendo en la abstracción, pero ese es precisamente el tono que nos marca este cómic inclasificable. Cada página está ocupada por una única ilustración repleta de ideas, personajes, conceptos y lecturas diferentes. Como si Peeters hubiera intentado capturar la inmensidad cuántica en cada una de ellas. El empleo del bolígrafo añade una riqueza inabarcable de detalles y texturas a cada una de sus planchas. Las define Peeters como "visiones bulímicas"; imágenes que se alimentan de tantas referencias artísticas e iconográficas que resulta inútil intentar describirlas de forma aislada. La narración en la que se integran nos invita a dejarnos llevar por el vértigo de un viaje a ninguna parte: desastres naturales, guerras, catástrofes ecológicas y dramas humanos se suceden en una cronología del apocalipsis que define la historia de la humanidad desde sus orígenes. Las ideas y las imágenes implosionan, como descargas surrealistas, en conceptos e ideas que nos permiten intuir la huella de alguna verdad superior que nunca llegamos a descifrar del todo, pero que empuja siempre en una misma dirección: la de una desolación atemporal que, lamentablemente, parece no tener solución.

Ejercicio de estilo, prodigio gráfico-narrativo, pesadilla distópica... el cómic de Peeters no es un cómic de ciencia ficción al uso ni una lectura consoladora, pero, si uno está dispuesto a aceptar el pacto narrativo y a dejarse llevar por su torrente de imágenes, Saqueo garantiza una experiencia singular y turbadora.