martes, enero 06, 2015

Lo mejor de 2014. Nuestro listón de Reyes

Dicen que es sano cambiar de tradiciones de tanto en cuanto (sobrellevando el grado de esquizofrenia que la propia afirmación implica, suponemos), pero si hay algo de lo que nadie parece dispuesto a prescindir durante estas fechas es de esa mortificante y al mismo tiempo placentera afición de hacer listas que inunda blogs, revistas y canales televisivos cada comienzo de año. No vamos a ser máso menos que otros; así que, otra vez, les regalamos nuestra selección de los mejores cómics de 2014 en riguroso y subjetivo desorden:
Fabricar historias (Reservoir Books-Random House), de Chris Ware: cerrábamos 2012 recomendandoles la edición americana de Building Stories, del maestro Ware, y cerramos este 2014 haciendo lo propio con la inmaculada adaptación al español de la misma. Sin medias tintas, si exceptuamos a Robert Crumb, Ware es probablemente el autor de cómics más importante e influyente del momento. De hecho, más que como dibujante, deberíamos atender a su influencia en el arte, el diseño, la ilustración y la narración comicográfica actual. Del mismo modo, Fabricar historias es mucho más que un cómic o una obra única. La caja de Ware es todo un tratatum comicographicum; una colección de narraciones gráficas en diferentes formatos que, detrás del retrato biográfico y psicológico de la joven coja protagonista, nos permite viajar al futuro del cómic y no enseña algunas de las vías que seguirán futuros autores en la consolidación de la llamada novela gráfica. Objeto artístico y obra maestra.
La Gran Guerra (Reservoir Books – Random House), Joe Sacco: otro cómic que tampoco es un cómic, pero que, en este caso, nos remite a los antecedentes del cómic: a las columnas talladas, los frisos y tapices secuenciados de la Historia del Arte. Joe Sacco, asentado en su papel de dibujante excelso, ha decidido "condensar" todas las atrocidades de la Primera Guerra Mundial en un dibujo-trayecto de más de siete metros, en el que desarrolla los trágicos acontecimientos de la Batalla del Somme. El resultado es un ejercicio fascinante elaborado con una minuciosidad de amanuense: una enorme secuencia dibujada que consigue transmitir el desasosiego de la derrota, al mismo tiempo que funciona como cuadro de costumbres en el mismo frente de las trincheras. Un objeto de colección y un cómic "diferente". 
Cuadernos rusos (Ediciones Salamandra), de Igort: el pasado resuena como una explosión en la obra de Sacco, pero sangra de verdad en la de Igort. Últimamente leemos sus cómics con el estómago encogido. Si ya no era fácil sobreponerse la exhibición de atrocidades estalinistas que relataba en Cuadernos ucranianos con la escrupulosa exactitud del cronista, su trabajo en Cuadernos rusos es todavía más lacerante. Aunque sea tan sólo por la proximidad cronológica de lo que en él se relata. Igort nos acerca a un conflicto muy presente: el que se desarrolla entre Rusia y Ucrania, entre rusos y chechenos, entre la historia soviética y sus repúblicas convalecientes. A partir del asesinato de la periodística y defensora de los derechos humanos Anna Polistkóvskaya, Igort nos empuja hacia las alcantarillas del estado, el dinero y el fundamentalismo. Como quien escribe un diario ilustrado, se nos muestran las torturas y asesinato impunes y se nos "invita" a escuchar sobrecogidos los testimonios en primera persona de las verdaderas víctimas de un conflicto en el que los únicos que parecen sobrevivir son los que cada vez recuerdan menos a seres humanos.
Las guerras silenciosas (Norma Editorial), de Jaime Martín: lo confesamos, de la larguísima nómina de autores que dibujaban en El Víbora, Jaime Martínez fue uno de nuestros favoritos; seguíamos sus aventuras de extrarradio y pillaje en Sangre de Barrio y Los primos del parque con fervor adolescente. Siempre nos pareció que sus historias destilaban honestidad y mucha verdad. Desde hace unos años, Martín ha adoptado un tono más serio y trascendente, pero no ha perdido nunca aquella honestidad que tantas veces sonaba a confesión autobiográfica. Eso sí, cada vez dibuja mejor. Nos gustó su Lo que el viento trae, pero lo ha hecho aún más Las guerras silenciosas. En él, nos relata nada menos que las "batallitas" de la mili de su padre en el norte de África. Batallitas en nada inocentes que se escondían detrás del soterrado y frío conflicto de la disputa colonial entre Marruecos y España (a veces más sangriento de lo que la Historia nos suele recordar). Y al mismo tiempo que "escuchamos" al padre de Jaime Martín contándonos su historia, en un recurso muy "spiegelmaniano", asistimos a la creación de la historia, a la tramoya y el proceso de construcción del cómic, desvelados por el propio Jaime Martín, quien, como personaje de su propio cómic, nos descubre sus dudas, sus conversaciones privadas con los protagonistas reales y las horas de dibujo en la mesa hasta completar Las guerras silenciosas.
Come prima (Ediciones Salamandra), de Alfred: un viaje, dos hermanos y cientos de deudas que saldar. La nueva novela gráfica de Alfred hurga en la historia familiar de unos personajes carcomidos por el pasado y nos deja echarle un vistazo a la caja negra de los hermanos Giovanni y Fabio. Su reencuentro será el punto de partida de un relato que nos invita a reflexionar acerca de las elecciones vitales y las consecuencias que cada nuevo viraje en el camino comporta.Come prima es la historia de un viaje que, como suele suceder, muestra una doble vía, geográfica y psicológica, a la vez que estructura narrativamente el relato. El dibujante francés aprovecha este tránsito para desplegar su eclecticismo gráfico, jugar con la temporalidad del relato y deleitarnos con un empleo poderosamente simbólico del paisaje, en el que es uno de los mejores y más líricos cómics de este 2014.
La entrevista (Ediciones Salamandra), de Manuele Fior: como ya hiciera en Cinco mil kilómetros por segundo, el italiano nos demuestra que lirismo y suspense no están reñidos. Con unos recursos narrativos no muy diferentes de los que hemos mencionado en el cómic de Alfred (uso simbólico del paisaje, variedad gráfica, anisocronías, etc.), Fior construye una historia de ciencia-ficción con comienzo y espíritu costumbristas. Sorprende que un cómic que destaca por la calidad de sus diálogos, lo haga también por su uso maestro de los silencios y las elipsis a la hora de hacer avanzar el relato con inteligencia y naturalidad. Y es que, detrás de su original argumento y de la red de relaciones que conecta a sus personajes, La entrevista es un cómic que invita a una reflexión filosófica comprometida y serena.
Unahistoria (Ediciones Salamandra) de Gipi: cerramos el círculo de las novelas gráficas con poso lírico (y el del catálogo de Salamandra) con la nueva obra maestra de un maestro. Gipi es uno de los narradores avezados de este S. XXI. Su obra está llena de ejemplos en los que el italiano pone a prueba al lector gracias a un manejo innovador del lenguaje comicográfico que, a pesar de la tentadora invitación luminosa de sus acuarelas, no admite la contemplación pasiva. Los cómics de Gipi son exigentes y simbólicos, su uso de la temporalidad es deliberadamente enrevesada y fragmentaria; y la variedad de estilos gráficos que esgrime tiene siempre una razón de ser en el conjunto de cada trabajo. En Unahistoria se nos invita nada menos que a navegar por el interior de la mente de su protagonista: a desenredar la madeja de su pasado y su locura, al mismo tiempo que intentamos entender por qué las guerras de otros tiempos (las de su bisabuelo, por ejemplo) suelen dejar víctimas colaterales incluso muchas décadas después. El nuevo cómic de Gipi es un trabajo preciosista, profundo y conmovedor. Una tentación para lectores atrevidos.
He visto ballenas (Astiberri), de Javier Isusi: seguramente el mayor defecto de He visto ballenas sea la equidistancia (un tanto surbayada y forzada) en su insistencia por igualar el dolor y el peso de las victimas del largo tránsito terrorista generado por la banda asesina ETA. Pero quizás de ese punto de partida, de esa búsqueda de neutralidad, surja también la mayor de las virtudes de la obra de Isusi: la ausencia de juicios morales, a favor de la historia. He visto ballenas es un alegato único y diáfano en contra de la violencia, cualquier tipo de violencia; y es el relato trágico de los efectos de las armas en las víctimas que las sufren. A través de su galería de personajes (miembros de la ETA y el GAL, hijos de asesinados, sicarios, curas, familiares de presos, etc.) y su relación directa o indirecta con el mundo del terrorismo, Isusi construye una historia cargada de emociones y conducida con un pulso narrativo firme y medido. La intrahistoria de esos personajes, su lucha diaria por seguir hacia adelante y superar la carcoma del dolor que no cesa, favorecen un relato clásico, que penetra directo en la epidermis del lector. Una historia de mérito.
Habitaciones íntimas (Bang Ediciones), de Cristina Spanó: evanescente, ligero y delicado, así es este cómic de la italiana Cristina Spanó. Sucede a veces que los detalles y las anécdotas triviales dejan en nuestra biografía una huella más profunda que los grandes gestos o los acontecimientos solemnes. Habitaciones íntimas es la colección de esos pequeños episodios existenciales que modelan de forma trascendente la biografía de su personaje principal, la niña Camilla que al final del cómic ya es mujer. El estilo suelto, modulado y sutil de Spanó, contribuye a dotar a su historia de una atmósfera vaporosa y lírica, que nos sitúa en el territorio intangible de los recuerdos y la imaginación. Lo tonos pastel y las pinceladas sueltas y sinuosas de Habitaciones íntimas además colaboran a crear una atmósfera cargada de nostalgia y recuerdo en la que todos nos encontramos de un modo u otro, y en la que todos participamos con la emoción de nuestra propia experiencia.
Aquel verano (La Cúpula), de Jillian Tamaki y Mariko Tamaki: un padre camina por la noche entre árboles en dirección hacia un casa de campo tenuemente iluminada. Lleva a su hija apaciblemente dormida en brazos. No hay mejor metáfora de la protección, de ese refugio al que todos desearíamos escapar de vez en cuando. Con esa escena se abre Aquel verano, la premiada novela gráfica de las hermanas Tamaki, la historia de un verano en la vida de las niñas Rose y Windy durante sus vacaciones anuales en el bucólico pueblecito de Awago Beach. El verano, otro paraíso perdido que sólo los niños entienden en su plenitud. Viviremos Aquel verano entre chapuzones y juegos infantiles, descubriremos los pequeños secretos de Awago Beach junto a sus protagonistas, y al mismo tiempo sospecharemos con ellas que los años y el tiempo no nos hacen más libres, sino más serios y tristemente solemnes. Jillian y Mariko Tamaki son dos autoras tan sensibles y perceptivas que desde la primera página consiguen sumergir al lector en su historia de pequeñas aventuras estivales y despertar en él sentimientos olvidados que, no obstante, casi todos compartimos. Concluida la lectura, parece imposible que los personajes de Aquel verano no existan de verdad fuera de sus páginas y nos tendrían que convencer con un mapa en la mano de que  Awago Beach no es más que un refugio de ficción. Sólo entonces echaremos una lagrimita de nostalgia reprimida.
Ojo de Halcón 7-12. Pequeños aciertos (Panini Cómics), de Matt Fraction y David Aja: otros que repiten (que deben repetir) entre lo mejor del año; por cortesía de Panini y su segundo tomo recopilatario de unos comic-book llamados a "reinventar" (por enésima vez) la estética/poética superheroica de las grandes editoriales norteamericanas. Matt Fraction tiene la llave del suspense; sus guiones combinan la acción más efervescente con dosis milimetradas de comedia y tragedia. Los diálogos de los personajes están cargados de calle y los escenarios de la acción huelen a pizza, perritos calientes, basura y humedad. ¡Y qué decir de la versión flat design retropop de Ojo de Halcón que ha creado David Aja! Es un prodigio de sincretismo icónico y sofisticación visual y narrativa. Además, en este tomo recopilatorio se incluye el "comic-book del perro", uno de los mejores tebeos de superhéroes que leerán ustedes en años. No se había visto nada igual desde Orwell y su granja o Tolstoi y su caballo: señalética pura y dura para contarnos una historia de héroes desde el punto de vista de un can. Un portento de imaginación y clase en la era post-Ware.
La enciclopedia de la Tierra Temprana (Impedimenta), de Isabel Greenberg: una historia que se lee como los niños oían los cuentos de sus abuelos sentados junto a la lumbre, con la cara iluminada. Greenberg dibuja su cómic como si fuera una orfebre, o una tejedora de tapices, o una ilustradora de otra época. Así, con mimbres entresacados del folclore, de la tradición oral y de la cuentística popular, La enciclopedia de la Tierra Temprana conforma una historia de historias, una cosmogonía de ficción habitada por sus propios dioses y reyes, surcada por desconocidas geografías inhóspitas y al arbitrio de unas leyes que no parecen existir más que en la fantasía caleidoscópica que da forma a sus páginas. El cómic de Greenberg es una pequeña enciclopedia de ficción popular, una colección de cuentos que, a escala, nos muestra la deriva de seres humildes, niños, hombres y mujeres, que intentan luchar contra un destino adverso. Como nos contaban nuestros abuelos.
Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero (Impedimenta), de Martin Rowson:  el Tristram Shandy, de Laurence Sterne, anticipó a mediados del siglo dieciocho algunos de los rasgos esenciales de la novela moderna: la autorreferencia, la ironía, la digresión infinita o el empleo rupturista de la cesura. Fue, como señala el mismo Martin Rowson (convertido en personaje "invitado" de su personal revisión del libro de Sterne), "la primera gran antinovela sobre el acto mismo de escribir una novela". Adaptar al cómic una obra de este calibre era un reto mayúsculo, del que el británico Martin Rowson sale airoso gracias a su extremado ingenio y a su inusual talento gráfico (como también lo hiciera en su día el brillante Michael Winterbottom con la correspondiente adaptación cinematográfica). Rowson recurre a un estillo de dibujo deudor de la ilustración clásica inglesa (Gillray, Cruikshank, Rowlandson) y el underground de los 60, para ilustrar minuciosamente la gestación y nacimiento accidentado del mutilado caballero Tristram Shandy. Como sucede en la obra original, el cómic de Rowson abunda en rupturas narrativas, interrupciones y audacias textuales (y visuales, en este caso), que sorprenden al lector desprevenido a cada paso de un relato que nunca parece llegar a arrancar. Con inteligencia,Vida y opinions de Tristram Shandy, caballero revela conscientemente su naturaleza comicográfica y además de jugar con el metalenguaje, nos remite en no pocos momentos a la historia clásica del cómic universal; en un guiño al mismo tiempo postmoderno y respetuoso con la inclasificable novela original. Un "anticómic" muy exigente, complejo e increíblemente dibujado.
Las Meninas (Astiberri), de Santiago García y Javier Olivares: Santiago García nos cuentan a Velazquez a través de Foucault, a traves de la mirada múltiple, con la palabra redoblada en imágenes, en viñetas. Reflexiones biográficas en torno al genio, a la diferencia entre el oficio y el arte, a la búsqueda de la inspiración. Y para ilustrar la vida y obra del más clásico y genial de nuestros pintores, Las Meninas esgrime el genio del más heterodoxo y vanguardista de nuestros dibujantes, don Javier Olivares, el Murnau del cómic español. Espejos y más espejos. El de García y Olivares es un cómic que se adentra en la Historia del Arte con un sombrero postmoderno de ala ancha y que recurre al cuadro mítico del genio sevillano para hablar en realidad del arte español y de España. Las Meninas se construye como un tapiz de relatos fragmentados (digresiones explicativas, metarrelatos paródicos, autorreferencia y mucha interdiscursividad) que, a base de ironía e inteligencia, consigue pintar un gran cuadro del proceso creativo, de Velazquez y de su huella posterior. Hasta llegar a este cómic que tenemos entre manos.
La técnica del perineo (Diábolo Ediciones), de Ruppert y Mulot: traía este tándem de artistas franceses cierta fama de malditismo. Lo anunciaban los críticos más avezados, sus obras se mueven entre el experimento, el riesgo calculado y la ruptura de esquemas. Su cómic publicado en España durante este curso hace gala de todo ello y nos crea unas expectativas enormes. La técnica del perineo es un estudio acerca de la seducción, la sexualidad y la construcción personal; filtrado todo ello por el papel que las nuevas tecnologías y el arte tienen como motores sociales. En cierto sentido, el cómic de Ruppert y Mulot está conectado con esa idea del sexo como secreto, como puerta misteriosa que abre espacio a riesgos y placeres desconocidos, que el maestro Kubrick ya explorara en la inquietante Eyes Wide Shut. Quizás ha sido ese atrevimiento (temático y narrativo, que no formal) el que haya provocado que el público y la crítica de nuestro país hayan pasado de puntillas por un cómic que hubiera merecido mucha más atención. Lástima. En el riesgo está el placer, dicen. 
Arséne Schrauwen (Fulgencio Pimentel), de Olivier Schrauwen: el cómic más sorprendente, transgresor y vanguardista de este 2014. Olivier Schrauwen utiliza la figura de su abuelo para embarcarnos en un viaje psicodélico e imprevisible por la biografía improbable de su antecesor. Aunque en realidad la peripecia argumental no es sino una excusa estupenda para desplegar todo un catálogo de acrobacias narrativas y experimentaciones comicográficas. El belga nos está acostumbrando al más difícil todavía. Cada uno de sus cómics es un ejemplo más de que no todo está dicho o hecho en el mundo del arte. En los tres tomos que necesitó para desglosar la historia de su abuelo Arsene (de los cuales Fulgencio Pimentel ya ha publicado dos), Olivier Schrauwen reinventa el uso del color, el montaje y las transiciones entre viñetas desde una óptica postmoderna que actualiza instrumentos y técnicas de las vanguardias clásicas (imágenes surrealistas, metáforas desplazadas, efectos cinéticos, giros dadaístas, etc.) para construir su lenguaje. Que nadie lo dude, Arsène Schrauwen es un viaje al futuro del cómic entendido como manifestación artística. Necesario. 
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(Actualización: 07-abril-2015)

No es de recibo, estamos en ello, pero dejar fuera estos dos cómics era un "crimen":
Mi amigo Dahmer (Astiberri), de Derf Backderf: pocas veces tenemos la ocasión de recibir información acerca de la vida de un asesino de boca de un testigo directo. Derf Backderf fue compañero de clase de "el Carnicero de Milwaukee", cuando éste sólo era un adolescente disfuncional y rarito; es decir, cuando la solución parecía posible, pero nadie hizo nada. Mi amigo Dahmer es un documento pavoroso porque conocemos la historia y las consecuencias que esa dejación colectiva de responsabilidades tuvo en la vida de Jeffrey Dahmer y sus muchas víctimas. Backderf emplea el dibujo underground que tan en boga estaba en los años en que se desarrolla la historia, para completar un relato desasosegante y terrorífico que, literalmente, nos describe el nacimiento de un monstruo.
Yo, asesino (Norma Editorial), de Antonio Altarriba y Keko: más violencia, más asesinatos sangrientos, pero con una coartada radicalmente diferente. Altarriba y Keko nos regalan una de las reflexiones más certeras de los últimos tiempos acerca de la violencia, el dolor y su reflejo en el arte. En el fondo, la historia del profesor de Estética del Arte que elige a sus víctimas al azar y las asesina con la ceremoniosa minuciosidad del artista que prepara su lienzo, puede leerse igualmente como una crítica contra la violencia sistemática y organizada de instituciones sociales, políticas y fuerzas de seguridad contra el ciudadano de a pie. Pero, al mismo tiempo, Yo, asesino funcionaría también como desahogo autoral, una lúcida reflexión acerca de la impostura del arte contemporáneo y la inoperancia de los organismos educativos y culturales en nuestro país. Más allá de otros paralelismos obvios, no es casual el parecido físico del catedrático protagonista, Enrique Rodríguez Ramírez, con el propio Antonio Altarriba; gracias todo ello a un Keko que, con su trazo minucioso y su maestría en el uso del claroscuro, parece en permanente estado de gracia.

martes, diciembre 23, 2014

Unahistoria, de Gipi, en Culturamas.

Le hemos dedicado nuestro último artículo en Culturamas (ya lo saben, esa revista cultural online que hay que visitar) a Gipi y a su Unahistoria. En su nueva novela gráfica, el italiano vuelve a demostrar que es un autor en permanente estado de gracia.
La complejidad de la mente, la recuperación de la memoria, las obsesiones y la disección de los procesos interiores que conducen a la locura, son los temas que cohabitan en las páginas de Unahistoria. Como en Mi vida mal dibujada, Gipi recurre a su talento gráfico y al eclecticismo estilístico para construir un relato que se articula en diferentes capas y niveles narrativos que, por alquimia comicográfica, terminan convergiendo en la mente dislocada del protagonista. 
Malabarismo narrativo y talento artístico al servicio de una de esas historias espléndidas a las que Gipi ya nos ha acostumbrado. Aquí.

martes, diciembre 16, 2014

Arte urbano en el Barrio del Oeste de Salamanca. Algo está cambiando.

Salamanca es una ciudad a la que le tenemos especial cariño. En ella estudiamos primero, trabajamos después y, en suma, vivimos muchos años. Nunca se aburre uno de pasear por sus calles renacentistas, recorrer la zona histórica y dejarse llevar por su intensa vida, nocturna y diurna. Gastronomía, diversión y cultura garantizadas en un mismo lote, en una de las tres o cuatro ciudades más bonitas de España.
No obstante, siempre nos dio la impresión de que, en términos puramente artísticos, Salamanca era una ciudad demasiado conservadora y poco abierta a la realidad cultural contemporánea. Aunque las instituciones programaran exposiciones coyunturales de arte moderno, teníamos la sensación de que tanto la ciudad comos sus gentes vivían de espaldas a la vanguardia artística; y eso a pesar de contar con una facultad de Bellas Artes, un museo de arte contemporáneo tan estimable como el DA2, algunas interesantes galerías de arte y con una masa social de estudiantes muy jóvenes, a quienes se les supone hambre, iniciativa y energía creativa. Y, con todo, pensábamos en Salamanca y lo primero que se nos venía a la cabeza eran cuadros y esculturas costumbristas y paisajes de dehesas taurinas.
En nuestra última visita, nos ha dado la impresión de que, quizás, algunas cosas puedan estar cambiando en la ciudad charra. Paseando por la Plaza del Oeste, una zona céntrica, humilde y trabajadora, repleta de pequeños negocios de barrio y viviendas, hemos descubierto la iniciativa Arte Urbano en el Barrio del Oeste. Se nos ha dislocado la mandíbula. Por un momento, hemos creído descubrir la versión modesta y castellana de las intervenciones urbanas que abundan en ciudades como Barcelona o Berlín.
Nos ha parecido un soplo de aire fresco que una ciudad tan poco dada a veleidades vanguardistas como Salamanca, haya decidido adentrarse en el últimamente efervescente y exitoso campo del arte urbano; una de las puntas de lanza (junto al videoarte, el cómic de mano de la novela gráfica, los vídeojuegos o las series televisivas) de la vanguardia cultural contemporánea. Entre la producción pictórica, fotográfica, escultórica y grafitera que inunda muros, garajes y edificios de la Plaza del Oeste, hemos encontrado trabajos mejores que otros, pero el conjunto funciona a la perfección como concepto homogéneo y revitalizante. Es más, presentimos que alrededor de la iniciativa surgirán otras propuestas estéticas de ocio y negocio, igualmente atrevidas (lo es La salchichería, un local nacido en el epicentro mismo del barrio, que, con mucho respeto, ha transformado un antiguo colmado de ultramarinos en un divertido, fresco y muy estético bar de tapas y espacio artístico, con dos pequeñas salas de exposiciones).
Parece que la iniciativa ha llegado para quedarse y que en ella se han implicado muy activamente vecinos, instituciones como la Facultad de Bellas Artes, asociaciones culturales y pequeños comerciantes. Estamos deseando volver y volver a pasear por nuestro antiguo barrio, de veras.

martes, diciembre 09, 2014

Degenerado, de Chloé Cruchaudet. Trasvestismo y supervivencia.

La de Degenerado es una historia de supervivencia, encanallamiento y perversiones. La vida misma.
Chloé Cruchaudet nos relata la muy agitada existencia de Paul Grappe y su mujer Louise Landy, una pareja de enamorados que ve truncada su relación debido al estallido de la primera Gran Guerra, y que vive un reencuentro en la clandestinidad, después de la deserción y reaparición inesperada de aquel. Para esquivar consejos de guerra y miradas sospechosas, el joven marido se entregará a un ejercicio de travestismo y fingimiento (parcial), que conducirá a la pareja hacia una existencia descontrolada y turbulenta de insospechadas consecuencias. Así arranca Degenerado.
A medida avanza la trama, el lector desprevenido podría encontrar objeciones a la verosimilitud de un relato que a cada página se va tornando más extraño, tortuoso y truculento; una historia que parece desconectarse progresivamente de esa otra realidad histórica, tan tozuda y concreta, que marcó el sangriento conflicto bélico mundial. Al lector, en este caso, podría faltarle una información esencial a la hora de juzgar el cómic de Cruchaudet: la de Paul Grappe y Louise Lande fue una historia real, con todos su recovecos y giros "imposibles". La autora, de hecho, basó su trabajo en el ensayo La garçonne et l'assasin, de los historiadores franceses Fabrice Virgili y Danièle Voldman.
El aire de irrealidad de ciertos pasajes de Degenerado (los más sexuales y folletinescos) se ven subrayados por el estilo expresionista y modulado del dibujo de Cruchaudet. Inevitablemente, su dibujo emparenta con la línea suelta, abierta y espontánea, pero no carente de gusto por el detalle, que preconizan los Sfar, Blutch, De Crecy y Blain, y que tanta gloria le ha traído al cómic francés en los últimos años. Casi todos estos nuevos maestros de la línea clara expresionista incluyen además entre sus virtudes un manejo notable de la ironía y un gusto exquisito por la experimentación y la transgresión genérica. El trabajo de Chruchaudet no desentona con los de aquellos, ni se desmarca de esos mismos rasgos. Muy al contrario, la tragedia de Degenerado encierra algunos momentos realmente ácidos y desborda en su recorrido cualquier etiqueta genérica.
Contrasta en este trabajo, además, el lirismo un tanto evanescente que aporta la elección visual y estilística, con la crudeza de los sucesos relatados: empezando por las sangrientas escenas iniciales de la batalla, o las más o menos explícitas y desenfadadas escenas sexuales. De esa fricción nacen algunas escenas y episodios notables cuyo discurrir se sitúa en un punto cercano a la alucinación, a veces onírica, otras ensoñada o etílica.
Sin duda, la de Degenerado es una historia única. Nos complace que su travase al cómic haya resultado también en un trabajo singular, original y atractivo.

martes, diciembre 02, 2014

Carmen Cantabella, “TNT. En el país de las geishas”. La profanación del icono.

Cuando hacíamos un repaso a los trabajos más comiqueros e "ilustrados" del último Arte Santander, mencionábamos el trabajo de de Nacho Zubelzu, en la galería cántabra Estela Docal. Retornamos ahora al mismo espacio con motivo de otra exposición, no menos interesante, y mucho más viñetera.
Hablamos de TNT. En el país de las geishas, de Carmen Cantabella (que ya se había presentado anteriormente en la Galería Bisel de Cartagena). La artista murciana tiene ya un largo recorrido en el que abundan intervenciones del espacio público (en vallas y marquesinas publicitarias, sobre todo), apropiacionismo pop para la creación de falsos productos de consumo (en etiquetas y latas de conservas) y esculturas que se mueven entre el concepto lúdico del juguete y la delicada maqueta steam-punk.
Pero si hay un rasgo que se repite incesantemente en la obra de Cantabella, ese es el apropiacionismo pop y el cuestionamento del icono visual. Y en este punto tienen especial importancia la manipulación y la reinvención de obras y personajes clásicos de la historia del arte, la literatura, la animación y el cómic; que, aislados de su contexto y reubicados en un nuevo escenario, adquieren significados inesperados y lecturas irreverentes.
Desde luego, irreverente, gamberra y políticamente incorrecta es la revisión de Tintín que aplica la artista murciana en TNT. En el país de las geishas. En esta ocasión, Cantabella dispara sus dardos artísticos envenados contra uno de los personajes de ficción más limpios y moralmente intachables del universo comicográfico: el Tintín de Hergé y Moulinsard. En la colección de acrílicos que componen la muestra, se nos presenta al personaje icónico de la línea clara francobelga en diversas posiciones amatorias, dentro de ilustraciones eróticas japonesas:
La colección TNT parodia y denuncia los relatos de héroes y la construcción de falsa realidad a través de la auto-ficción. Propongo una narración épica donde TNT desmonta su mitología y su empresa narrativa adquiere una renovada grandeza por el heroísmo de la sinceridad, de la confesión desnuda. Llevo años hablando del conflicto entre lo privado y lo público utilizando el desnudo como argumento de reflexión. TNT pierde el tabú y muestra el sentido sagrado que tienen del sexo las culturas orientales.
El ejercicio de manipulación y reubicación tiene, además de lo aquí señalado por la propia artista, bastante guasa y varias lecturas de interés. Por un lado, las obras cuestionan abiertamente la naturaleza asexuada y casta de un personaje al que nunca se le conocieron escarceos amoroso y mucho menos episodios carnales, a pesar de su naturaleza viajera, curiosa y de la agitación hormonal que se podría esperar de un joven vivaz y dinámico como él (y no es Cantabella la primera en indagar en la vida sexual tintinesca). Al mostrarnos de forma pública lo íntimo escamoteado, los cuadros sobre Tintín llevan a cabo una lectura crítica acerca de la inexistencia del punto de vista privado en cierto tipo de cómic, su falta de "realidad".
La segunda lectura tiene sentido desde un punto de vista puramente estilístico. Como acabamos de señalar, el personaje de Hergé se ha convertido en el exponente primero de un estilo: la línea clara francoblega. Sorprende, de alguna manera, la armonía de una propuesta que imbrica dos culturas y dos visiones contrapuestas del arte, que, sin embargo, comparten su gusto por la claridad visual y cierto minimalismo gráfico. Así, pese a la obvia diferencia estilística y el primer impacto visual, el espectador tiene que reconocer que la línea clara belga, no acaba de desentonar (dejando de lado el mensaje visual) con las formas planas y las líneas sinuosas de las ilustraciones japonesas. La perversión de la pureza.
En última instancia, sobre los cuadros de Cantabella planea el factor cultural y el elemento paratextual. La "profanación" de un personaje celosamente protegido y defendido legalmente hasta la náusea (todos hemos oído hablar de las numerosas demandas y denuncias que Moulinsard ha llevado a cabo a lo largo años en defensa de los derechos de imagen de la obra de Hergé), tiene una gran parte de desafío contra la ortodoxia cultural (comicográfica, en este caso concreto), que editoriales, museos, organismos oficiales y academias se empeñan en perpetuar.
¿Juego pop, provocación, transgresión? Decidan ustedes. Si viven o se pasan por Santander, tendrán la oportunidad de disfrutar de Tintín como nunca le habían visto antes. Sólo hasta el 13 de diciembre.

martes, noviembre 25, 2014

Hablando de La Gran Guerra, de Joe Sacco, en la cadena SER.

Estuvimos la semana pasada en SER Soria, junto a Chema Díez y Eva Lavilla, hablando del último "cómic" de Joe Sacco: La Gran Guerrza; discutiendo, en realidad, su naturaleza comicográfica y alabando la genialidad narrativa de su originalidad secuencial. Hablamos de la Primera Guerra Mundial, de la carnicería en que se convirtió y de las estupendas jornadas y exposiciones que le ha dedicado la Biblioteca Pública de Soria a su centenario.
Nos parece que el gigantesco dibujo-secuencia de Sacco (un friso dibujado de más de 7 metros) es una obra fabulosa, uno de los mejores trabajos de este 2014 y un "cómic" convertido en objeto artístico de esos que vale la pena "revisitar" con relativa frecuencia.
De todo eso y de alguna otra cosa nos pueden oír charlar en este podcast:

martes, noviembre 18, 2014

Esenciales de 2014 (por ahora), según la ACDCómic.

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic elige los 35 títulos  "esenciales" del primer semestre de 2014 
ACDCómic presenta una selección de 25 novedades, 5 clásicos y 5 títulos infantiles y juveniles publicados entre enero y junio de 2014  
Con esta 'guía de lectura' de obras escogidas, la asociación quiere contribuir a fomentar la lectura de cómics entre todos los públicos
La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta la primera ronda de sus 'Esenciales 2014', una selección de cómics con la que esta organización pretende fijar la atención sobre algunas de las obras más destacadas de entre las editadas en nuestro mercado. La lista de 'Esenciales' se presenta a modo de 'guía de lectura', disponible en acdcomic.es/esenciales2014. Está formada por 25 novedades, 5 clásicos y 5 títulos destinados a público infantil y juvenil, publicados entre enero y junio de 2014 y elegidos en votación por 29 de los integrantes de la ACDCómic.
Esta selección se presenta como una herramienta para animar a lectores de todo tipo y edad a descubrir obras destacadas.La lista de títulos va acompañada de unos breves apuntes sobre cada obra elegida, que la sitúan y contextualizan rápidamente, además de accesos directos a reseñas y comentarios realizados por miembros de la asociación para diferentes soportes y medios de comunicación.
La selección está dividida en tres apartados: 'Esenciales', donde se consideran las novedades editoriales estrictas, sin hacer distinciones entre nacionalidades o distintas escuelas; 'Esenciales Clásicos'', que recoge obras que por su valor artístico o histórico forman parte del patrimonio cultural de la historieta y 'Esenciales Infantiles y Juveniles', con títulos especialmente dirigidos a niños y adolescentes aparecidos a lo largo de la primera mitad del año.
Los 'Esenciales' para el primer semestre de 2014 son:

ESENCIALES ENERO-JUNIO 201 

23 fotogramas por segundo, de Albert Monteys. Publicado por ¡Caramba! 

Arsène Schrauwen I, de Olivier Schrauwen. Publicado por Fulgencio Pimentel
Baco 2, de Eddie Campbell. Publicado por Astiberri Ediciones
Daredevil. El hombre con miedo, de Mark Waid y Chris Samnee. Publicado por Panini Cómics
Degenerado, de Chloé Cruchaudet. Publicado por Dibbuks
Errata Stigmata, de Beto Hernandez. Publicado por Fulgencio Pimentel
Fabricar historias, de Chris Ware. Publicado por Reservoir Books
FF. Desmadre familiar, de Matt Fraction y Mike Allred. Publicado por Panini Cómics
He visto ballenas, de Javier de Isusi. Publicado por Astiberri Ediciones
Hechizo total, de Simon Hanselmann. Publicado por Fulgencio Pimentel
La canción de Apolo, de Osamu Tezuka. Publicado por ECC Ediciones
La entrevista, de Manuele Fior. Publicado por Salamandra Graphic
La gran guerra, de Joe Sacco. Publicado por Reservoir Books
Las guerras silenciosas, de Jaime Martín. Publicado por Norma Editorial
Mi amigo Dahmer, de Derf Backderf. Publicado por Astiberri Ediciones
No Option! 3 y 4, de Pep Pérez. Publicado por Entrecomics Comics
Ojo de Halcón. Pequeños aciertos, de Matt Fraction y David Aja. Publicado por Panini Cómics
Paul en los Scouts, de Michel Rabagliati. Publicado por Astiberri Ediciones
Resaca, de Mamen Moreu. Publicado por Astiberri Ediciones
Rural, de Étienne Davodeau. Publicado por Ediciones La Cúpula
Sin título, de Cameron Stewart. Publicado por Astiberri Ediciones
Tengo hambre, de Santiago García y Manel Fontdevila. Publicado por ¡Caramba!
Terry, de varios autores. Publicado por Fulgencio Pimentel
Tiempo de canicas, de Beto Hernandez. Publicado por Ediciones La Cúpula
Trabajo de clase / Nuevos románticos, de Ana Galvañ / Marc Torices. Publicado por Apa Apa Còmics
ESENCIALES CLÁSICOS ENERO-JUNIO 2014
¡Cadáver en el Imjin!, de Harvey Kurtzman y otros. Publicado por Norma Editorial
Dieter Lumpen. Integral, de Jorge Zentner y Rubén Pellejero. Publicado por Astiberri Ediciones
Fuerza-X. Integral, de Peter Milligan y Mike Allred. Publicado por Panini Cómics
Pulgarcito 1 y 2, de Jan. Publicado por Ediciones B
Ronin, de Frank Miller. Publicado por ECC Ediciones
ESENCIALES INFANTILES Y JUVENILES ENERO-JUNIO 2014
Battling Boy, de Paul Pope. Editado por DeBolsillo
Los Campbell. Inferno, de José Luis Munuera. Publicado por Dibbuks
Hilda y la cabalgata del pájaro, de Luke Pearson. Publicado por Barbara Fiore Editora
Marco Pola 2. Los piratas de la luna, de Jacobo Fernández. Publicado por Mamut
¡Súper Jaime!, de Verónica Álvarez y Daniel Martínez. Publicado por La Tribu Ediciones
ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. La asociacion se constituyó en 2012 con la voluntad de colaborar en la difusión del trabajo que ya desarrollan sus miembros de forma individual, emprender iniciativas conjuntas que no se podrían afrontar de forma separada y servir de interlocutor ante otros colectivos o instituciones.
Han participado en esta ronda de selección de Esenciales: Anna AbellaMikel BaoOctavio BearesMarc Bernabé,Jordi CanyissàBorja CrespoDaniel Fernández AusenteAlberto García MarcosSantiago GarcíaÓscar GualAntoni GuiralRaúl IzquierdoJota Lynnot,Eduardo MaroñoEduardo Martínez-PinnaJoel Mercè,Javier MesónFrancisco NaranjoJosep Oliver,  Pepo PérezÁlvaro PonsJuan RoyoÓscar SenarJosé Antonio Serrano,Rubén VarillasSergi Vich SáezJaume Vilarrubí, Gerardo Vilches y Yexus.

miércoles, noviembre 12, 2014

Arte Santander 2014, retrasos y revisiones.

Regularmente, nos gusta ir a pequeñas exposiciones y muestras de arte contemporáneo, como la de Arte Santander, porque nos parece que es una buena forma de hacerse una idea, a escala, de por dónde andan las tendencias artísticas y culturales en nuestro país (al menos desde un punto de vista expositivo).
Aunque aún no hayamos hablado de ello, también este año estuvimos en el evento en cuestión, que se celebró durante los últimos dias de julio. Como ya ha llovido mucho desde entonces y seguramente las inercias plásticas se habrán mudado de camisa, vamos a señalar sólo dos o tres apuntes de lo que vimos, y a mencionar algunas cosas que nos gustaron y que, de algún modo, nos acercan al cómic.
En esta nueva edición, la feria mantenía el concepto de "solo projects", de modo que las 42 galerías estaban representadas por un único artista o, como veremos, por varias obras encuadradadas bajo un único concepto estético. Después de lo visto el curso anterior, nos sorprendió la escasez de material fotográfico, que suele ser muy socorrido en tiempos de crisis e inversiones controladas. En su lugar, quizás también con cierta lógica, nos encontramos con bastantes trabajos conceptuales, abordados desde técnicas y enfoques muy heterogéneos: nos gustaron, por ejemplo, las Geometrías expandidas de Liliana Zapata en la galería asturiana Gema Llamazares; unas esferas con intestinos de arcilla y circuitos tentaculares.
Dentro del dibujo y el arte ilustrativo, nos fijamos en los delicados retratos difuminados (Miradas) de Nacho Zubelzu, en la cántabra Estela Docal; en las siluetas con aire decimonónico de Charris para la madrileña My Name's Lolita Art; en el juego referencial de apropiación de portadas literarias (Libros blancos sobre fondos oscuros) por parte de Chema López para la galería Rosa Santos o en la estupenda y muy sugerente intervención tridimensional figurativa de Rebeca Menéndez sobre los mismos muros del stand de Espacio Líquido.
Aunque si hubiera que destacar un trabajo de los que desbordan con ironía el marco, literal y conceptualmente, para no pocos el ganador hubiera sido Los cerdos de Martin y Sicilia en la galería tinerfeña Artiza; una obra cargada de humor autorreferencial que muestra la buena mano de sus autores.
Como en otras ocasiones, las obras con una referencia más directa al mundo del cómic se mostraron en la galería etHALL, de Jorge Bravo. En ella nos encontramos con el delicado simbolismo de los dibujos de Sinéad Spelman o con las viñetas y páginas de cómic de Jochen Gerner, que crea una nueva caligrafía misteriosa e inquietantemente mutilada a partir de la manipulación de las viñetas y la composición de la página.

martes, noviembre 04, 2014

Cuadernos rusos, de Igort. Catálogo de atrocidades.

La historia de la deskulakización stalinista que describió Igort en Cuadernos ucranianos nos conmovió profundamente; las deportaciones de campesinos a los kulaks, los terribles episodios de hambruna y canibalismo, las detenciones y matanzas...
Por eso, la lectura de Cuadernos rusos, el nuevo cómic de Igort, nos generaba una sensación ambigua: nos apetecía embarcarnos en el disfrute de un autor que en sus últimas obras demuestra una madurez narrativa, un rigor y una capacid gráfica envidiables, pero al mismo tiempo presentíamos el shock emocional que seguramente nos iba a deparar la lectura del último trabajo de investigación periodística y reconstrucción histórica del dibujante italiano. Expectativas confirmadas en ambos casos.
En Cuadernos rusos recurre a la técnica mixta que ya empleara en Cuadernos ucranianos: intercala fragmentos textuales explicativos, normalmente dedicados a la descripción de sucesos y personas, con ilustraciones a página completa (con una finalidad subrayadora) y episodios comicográficos, que funcionan como ejemplificación dramática de los casos expuestos. En las partes secuenciadas en viñetas, convierte en relato animado, insufla vida y "revive" a los protagonistas de la historia, a las personas concretas que vivieron las atrocidades del conflicto checheno, la investigación periodística y la lucha por los derechos humanos, en este caso.
Esto es una Makarov IZH con silenciador, un arma como ésta mató a Anna Polistkóvskaya en el ascensor de su casa, en el número 8 de la ulitsa Lesnaya, en Moscú. Ese día, el 7 de octubre de 2006, se extinguió una importantísima luz para la conciencia rusa; se hizo oír la brutalidad de una democracia travestida para la cual los sovietólogos han acuñado el término DEMOCRADURA.
Algunos actos de barbarie y degradación funcionan como catalizadores de la conciencia social, pinchan en nervio y despiertan a la masa adormecida que reconoce en ellos al monstruo del terror. Sucedió, si nos permiten extrapolar ejemplos, con el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos del terrorismo mafioso de ETA, está sucediendo ahora mismo, en otro nivel, con los casos recientes de corrupción política y financiera, y, nos dio la sensación, que sucedió en Rusia con el asesinato de la periodista Anna Polistkóvskaya. El cómic de Igort nos lo confirma.
Recordamos en la distancia las numerosas muestras de dolor popular que se veían en los noticiarios durante aquellos días, en las crónicas llegadas desde Rusia. En este lado del mundo se cuestionaban abiertamente, quizás por primera vez, las derivaciones políticas últimas de aquellos milagros aperturistas que fueron la perestroika y el glasnot. Resulta que Rusia estaba repleta de grupúsculos neonazis violentos que actuaban con total impunidad. Al parecer, los tiempos oscuros no estaban del todo superados. En un instante, ante los ojos de la Europa más vieja e impasible, a personajes como Putin se les llenaba el rostro de sombras y cicatrices, y sus decisiones políticas empezaban a levantar sospechas y suspicacias. En esas seguimos. El reciente aliado de occidente cada vez lo parece menos.
En Cuadernos rusos, Igort nos cuenta la historia reciente de Rusia y la guerra chechena a través de la figura de la periodista asesinada, a través de sus escritos, investigaciones, testimonios y herencia. Algunos otros retomaron su testigo y compartieron su tragedia. Es el caso del también periodista Stanislav Markélov, amigo personal de Anna, y la joven becaria Anastasia Baburova, asesinados ambos en Moscú el 19 de enero de 2009; apenas tres años después del asesinato de Polistkóvskaya. Los dos trabajaban para el periódico Nòvaya Gazeta, como ella.
En gran medida, la mirada de Polistkóvskaya en el cómic viene filtrada por los testimonios directos de Galia Ackerman, amiga y traductora al francés de los libros de Anna, que aparece como personaje narrador en varios episodios del libro. A partir de esta conjunción de voces narrativas (la mirada autoral de Igort, los recuerdos y conversaciones de Galia y los textos e investigaciones de Anna en última instancia), el lector asiste a una crónica despiadada del terror, un recorrido de pesadilla que se mueve entre el presente y el pasado con un único hilo conductor: la deshumanización. Igort no ahorra detalles, ni ofrece reposo o consuelo en su viaje hacia el horror. Nos hace testigos de los ya mencionados asesinatos de periodistas, de las violaciones y asesinatos de adolescentes, como Elsa Kungáyeva, a manos de las Fuerzas Especiales rusas, de las terribles torturas y mutilaciones que se han llevado a cabo en "campos de detención", como el de Chernokosovo; asistimos incluso a testimonios en primera persona de quienes llevaron a cabo aquellas torturas y purgas, como el del soldado ruso mutilado del foro de veteranos de Chechenia. Y revivimos la crisis del teatro Dubroka, tomado por terroristas chechenos y recuperado a sangre, gas y fuego por el ejército ruso:
Fue una carnicería; no hubo organización en los servicios de socorro. Muchos murieron asfixiados porque los cuerpos de los desmayados se mamontonaban unos sobre otros. Fue atroz. Por otro lado, en los hospitales no sabían qué hacer porque nadie conocía el gas que [el ejército ruso] había usado y no había antídoto disponible. Secreto de estado.
Pero más allá de la enumeración de horrores, Cuadernos rusos intenta (desde un posicionamiento claro por parte de su autor, sin duda), contagiarse del espíritu de Anna Polistkóvskaya y, como hizo ésta a lo largo de toda su vida, entender y arrojar luz sobre las razones (históricas, personales, psicológicas, etc.) que motivan la tragedia. Un intento por comprender, al igual que también hiciera Hannah Arendt en su día respecto al Nazismo, las motivaciones del mal.
Como en Cuadernos ucranianos (trabajo al que Igort alude en el epílogo de la obra, para que no olvidemos cómo los errores se repiten en la historia una y otra vez), el dibujante italiano nos propone un relato fragmentado y acumulativo, apoyado en testimonios diversos y una multiplicidad de puntos de vista. Conviven en Cuadernos rusos, por esta causa, cierta dispersión o desorden narrativo, que puede llegar a desubicar al lector, junto a una fuerza testimonial innegable derivada de la heterogeneidad de perspectivas y testimonios. Un documento y un documental. Un cómic de esos que hay que leer (y sufrir) para entender.

[Epílogo]
El "problema ruso" está cargado de contradicciones y manifestaciones interesadas. Lo estamos viendo recientemente con la guerra encubierta que tiene lugar en Ucrania. EEUU y Europa se han posicionado claramente del lado de la antigua república rusa, sin embargo, algunos artículos, como los escritos reciéntemente por el profesor Vincenç Navarro nos hacen pensar que la situación no define a buenos y malos tan claramente como los medios occidentales nos quieren hacer pensar. Tampoco fue diáfano en su día el tratamiento del conflicto checheno y el de la respuesta sangrienta de la Rusia de Putin. No sabemos ustedes, pero nosotros nos fiamos mucho más de gente como Igort o Polistkóvskaya que de las llamadas "versiones oficiales". Descreimiento, le llaman. Lean este cómic y entenderán de qué hablamos.