jueves, mayo 24, 2007

Nicolas de Crécy, esbozos minerales y la línea dura de la imaginación.

Leo, tarde y no sé si bien (con este autor es difícil tener certezas más allá de su calidad indudable), Periodo glaciar, la obra de Nicolas de Crécy que editó Ponent Mon el año pasado. Lo cierto es que, para el neófito o el lector no avisado, los trabajos de de Crécy pueden resultar rocosos, cuando no escarpados.
Tomemos como prueba mineral éste Periodo glaciar. Arranca el cómic bajo la apariencia de una distopía futurista, extravagante, sorprendente, pero medianamente ubicada en unas coordenadas argumentales que el autor plantea como guía de su relato. Es decir, que, aun siendo extraña, la historia de Periodo glaciar presenta en su primera parte una lógica narrativa determinada a su vez por la lógica propia de la historia: un grupo variopinto (formado por expertos científicos, una rica heredera y varios cerdos-perro rastreadores de restos pretéritos) emprende una expedición arqueológica en busca de restos arquitectónicos, que expliquen la vida en la tierra y las causas de esa tercera glaciación en la que se encuentran (¿?).
Por supuesto, como ocurre también en muchos otros trabajos de de Crécy, sus planteamientos, sus historias, admiten una lectura simbólica (incluso alegórica), que añadiría nuevas capas de significado y una mayor riqueza al análisis de sus cómics. Sucede, no obstante, que en los trabajos del autor francés (y este Periodo glaciar no ha de ser una excepción) el recurso poético y la utilización simbólica suele, en cierto momento de sus relatos, imponerse a la lógica argumental (digamos, a la lógica de la historia o a una historia lógica). Lo lírico se destaca sobre lo narrativo. En este punto, las historias de de Crécy, su lectura, se convierten en un ejercicio de fe; y en este punto es donde el lector debe decidir si se deja llevar por la alucinación expansiva del cómic desbocado (hacia lo subjetivo, lo surreal) o si reniega de la obra, sea ésta Periodo glaciar, Prosopopus o cualquier otra. Superada la barrera lírico-simbólica, el lector avispado extraerá sus propias conclusiones e intentará interpretar la red de intenciones que se esconde detrás de la maraña simbólica urdida por de Crécy.
La dimensión de la propuesta, la naturaleza de los juegos artísticos de de Crecy, debe abarcarse desde de las claves estéticas de la posmodernidad (ya nos hemos referido a ello en alguna ocasión). El catálogo de recursos, usos y opciones elegidos por el francés, que apoyan esta conjetura, es variado; encontramos en su obra: autorreferencialidad, reflexividad crítica, interdiscursividad (esas obras de arte-personajes del Louvre), etc.
Su dibujo, sin ir más lejos, trasgrede cualquier academicismo u ortodoxia clásica, incluso dentro de la historia del cómic, pero, al mismo tiempo, el arte de de Crecy se alimenta de multitud de referentes conocidos: desde Hugo Pratt a Moebius, pasando por aquellos primeros autores de cómics europeos del S. XIX, que venían del campo de la ilustración. De hecho, tienen las figuras de de Crecy mucho de aquellos primeros personajes de Töpffer o Wilhelm Busch: el trazo cuasi-esbozado, la línea imperfecta, la sugerencia del gesto pictórico sólo insinuado por la plumilla... Sin embargo, en de Crecy, la línea nerviosa funciona, por acumulación, en la dirección contraria: hacia el detallismo indefinido. El esbozo subrayado, el trazo abierto y tembloroso superpuesto una y mil veces, crea una suerte de frágil ilustración orgánica de lo impreciso; un dibujo más lírico que descriptivo, un boceto de lo simbólico.
Y, así, regresamos a donde estábamos hace unas líneas, a la convicción de que de Crecy es uno de esos minerales en bruto extrañamente perfectos, una autor con muchas caras y aún más aristas. Pero claro, no todo el mundo está dispuesto a cortarse...

5 comentarios :

el tio berni dijo...

Espléndida reseña, que bien se explica usted, caballero. Tengo pendiente este Período Glaciar por aquí, a ver si le hico el diente de una vez...

Little Nemo's Kat dijo...

Me honra doblemente el piropo viniendo de quien viene.

Láncese usted al vacío de de Crécy y luego nos cuenta, la verdad es que el francés es de los que merecen un salto sin red y a tumba abierta!

Emilio Aurelio dijo...

Si el comic es tan bueno como la reseña, seguro que vale la pena.

Little Nemo's Kat dijo...

Gracias, don Angulo, enrojezco... Como se nota que hay muchos amigos por aquí :D

Anónimo dijo...

king size:
de crecy y más abajo zizek... este blog atraviesa dimensiones!