viernes, marzo 01, 2013
martes, febrero 26, 2013
Supermanes, Blancanieves y otros iconos descontextualizados.
Hablábamos el otro día de interdiscursividades comiquero-musicales. No es nuevo. En esta sociedad del hipervínculo y las carreteras bifurcadas, el icono adquiere naturaleza mutante y el símbolo multiplica una y mil veces su connotación.
Hay personajes de la animación y del universo viñetero que, por mor de su popularidad o de su recurrencia, han terminado por desbordar el propio contexto diegético que los vio nacer. Superman ha dejado de ser un personaje para convertirse en icono de uno y mil valores políticos, morales, ficcionales... Blancanieves, símbolo de pureza e inocencia, es el personaje contenedor de toda la ideología que se esconde detrás de la factoría disney. Por eso, en estos momentos en que el pensamiento postmoderno parece haberse consolidado definitivamente como herramienta interpretativa dentro del inconsciente colectivo, mecanismos como los de la parodia, la autorreflexión y la descontextualización se han convertido también en procedimientos habituales para la reinterpretación artística del mundo o las culturas pretéritas.
En un post reciente titulado "Cuentos a mí" (en el Blog Eros del El País), JoanG. hablaba de la desmitificación de la inocencia y de la derrota de la fantasía edulcorada a partir de la hipersexualidad. En el artículo se revisan las "relecturas" en clave erótica y pornográfica de los cuentos tradicionales, del universo Barby y de la mitología disneyana, a partir de la obra de autores como Roberto Loaiza, el fotógrafo Thomas Czarnecki o algunos viejos conocidos de este blog como Giuseppe Veneziano o Gregg Segal. Muchas décadas antes, las llamadas Biblias de Tijuana ya realizaban una transferencia similar, de orden sexual, hacia personajes populares del cómic norteamericano: celebridades de los dailies y sundays, como Popeye o Betty Boop, convertidos en objetos de deseo y vehículo de contenidos pornográficos. En aquel entonces, existía ya la intención paródica y el humorismo grotesco; no tanto la reflexión crítica o la autorreferencia.
Casi al mismo tiempo que leíamos el artículo de JoanG., se nos han cruzado por la pantalla otros dos ejemplos claros de desplazamiento connotativo y descontextualización ficcional. Nos referimos, por ejemplo, al trabajo de Greg-guillemin y a series como The secret Lifes of Heroes. En sus dibujos, el artista lleva el proceso de desmitificación superheroica a los niveles de la escatología cotidiana: en un remedo de los colores planos primarios y las tramas de puntos de Roy Lichtenstein, Greg-guillemin recorta primeros planos de Superman sacándose un moco, las manos de Hulk liándose un peta, el capitán américa babeando mientras se levanta una Mahou fresquita, Spiderman sentado en la taza de un váter con el papel en la mano o Batman y Robin haciendo aquello que todos sospechábamos harían algún día.
El segundo ejemplo artístico que queremos destacar es el de Sandra Paula Fernández, cuya obra podemos ver en la Galería Liebre (que tan buena impresión nos causó en aquella ocasión). El trabajo de la artista asturiana se mueve obsesivamente alrededor de la figura de Blancanieves, a la que somete a un proceso radical de humanización (cuando no banalización) que lleva al personaje a realizar toda suerte de acciones mundanas, perversiones terrenales y "desplazamientos" ficcionales, muy alejados del edulcorado y naive icono disneyano. Los dibujos abigarrados y plagados de detalles de Sandra Paula Fernández nos recuerdan a los cuadros vivos de Henry Darger, aquel genio loco e iluminado que llenó miles de hojas con ninfas, ángeles y niñas libidinosas. Nunca te fíes de las niñas buenas.
Etiquetas:
arte
,
Greg-guillemin
,
pintura
,
Sandra Paula Fernández
jueves, febrero 21, 2013
lunes, febrero 18, 2013
Deogratias, de Stassen, en la SER.
Nos acercamos al Deogratias de Jean-Philippe Stassen hace ya unos años. Fue un cómic que nos impresionó por varias razones: el dibujo de Stassen tiene una extraña cualidad plástica, una tridimensionalidad basada en un empleo casi pictórico del color. La luz en Deogratias es una herramienta cargada de intenciones connotativas: la trágica oscuridad de las noches africanas, el sol abrasador de los días que anticipan la tragedia... El cómic de Stassen nos dejó también esa sensación incómoda que nos escuece a casi todos en Occidente; la que nace de la certeza de que una buena parte de los dramas africanos nacieron en el umbral de nuestro confort hipercivilizado; rellenamos nuestros colchones de carne y huesos ajenos.
La tragedia ruandesa ha sido uno de los dramas más vergonzantes de la historia contemporánea. El silencio y la pasividad de Occidente, uno de los gestos más humillantes y execrables que se recuerdan. Hemos vuelto a pensar en todo ello con motivo de nuestro último episodio radiofónico en "Cómics en la biblioteca", para la cadena SER. Junto a Chema Rodríguez, Eva Lavilla nos ayudo a marcar las líneas históricas y a dibujar el contexto de la tragedia.
Se lo dejamos aquí ahora. Esperemos que les guste.
lunes, febrero 11, 2013
Y apareció una banda sonora...
La red es viral, la cultura se expande como un pulpo de mil tentáculos en estos tiempos hipertextualizados. Una obra levanta nuestro interés, su relación con el mundo, con el espectador/lector/oyente, termina por fascinarnos. La red de redes conecta a los usuarios y expande el significado último del objeto hasta el límite de las asociaciones que a partir de él se tejen.
Son, éstas, digresiones para intentar dibujar el contexto personal de cómo este blog nos ha permitido viajar por el ciberespacio, establecer relaciones más allá del contexto bitacórico y, en definitiva, ampliar horizontes.
A veces tenemos la sensación de que le hablamos al vacío, de que no escucha nadie al otro lado. De que nuestras palabras se pierden en un contador que sólo registra búsquedas de imágenes de Google. De pronto, sucede algo que le devuelve a uno la ilusión ante el teclado y la pantalla sordomuda. Hace unos días, hemos vivido un ejemplo feliz de cómo lo que uno hace puede influirle al otro, al que interactúa en silencio desde el otro extremo. Nos ha llegado el vídeo definitivo con el tema que un músico, Damián Peña Steffen, ha compuesto para su sobrino después de leer Marina está en la Luna. Un homenaje cariñoso a unos personajes que sentimos como propios. Se nos llena el teclado de gratitud.
Ésta es la canción que Damián ha creado a partir de la lectura de nuestro cómic-cuento. Y éste, el canal bitacórico en el que se lo damos a conocer ahora a ustedes. Nos suena a Prin' La Lá, nos suena a Family y nos suena a nana infantil entrañable. Lean los títulos de crédito finales del vídeo y terminarán de entender todo el asunto. Bendita interdiscursividad:
Etiquetas:
Marina está en la Luna
,
música
,
web
lunes, febrero 04, 2013
Martín Vitaliti y mucha Gente Menuda en el Museo ABC.
Dos citas en una, comiqueras e insoslayables ambas, para fechas venideras... Las dos en el Museo ABC.
Al fin llega la exposición de uno de los artistas favoritos de esta casa, don Martín Vitaliti, con motivo de su elección como II Premio de Dibujo Museo ABC. En la primera planta del edificio podemos contemplar (hasta el 17 de marzo) una buena selección de su obra más reciente y una buena colección de claves para interpretar el sentido último de su poética artística: las manipulaciones y los apropiacionismos de Vitaliti cuestionan de principio a fin las convicciones discursivas del medio comicográfico, todas y cada una de las convenciones que conforman su lenguaje, y lo hacen desde la inteligencia y la ironía.
Así, Superman deja de ser un héroe de papel para convertirse en el verdadero Atlas tridimensional que, desde fuera del cuadro de la viñeta, soporta sobre su espalda el peso completo de la mitología que el mismo ha ayudado a forjar con sus aventuras; de igual manera, en las instalaciones de Vitaliti, Flash es más rápido incluso que las propias reglas narrativas que determinan la causalidad de la secuenciación espacio-temporal. El tiempo también, pero sobre todo la lógica espacial desaparece en una pirueta imposible de 360º que obliga al espectador a girar sobre sí mismo en búsca de un Corto Maltés tan esquivo como esa "cámara invisible" que "registra" todas las viñetas de todos los cómics del mundo.
El título de la exposición no podía ser más simbólico y acertado: En el fondo, nada ha cambiado... Jorge Bravo, el comisario de la misma, explica su oportuna carga polisémica:
En el fondo, nada ha cambiado... Son varias las
interpretaciones posibles de este título. En clave personal parece
remitir a la propia trayectoria del artista, al cambio que supone tener
oportunidad de mostrar el trabajo en un marco como el que ahora
disfruta, al tránsito del estudio a la sala de exposiciones, de la
contemplación solitaria del propio trabajo a la observación de la
respuesta del público.
Pero, más cerca de su intención, este título debe remitir a la fuente
de la que se nutre su trabajo, el cómic, y por ende a la imposibilidad
misma de la permanencia, de la inmutabilidad. Como en la viñeta que
contiene el título, la reconstrucción es posible pero las cosas nunca
serán ya lo que fueron, y ahí la ironía, el juego que propone el autor.
La obra de Martín Vitaliti se genera en la manipulación de los
distintos elementos que constituyen el lenguaje del cómic. La página, la
sucesión de viñetas, como marco espacio-temporal que alberga una
narración, es el elemento principal que interviene el artista.
Por si fuera poco, hemos tenido la enorme suerte de participar tangencialmente en la exposición, gracias a la amable invitación que nos hizo Vitaliti para prologar el excelente catálogo que ilustra la muestra. Todo un honor y un disfrute.
En un insospechado giro irónico, la segunda buena razón para acercarse al museo del ABC nos demuestra, de nuevo, que nada ha cambiado por lo que respecta al reconocimiento del talento. Gente Menuda (¿lo ubican ya?) satisfará especialmente a los amantes del cómic clásico español, a los arqueólogos de nuestras viñetas y, en general, todos los amantes del dibujo y la ilustración; y es que resulta que la planta baja del museo se ha convertido para la ocasión en un vergel de acuarelas, aguados, tintas chinas y dibujos a plumilla. La ocasión no es otra que la exposición Gente Menuda. Dibujos para un gran suplemento infantil, el suplemento de la revista Blanco y Negro, que durante mucho tiempo, bajo su apariencia infantil, funcionó como vehículo de vanguardia para las viñetas locales (gracias a gente como K-Hito o el mismo Mihura). Tenemos ahora la excusa impepinable para disfrutar de los trabajos originales de algunos de los padres del cómic español: la muestra incluye obras de, nada menos que, Xaudaró, Sancha, Atiza, Cilla, Tono, López Rubio o los mencionados Mihura y K-Hito.
No se pierdan ninguna de las dos. Alimento para el espíritu en tiempos críticos.
Etiquetas:
arte
,
exposiciones
,
instalaciones
,
Martín Vitaliti
,
revistas
lunes, enero 28, 2013
¿Eres mi madre?, de Alison Bechdel en Culturamas.
Cuando reseñamos Fun Home, de
Alison Bechdel, intentamos encontrar un equilibrio entre los
sentimientos encontrados que nos generó su lectura. Entre la fatiga
intelectual de afrontar un trabajo cuajado de citas literarias y
filosóficas, y la irresistible tentación de adentrarse en los traumas
infantiles y las cavernas existenciales de una mujer, autora de cómics y
lesbiana, para más señas. En Fun Home,
Alison Bechdel daba cuenta además de un turbulento entorno familiar y
de su relación disfuncional con un padre distante y extremadamente
severo que terminó suicidándose. Un exorcismo en toda regla...
Así empieza la reseña que hemos publicado esta semana en Culturamas, a propósito de la última obra de la Bechdel. Un cómic densito y exigente como pocos. Psicoanálisis puro. Pasen y lean.
Etiquetas:
Alison Bechdel
,
colaboraciones
,
reseñas
,
revistas
,
web
lunes, enero 21, 2013
Vapor, de Max. En busca de la pureza.
Le dedicamos un artículo retrospectivo a Max en aquella revista online, hace tiempo extinta,
llamada Desde el abismo. Luego lo recuperamos para este blog aquí. En
él, recorríamos más o menos extensamente la obra de Françesc Capdevila,
deteniéndonos en los momentos esenciales de su trayectoria; pero en realidad la
finalidad última del artículo era la de abordar el giro filosófico de su
trabajo concretado en las páginas de Bardín, el Superrealista.
Con la aparición de Vapor
en 2012, esa búsqueda de la espiritualidad, y su concreción artística
comicográfica, experimentan una evolución ulterior. Quizá un paso definitivo en
el viaje interior de un artista, en la búsqueda introspectiva de las claves
existenciales y de la esencia de la creación. Vapor es también un paso
definitivo en el proceso de depuración estilística en que su autor se embarcó
ya hace muchos años. Curiosamente (aunque quizás no lo sea tanto), cuanto más
pura es la línea de su dibujo, cuanto más esquemáticas son las formas de sus
personajes y más pautadas las secuenciaciones de sus viñetas, más profundo es
el mensaje que trasmiten sus historias.
Si Bardín funcionaba como cicerone
espiritual de un itinerario interior por los dogmas y creencias (impuestos o adoptados,
ambos), y por el universo de las convenciones culturales que marcaron (y
suponemos que aún marcan) las convicciones culturales de un Max
intelectualizado, ser pensante, autor y creador, Nicodemo (atención a la ironía,
nominal, conceptual e iconográfica, que recorre Vapor de principio a
fin) es también un personaje-guía, un alterego ficcional y un trasunto del
propio Max; pero en este caso de su relación con el mundo más inmediato, el
universo de las necesidades fisiológicas, las pasiones físicas y el contacto
social.
Si Jesucristo vivió cuarenta días de
penitencia en el desierto, el recorrido ascético de Nicodemo, convertido en
eremita lleno de cavilaciones, se desarrolla a lo largo de cuatro semanas, que
le enfrentarán a una lucha incierta contra el hambre, la sed, la lujuria y las
tentaciones, las dudas y el combate interior definitivo; una lucha que le hace elegir
entre una vida imperfecta y la muerte del yo. En cada una de sus encrucijadas,
Nicodemo (como aquel fariseo redimido de los Evangelios) se enfrenta a sus propias convicciones existenciales y personales, a las convenciones sociales que en tantas ocasiones determinan nuestros pasos de
forma inconsciente y nos encauzan en una dirección que no depende tanto de
nuestra propia elección como de las expectativas creadas por fuerzas externas
(sociales, económicas, políticas, culturales). La búsqueda interior de Max a
través de este cómic es una búsqueda simbólica y espiritual.
Simbólica porque su plasmación
visual recurre a fuentes iconográficas que recorren la tradición plástica
universal (el coloso de Goya), la historia del cómic (los ladrillos de Krazy
Kat, el personaje de Herbert E. Crowley de la página 90, que el mismo autor
destaca), así como el corpus de influencias de la propia obra de Max (esa sombra
nariguda y esquemática, los barbudos, el mandala del séquito de la Reina de Saba...). Es
espiritual porque las páginas de Vapor, desde
la primera a la última, rezuman un tono autoconfesional que suena a
ejercicio catártico, a una búsqueda de respuestas que sólo obtendrán un amago
de réplica desde su plasmación gráfica. Lá página como diván. Cuando el gato
Moisés, otro alterego pragmático y lleno de certezas del propio Max, le
pregunta al pesaroso Nicodemo qué busca con su retiro al desierto, éste le
responde: “Sentido. El sentido último e inapelable, si es que lo hay”.
El afán de trascendencia no
siempre ha casado bien con las viñetas: por la obviedad cabezota de las
imágenes, por el peso connotativo de la historieta, por la simplificación del
mensaje... Vapor, sin embargo, funciona como una parábola perfecta en su
ilustración de la búsqueda interior. Lo hace sin circunloquios ni
simplificaciones, con una narración profundamente simbólica, que en ocasiones
rodea el cripticismo, pero que encaja como un guante en la “literatura”
filosófico-mística teleológica. Tras la lectura de Vapor, seguimos sin
saber dónde está el principio, ni cuál es el fin, pero como lectores acabamos
sus páginas sintiéndonos un poco más profundos, más confusos, mejor lectores.
lunes, enero 14, 2013
Marina está en La Buena Tarde
El pasado miércoles la buena gente de Radio Principado de Asturias se pusieron en contacto con nosotros para hablar de Marina está en la Luna. Así, Gaspar Naranjo y el menda tomamos por asalto los micrófonos de La buena tarde para charlar duranto un rato sobre cómics, literatura infantil, lo humano y lo marino.
Les dejamos aquí el podcast del programa, junto a la presentación con la que se introdujo la charla:
¿Existe una edad mínima para comenzar a leer
cómics? A juzgar por el título que hoy les presentamos, no. M arina está en la Luna es el título de una
historieta creada y publicada para deleitar a niños y niñas entre 3 y 6 años,
con diálogos y viñetas adaptados a su edad.
Saludamos a los autores de este libro. Rubén Varillas, guionista de "Marina está en la Luna"; y Gaspar Naranjo, dibujante.
Saludamos a los autores de este libro. Rubén Varillas, guionista de "Marina está en la Luna"; y Gaspar Naranjo, dibujante.
martes, enero 08, 2013
Unos cuantos cómics del 2012.
Pasaron los Reyes por el cuarto de estar, se bebieron las tres copas de licor y el cubo de agua para los camellos se evaporó. Nos dejaron una saca de carbón para repartir entre corruptos y codiciosos, pero también una pila de buenos cómics para que los compartamos entre la audiencia lectora, entre los buenos amigos de esta bitacorita. La lista se declara incompleta (dejamos muchos deberes por hacer en el 2012) y tan subjetiva como siempre.
Del curso pasado nos encantaron
(sin orden):
Vapor (La Cúpula), de Max:
Vuelve el hombre. El hombre lleno de dudas y reflexiones metafísicas que ahonda
en la razón última de la existencia. ¡Ahí es nada! El hombre es Max,
probablemente la gran figura del cómic español de las últimas décadas. Su obra
es poliédrica, mutante, paradigmática y en los últimos tiempos, profundamente
reflexiva. Vapor ahonda en la senda interior, espiritual y metafísica
que abriera aquel alter-ego cabezón que atendía al nombre de Bardín (un tipo
superrealista). El nuevo eremita ascético que habita en las páginas de Vapor
se llama Nicodemo y su intención no es otra que la de llegar a la esencia de la vida,
despojándose para ello de todo lastre mundano. El lector avanza entre los
dibujos cada vez más desnudos de Max y constata con cada viñeta que todavía
existen autores superdotados capaces de convertir dos líneas y un círculo en el
más profundo de los mensajes.
Mister Wonderful (Random
House Mondadori), de Daniel Clowes: si Wilson, aquel personaje
misántropo, clasista y malhumorado, se hacía odiar, Mister Wonderful (su aparente
contrapartida ficcional), despierta más lástima que simpatías. Clowes continúa
alimentando su galería de personajes antisociales y outsiders. Para disfrute de
sus lectores. Mister Wonderful es un hombre solitario, un tímido patológico carente
de habilidades sociales, que parece abocado a un autoexilio existencial. Con
una narración y un estilo mucho más ortodoxos que en sus últimos trabajos (Ice
Haven, Wilson...) Clowes vuelve a revelarse como uno de los autores
mayores de la escena comicográfica contemporánea. Su capacidad para crear
personalidades complejas y atmósferas desasosegantes no tiene parangón.
Maestro.
Barcazza (Sins Entido), de
Francesco Cattani: el dibujante italiano es una de las revelaciones de
la temporada. Su trabajo en Canicola es excepcional en muchos sentidos. Lo es
por su línea clara realista, primorosa, detallista hasta el paroxismo y
luminosa como un día de sol en una cala mediterránea. Unos cuantos personajes
disfrutan de una jornada marítima en una embarcación; toman en el sol,
conversan y de reojo vigilan a los niños, que juguetean entre ellos en su
realidad paralela de chapuzones y pequeñas batallas natatorias. Pura
normalidad. Sin embargo, debajo de la cotidianidad lúdica, descubrimos que las pequeñas miserias
nunca descansan, que la discusión y el fin de la armonía están siempre a la
vuelta del arrecife. Un cómic costumbrista, cargado de sexualidad, que a
nosotros nos recordó mucho a La aventura, esa gran película de
Antonioni.
Novia ante la estación y
otras historias (EDT) / Reproducción por mitosis y otras historias (EDT),
de Shintaro Kago: después de ser el secreto (internáutico) mejor
guardado del manga contemporáneo, al fin se publica la obra de Kago en nuestro
país; y lo hace por partida doble. Novia ante la estación y Reproducción por
mitosis recogen algunas de sus mejores historias cortas, que sólo habíamos podido leer
en Internet, junto a material inédito. No es fácil explicar, ni vender, así sin
anestesia, la obra del japonés: estilo manga clásico, pornografía y
experimentación se conjugan en una amalgama que conforma algunas de las páginas
más sorprendentes del cómic actual. Kago es un narrador extravagante, sus
composiciones de página y el ritmo de sus secuencias nos sitúan en un universo
a medio camino entre la pesadilla surrealista, el porno duro, la ciencia-ficción y el cine de
terror carnicero de los 80-90 (Hellraiser, Cube, Saw). Sin
embargo, lo realmente valioso y sorprendente de Kago (aparte de su capacidad
infinita para abrir nuevas vías narrativas) es que, detrás de los moldes
génericos, el autor reflexiona con inteligencia acerca del mundo actual, acerca
de estas sociedades inhabitables que estamos construyendo, entre todos, día a
día.
Frank. Filigranas del clima
(Fulgencio Pimentel), de Jim Woodring: este año también repite el bueno
de Woodring. Y lo seguirá haciendo mientras Fulgencio Pimentel, o quien quiera
que sea, decida seguir publicando su obra. Como bien sabemos sus seguidores,
con el estadounidense la palabra es siempre lo de menos. Sus personajes, Jim o Frank,
Jim y Frank, son ya patrimonio de la humanidad animalizada viñetera. La obra de
Woodring planta sus raíces en el underground psicodélico y lisérgico de
los 70, junto a las fantasías alucinadas de los Víctor Moscoso o Rick Griffin.
Pero en el caso de Frank el nivel simbólico se ramifica hasta alcanzar un
sentido cuasi-metafísico, con una carga alegórica completa. Las fábulas
protagonizadas por este animal antropomórfico funcionan como verdaderas
parábolas hippies del comportamiento humano. Su dibujo cartoon,
exuberante, metamórfico y pletórico, es un espectáculo visual con efectos
hipnóticos.
Buh (Thule Ediciones), de Andy
Runton: podría parecer atípico incluir un tebeo infantil entre tanta obra
seria y bizarra, pero el encantador animalillo de Runton merece un lugar en
nuestra lista. Fue amor a primera vista, es lo que tienen los bichos torpones,
bondadosos y llenos de plumas, que a uno le entran ganas de achucharlos. Además
de eso, las historias de Buh (que Thule sigue publicando regularmente)
encierran muchas virtudes como tebeos para niños y adultos. Dentro de su estilo
cartoon, rotundo y amable, Runton esconde muchos registros como
dibujante: sobre todo, domina el arte de la expresividad y la creación de
personajes entrañables. En realidad, en las aventuras de este pequeño búho no
pasa nada extraordinario; Buh se topa con los problemas habituales de su vida
en el bosque (la tristeza de un amigo, un accidente doméstico, la frustración
de un obstáculo...), del mismo modo que los niños lectores viven sus pequeñas
penurias cotidianas como verdaderos dramas. Afortunadamente, como no podía ser
de otro modo, en el bosque de Buh siempre termina reinando la felicidad.
Podría ser peor (Ultrarradio), de Ana Galvañ: Otra
ilustradora, bloguera y comiquera que encuentra justicia editorial. Llevamos
años siguiendo la obra de la señorita Galvañ (alias Elmyra Duff) y siempre nos
ha parecido que tenía un don: la capacidad de crear mundos propios
perfectamente reconocibles llenos de magnetismo y misterio. En Podría ser peor se
recogen algunas de sus historias cortas, las que ha ido publicando a lo largo
de estos últimos años en revistas y fanzines, junto a algunos relatos inéditos.
Detrás de las formas suaves y rotundas de sus dibujos (con reminiscencias al
manga, a la ilustración infantil y al universo disneyano) se esconden historias
cargadas de mala uva, desasosiego y mucha incorrección política. Los “cuentos”
de Ana Galvañ están protagonizados por muñecos y personajes sonrientes que
parecen esconder secretos inconfesables. Sus historias se bifurcan en itinerarios
insospechados y sus caramelos casi siempre están envenenados.
Building Stories (Random
House), de Chris Ware: ¡La caja! No está publicado en español, pero el
de Ware es el cómic del año, y eso que ni siquiera es un cómic. Algún crítico avezado lo ha
descrito ya como “la gran novela (gráfica) americana” (homenajeando a don Philip Roth). Ware continúa dando saltos mortales en su circo privado.
La suya es la liga de los acróbatas imposibles. Building Stories es un cofre
de los tesoros, que mide casi 50 centímetros, y que cobija comic-books,
novelas gráficas, colecciones de tiras, cuadernillos, periódicos y hasta mapas
arquitectónicos. Algunos de ellos materiales previamente publicados en The
New York Times Magazine o en otros medios, la mayoría, material nuevo creado para la ocasión.
Cada uno de los ladrillos que forman Buiding Stories encaja a la perfección
en el relato biográfico de la joven protagonista y su entorno inmediato; la argamasa es la vida de aquella joven
muchacha, coja y melancólica, que protagonizó las páginas del Acme NoveltyLibrary #18. El estadounidense completa la cuadratura del círculo narrativo
y compone el macrorrelato de la existencia, la gran historia de una vida, a
partir de los fragmentos, recuerdos, arquitecturas, vidas cruzadas y
reflexiones que jalonan cualquier periplo vital. El deliberado baile de formatos,
técnicas y soportes narrativos, junto al monumental talento gráfico de Ware,
conforman una obra de arte de esas por las que muchos venderían su alma a
Becelbú y todas sus reencarnaciones maléficas.
Ya fuera de lista, por motivos
obvios, tenemos que agradecer el regalito editorial con el que nos han obsequiado
nuestros amigos de Thule Ediciones (José y Olalla) y el Rey Gaspar.
Para nosotros, este año también ha sido especial porque hemos visitado una IslaFlotante y hemos sido parte activa de un viaje galáctico con nuestro Marina está en la Luna. Nos permitirán cerrar con este bonus track
personal.
Feliz 2013 a todos y que abunden las viñetas.
Feliz 2013 a todos y que abunden las viñetas.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)