viernes, marzo 28, 2008
Entrevista a Gaspar Naranjo.
miércoles, marzo 26, 2008
Operación 700: el retorno (I).
¿Se acuerdan?, hace poco más de un año. Recordamos, además, que terminada aquella aventura prometimos deslindarnos de veleidades coleccionistas y del sucio arte de la acumulación materialista, sí. Pero que quieren, abierta la veda y constatada la oferta, ha sido recaudar (ahorros y queridas "regalaciones" materno-familiares) otros 700 euros del ala y no hemos podido resistirnos. Nos hemos vuelto a lanzar a la piscina de los originales vía-subasta internáutica. Somos de lo peor... con criterio (el nuestro), eso sí.
¿Razones para este desfalco pecuniario y atraco al cerdito de cerámica? Similares a las que aportábamos en aquel entonces:
a) Creemos en la valía artística de un Pogo o un Bringing Up Father. Nos encanta el cómic y admiramos a algunos de sus creadores, en el mismo grado o similar al que nos lleva a recrearnos con trabajos cinematográficos, pictóricos o literarios (si bien, reconocemos que a la historiografía viñetera le queda un trecho por recorrer antes de alcanzar maestros y maestrías como las que alumbran a los otros vehículos artísticos). Dicho lo cual, y salvando ese inevitable ramalazo fetichista que a todos nos sacude en mayor o menor medida, ¡qué bonito es deleitarse con el arte original que cuelga de una pared!
b) En estrecha relación con el punto anterior y para curarme de sibaritismos clasistas o elitismos mal entendidos: comprar cómic original es infinitamente más asequible que adquirir pintura o escultura. Sobre todo en este momento. Subrazones:
b.1/ La relación de la sociedad con el cómic se está normalizando y, en consecuencia, el cómic está empezando a adquirir "cierto" prestigio entre la crítica, los medios y "cierto tipo" de lectores que hace 4 años no hubieran leído un tebeo jamás de los jamases. Dicho lo cual, su consideración artística (y su precio de salida) está aún cogido con los alfileres del ajuste de mercado. Es un buen momento para hacerte con esa página de Sienkiewicz que siempre has querido a precios populares. El debate (¿cuánto vale el trabajo de un artista gráfico?) se abrió en otro momento; no sabemos cuándo se cerrará o cómo, si lo hace.
b.2/ El dollar está cayendo tanto y tal velocidad respecto al euro, que cualquier compra transoceánica presenta un descuento aproximado del 33% respecto a la valoración inicial. Es decir, que sumados los gastos de envío (mucho más baratos también en US que en, digamos, UK) un original por la estimable suma de $150, cuesta en realidad €100 (que tampoco está mal la gracia).
c) Una de patética exculpación: algunos se meten en hipotecas, nosotros nos compramos originales para decorar los muros de la casa nuestra que algún día nos hipotecara. En román paladino, que suele decir el de las barbas, cada uno gasta su dinero como bien quiere. Esperamos que surjan aquí ideas y sugerencias para inconscientes de nuestra quinta y curiosos varios. Ya conocen la regla primaria: límite inicial de la inversión €700. Los resultados, sorprendentes.
Dicho lo cual, nuestra primera adquisición de esta segunda "Operación 700" ha sido...
Nos encanta Dave Cooper y su interpretación orgánico polimórfica del underground y, además, nos convence casi siempre con sus historias marcianas, sus personaje-plaga epidémicos y su trazo inmaculado. Así que cuando nos vimos en la chance de pagar €100 por esta fantástica página, la número 23 de Suckle, no dejábamos de pestañear.
Llegada la página a nuestras manos, nos llamó la atención el tamaño reducido sobre el que trabaja Cooper (9 1/2 x 12 pulgadas, unos 24 x 30 cms) y la precisión milimétrica de su acabado, sin restos del lápiz por ningún lado y apenas dos o tres huellas de corrector. Asusta un tipo con el pulso tan firme dibujando trozos de carne en mutación constante. Suckle está publicado en España por La Cúpula, es uno de los mejores trabajos de Cooper y cada vez que nos acercamos a él nos recuerda lo olvidado que últimamente está su hacedor por estos lares.
martes, marzo 18, 2008
Por qué he matado a Pierre, secretos y mentiras.
La inteligencia de sus autores a la hora de medir, dosificar y organizar materiales, evita subrayados innecesariamente trágicos y simplificaciones psicológicas (o maniqueas) en la descripción de sus personajes. Por eso, por su inteligencia, Por qué he matado a Pierre nos toca como lectores en lo más hondo, porque, en ese territorio de nuestra memoria (o alma, vayan ustedes a saber) donde se mueve su historia, es donde aún habita el crío que fuimos algún día, alguien no tan diferente del pequeño Olivier, después de todo. Y me van a perdonar que me haya puesto sensible, cayendo precisamente en las tentaciones que este tebeo trata de evitar a toda costa.
jueves, marzo 13, 2008
Little Ripper's Kat.
Por supuesto, gracias mil, doña Zoraida, ¡es usted una artistaza!
domingo, marzo 09, 2008
Elecciones vinculadas.
Y de postre, un clásico maldito, uno de los autores más personales de las últimas décadas del cómic español, uno de esos dibujantes que hurgan en las tripas del vicio, un creador que supo arrastrarse entre las llamas del pecado, regocijándose en cada una de las faltas humanas y divinas, un pregonero de rencores, iras y miradas vehementes con cuchillo afilado en la boca; seguramente el único autor capaz de editar un tebeo tamaño-mesa (40x30 cms), sin que se le caigan los anillos, se le derrame el orujo o menee un pelo, y lo que es mejor, sin perder una gota de arte y perversa extrañeza. Señoras y señores, con todos ustedes nuestro admirado: Santiago Sequeiros.
miércoles, marzo 05, 2008
Paseos granadinos entre cómics y naranjos.
La asociación de los jefes.
Después, de paseo entre los stands disfrutamos de charlas y encuentros con blogueros amigos, nos divertimos con las peleas carniceras (con ticket de por medio) entre los fans de Brian Bolland, con las fotografías góticas de Paul Naschy junto a sus seguidores, con nuestro amigo Gaspar parapetado detrás de sus gafitas y sus acuarelas líquidas, firmando ejemplares como un amanuense descosido. Entre paseo y paseo nos enteramos además de los contactos auspiciados por el salón entre dibujantes jóvenes y editores extranjeros, o de algunos muy interesantes planes editoriales de editoriales aún jóvenes. Tuvimos tiempo de ver la fantástica exposición de originales de la Enciclopedia Universal Clismón del fantástico Miguel Brieva.
Brian Bolland afanoso en su entrega al fan.
Gaspar Naranjo presumiendo de acuarelas
Paul Naschy y sus anónimos admiradores.
Y sobre todo, entre los sudores de las editoriales y los editores, los disfraces de Jack Skellington, Narutos o caballeros Jedai, percibimos los esfuerzos de la organización por hacer bien las cosas y seguir creciendo como festival. Será un placer volver a ver Granada y volver a visitar a los buenos amigos que allí dejamos.
Ah, además nos hicimos con ese afamado Emigrantes que no hace mucho triunfó en otro lejano salón.
martes, febrero 26, 2008
Ya sabe, Usted, y van cuatro.
Por eso nos gusta Esteban Hernández, porque pese a ser ya un artista con un lugar en el panorama comicográfico español, no se conforma. Apostamos por lo que nos ha de deparar.
____________________________________________________________
A lo mejor no hay que esperar tanto (al menos para el merecido reconocimiento). Nos acabamos de enterar de que Usted y Esteban, por tanto, han sido nominados para la categoría de mejor fanzine del 2007. ¡Enhorabuena!
viernes, febrero 22, 2008
Gipi, locales silenciosos.
martes, febrero 19, 2008
Gaspar Naranjo, de como lo conocí, lo disfruté y por qué lo reseño.
Por eso también, porque De como te conocí, te amé y te odié respira de las imágenes esenciales y porque lo que cuenta es pura existencia, los personajes pueden permitirse esa simplicidad esquemática que los hace universales. Ellos somos nosotros, ni más ni menos. Todos hemos vivido su historia, hemos reído y llorado antes esos mismos aconteceres. Como supo ver Gombrich (entre otros muchos estudiosos de la psicología de la percepción): "Apenas importa cuán trivial sea el rasgo distintivo que se tome, siempre que sea identificable sistemáticamente". Es decir que, en ocasiones, el detalle está de más, cuando lo importante se puede trasmitir con el icono reducido a su mínima expresión.