martes, julio 25, 2023

Cartem Cómics. Buen género

Siempre hay que alegrarse por la aparición de nuevas editoriales de cómics y aplaudir la valentía de sus impulsores. Por su idiosincrasia particular, los fundadores de Cartem Cómics se escapan, sin embargo, etiquetas como las de "recién llegados" o "neófitos", aunque no lleven aún ni tres años editando cómics. Como apuntan en su página web, Cartem Comics nace como sello filial de Cartem Books (Ediciones de Arte y Bibliofilia S.A.), sello especializado desde 2007 en la edición de obras de arte y facsímiles de códices medievales, de cartografía histórica y de libros de grabados... Un bagaje que es garantía de ediciones primorosas.

 Tampoco en sus comienzos dieron palos de ciego. Acostumbrados a "rescatar" obras de la tradición, decidieron incluir en su catálogo los cómics de algunos maestros de nuestro pasado reciente, como ese Drácula clásico del gran Fernando Fernández y otras obras de dibujantes ya clásicos como Hermann o Alfonso Font. 

Sin embargo, si algo caracteriza a Cartem Comics es su apuesta por el cómic de género, en su concepción más amplia, apostando, en muchos casos, por autores jóvenes o incluso primerizos. Últimamente nos hemos acercado a dos ejemplos:

Somos Probetus es el primer cómic del diseñador gráfico César Verdúguez. Se trata de un cómic de ese subgénero de la ciencia ficción que son los viajes en el tiempo. Su protagonista es un científico brillante y bondadoso, con una peculiaridad que le hace aún más especial: tiene síndrome de down; hecho que no es obstáculo para que Sirbino Probetus sea una de las mentes más preclaras de su tiempo (un futuro no muy lejano en el que resuenan muchos de los problemas del presente, el año 2063). Como suele ser habitual, Verdúguez aprovecha los viajes espaciotemporales de su protagonista para acercarnos a algunos "momentos estelares de la humanidad" —que diría Zweig— y conocer a sus protagonistas. Verdúguez recurre a una caricatura con amplios recursos técnicos y llena de expresividad (con margen de mejora en el diseño postural de los planos enteros); de algún modo, nos recuerda al estilo gráfico del prologuista de la obra: el gran Paco Roca (que también está en el catálogo de la editorial con una de sus primeras obra, Hijos de la Alhambra; un thriller de ambientación histórica lleno de aventuras y misterio). De Somos Probetus, destaca Roca su "narrativa ágil" y su aprovechamiento del "formato de la página" así como su uso del color en la creación de ambientes. Virtudes, todas ellas, que invitan a seguir los pasos de Verdúguez en el futuro. Su inicio es prometedor.

File Number, de Frank Román, se mueve en un plano genérico muy reconocible también, el del noir; en la estela de esos relatos que situaron a Raymond Chandler y a Dashiell Hammett entre los narradores más leídos y destacados del siglo XX. El cómic de Román, basado en un caso real, no elude ninguna de las claves del género: el detective privado cínico y descreído, que navega (y a veces naufraga) entre su agudeza intelectual y sus vicios; el misterio criminal, que se desarrolla en un entorno hostil lleno de misterios y amenazas; y una galería de personajes turbios en el que todos parece esconder más de lo que muestran. Con estos materiales, File Number edifica su relato según los pasos preceptivos del género negro: una mujer misteriosa visita al detective privado Ardyan Longbow y le propone su caso: la muerte en extrañas circunstancias de su marido, durante una visita a Board Hills, su pueblo natal. A partir de esa premisa básica, comienza la investigación y se desarrolla una trama bien construida que nunca pierde de vista el tono de aquellas obras de Chandler y Hammett, que mencionábamos hace unas líneas; una historia que mantiene la tensión y atrapa el interés del lector con naturalidad y un guion más que correcto. Frank Román recurre, como es preceptivo, a un dibujo oscuro y áspero, marcado por un diseño rocoso de personajes y unos fondos digitales en los que predominan el sombreado y unos paisajes áridos en tonos pastel verdes, marrones y rojos. Una de las cosas que más nos gusta de File Number es que incluye su propia banda sonora, a la que se puede acceder gracias a los diferentes códigos IQ (de acceso a YouTube) que recorren sus páginas y ayudan a crear atmósfera en cada una de sus secuencias. Un cómic que hará las delicias de los amantes del género negro.



jueves, julio 13, 2023

Esenciales ACDC 2023 (primer semestre)


La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España publica su relación de “cómics esenciales” correspondientes a la primera mitad de 2023

La lista la conforman treinta y cinco obras elegidas entre todos los cómics publicados en España entre enero y junio del presente año. 

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta el primer listado de sus ‘Esenciales 2023’, una selección de cómics con la que esta organización pretende fijar la atención sobre algunas de las obras más destacadas de entre todas las editadas anualmente en nuestro mercado. El listado de este primer semestre está formado por 35 obras publicadas entre enero y junio de 2023 elegidas mediante votación interna entre los integrantes de la ACDCómic. Esta selección se presenta como una herramienta para animar a lectores, bibliotecas, librerías y otro tipo de colectivos culturales a descubrir estas obras destacadas. 

En lo que respecta a la presente selección, contiene una variada muestra de lo que ha ofrecido el mercado del cómic en nuestro país en el primer semestre del año. Así, encontramos propuestas nacionales como Ronson de César Sebastián, Por culpa de una flor de María Medem o María la Jabalina de Cristina Durán y Miguel Á. Giner. En cómic internacional, el listado contiene títulos de Europa, Estados Unidos y Japón. Del viejo continente destacan títulos como Contrition de Carlos Portela y Keko, El gran vacío de Léa Murawiec o la recuperación de la clásica Barbarella de Jean-Claude Forest. De entre los llegados del otro lado del Atlántico, destacan obras como Patos. Dos años en las arenas petrolíferas de Kate Beaton, la selección de planchas dominicales Domingos con Walt y Skeezix de la tira de prensa Gasoline Alley creada en 1918 por Frank King y la fantástica Arrowsmith de Kurt Busiek y el recientemente fallecido dibujante español Carlos Pacheco. En cuanto a cómic japonés, en el listado aparecen mangas como La fortaleza de papel de Osamu Tezuka, Saturn Return de Akane Torikai o la popular One Piece de Eiichiro Oda..

Los ‘Esenciales’ para el primer semestre de 2023 son:

  • ¡Para ti, que eras joven! de Albert Monteys y Manel Fontdevila (Caramba)

  • A toda pastilla de Josephine Mark (Astiberri)

  • Aquí hay avería de Lorenzo Montatore (ECC Ediciones)

  • Arrowsmith de Kurt Busiek y Carlos Pacheco (Dolmen Editorial)

  • Barbarella de Jean-Claude Forest (Dolmen Editorial)

  • Boomers de Bartolomé Seguí (Salamandra Graphic)

  • Cómo salvar la industria del cómic sin tener ni puta idea de Javier Marquina y Rosa Codina (ECC Ediciones)

  • Contrition de Carlos Portela y Keko (Norma Editorial)

  • Cosmoknights de Hannah Templer (Editorial Astronave)

  • Domingos con Walt & Skeezik. Selección de planchas dominicales de Gasolie Alley 1921-1934 de Frank King (Diábolo Ediciones)

  • El enigma Pertierra de Fernando Marías y Javier Olivares (Astiberri)

  • El gran vacío de Léa Murawiec (Salamandra Graphic/Finestres)

  • El libro de las bestias de Pep Brocal (Bang Ediciones)

  • El museo de Jorge Carrión y Sagar Forniés (Norma Editorial)

  • Elia de Fermín Solís (Reservoir Books)

  • Evol de Atsushi Kaneko (Panini Cómics)

  • Frankenstein de Sandra Hernández (Bang Ediciones)

  • Goodbye Eri de Tatsuki Fujimoto (Norma Editorial)

  • Hajime no Ippo de Joji Morikawa (Planeta Cómic)

  • Hecha a sí misma de Alicia Martín Santos (Aristas Martínez)

  • La alegre vida del triste perro Cornelius de Marc Torices (Apa Apa Cómics)

  • La balada del norte. Tomo 4 de Alfonso Zapico (Astiberri)

  • La espera de Keum Suk Gendry-Kim (Reservoir Books)

  • La fortaleza de papel de Osamu Tezuka (Planeta Cómic)

  • La sangre de la virgen de Sammy Harkham (Fulgencio Pimentel)

  • María la Jabalina de Cristina Durán y Miguel Á. Giner (Astiberri)

  • Mermaid Saga de Rumiko Takahashi (Planeta Cómic)

  • One Piece de Eiichiro Oda (Planeta Cómic)

  • Patos. Dos años en las arenas petrolíferas de Kate Beaton (Norma Editorial)

  • Por culpa de una flor de María Medem (Apa Apa Cómics)

  • Querido Callo de Aline Kominsky-Crumb (Rerservoir Books)

  • Ronson de César Sebastián (Autsaider Cómics)

  • Ruido de Antonio Hitos (Astiberri)

  • Saturn Return de Akane Torikai (Milky Way Ediciones)

  • Wonder Woman: Historia de Kelly Sue DeConnick y Nicola Scott (ECC Ediciones)

ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. La asociación se constituyó en 2012 con la  voluntad de colaborar en la difusión del trabajo que ya desarrollan sus miembros de  forma individual, emprender iniciativas conjuntas y servir de interlocutor ante otros colectivos o instituciones.

En la selección de los Esenciales del primer semestre de 2023 han participado 45 miembros de ACDCómic: Anna Abella, Jorge Iván Argiz, Bamf, Manuel Barreiro, Pablo Begué, Josep M. Berengueras, Marc Bernabé, David Brieva, Loreto Cabaleiro, Jordi Canyissà, Paco Cerrejón, Oriol Estrada, Marc Charles, Borja Crespo, Mery Cuesta, David Fernández, Ángel L. Fernández, Iván Galiano, Nerea Fernández Rodríguez, Alberto García Marcos, Diego García Rouco, David García Reyes, Manuel González, Cristina Hombrados, Noelia Ibarra, Joan S. Luna, Ander Luque, Jota Lynnot, Eduardo Maroño, Javier Marquina, Diego Matos, Francisco Naranjo, Jordi T. Pardo, Quim Pérez, Mònica Rex, Juan Royo, José Andrés Santiago, Óscar Senar, Xavi Serra, Jose A. Serrano, Jon Spinaro, Raúl Tudela, Jaume Vilarrubí, Gerardo Vilches y Yexus.

jueves, junio 29, 2023

Contrition, de Carlos Portela y Keko. Muy negro todo

Thriller, noir e investigación criminal en el mismo lote. El nuevo cómic de Carlos Portela y Keko bucea en las profundidades del alma humana desde su mismo punto de arranque (los delincuentes condenados por delitos sexuales) y lo hace con buenas dosis de suspense al ritmo de misterios ocultos y una pesquisa criminal en la que a nadie parece interesarle descubrir la verdad, más allá de una periodista que, en paralelo, realiza su investigación contra viento, marea, familia y directores de periódico. 

Contrition se mueve dentro de unas claves que conectan con el género negro estadounidense más reciente: el de los thrillers de Fincher y Nolan, o series como True Detective. Por sus páginas desfila una galería de personajes reconocibles (la periodista, el sheriff, la agente de seguimiento de delitos sexuales, el sacerdote de mirada sombría, el director del periódico…), que el guion de Portela consigue dotar de humanidad, evitando la tentación del estereotipo. Los autores construyen su relato de vidas cruzadas a partir de un punto de vista alterno que, en una narración no lineal, nos lleva de un personaje a otro al mismo tiempo que se le revelan al lector las claves y los entresijos de una historia infectada de ponzoña y tan negra como pueda llegar a ser el alma humana. 

El dibujo de Keko contribuye decisivamente a sumergirnos en esta oscuridad tenebrosa que domina el relato. Su uso extensivo de la mancha, el realismo fotográfico de las localizaciones y sus personajes, esculpidos con aspereza, levantan el escenario de este thriller tenebroso que, sin embargo, permite vislumbrar un atisbo de luz al final del cráter. Hay una frase, que evoca a Arendt y sus trabajos sobre “la banalidad del mal”, que se repite en varias ocasiones a lo largo del libro: “… hacer cosas malas no nos convierte necesariamente en malas personas”. Puede que haya una parte de razón en su formulación (“La maldad se puede inducir. La obediencia no cuestionada a una autoridad mal empleada puede tener resultados nefastos”), sin embargo, como se encargan de demostrarnos Portela y Keko, también existe un mal en estado puro: ese que proviene del “acto voluntario y meditado, libre de presión externa”. 

Contrition es un cómic estremecedor. Como pocos que hayamos leído. Un relato que nos sacude hasta el asco y que nos dejará rumiando acerca de las miserias humanas durante mucho tiempo.

martes, mayo 23, 2023

El gran vacío, de Lea Murawiec. Ahogados en la red

¿Quién no ha tecleado alguna vez su nombre en Google, sólo para descubrir que no somos únicos? Estamos seguros de que la joven dibujante francesa Léa Murawiec tiene un nombre de esos que no se repiten mucho. En El gran vacío plantea una original hipótesis distópica que encaja muy bien en el plano simbólico de estos tiempos de likes y selfies a mayor gloria de uno mismo y nuestra vanidad autorrepresentativa en las redes sociales.

Imaginemos que todos los aspectos de nuestra vida y nuestra salud (física y mental) dependieran exclusivamente de nuestro nombre y su grado de exposición (“presencia”) en un ciberespacio fractal y multiplicador que termina por confundirse con la existencia misma. Un día en el que el espacio público y el espacio privado se confundan definitivamente con el espacio virtual. La idea no es del todo nueva (recordemos, por ejemplo, aquel inquietante “Nosedive” de la tercera temporada de Black Mirror). Murawiec, sin embargo, desarrolla su propuesta con un apabullante despliegue visual y un original estilo gráfico en el que la expresividad cinética del manga se mezcla con la señalética, la cartelería y con un tratamiento formalista y abigarrado de los espacios arquitectónicos que (hasta en el uso del color) nos recuerda a una versión tridimensional del neoplasticismo de Mondrian y De Stijl. 

La ciudad en la que vive Manel Naher, la protagonista del cómic, parece ser el único sitio del mundo realmente habitable; fuera de sus márgenes alienantes, sus rascacielos y el espacio (público y privado) invadido por la publicidad nominal (los miles de nombres de sus habitantes que se reproducen sin cesar en muros, carteles, pósteres y pantallas, para constatar su existencia, su “presencia”), no hay nada: sólo ese gran vacío que da título al cómic. Manel Naher, además, ha tenido la mala suerte de que su nombre sea el mismo que el de la cantante de moda; hecho que la relega a la insignificancia, a la ausencia de una “presencia” que garantice incluso sus constantes vitales. En ese escenario sin futuro (en El gran vacío, insistimos, la existencia y la salud se reducen a esa ubicuidad nuestro nombre), la protagonista apuesta por esa otra máxima contemporánea que insiste en que "lo que importa es el fin no los medios" y se lanza hacia una búsqueda nihilista de la autoexposición; a riesgo de anular su verdadera identidad.

El trabajo de Murawiec rezuma originalidad y su impronta gráfica es impactante. Su mensaje, no obstante, nos asoma a un futuro tecnológico y regresivo en el que el lector apenas encuentra resquicios de esperanza, más allá de la huida salvífica (convertida ya en lugar común del género distópico) hacia la naturaleza, terra incognita desafiante ("el gran vacío"); planteada en el cómic como final abierto y sin muchas certezas.

sábado, febrero 25, 2023

Esenciales ACDC 2022 (segundo semestre)

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España publica su relación de “cómics esenciales” correspondientes a la segunda mitad de 2022

Esta es la segunda selección de Esenciales de 2022, con la que esta asociación pretende llamar la atención sobre algunas obras destacadas publicadas en España entre julio a septiembre de 2022. La selección está formada por treinta y cinco obras, tanto novedades como reediciones, que han sido escogidas en un sistema de dos rondas. En la primera, 41 socios y socias han votado veinticinco obras. En la segunda, una comisión de siete miembros de la asociación ha escogido diez novedades más. Esta selección se presenta como una herramienta para lectores, bibliotecas, librerías y cualquier otra institución o colectivo cultural.

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta la segunda ronda de sus ‘Esenciales 2022’, una selección de cómics con la que esta organización pretende fijar la atención sobre algunas de las obras más destacadas de entre las editadas en nuestro mercado. Está formada por obras publicadas entre junio y diciembre de 2022 elegidas en votación por los integrantes de la ACDCómic. 


Esta selección se presenta como una herramienta para animar a lectores, bibliotecas, libreros y otro tipo de colectivos culturales a descubrir obras destacadas. Los ‘Esenciales’ para el segundo semestre de 2021 son:

  • Boys Run the Riot de Keito Gaku (Planeta Cómic).

  • Calavera lunar de Albert Monteys (Astiberri).

  • Chacales de Nadia Hafid (Sapristi).

  • Chainsaw man de Tatsuki Fujimoto (Norma Editorial).

  • Chan-prin de Xian Nu Studio (Ediciones Babylon).

  • Clase de actuación de Nick Drnaso (Salamandra Graphic).

  • Corto Maltés: Nocturno Berlinés de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero (Norma Editorial).

  • Dulce de leche de Miguel Vila (La Cúpula).

  • El duelo de Paula Cheshire (Fandogamia).

  • El fantasma de la fiesta del té de Reimena Yee (ECC).

  • El fuego de David Rubín (Astiberri).

  • El gran Calvin y Hobbes ilustrado de Bill Watterson (Astiberri).

  • El incidente Darwin de Shun Umezawa (Distrito Manga).

  • El mundo sin fin de Jean-Marc Jancovici y Christophe Blain (Norma Editorial).

  • Escucha, hermosa Márcia de Marcelo Quintanilha (Astiberri).

  • Esqueletos de Zerocalcare (Reservoir Books)

  • La cuenta atrás de Carlos Portela y Sergi Sanjulián (ECC).

  • La joven y el mar de Catherine Meurisse (Impedimenta).

  • La sala de los espejos de Liv Strömquist (Reservoir Books).

  • Ladrona de Lucie Bryon (Nuevo Nueve)

  • Las mentiras de la profesora de Akane Torikai (Panini).

  • Llévame contigo de Anneli Furmark (Blackie Books).

  • Los 4 Fantásticos: Círculo cerrado de Alex Ross (Panini).

  • Los estratos de Pénélope Bagieu (Norma Editorial).

  • Museum de Fernando de Felipe (ECC).

  • Nieve roja de Susumu Katsumata (Gallo Nero).

  • Obras incompletas de Lorenzo Montatore (ECC).

  • Paracuellos 9: Un hogar no es una casa de Carlos Giménez (Reservoir Books).

  • Signos de afecto de Suu Morishita (Arechi Manga).

  • Spy x Family de Tatsuya Endo (Ivrea).

  • Supergirl, mujer del mañana de Tom King y Bilquis Evely (ECC).

  • Transitorios de Nadar (Astiberri).

  • Último fin de semana de enero de Bastien Vivès (Diábolo).

  • Un viaje por las letras de Pedro Cifuentes (HarperKids).

  • Una tarde con Himmler de Alfonso López (La Cúpula).

ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a personas que realizan  trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y  divulgativas relacionadas con el cómic. La asociación se constituyó en 2012 con la  voluntad de colaborar en la difusión del trabajo que ya desarrollan sus miembros de  forma individual, emprender iniciativas conjuntas y servir de interlocutor ante otros colectivos o instituciones.

En la selección de los Esenciales del segundo semestre de 2022 han participado 41 miembros de ACDCómic: Anna Abella, Jorge Iván Argiz, Bamf, Manuel Barreiro, Octavio Beares, Pablo Begué, David Brieva, Loreto Cabaleiro, Jordi Canyissà, Paco Cerrejón, Oriol Estrada, Nerea Fernández Rodríguez, Iván Galiano, David García, Diego García Rouco, Jesús Gisbert, Manuel González, Cristina Hombrados, Noelia Ibarra, Raúl Izquierdo, Jesús Jiménez, Joan S. Luna, Ander Luque, Jota Lynnot, Eduardo Maroño, Javier Marquina, Elena Masarah, Pedro Monje,  Francisco Naranjo, Jordi T. Pardo, Quim Pérez, Mònica Rex, Iria Ros, Óscar Senar, Xavi Serra, Jose A. Serrano, Jon Spinaro, Raúl Tudela, Jaume Vilarrubí, Gerardo Vilches y Yexus.

viernes, enero 06, 2023

2022, los cómics que más nos han gustado este año

No hemos empezado 2023 con el mejor pie bloguero. Después de un año elaborando pacientemente nuestra lista con los cómics del año, hemos cometido un doble error de principiante y, torpemente, hemos eliminado el borrador antes de publicarlo y sin haber guardado copia de seguridad. Hay que ser cenutrio. En fin, como no nos resignamos a perder una tradición milenaria como ésta, de más de diez años de antigüedad, hemos decidido rehacer parcialmente el trabajo y publicar una lista tardía y más reducida que la original con nuestros cómics preferidos de 2022. Así arrancamos 2023, entre propósitos de enmienda y con un puñado de cómics que no dejarán indiferente a nadie:

Grip (Apa Apa), de Lale Westvind: Heredera de la psicodelia underground de Rick Griffin y Victor Moscoso, pero rabiosamente contemporánea del vértigo cinético de Yokoyama, Lale Westvind nos invita en Grip a un viaje alucinado y alucinante que nos lleva de lo terreno a lo divino, desde una cadena de comida rápida al encuentro del nirvana, la ascensión mística y la adquisición del tercer ojo. La exuberancia gráfica de Westvind y su uso lisérgico y ubérrimo del color han creado una escuela de fans e imitadores que nunca llegan a alcanzar la riqueza visual de su antirrealismo hiperbólico. En Grip la trama es lo de menos, lo que importa es el camino de sus heroínas rotundas y empoderadas, esa inercia vertiginosa y fecunda que nos invita a recorrer sus páginas con gozosa velocidad para, una vez llegados al final, volver a empezar de nuevo como quien se encuentra en un estado de febril iluminación. Si existe tal cosa como un underground postmoderno, Lale Westvind ha de ser su mejor representante. 

IN. (Norma Editorial), de Will McPhail: IN. sorprende en sus primeras páginas por su acercamiento original y desprejuiciado al slice of life. Sus reflexiones acerca del día a día y su mirada sobre los recuerdos que afectan al presente resultan novedosas. McPhail es uno de esos autores que procesan el mundo con el cerebro y los ojos de un mutante capaz de establecer asociaciones insospechadas. Puro extrañamiento desde un humor cerebral y complejo. Pero IN. marca las distancias respecto a otros cómics de “búsqueda interior” gracias a su empleo de analogías inesperadas y metáforas visuales. McPhail es un dibujante dotadísimo. Su plasmación simbólica de emociones verdaderas a través de secuencias alegóricas mudas es desarmante: una suerte de stream of consciousness traducido a un lenguaje comicográfico de micronarraciones alegóricas que se insertan con normalidad en un relato de vida en primera persona. Todo un hallazgo. El despliegue visual de estas secuencias en color alcanza la categoría de gran arte. Hace tiempo que un cómic no nos sorprendía y emocionaba tanto como este IN. de Will McPhail. Sobresaliente. 

Clase de actuación (Salamandra Graphics), de Nick Drnaso: Cada cómic de Nick Drnaso es mejor y más ambicioso que el anterior, y eso es mucho decir. Su acercamiento al género de las vidas cruzadas se mueve siempre dentro de un extrañamiento que anticipa tensiones, crisis humanas y estallidos interiores (sus personajes parecen siempre al borde del abismo), pero que, al mismo tiempo, nos adentra en historias profundamente humanas que palpitan de vida y verosimilitud. Drnaso bebe del magisterio Ware, pero su dibujo, mucho más realista, es si cabe más frío, mecánico y sobrio que el de aquel. Y, sin embargo, pese a la frialdad mencionada y a su abundantísima carga textual (el comic está repleto de diálogos y largas cartelas de texto), Clase de actuación se lee en un suspiro y con un interés que no deja de crecer desde sus sorprendentes primeras páginas de presentación de personajes hasta, en tensión creciente, desembocar en un relato de terror. Drnaso tiene un don para el tempo narrativo y la descripción de tipos. Parece increíble que alguien tan joven disponga ya de un discurso tan maduro y de esa capacidad para bucear en la naturaleza humana a partir de unas situaciones y unas relaciones cruzadas que casi nunca parecen ficcionales. Magistral.   

Cambio de clima (Errata Naturae), de Philippe Squarzoni: El título completo del cómic de Squarzoni, Cambio de clima. Un ensayo gráfico (y autobiográfico) sobre el cambio climático, dice tanto de sus intenciones como de su contenido. En el doble proceso que supone explicar y concienciar acerca de las consecuencias del cambio climático, Squarzoni factura un relato multigenérico en el que el slice of life (fragmentos de realidad) autobiográfico se alterna con naturalidad con la disertación científica, el ensayo cultural, la entrevista gráfica y el manual pedagógico conservacionista. La mezcla de discursos, lecturas, referencias culturales, datos y testimonios agiliza la narración y se asegura la implicación del lector en un debate complejo y abierto a innumerables derivaciones. La aridez del aparato científico de Cambio de clima (con su exposición rigurosa de datos, cifras y conceptos) encuentra acomodo en el relato en primera persona de Squarzoni, quien, al mismo tiempo que se aplica en la investigación sobre la degradación climática, va desvelando ante el lector la construcción metaficcional y autoconsciente del cómic que recogerá todo ese proceso.

Desilvestración (Reino de Cordelia), de Federico del Barrio: Si le otorgáramos a la intelectualidad el rango de grado o epíteto, podríamos afirmar que Federico del Barrio es uno de los autores de cómics más intelectuales y (auto)reflexivos que tendremos la suerte de leer. Desde su título, Desilvestración avanza en el camino que Del Barrio (bajo el pseudónimo de Silvestre) había abierto en Relaciones y Simple, dos cómics esenciales que plantean una profunda reflexión metarreferencial acerca del lenguaje artístico/literario y las convenciones del cómic. En 2021, Del Barrio recuperó a Silvestre en Impertérrito, un nuevo ensayo gráfico sobre la autoría y la trascendencia del proceso creativo. Desilvestración nos gusta mucho más que aquel porque no están tan encerrado en su propia metarreferencia. El último cómic de Silvestre dialoga con el propio Federico del Barrio-autor, hasta convertirse en todo un ajuste de cuentas con su obra y, sobre todo, con su biografía.  

Dulce de leche (La Cúpula), de Miguel Vila: Como le sucede a la española Aroah Trave, el italiano Miguel Vila forma parte de una nueva generación underground millenial que bebe de la voluptuosidad de Dave Cooper, Hunt Emerson o Andrea Pazienzia, más que de los padres clásicos del movimiento. Álvaro Pons comentaba hace pocos días, con buen tino, que Dulce de leche parece estar influenciado, a partes iguales, por la riqueza formal y compositiva de Chris Ware y por el underground de Andrea Pazienzia. Del primero asume su gramática vanguardista para la construcción de páginas y unos ritmos secuenciales sorprendentes que se mueven desde la microsecuencia a la metáfora visual. De Pazienzia (una figura pivotal de la contracultura italiana y el primer referente del cómic underground transalpino), Miguel Vila, también italiano, hereda su mirada desprejuiciada y transgresora, así como una apuesta decidida por la caricatura más cruda y los escenarios sociales envilecidos. En este sentido, Vila pone su talento visual al servicio de un relato turbio y obsceno en el que el amor y el sexo tocan fondo para construir un cuadro de degradación social y perdedores de la vida. Su caricatura no ahorra excreciones, secreciones y erecciones, en un ejercicio de sexualidad explícita, cuasi pornográfica. Todo ello, en el contexto alienante de los trabajos precarios, la violencia y las redes sociales.

Hierba (Reservoir Books), de de Keum Suk Gendry-Kim: Hierba reconstruye la historia de una superviviente. La dibujante y traductora Keum Suk Gendry-Kim recurre a un artificio narrativo ya habitual en el mundo del cómic: el de la entrevistadora que levanta su relato con las vivencias del entrevistado, al mismo tiempo que revela el proceso creativo que nace de aquellas vivencias. En esta ocasión, la protagonista es la anciana Lee Ok-Sun, una de las pocas víctimas que lograron sobrevivir a las atrocidades japonesas y a la explotación sexual a la que muchas mujeres chinas y coreanas fueron sometidas en aquella época terrible de la Guerra del Pacífico bajo el eufemismo de "mujeres de consuelo". Se describen las miserias de su vida con dureza, sin ambigüedades o disimulos, a partir de una caricatura en blanco y negro marcada por un dibujo muy sintético de línea suelta. El relato "respira" gracias a numerosas pausas contemplativas en las que, después de alguna revelación terrible, la autora reposa su mirada sobre elementos de la naturaleza (paisajes, árboles, animales), recreadas éstas con un trazo grueso expresionista que termina por difuminar sus perfiles casi hasta la abstracción; en esos paréntesis, el lector recupera resuello para seguir el viaje hacia los infiernos de Lee Ok-Sun. Hierba es un testimonio valioso y no carente de belleza; un ejercicio de memoria y reivindicación, y una vía de esperanza para resarcir a las víctimas de la historia.

Goya. Saturnalia (Cascaborra Ediciones), de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero: Goya. Saturnalia es un cómic ambicioso. Mucho. Arranca de aquella premisa que sitúa a Goya en el origen de todas las vanguardias (desde el impresionismo y el expresionismo, hasta la abstracción y su implosión en el expresionismo abstracto norteamericano), para concluir en una tesis aún más ambiciosa que otorga al genio de Calanda cierta paternidad sobre el arte moderno y buena parte de la cultura contemporánea, y, especialmente, sobre una forma trágica de sentir a España y a Europa que ha terminado por impregnar todo el arte, la cultura y el pensamiento de nuestro país. Los lápices, pinceles y técnicas digitales del pintor Manuel Romero se mueven dentro de un expresionismo exuberante y desgarrado, pero van más allá: sin escaparse del todo de la impronta goyesca, Romero evita caer en la tentación de la mímesis estilística, para perseguir esa línea que conduce desde don Francisco hasta las primeras vanguardias pictóricas y concluyen en el océano de la abstracción. El guion de Manuel Gutiérrez confía en las imágenes perturbadoras de Romero para huir de la linealidad narrativa y construir el marco expresionista de los últimos años de vida del protagonista en la Quinta del Sordo. Los años de sus Pinturas negras, los años lacerantes de su sordera y su inercia hacia la locura paranoide. Hay algo trágico y lorquiano en los textos de Romero, siempre ambiguos, esquivos y simbólicos. Goya. Saturnalia es un trabajo complejo y exigente; incómodo, muchas veces, pero siempre enriquecedor.

The Nice House on the Lake (ECC), de (ECC), de Álvaro Martínez Bueno y James Tynion IV: The Nice House on the Lake es, probablemente, la serie más aclamada de la temporada dentro del universo mainstream. Con justicia. Hemos leído pocos tebeos en los últimos tiempos más adictivos y escalofriantes. El mérito se lo reparten a partes iguales sus dos autores. El pastiche de géneros y referencias culturales de Tynion IV es irresistible. La trama se desliza, sin respiro para el lector, desde la distopía apocalíptica al gore, desde las invasiones alienígenas a lo sobrenatural, del misterio cluedo al género de reencuentro de viejos amigos (con el subsiguiente lavado de trapos sucios); y, entre tanta excitación, mucho drama, mucha angustia vital y mucho terror de casa encantada. Con sus pinceles digitales, Martínez Bueno viste la historia de una oscuridad gótico-pictórica luminosa. Y, como se intuye ya en sus espectaculares portadas, su realismo ligeramente expresionista funciona a la perfección en la creación de personajes y en la reconstrucción de unas arquitecturas que resitúan a Lovecraft en el escenario imposible y espeluznante del Estilo Internacional. Malabarismos pavorosos.

sábado, diciembre 03, 2022

Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim. Vidas atroces

De igual manera que no hay mejor analgésico que la ignorancia, es imposible salir indemne de la revelación de las atrocidades de la historia. Desde el aturdimiento que nos produjo Ciudad de vida y muerte, la crónica atroz que Lu Chuan dibujó de la ocupación japonesa de Nankin, sentimos una sacudida cada vez que oímos el nombre de esa ciudad que fuera la capital de la República Popular de China en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial. 

En su día, hablamos del Nankin, de sus esclavas sexuales y mujeres asesinadas (el destino habitual de las miles de mujeres y niñas chinas y coreanas violadas por los soldados japoneses), con motivo de la publicación del cómic del mismo nombre de Nicolas Meylaender y Zong Kai. Volvemos ahora al mismo tema y a la misma tragedia con motivo de Hierba (2017), una novela gráfica que gira, precisamente, alrededor de las vivencias de una de aquellas mujeres. Su autora, la dibujante y traductora Keum Suk Gendry-Kim, recurre a un artificio narrativo ya habitual en el mundo del cómic: el de la entrevistadora que construye un relato con las vivencias del entrevistado, al mismo tiempo que revela el proceso de construcción del relato que nace de aquellas vivencias. Es la misma técnica que ya empleara Art Spiegelman en Maus, para relatar la lucha por la supervivencia de su padre en Auschwitz.

En esta ocasión, la protagonista de Hierba es la anciana Lee Ok-Sun, una de las pocas víctimas que lograron sobrevivir a las atrocidades japonesas y a los años de explotación sexual a la que muchas mujeres chinas y coreanas fueron sometidas en aquella época terrible de la Guerra del Pacífico bajo el eufemismo de "mujeres de consuelo". El cómic recoge las visitas repetidas de Gendry-Kim a la residencia de ancianos en Corea del Sur (una House of Sharing) a la que regresó la protagonista después de su vida en China, para conducirnos hasta su infancia, mostrarnos las penurias de su familia, su impostado matrimonio concertado y todos los procesos posteriores de trata a los que fue sometida, hasta acabar siendo vendida como esclava sexual. Se describen las miserias de su vida con dureza, sin ambigüedades o disimulos, a partir de una caricatura en blanco y negro, no carente de dureza, marcada por un dibujo muy sintético de línea suelta. El relato "respira", sin embargo, gracias a numerosas pausas contemplativas en las que, después de alguna revelación terrible, la autora reposa su mirada sobre elementos de la naturaleza (paisajes, árboles, animales), con un trazo grueso expresionista que termina por difuminar sus perfiles casi hasta la abstracción; en imágenes que nos recuerdan a los brochazos expresionistas de Motherwell, Kline o incluso Pollock. En esos paréntesis, el lector recupera resuello para seguir el viaje hacia los infiernos de Lee Ok-Sun.

Por esa misma dureza del relato, sorprende la actitud sosegada e indulgente de Lee Ok-Sun, su mirada resignada pero sin rencor hacia un presente al que ya le queda poco futuro. Sólo se percibe amargura en sus palabras cuando plantea la necesidad del recuerdo y la restitución para superar el pasado; cuando le exige disculpas a las autoridades japoneses como paso previo al perdón. Hierba es el testimonio valioso, y no carente de belleza, de una superviviente; un ejercicio de memoria histórica y reivindicación, y una vía de esperanza para resarcir a las víctimas de la historia.

sábado, octubre 29, 2022

Goya. Saturnalia, de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero. Un principio

Goya. Saturnalia es un cómic ambicioso. Mucho. Arranca de aquella premisa que sitúa a Goya en el origen de todas las vanguardias (desde el impresionismo y el expresionismo, hasta la astracción y su implosión en el expresionismo abstracto norteamericano), para concluir en una tesis aún más ambiciosa que otorga al genio de Calanda cierta paternidad sobre el arte moderno y buena parte de la cultura contemporánea, y, especialmente y por lo que más nos interesa a sus compatriotas, sobre una forma trágica de sentir a España y a Europa que ha terminado por impregnar todo el arte, la cultura y el pensamiento de nuestro país. Son reveladoras esas páginas finales (no se preocupen, no hay gran spoiler aquí) en las que un Goya febril y alucinado sueña-proyecta-grita (desde la cabeza, la pluma y el pincel de Gutiérrez y Romero): "Soy Velázquez... Soy Baldomero Romero Rosendí... Soy Géricault... Soy Cayetana de Alba... Soy Josefa Bayeu... Soy Leocadia... Soy William Blake... Soy Beethoven... Soy Picasso... Soy Käthe Kollwitz... Soy Zoran Mušič... Soy Lorca, soy Enrique Morente, soy Camarón... Soy Bacon...". Biografía, España, Historia, crítica del arte y patrimonio cultural mezclándose en el mortero metaficcional de Saturnalia.

Los lápices, pinceles y técnicas digitales del pintor Manuel Romero ahondan en esa búsqueda de vínculos e itinerarios plásticos. En éste su primer trabajo como dibujante de cómics (el primero de muchos, deseamos), su estilo se mueve dentro de un expresionismo exuberante y desgarrado, pero no únicamente. Su trabajo va varios pasos más lejos: sin escaparse del todo de la impronta goyesca, Romero evita caer en la tentación de la mímesis estilística, para perseguir esa línea que conduce desde don Francisco hasta las primeras vanguardias pictóricas y concluyen en el océano de la abstracción. Por momentos, Goya. Saturnalia se zambulle dentro de esa abstracción (sus primeras páginas producen perplejidad, hasta provocar cierto desencuentro narrativo); el lector se ve obligado a rastrear las escasas huellas figurativas y a unir los brochazos expresionistas en la recreación de paisajes y personajes para construir el relato que se esconde detrás de las imágenes. Según avanzan las páginas, la historia va adquiriendo claridad (sin abandonar esa búsqueda deliberada del constructo expresionista y fragmentario que preside todo el libro); empezamos a atar cabos, a reconstruir la historia de Goya dentro de la historia de España; a descubrir la naturaleza de sus dramas personales (físicos, mentales e ideológicos); a penetrar en las penumbras de una época (el siglo XIX español) que enfrentaba a hermanos, vecinos y conciudadanos en una batalla ideológico-política (entre tradición absolutista e ilustración), que terminaría por apartar a España del camino Europeo, sumiéndonos en una era de zozobra nostálgica y orfandad.


El guion de Manuel Gutiérrez confía en las imágenes perturbadoras de Romero para huir de la linealidad narrativa y construir el marco expresionista de los últimos años de vida del protagonista en la Quinta del Sordo. Los años de sus Pinturas negras, los años lacerantes de su sordera y su inercia hacia la locura paranoide. Hay algo trágico y lorquiano en los textos de Romero, siempre ambiguos, esquivos y simbólicos. La conjugación de las cartelas narrativas, los diálogos de los personajes, sus silencios (expresados gráficamente por los globos vacíos de aquello que Goya no puede oír), las transiciones digresivas casi abstractas y las viñetas más figurativas consigue componer un texto (un marco) que asciende de lo narrativo a lo pictórico, de lo discursivo a lo visual: una obra ecléctica e interdiscursiva a la que palabras como "cómic" o "narración gráfica" se le quedan cortas en términos descriptivos. Goya. Saturnalia es un trabajo complejo y exigente, incómodo, muchas veces, pero siempre enriquecedor. 

lunes, octubre 03, 2022

Super Woman Historia. Dioses engalanados

Wonder Woman Historia es uno de esos cómics de superhéroes que cargan de razones a los fanáticos del género que fustigan a los Porcellino, Jeffrey Brown y demás minimalistas del garabato por su alergia al virtuosismo gráfico. El trabajo de Phil Jimenez, con una paleta digital que persigue el acabado pictórico con la obsesión de un miniaturista, es apabullante en su preciosismo barroco (casi rococó).

La guionista Sue DeConnick construye un relato a la orden de ese empoderamiento feminista que ha colonizado y renovado el espacio mediático contemporáneo. En su acercamiento al panteón superheroico, el texto de DeConnick bebe directamente de la mitología clásica para revisar con cierta ortodoxia el mito de las amazonas dentro de su teogonía fundacional. Tanto en este punto como en su apartado gráfico es inevitable la referencia al Promethea de Alan Moore y J. H. Williams III. En este sentido, al lector habitual de marvel y DC no le resultarán ajenos ni los listados descriptivos de dioses ni su recuento de heroínas amazónicas primigenias; la enumeración apologística como fórmula de presentación es ya un recurso habitual dentro del género de superhéroes. DeConnick lo sabe y alimenta el suspense de la acción por venir (la serie constará de tres álbumes) con este recurso introductorio de genealogías divinas y habilidades sobrenaturales.


Pero no cabe duda de que la carta ganadora de Wonder Woman Historia es, como se ha anticipado, el dibujo apabullante de Phil Jimenez.

El estadounidense factura una recreación simbólica y estilizada de la mitología griega, que encuentra ecos iconográficos en los motivos decorativos parnasianos, en la mirada idealizada al pasado de los prerrafaelitas ingleses y en la belleza lánguida y sobrecogida de sus mujeres; todo ello bajo el paraguas de aquel simbolismo decadentista y finisecular que miraba al mundo (también al de las ideas, la fe y los cultos paganos) desde el pensamiento mágico y la sublimación de lo esotérico. Las composiciones de página remiten a los frisos de la antiguedad clásica y a los motivos decorativos de jarrones y mosaicos, pero también a esa macroestructura de páginas-marco y dobles páginas que, tal y como hemos apuntado unas líneas más arriba, hizo del Promethea de Moore y Williams un cómic de cómics, un trabajo de referencia para futuras inmersiones en las derivaciones del género superheroico hacia el universo de la magia y la mitología.

Por su exhibición técnica y por el impacto visual de su propuesta, Wonder Woman Historia es uno de esos cómics que desbordan su adscripción genérica y, de rebote, los prejuicios que cualquier lector pudiera tener al respecto. Un deleite para los ojos.


sábado, agosto 27, 2022

Esenciales ACDC 2022 (primer semestre)

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España publica su relación de “cómics esenciales” correspondientes a la primera mitad de 2022. 

Esta es la primera selección de Esenciales de 2022, con la que esta asociación pretende llamar la atención sobre algunas obras destacadas publicadas en España entre enero a junio de 2022. La selección está formada por treinta y cinco obras, tanto novedades como reediciones, que han sido escogidas en un sistema de dos rondas. En la primera, 40 socios y socias han votado veinticinco obras. En la segunda, una comisión de siete miembros de la asociación ha escogido diez novedades más. Esta selección se presenta como una herramienta para lectores, bibliotecas, librerías y cualquier otra institución o colectivo cultural.

La Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic) presenta la primera ronda de sus ‘Esenciales 2022’, una selección de cómics con la que esta organización pretende fijar la atención sobre algunas de las obras más destacadas de entre las editadas en nuestro mercado. Está formada por 35 obras publicadas entre enero y junio de 2022 elegidas en votación por los integrantes de la ACDCómic.

Esta selección se presenta como una herramienta para animar a lectores, bibliotecas, libreros y otro tipo de colectivos culturales a descubrir obras destacadas. Los ‘Esenciales’ para el segundo semestre de 2021 son:

 

Novedades

  • 2 Viaxes, de Xaquín Marín y Reimundo Patiño (Elvira / Fosfatina)

  • Baños Pleamar, de Isaac Sánchez (Dolmen Editorial)

  • Blanco alrededor, de Wilfrid Lupano y Stéphane Fert (Norma Editorial)

  • Dan da dan, de ukinobu Tatsu (Norma Editorial)

  • Destino Terra…, de Keiko Takemiya (MilKy Way Ediciones) 

  • Dragman, de Steven Appleby (Astiberri en castellano / Finestres en catalán)

  • Espada, de Anabel Colazo (La Cúpula)

  • Flores rojas, de Yoshiharu Tsuge (Gallo Nero)

  • Goya: Saturnalia, de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero (Cascaborra Ediciones)

  • Grip, de Lale Westvind (Apa-Apa)

  • Grito nocturno, de Borja González (Reservoir Books)

  • Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim(Reservoir Books)

  • In., de Will McPhail (Norma Editorial)

  • Joe del mañana (Ashita no Joe), de Asao Takamori y Tetsuya Chiba (Arechi Manga) 

  • Jolgorio, de Brecht Evens (Astiberri)

  • Ken State, de Derf Backderf (Astiberri en castellano / Finestres en catalán)

  • Kowloon Generic Romance, de Jun Mayuzuki (Norma Editorial)

  • La falla,de Carlos Spottorno y Guillermo Abril (Astiberri) 

  • La guerra de los mundos, de Santiago García y Javier Olivares (Astiberri)

  • La palabra que empieza por A, de Elizabeth Casillas e Higinia Garay (Astiberri) 

  • La pequeña genia y la partida de shatranj, de Álvaro Ortiz (Astiberri en castellano, catalán y euskera)

  • Laberintos, de Charles Burns (Reservoir Books)

  • Lightfall, de Tim Probert (Harperkids) 

  • Loba boreal, de Nuria Tamarit (La Cúpula)

  • Look Back, de Tatsuki Fujimoto (Norma Editorial)

  • Lore Olympus (Cuentos del Olimpo), de Rachel Smythe (Random Comics)

  • Lucky Luke: Choco-boys, de Ralf König (Kraken) 

  • Maternasis, de Núria Pompeia (Kairós)

  • Paradise Kiss, de Ai Yazawa (Ivrea)

  • Rosa, de Gaëlle Geniller (La Cúpula)  

  • Sector lejano, de N. K. Jemisin y Jamal Campbell (ECC)

  • Seguir dibujando, de Coco (Bang Ediciones)

  • Terry y los piratas 1942-1943, de Milton Caniff (Dolmen Editorial) 

  • The nice house on the lake, de James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordie Bellaire (ECC)

  • Túneles / Túnels, de Rutu Modan (Salamandra Graphic en castellano / Finestres en catalán)  

ACDCómic es una asociación sin ánimo de lucro constituida en 2012 que agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. Desde 2013 publicamos la selección semestral de "Esenciales ACDCómic"; en los últimos años hemos impulsado los libros colectivos Cómic Digital Hoy. Una introducción en presente (en formato digital de descarga libre) y Cómics Esenciales 2016, Cómics Esenciales 2017, Cómics Esenciales 2018, Cómics Esenciales 2019, Jot Down Comics #5 y Jot Down Comics #6 (en colaboración con la revista cultural Jot Down) y desde 2019 otorgamos los Premios ACDCómic. Más información en www.acdcomic.es.