Aunque habíamos utilizado alguno de los perfiles obituarios de la página inconscientemente (después de algún googleo aleatorio), debo reconocer y agradecerle el descubrimiento de la misma al bueno de Anguloagudus, amigo bloguero y gestor de uno de los blogs comiqueros más interesantes de los últimos tiempos, Cómics en Extinción, del que no habíamos hablado nunca, pese a ser uno de los fijos en nuestra barra lateral de vínculos. Una página que presenta uno de los mejores registros visuales y comparativos en la blogosfera de los trabajos de gente como Jean Giraud, Víctor de la Fuente o Hernández Palacios. Docenas de planchas escaneadas en una muy buena definición. Pásense, pásense y vean.
jueves, septiembre 06, 2007
In Memorium, en extinción.
Aunque habíamos utilizado alguno de los perfiles obituarios de la página inconscientemente (después de algún googleo aleatorio), debo reconocer y agradecerle el descubrimiento de la misma al bueno de Anguloagudus, amigo bloguero y gestor de uno de los blogs comiqueros más interesantes de los últimos tiempos, Cómics en Extinción, del que no habíamos hablado nunca, pese a ser uno de los fijos en nuestra barra lateral de vínculos. Una página que presenta uno de los mejores registros visuales y comparativos en la blogosfera de los trabajos de gente como Jean Giraud, Víctor de la Fuente o Hernández Palacios. Docenas de planchas escaneadas en una muy buena definición. Pásense, pásense y vean.
martes, septiembre 04, 2007
Azares y recurrencias, la firma de Simmonds.
viernes, agosto 31, 2007
Choice Meats, el under-underground de G. Hansen.
martes, agosto 28, 2007
Papeles viejos en Candem.
viernes, agosto 24, 2007
Un gato en el Boletín Galego de Literatura.
martes, agosto 21, 2007
The Plain Janes, arte en el Insti.
martes, agosto 14, 2007
Malas tierras para el optimismo.
Sin embargo, es en El día de la dependencia donde este número de Malas tierras se eleva por encima de otros trabajos anteriores de Córdoba. En esta historia sobre un crítico musical descreído y en plena crisis amorosa, que se presiente fuera de la onda generacional que su ocupación laboral presupone, el autor consigue superar el terreno de la introspección (a veces anecdótica) y la descripción psicológica de personajes, para dar un paso mayúsculo hacia el dibujo generacional y el análisis social. Y lo hace con un pulso narrativo firme, con un equilibrio perfecto entre la significación textual y la iconicidad de sus imágenes (tan influidas por el realismo esquemático de Mazzucchelli). Quizás una parte de la opinión positiva tenga algo que ver con la identificación subjetiva del "plumillas" que reseña los campos de la modernidad, o con la proximidad generacional, o simplemente con la admiración compartida por los enormes Yo La Tengo, quizás, quién sabe. En todo caso, se trata de una gran historia muy bien resuelta. No me mojo mucho si afirmo que El día de la dependencia es una de las mejores historias cortas que ha leído un servidor en mucho tiempo.
viernes, agosto 10, 2007
De shopping por la Gran Bretaña.
viernes, agosto 03, 2007
Buena Malavida.
jueves, agosto 02, 2007
Operación 700: cómics originales, conclusiones y consejos.
Conclusiones a un juego de pujas y coleccionismo controlado. En primer lugar, y como habrán imaginado, debo confesar que el presupuesto inicial de los 700 euros se desbordó ligeramente en la fase final del regateo (no demasiado, en todo caso) y con el asunto de los gastos de envío. Pero vayamos al grano: si recuerdan, todo esto empezó, hace ya unos meses, con el asunto aquel del guionista vocacional que ofrecía un contrato de 2000 euros a un posible ilustrador de sus ideas. Me pareció una idea estupenda, aunque no sé donde habrá quedado la cosa; a muchos otros, les pareció un buen asunto para polemizar sobre lo utópico del proyecto, la cuantía de “la paga”, la candidez del artista-mecenas, etc.
Se me ocurrió que la idea que subyacía detrás de muchas de las críticas (“¿cuánto vale el arte comicográfico?”) era una buena excusa para contarles esta pequeña aventurilla inversora que había comenzado unos meses antes con motivo de la celebración post-doctoral. Los resultados del dispendio se los he mostrado aquí en cinco cómodas entregas, las conclusiones han de ser sencillas y cada uno tendrá las suyas. Me imagino que para muchos, gastarse 200 euros del ala en una tira de un “fulano” al que sólo conocemos unos cuantos friquis comiqueros (yo no me considero uno, que conste), roza la inconsciencia. Para otros muchos (algunos de los cuales han dejado su opinión en los comentarios – ¡gracias!), gastarse una suma estimable, parte de tus ahorros, en una tira del gran Walter Kelly, es una satisfacción, y quizás una buena inversión.
El coleccionismo puede ser un vicio caro, aunque no es la ansiedad por la acumulación viñetero-fetichista lo que ha movido mis pasos. Tampoco lo es la especulación. Pienso tener casi todas esas tiras y páginas bien a la vista, disfrutar de ellas en la medida de lo posible; unos cuelgan arte pictórico de sus paredes, servidor, piensa colgar este otro arte de las suyas (sin perder de vista que esta manifestación artística –frente al arte pictórico– no nació con una finalidad exhibicionista, ni con ansiedades contemplativas). Así, nos plantamos en el quid de la cuestión: ¿está el mercado del cómic infravalorado? Lo parece: un pujador anónimo se hace con una tira de, por ejemplo, Bud Fisher (para muchos el padre del formato), por poco más de 100 euros… Cierto es que Fisher creó en su vida muchas más tiras que los cuadros que pudo hacer cualquier pintor coetáneo y probablemente con menor esfuerzo; cierto es que el trabajo de Fisher estaba condicionado por su finalidad narrativa (dentro de una serie), por su finalidad mercantil (edición de prensa), por los factores consiguientes de su edición y las condiciones draconianas de los syndicates, cierto todo, pero también lo es que la pieza de Fisher (o la de McManus o la de Kelly) que he adquirido, es única y además de sus muchos valores socio-económicos, tiene unos logros estéticos y artísticos añadidos.
Conclusiones finales y consejos inversores:
Está claro que hay algunos autores, digamos clásicos, cuya cotización parece acorde a su influencia historiográfica (Eisner, Foster, Raymond); por supuesto, depende de la calidad y el tamaño de la pieza. En este sentido, no sorprende ver los precios que llegan a alcanzar algunas obras de clásicos entre los clásicos (hablo de McCay, claro), algunos de ellos aún vivitos y coleando (hablo de Crumb, claro).
Sea como fuere, sigue siendo más barato invertir en clásicos, menos conocidos, que en un autor mediocre de cómics de superhéroes. No sorprende observar que el campo del coleccionismo de originales se mueve en paralelo al negocio copado por los coleccionistas de cómic-books, cuyos lectores son a su vez (o eran, hasta no hace demasiado) los mayores inversores en la industria del cómic. Aún así, sigue siendo más sencillo y económico hacerse con un Gene Colan, un Buscema o un Sienkiewicz, que con un McFarlane; ver para creer.
Existen páginas de venta en las que podemos encontrar buenas opciones, sobre todo de autores jóvenes independientes y prometedores. El mercado, no obstante, se está despertando con rapidez y cada vez son más los que entran en el campo de “los cotizados nuevos talentos”. Por eso, es muy difícil encontrar cosas a buen precio (conste que estamos hablando de creación original por pocos cientos de euros) de Clowes, los canadienses de Drawn & Quarterly o clásicos del independiente como los Hernandez Bros. Precios desbordados para los que además son ilustradores habituales de publicaciones prestigiosas, como Tomine (cosa habitual en un dibujante de cómics, por otro lado). Entre los autores españoles y europeos, el mercado parece más restringido y regulado y resulta difícil encontrar “chollos”: menos puntos de venta, poco material subastado en Internet y poca oferta directa; hay excepciones muy golosas, desde luego. Un consejo al respecto, si es posible, antes de comprar o "googlear" material, intentad entrar directamente en la página del autor (muchos incluyen una sección de venta de originales, sin mediadores que encarezcan el producto).
Bueno, pues esto ha sido todo, amigos. Aquí concluye nuestra “Operación 700”, que esperamos haya sido de su interés. Hasta nuevas aventuras, seguiremos reseñando y charlando “de gratis”.