A los franceses Dupuy y Berberian por formar parte de esa parte de autores franceses que decidió que el cómic no era sólo una cuestión de álbums seriados para jóvenes lectores. Por ser los creadores de ese alterego de treintañero que es el Señor Jean (y por su portera, qué diablos) y por enseñarnos y enseñarse en el proceso de creación, con un título tan necesario como Diario de un álbum; la cuadratura de la metaviñeta. Y, por supuesto, por dejarnos mirar más allá de la línea a través de su página (no exactamente un blog). Un lugar privado hecho público de la mano y por la gracia de estos dos tipos, referentes en realidad, de aquella bande dessinee.
miércoles, noviembre 21, 2007
Un paréntesis vinculante.
A los franceses Dupuy y Berberian por formar parte de esa parte de autores franceses que decidió que el cómic no era sólo una cuestión de álbums seriados para jóvenes lectores. Por ser los creadores de ese alterego de treintañero que es el Señor Jean (y por su portera, qué diablos) y por enseñarnos y enseñarse en el proceso de creación, con un título tan necesario como Diario de un álbum; la cuadratura de la metaviñeta. Y, por supuesto, por dejarnos mirar más allá de la línea a través de su página (no exactamente un blog). Un lugar privado hecho público de la mano y por la gracia de estos dos tipos, referentes en realidad, de aquella bande dessinee.
jueves, noviembre 15, 2007
A propósito de Crumb (III).
A propósito de Crumb (I).
A propósito de Crumb (II).
A propósito de Crumb (IV).
lunes, noviembre 12, 2007
A propósito de Crumb (II).
martes, noviembre 06, 2007
A propósito de Crumb.
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A propósito de Crumb (II).
A propósito de Crumb (III).
A propósito de Crumb (IV).
miércoles, octubre 31, 2007
Asa el ejecutor, de prejuicios.
viernes, octubre 26, 2007
El Edén del kioskero.
lunes, octubre 22, 2007
La sangre de los Porfirio, maldiciones y colgantes bretones.
De Parnotte no teníamos mayores referencias, pero no habrá que olvidar las que vayamos recibiendo a partir de ahora, porque el francés dibuja como los ángeles. Un dibujo virtuoso y evocador el del francés. Puestos a buscar pegas, habrá que señalar que su trazo no es novedoso: ese realismo semi-caricaturesco de influencias disneyanas, que parece haberse convertido en modelo de marca para algunas editoriales francobelgas; un estilo que prioriza cierto barroquismo en la descripción de espacios y adolece de cierto hieratismo petreo en la composición de los rostros. En todo caso, Parnotte, con su riqueza de recursos, su dominio de las texturas (vaya manera de pintar el agua, las rocas, etc.), el color y su detallismo primoroso, les saca las vergüenzas a algunos de sus "clones". Vaya que sí.
Por todo esto y porque La sangre de los Porfirio nos ha entretenido con sus oscuras maldiciones y sus amuletos con maleficio, y porque nos recuerda a Sambre (la fibra es la fibra), seguiremos leyendo álbums francobelgas. Antes incluso de que aparezca el número dos, miren lo que les digo.