Aprovecho ahora que los chicos de El Temerario han publicado un número más de su gloriosa revista online DR. V (el tercero: DR.V#3: Kitchen Stories (Paola Gaviria)), para hacer mención de su existencia en este blog. No hace demasiado que descubrí la prolífica página de los "investigadores" del Laboratorio de Gráfica Valiente (gracias a nuestro amigo Yorkshire, debo decir) y su temerario proyecto de publicar en su blog cada quince días una entrega de Dr. V en un precioso pdf, desmontado y remontable. Ilustración en los dos primeros números (DR.V#1: Vintage (M. Gómez Burns) y DR.V#2: Molesquine Acuarelas (Mar Hernández aka Malota)) y cómic más ilustración en este tercero de Paola Gaviria. Los "valientes" que investigan en tan bizarro laboratorio responden a los antropónimos de Irene Pérez, Martín López y Esteban Hernández (a quien, en este juego de referencias cruzadas que nos traemos entre manos últimamente, "citamos" ayer con motivo del cada vez más oído y comentado Culpable e historias cortas). Obice señalar que aprovecho la coyuntura para añadir al Laboratorio al completo entre mis bitácoras amigas, junto a mis "Blogs de autor" (aunque sea colectivo en este caso); todos a una.
Lo dicho, toda una aventura editorial, en plan filatrópico y filointernáutico. Ojalá muchos nos dieran tan buenas excusas para asomarnos a esta ventana cada día, como unos valientes.
3 comentarios :
Hombre, señor Gato, muchas gracias por la recursividad o retroalimentación de la información hacia mi humildísimo blog.
La verdad que estos valientes están haciendo una cosa bonita de la hostia. Más cosillas de estas por todas partes.
Estamos en las limitrofías del tebeo: es lo más lírico y más frágil que me he echado a la cara.
Un testimonio: le enseñé los tres ejemplares a un amigo y se me quedó con cara aturdida, y seguidamente me dijo no sin mordacidad y chanza, "Tío, estás en las catacumbas del cómic".
Mi corazón dio un ¡ay!, un pálpito de jilguero... Y me recordé y proyecté en el espacio-tiempo con los primeros cristianos en la ciudad de Roma, cuando se reunían con fe y nocturnidad, inocentes y con cara de bobos para la salmodia de sus creencias... y afuera, el emperador Nerón prendía fuego a la metrápolis más grande de la historia y ordenaba la captura de los creyentes del Cristo para que fuesen pasto de carne para los leones en el circo del folclore de la sangre...
Eso, señor Gato, sentí...
¡Qué solos estamos y qué pocos somos! Pero aún así, sigo creyendo... en estas pequeñas cosas, en proyectos como el Dr. Vintage
No me negará que me exagera usted un poco con el salto diacrónico, mr. Yorkshire, pero, vamos, no le falta parte de razón: es una pena que cosas tan bonitas como estas se queden en grupitos reducidos. Eso sí, que bien nos lo pasamos y con que alegría nos retroalimentamos (como dice usted). Siga así de "creyente", que formaremos parte de una misma cofradía ;)
¿Uhhh? ¡Hala, qué ateorro!
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