martes, enero 02, 2007

Un paseo de cómic por el 2006 (y VII): el LISTÓN

Ante la demanda exigente y pertinaz de los fans y debido a las muchas misivas recibidas de manos de los muchos millares de lectores del blog, hemos tenido que claudicar y, sí, ofrecer una de esas temibles (por su carácter impredecible y dogmático) listas de "lo mejor de". Lo mejor del 2006, en este caso, desde luego. Una forma paradójica de elegiaco elogio la de comenzar el nuevo año rememorando el viejo, pero, que quieren, en el fondo todos somos un poco nostálgicos (cuánto más después de haber leído, tan recientemente y abusando del tiempo vacacional, a clásicos como nuestros cercanos Krazy Kat y Little Nemo. Pelillos a la mar, lo que más gustó el curso pasado en este blog fue (sin orden ni concierto numérico):
- Ganges (Sins Entido), de Kevin Huizenga: por su osadía formal, por su frescura conceptual, por ofrecer más de lo que promete a simple vista y por tener como dueño y gestor a uno de los jóvenes valores más prometedores del cómic actual, nos gusta Ganges y no podemos esperar a que Kevin reaparezca en nuestro país con su Curses.
 - Macanudo (Mondadori), de Liniers: lo más recomendable e ingenioso del humor comicográfico actual (y, quizás, no sólo en castellano). La recopilación de las tiras que Liniers ha ido publicando en La Nación durante los últimos años ya está en España (con la segunda entrega anunciada para febrero). Uno de esos cómics para regalar y quedar (siempre) bien. El que no se ría con Liniers es que no tiene boca.
- Los años oscuros (Edicions de Ponent), de Santiago Valenzuela: última entrega del primer arco argumental de las aventuras del Capitán Torrezno. Sólo por eso ya merece su mención entre "lo más mejor" de este 2006. Verborreico en exceso frente a episodios precedentes, Los años oscuros, sin embargo, ejemplifica a las claras la imaginación desbordada de su creador y pone un punto y aparte a una de las grandes series épicas en viñetas de los últimos tiempos. Abre, así mismo, un nuevo episodio en la poco explorada experimentación interdiscursiva que permite el discurso comicográfico; por todo ello, aquí debe estar. 
- La Perdida (Astiberri), de Jessica Abel: seguramente, la autora indy más comentada y reseñada de este año. Su obra magna es ésta y la edición de Astiberri no ha defraudado. Estilísticamente, en la línea del realismo sobrio de Mazzucchelli, La Perdida arranca como un cómic bañado del slice of life, para terminar convertido en un thriller barriobajero de mafias centroamericanas y amistades defraudadas. Todo un culebrón de prestigio lleno de buenos momentos narrativos.

- Paul va a trabajar este verano (Fulgencio Pimentel), de Michel Rabagliati: hablando del slice of life... Tras la aparente intrascencdencia de la anécdota argumental, Rabagliati construye una honda reflexión existencial acerca de la vida, el paso del tiempo y el abandono de la ingenuidad juvenil. Como, en el fondo, se trata de temas universales y vivencias por las que todos hemos pasado, no hay fibra sensible que resista impertérrita a la andanada sentimental del canadiense; y eso tiene su mérito, que duda cabe.
- Bardín, el superrealista (La Cúpula), de Max: decir que el dibujo de Max es irresistible hasta la hipnosis, no sorprende. Pero es que, además, el conjunto de historias recopiladas bajo esta preciosa e impecable edición de La Cúpula, muestran una coherencia intelectual y un caudal reflexivo, que nos podría llevar a pensar que Max (detrás de su ironía abiertamente humorística) ha engendrado un nuevo género comicográfico: el del ensayo "enviñetado"; divertido, encima.
- Inverosímil, o como perdí mi virginidad (La Cúpula), de Jeffrey Brown: no se dejen engañar, aunque, efectivamente, Jeff Brown dibuja tan mal como parece, sus cómics sorprenden por su pericia narrativa y su capacidad de enganche. Ese emblema de la independencia fanzinera y la edición de mini-cómics que es Jeff Brown, cuenta entre sus méritos con el de la sinceridad imantada y contagiosa; consigue atraernos hacia su mundo privado hasta lograr que nos identifiquemos con las cuitas y miserias biográficas de un treintañero estadounidense de ascendencia grunge-indolente. Todos somos Jeff, gracias al señor Brown.
- Caricatura (La Cúpula) y Ice Haven (Mondadori), de Daniel Clowes: una mención al autor del año, que en realidad son dos, y las dos en puestos de honor. Valga Caricatura, como muestrario del universo clowsiano, ese mundo poblado por infelices, almas desubicadas y personajes de pesadilla interior; un mundo tan dislocado como coherente según las claves narrativas de su autor, una de las personalidades del cómic en las dos últimas décadas. Ice Haven, representa la concreción de una de esas anécdotas que se reparten por su obra. En este caso una con protagonismo coral e ínfulas claramente experimentales; en el plano de lo estilístico, obviamente, pero también por lo que respecta a la técnica narrativa e incluso por lo que tiene de trasgresión de las convenciones del medio. Por todo ello, thanks Mr. Clowes!

4 comentarios :

Javier Arriola dijo...

¿Ha salido ya la segunda entrega de Macanudo? Pensaba que salía en febrero o marzo. ¿alguien la ha visto ya por las librerías?

Little Nemo's Kat dijo...

Cierto, gazapo. Después de informarme (cosa que debería haber hecho antes de hablar), me cuentan que Mondadori la sacará enb febrero, también en Reservoir Books. Corrijo y solicito disculpas ;)

Javier Arriola dijo...

Disculpas aceptadas. Que no vuelva a ocurrir :D
Es coña :P
Por cierto, felicidades por este repaso al panorama viñetero del 2006. Me ha encantado.
Y sí, a mi también me parece que Macanudo es uno de los mejores tebeos del año, ganas tengo ya de leer el nº 2.

Anónimo dijo...

¡Feliz año, señor Gato! Tengo algunos cómics de tu lista en "la pila" y otros en la tienda esperando que vayan los reyes magos a por ellos. Y estoy de acuerdo en que el autor del año es Daniel Clowes. Un besico