Un año, ni más, ni menos. Hace exactamente 364 días, dimos por inaugurado este pantano de palabras e imágenes, bautizamos a este gato, que ha resultado ser muy poco arisco. Me permitirán entonces que rompa la inercia y me permita una pequeña celebración en la forma de este post "autorreferencial".
Ya saben que no somos muy dados a festejos internos o fuegos de artificio a mayor gloria de..., pero, que carallo, hoy vamos a tirar el bocadillo por la ventana (la viñeta) y vamos a brindar por este espacio que nos han prestado para que podamos hablar de una de las cosas que más nos gustan (que no la única): de cómics, o tebeos, o historietas, o fumetti, o como le quieran ustedes llamar a este artefacto de arte secuencial, que decía aquel llorado maestro que nos guió entre los gutters y la página-viñeta.
Y es que en un año ha dado tiempo a vivir muchas cosas. 123 entradas y unas modestas 40.000 visitas después (no le hagan caso al contador, que llegó tarde a la fiesta), hemos hablado y disfrutado de grandes tebeos de fuera y de dentro, hemos compartido experiencias, participado en inofensivas e intructivas polémicas, emprendido viajes exóticos a tierras dominadas por magos con chistera y descubierto pequeños secretos, con visitas sorpresa incluidas. Gracias a este juguete con teclas y pantalla, también hemos tenido el gusto de conocer a algunos de los protagonistas del tinglado, virtual o presencialmente (o de ambos modos); y como no mencionar a esos otros amigos, los colegas de sudores digitales y visitas compartidas, con los que uno a cruzado comments y posts, bromas y recomendaciones: fieles seguidoras inaugurales, señoritas deslenguadas, prolíficos reporteros dicharacheros, entusiastas editores inexistentes, amables archivistas, selenitas de papel, juglares eclécticos, dibucriticos alfabéticos , carceleros con megáfono multiplicador de visitas y otros muchos, se han pasado por aquí y nos han ayudado a llegar al siguiente post.
Este juguete que, en parte, nació como tablón de anuncios para colgar colaboraciones ajenas con chinchetas, ha visto como dichas colaboraciones tocaban a su fin. Por contra, gracias al impulso vitamínico de nuestros dos posts semanales (¿ya notaron la inercia?), servidor consiguió, al fin, concretar efectivamente uno de esos proyectos que algunos llaman de toda una vida... Cales areniscas y arenas calizas, que más da y quién da más, si, después de todo, hemos hecho lo que hemos querido y cuando hemos querido: leer cómics de los de toda la vida (o no) e intentar convencer a nuestros "amigos" para que nos ayuden a pasar las páginas.
Un viaje en el que seguimos. Gracias a todos los que están al otro lado.