lunes, junio 23, 2008
Pequeños eclipses, de Fane y Jim. Luz interior.
martes, junio 17, 2008
Emigrantes, de Shaun Tan. Una metáfora ilustrada.
Lo dicho, para que abundar si, como ven, apabulladitos estamos.
miércoles, junio 11, 2008
Porcellino, no pasa nada.
jueves, junio 05, 2008
Operación 700: el retorno (III)
Seguimos embarcados en el relato de nuestras andanzas pujadoras a la busca de originales comiqueros, a un precio pactado: los 700 euros de marras. Como venimos repitiendo, en la trastienda del mercadeo capitalista, una idea: constatar el precio de mercado del arte comicográfico de artistas consolidados, eso que algunos llaman cotización. De paso, el gustazo de tener unos cuantos originales que, algún día, decorarán los muros de la casa nuestra.
Con Cooper y Buscema llevábamos la friolera de 250 eurazos expoliados de nuestra caja de ahorros. Nos quedaban 350 para seguir experimentando.
Prólogo: Allá por la segunda mitad de los 80 empezamos a descubrir que las relaciones entre el cómic y la pintura estaban comenzando a estrecharse más allá de los cruces y vínculos esenciales que habían aportado gente como Sterrett o Herriman. Así, a casi todos nos dio algo así como un soplo sensorial cuando descubrimos a tipos como Dave McKean, Bill Sienkiewicz o Kent Williams. Individuos que metían al cómic en la inexpugnable vereda de un expresionismo figurativo, barroco, espectacular, desbordado de técnicas, collages y trazos retorcidos; unos autores que "ilustraban" guiones igualmente poliédricos, por momento modernistas, y bastante experimentales: los de los Frank Miller, Grant Morrison o Neil Gaiman. Todo ello envuelto en los lazos de la reformulación genérica.
Cierto es que antes que a ellos, en Europa y Sudamérica, habíamos visto ya a gente como Toppi, Battaglia o Breccia, que, como aquellos, hacían de la experimentación formal, la técnica mixta y el collage, su campo de batalla. Sin embargo, lo que nos ofrecían estos nuevos pintores de viñetas estadounidense era precisamente eso, una interpretación del cómic claramente pictórica: arte elitista para un lector acostumbrado al discurso popular, superhéroes al óleo. En España, años más tarde, descubrimos una variante genial con aire historicista, que plantaba sus raíces en el mismo momento que ocuparon los americanos: hablamos del genial Castells, ese pedazo de artista que con su tercera entrega (Expiación) para la saga sobre Lope de Aguirre (escrita por el también grande Hernández Cava), se atrevió a desafiar las leyes de mercado, las convenciones lectoras y los usos editoriales. No lo adivinamos hasta 1998, cuando ganó el premio del Saló, con 6 años de retraso.
Conclusión: Por todo eso, cuando nos vimos en situación de pujar por una de las planchas originales del Blood, de Kent Williams, lo hicimos, pero con poca fe; más aún cuando sabíamos del prestigio artístico de su autor en círculos puramente pictóricos. No ganamos, claro. Al menos la primera vez que pujamos. Para nuestra sorpresa, al poco, en uno de los regateos nos salimos con la nuestra y nos llevamos esta plancha de tamaño considerable (30x44 cms) por algo menos de 140 euritos; que hasta los textos de los globos venían en el pack (en papel vegetal traslúcido aparte).
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Operación 700: el retorno (II).domingo, junio 01, 2008
Mainstream readers arremolinados
A estas alturas estamos aún leyendo el número de febrero del The Comics Journal (que en ese momento, por cierto, abandonó su habitual formato de revista hacia un elegante diseño estilo-libro). En él, junto a las habituales secciones de reseñas, mini-reseñas, estudios y columnas, aparece la lista anual de "lo mejor" del curso anterior. Los señores del Journal, que casi nunca pecan de frugalidad informativa, se sueltan una retahíla de más de 150 cómics ordenados alfabéticamente, elegidos por los (muchos) colaboradores habituales de la revista. El número, además, incluye numerosas entrevistas con algunos de los nombres destacados en el panorama comiquero norteamericano del año pasado (varios de los cuales coinciden con nombres igualmente sonados en nuestro país en los últimos tiempos): Rutu Modan, Paul Karasik (como editor-descubridor del I Shall Destroy All the Civilized Planets, de Fletcher Hanks), Brian Talbot, Nick Bertozzi, Peter Kuper o Cathy Malkasian. La oferta se completa con las selecciones de favoritos anuales comentadas por parte de algunos autores, críticos o editores igualmente destacados en 2007, gente como Tony Millionaire, Renée French, Dan Nadel, Paul Gravett, Greg Stump o Tim O'Neil. Muy recomendable todo.
Nos vamos a quedar, precisamente, con la selección del último mencionado ("Tim O'Neil's Best"). Este escritor y colaborador de la revista elige entre sus comics favoritos del año cosas como el The Complete Terry And The Pirates vol. 1 de Caniff, el King-Cat Classix de John Porcellino, el I Shall Destroy All the Civilized Planets: The comics of Fletcher Hanks o ... Maggots de Brian Chippendale. Precisamente, por lo que se pueden imaginar ustedes, nos ha llamado especialmente la atención lo que dice cuando comenta el Maggots:
Chippendale is one of the most fearless cartoonists working in the English language world right now. His work may be fairly inaccessible to the general reader -frankly, I imagine most of the Fort Thunder stuff would be impenetrable to the kind of mainstrean readers who flock to Maus and Fun Home- but I can think of no one else producing work anywhere near this important and compelling on such a consistent basis. There's only so much I can say in the space of a brief blurb that doesn't sound like excess puffery, but in my humble opinion this is still the most exciting happening in the world of cartooning, anywhere.
Maggots, de Brian Chippendale. Abducciones varias.
Sobrevivir a Maggots.
miércoles, mayo 28, 2008
The Ticking, de Renée French. Detalles de otro mundo.
jueves, mayo 22, 2008
Gory Stories Quarterly, underground paródico.
En MAD abundaban las parodias, la revista se basaba en ellas en muchos sentidos. Son conocidísimas las imitaciones bufas que Wally Wood llevaba a cabo de Eisner (más tarde, llegó incluso a hacerse cargo oficialmente de su personaje The Spirit) o del Pogo de Walter Kelly (sic. imagen superior). Este espíritu socarrón es el que heredaron y del que se retroalimentaron muchos de aquellos primeros comix underground, como por ejemplo Gory Stories Quarterly: supuestamente un cómic de terror, en la práctica una burla al descubierto de los cómics de terror de los 50 y, sobre todo, de aquellas otras historias que el mismo Gaines había engendrado en la EC con sus relatos de criptas, mazmorras y tanatorios.
Aunque en Gory Stories Quarterly también encontramos alguna parodia de otros géneros (siempre con lo macabro de fondo), como los cartoons de animales sabios al estilo Disney. Así, los animalitos que aparecen en "A funny-bunny story. Ronald's Surprise Birthday" (a cargo de Dave Clark y John Pound), nos recuerdan sospechosamente a los habitantes del Okefenokee de Walter Kelly. Eso sí, con un final acorde al género parodiado: mala baba a raudales, como para desguazarle a uno la infancia. Aquí se los dejamos...
viernes, mayo 16, 2008
Jamilti, collage hebreo.
...la autora muestra la ligereza respetuosa del observador-narrador que confía en el juicio y la responsabilidad de su audiencia a la hora de extraer conclusiones a partir de unas imágenes cuidadosamente elegidas; unos brochazos de horror planteados con la frialdad de la rutina asumida (...), pero suficientemente esclarecedores como para descifrar las claves de la pesadilla que desvela a un territorio en estado de convulsión constante...
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