- Little Nemo's Kat: Vaya, ahora que lo dices, es cierto, te vi en la mesa redonda de la Semana Negra de Gijón, este verano.
- L. N. K.: Vaya pack. Por cierto, me encanta del Barrio, Simple, El artefacto Perverso.
- J. G.: Sí, es una obra maestra. Otro cómic que me gusta mucho en esa línea es Sol Poniente, de López Cruces, con guión de M. I. Santiesteban.
- L. N. K.: López Cruces, de vez en cuando entro a su blog; cómo dibuja el tío. Me encantaron sus Obras encogidas, pero la verdad es que es el dibujante menos prolífico del mundo, no saca nada. Ese Sol Poniente, por ejemplo, no me lo he cruzado nunca.
- J. G.: Ya, está descatalogadísimo. Sólo salió una tirada pequeña, que publicó una editorial andaluza con ayuda de la Junta de Andalucía. Hace tiempo le dedicamos una reseña en Tebeosfera. Quedé con él en Granada para reunir información...
- L. N. K.: ¿Es de Granada? Coño, pues yo probablemente vaya la semana que viene unos días para allá; a lo mejor, en el lugar del parto es más sencillo hacerse con un ejemplar.
- J. G.: Oye, pues yo te pongo en contacto con él vía mail, creo que le quedaban algunas copias, a lo mejor...
Dicho y hecho. Jorge me pasó el mail de Joaquín, nos cruzamos dos o tres mensajes y quedamos en Granada una semana después. Una cita a ciegas entre un bloguero-fan y el autor admirado, casi desaparecido del panorama comiquero: el contexto perfecto para una película de terror viñetero e incomodidades improvisadas. Llamada telefónica, quedada en uno de los bares más canallescos y piratas de la Calle Elvira y séquito de acompañantes por ambos lados, por si el encuentro acababa en "tragedia" o en desencuentro...
Ni una cosa ni otra, don Joaquín resultó ser un personaje la mar de interesante, un tío divertidísimo y un conversador de los de quitarse o ponerse el sombrero (sic). Nos bebimos unas cervezas, aburrimos a nuestros acólitos con nuestras charlas comiqueras (moderadas en su número y extensión) y nos reímos mucho y bien; tanto, que el mismo fin de semana repetimos encuentro, para seguir descubriendo Granada en la mejor de las compañías. Ya se sabe lo que se dice, una ciudad sabe mejor cuando se lleva a un cicerone autóctono. Si además es un guía-rastreador del calibre indígena del señor López Cruces (Almería mediante), la magia granaína está garantizada y la malafollá no se presiente ni de lejos.
Joaquín López Cruces, genio y figura.
Por supuesto, al final, me vine a mi tierra con un ejemplar firmadito de Sol Poniente, con la ilusión de saber de primera mano que Joaquín piensa volver a ese terreno viñetero en el que nunca nos debió dejar abandonados y con la certeza (compartida, me parece) de futuros encuentros festivaleros (con o sin red: las buenas compañías mutuas, también pusieron de su parte en los buenos momentos compartidos); en Granada o donde surja.
Ganas tenemos de leer lo nuevo de López Cruces, más allá de sus esporádicas colaboraciones en Humo u otras publicaciones periódicas; ganas de que, por fin, vea la luz ese anunciado libro de viajes, que contará con lo mejor de su alma nómada y su espíritu libre de canalla romántico volátil. Mientras tanto, hemos disfrutado mucho con Sol Poniente (con esa emoción a flor de piel que garantizan las expectativas con resolución feliz a la vista). No vamos aquí a comentar demasido de este cómic, básicamente, porque casi todo lo bueno que se puede decir de él ya lo dijo Jorge García en su estupenda reseña, ya mencionada.
No obstante, aquí, queremos saludar también ese fantástico guión, cerrado, complejo y lleno de esbozos y mensajes inteligentes, de Isabel Santisteban. Y qué difícil es no subrayar, por enésima vez, el talento visual de este dibujante, su habilidad a la hora de montar la página con encuadres precisos e imaginativos, con viñetas tan elocuentes como bellas y minuciosas; difícil no insistir en la capacidad evocativa de su trazo estilizado, con un poso a romanticismo antiguo, pero con la fuerza de los mejores realistas del cómic actual. Que sí, Joaquín, que tienes que dejarte de excusas y regresar a tu jardín de odaliscas empapeladas y harenes enmarcados por líneas claras y tramas brillantes.
Ahora que algunas editoriales andan empeñadas en recuperar nuestra "memoria histórica de la viñeta", se me ocurre, además, ¿a qué esperan para reeditar Sol Poniente? No sería mal negocio, no se crean (¿alguien me oye?).